Transidentidades, violencia de género y derechos humanos en Cuba
En el Centro Nacional de Educación Sexual sesionaron espacios de análisis acerca de la atención a personas trans y a la violencia por motivos de género.
La Habana, 10 dic.- Los avances y retos en la integración social, el empleo, los derechos, la interseccionalidad en la atención de las personas transexuales y ante la violencia por motivos de género centraron los análisis en dos recientes encuentros convocados por el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), en esta capital.
En el contexto de los 16 días de activismo, tuvieron lugar dos espacios de debate correspondientes a las Jornadas contra la violencia de género y por los derechos humanos, que sirvieron para visibilizar, intercambiar y lanzar ideas para la construcción colectiva.
El I Coloquio Transidentidades, violencia de género y derechos humanos, organizado por la Red Transcuba, que agrupa a personas transexuales, reunió a representantes de la comunidad trans, quienes expusieron los malestares sufridos por la estigmatización, cuyas secuelas persisten, así como avances en la legislación e incorporación a la vida social.
Intervinieron profesionales del derecho, la medicina, la educación, las ciencias sociales y activistas enfocados en reconocer adelantos en los últimos 15 años, pero también en resaltar cuánto falta para desmontar estereotipos y desterrar la violencia de género.
Empujar los avances
“Las personas con identidades no binarias viven fuertes y múltiples experiencias de opresión social, con altos costos para su bienestar”, alertó Mariela Castro, directora del Cenesex.
Participantes compartieron historias de vida desde la resiliencia, sobre cómo las personas trans se empoderan y desafían los prejuicios, para encontrar un empleo digno, graduarse de la educación superior y ejercer la carrera de su vocación, donde todavía tienen que defender su identidad.
Algunas personas contaron experiencias de hostigamiento en empleos que terminaron por abandonar, debido al ensañamiento y abuso de sus superiores, y sobre cuánto se precisa avanzar, incluso cuando existen normas que amparan los derechos de personas trans, como la Constitución.
El artículo 42 de la Carta Magna aprobada en 2019 señala: “todas las personas son iguales ante la ley, reciben la misma protección y trato de las autoridades y gozan de los mismos derechos, libertades y oportunidades, sin ninguna discriminación por razones de sexo, género, orientación sexual, identidad de género”, entre otras categorías.
Según destacó Ivón Calaña, subdirectora del Cenesex, sobre los derechos de las poblaciones LGBTIQ se ha dicho aún poco y, en el ámbito de sus demandas jurídicas, en muchos casos, la mirada se reduce a los derechos al matrimonio y a tener hijos.
Entre los temas debatidos estuvieron la respuesta ampliada al virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y a la violencia de género, la articulación con los sectores sociales en el tratamiento de esta, la orientación jurídica como herramienta para enfrentar los maltratos y los determinantes sociales de la salud.
Reflexiones compartidas
El Cenesex también organizó el simposio “Políticas públicas, legislación cubana y violencias de género”.
Con la participación de reconocidas especialistas e investigadoras, este espacio insertó tópicos como la violencia y el acoso en el trabajo, la niñez y la adolescencia ante la violencia de género y la violencia de género en la letra del Código de procesos.
La jurista Rufina Hernández se refirió a los centros de atención y consideró que tanto estos como su prevención, “el arte de salvar”, demandan recursos económicos, mientras Ada Alfonso, del Cenesex, significó que “no es suficiente lo que tenemos en materia de servicio, hay que crear servicios que vayan un poco más allá”.
En una realidad problemática compleja, la atención a la violencia hacia las mujeres por motivos de género debe ser articulada, intersectorial, multidisciplinaria y sistémica, consideró Ivón Ernand, del servicio de consejería del Centro Oscar Arnulfo Romero.
Asimismo, señaló que la experiencia de la consejería revela que el 82 por ciento de las mujeres no denuncian este fenómeno y necesitan acompañamiento psicológico y jurídico.
Como en otros espacios de debate de esta naturaleza, se habló de los centros de acogida, de su necesidad para la atención a las personas en situación de violencia.
Se mencionó, por ejemplo, que en la policía deben crearse nuevos mecanismos o especializar los existentes, adonde puedan acudir las mujeres en situación de violencia y ser atendidas, según protocolos estandarizados, con respeto a su dignidad.
Otras miradas se centraron en la necesaria preparación de quienes brindan atención en los sectores de salud pública, educación, entre otros, para que puedan detectar un cambio en la conducta de un menor que pudiera estar siendo abusado, una mujer maltratada con temor a denunciar.
Según la directora del Cenesex, es preciso continuar uniendo fuerzas y centrarse sobre todo en las tareas prioritarias como la prevención, la comunicación y la capacitación de la sociedad y sus diferentes actores.
A su juicio, se debe seguir trabajando para que la población adquiera cultura acerca de este problema, de los elementos del derecho y los componentes educativos, todo unido a la urgencia de darles herramientas a los profesionales de la salud, la educación y la policía, entre otros, sobre cómo actuar ante estas situaciones. (2022)
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