Población cubana en conteo regresivo

La isla caribeña no llegará a los 12 millones de habitantes y las proyecciones indican que para 2032 podría estar ya por debajo de 11 millones.

Dalia Acosta - IPS

Tras un ligero incremento de la población en 2009, la tasa de crecimiento volvió a confirmar la tendencia al descenso.

La Habana, 12 jul.-. Cuba cerró el año 2010 con 1.467 habitantes menos que en 2009, una cifra que respalda las proyecciones de no pocos especialistas, que coinciden en que la isla nunca llegará a sumar 12 millones de personas.

Después de un bienio de decrecimientos poblacionales absolutos entre 2006 y 2008, el año 2009 terminó con un ligero incremento de la población del archipiélago, de poco más de 6.500 cubanos y cubanas. Entonces, las cifras hicieron renacer esperanzas, en algunos sectores, acerca de una posible recuperación del crecimiento demográfico, aunque fuera niveles muy bajos.

Pero al cierre de 2010 la población volvió a caer hasta 11.241.161 habitantes y la tasa anual de crecimiento se situó en un negativo -0,1 por cada mil habitantes, según la publicación “Población en cifras. Cuba 2010”, del Centro de Estudios de Población y Desarrollo (CEPDE), de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).

Para Juan Carlos Alfonso Fraga, director del CEPDE, lo más probable es que Cuba se mantenga alternando años de ligeros incrementos de su población con otros de disminuciones absolutas, como viene ya ocurriendo desde 2005, cuando se registró la mayor población en la historia del país, con 11.243.836 habitantes.

“La variable nacimientos incidió desfavorablemente en el hecho de que la población cubana volviera a decrecer como en el 2006-2008. Se registraron 127.746 nacimientos, cifra menor en 2.290″ a la del año 2009, precisa la publicación del CEPDE.

No por gusto salen a colación los datos de los nacimientos en estos análisis. Coinciden especialistas en que es justamente la fecundidad la variable que más incide en el crecimiento demográfico de un país, acompañada de la mortalidad y las migraciones.

Desde 1978, en Cuba no se cubre la tasa de reemplazo poblacional en la isla, es decir, las cubanas no dejan una hija que las reemplace en el rol reproductivo. Por otra parte, la esperanza de vida al nacer en el país es alta, prácticamente alcanza los 78 años, con lo cual la mortalidad tiene valores muy bajos.

También la emigración incide en la pérdida de población. Cada año entre 30.000 y 35.000 habitantes salen del país, en su mayoría jóvenes y mujeres en plena capacidad reproductiva, alertó el doctor Antonio Aja, dirección del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana, en un panel sobre sexualidad y demografía, celebrado a fines de junio.

La combinación de todas esas variables acentúa lo que se considera el principal problema demográfico cubano: el proceso de envejecimiento de la población.

El último Censo de Población, levantado en 2002 confirmó la tendencia.

“Respecto a la estructura de la población por sexo, edades, zona urbana y rural de residencia, con relación al censo de 1981 se registró un equilibrio entre sexos (1.003 hombres por mil mujeres), una disminución de la población de 0-14 años y un aumento de la de 15-59 años y 60 y más. En otras palabras, la población envejeció alcanzando un 14,7 por ciento de 60 años y más respecto al total”, citan los resultados.

Especialistas como Alfonso aseveran que la próxima investigación de este tipo, que se llevará a cabo en 2012, ratificará ese comportamiento con cifras de envejecimiento que superen el 18 por ciento de las personas adultas mayores.

De hecho, el grupo poblacional que inicia en los 60 años es el único que hoy registra crecimientos en Cuba, según las estadísticas del CEPDE, lo que anuncia retos multiplicados de cara a la economía y los sistemas de salud y seguridad social. (2011)

Un comentario

  1. Ángel Gutiérrez

    Mientras no se apliquen políticas específicas que estimulen la natalidad y animen a los jóvenes a quedarse en el país, la población seguirá decreciendo, y la «bomba demográfica» explotará tarde o temprano, con terribles consecuencias para la economía. Otros países con este problema pueden suplir su falta de mano de obra con inmigración. No es el caso de Cuba. Más que dinero del presupuesto estatal, lo que se necesita es claridad y voluntad política.

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