La Habana, 11 may.- Imágenes de decenas de tocones, árboles talados y podados en exceso en la capital cubana acompañan en redes sociales el reclamo de ambientalistas y de la ciudadanía en general por mayor atención y solución a una epidemia silenciosa que hace unos años atenta contra el arbolado urbano.

Profesionales, especialistas, estudiantes, entre otras personas, se pronuncian contra estas acciones que privan a diferentes espacios de La Habana y a otras ciudades cubanas de espacios verdes, cuando la ciencia alerta que estos contribuyen a mitigar los efectos del cambio climático.

De forma espontánea, los comentarios –la mayoría respetuosos y atinados– muestran preocupación ante las acciones de poda y tala, autorizadas o no, anillamientos y quemas, entre otras, que se producen en calles y avenidas desde hace años, pero que ahora encuentran un espacio para la denuncia en las redes sociales, sobre todo en Facebook.

El internauta bajo la firma de Lázaro Orihuela, por ejemplo, documentó fotográficamente la pérdida de unos 40 árboles en una de las principales arterias de La Habana, la calle Línea, en el Vedado, donde quedan como testigos los tocones.

Asunto de interés público

“Sobre la tala, que se detenga, sobre la poda, que venga acompañada de equipos expertos en cómo y dónde hacer el corte perfecto, que no asesine al árbol”, posteó en Facebook Miriam Valdivia.

Por su parte, María Lorente escribió que solo en el municipio Plaza de la Revolución se han registrado 237 árboles maltratados, de ellos 38 podas excesivas y 199 casos de tala.

En tanto, Adriana Pérez recordó: “la legislación en Cuba estipula que cada árbol talado debe ser repuesto por cinco árboles y no se está haciendo. Los ciudadanos estamos dispuestos a trabajar en conjunto a las instituciones para replantar, pero nos preocupa que la deforestación urbana parece sin control”.

Roberto Yepe llamó a detener el “ecocidio” que ocurre en La Habana “a la vista de todos” y a que los responsables rindan cuentas y resarzan el daño causado.

Para Adrian GJ resulta “inaudito que algo así ocurra en nuestro país, donde tanto se defiende y decretan medidas para la protección del medio ambiente”, mientras Raúl Martínez lamentó “amanecer, mirar alrededor y ver qué falta algo que cuando naciste estaba ahí y ya no existe”.

Aunque las quejas se refieren sobre todo a entidades responsables y autoridades, en no pocos casos los vecinos pagan para que los árboles sean cortados. Dada la falta de atención, el tamaño y follaje de las plantas se convierten en un verdadero problema.

Habana Verde

Los reportes, muchos identificados con la etiqueta #arboltaladoniunomenos, refieren “asesinatos” de árboles en varios municipios habaneros, entre ellos, Plaza, Playa, Guanabacoa, Diez de Octubre y Centro Habana.

El tema motivó la creación en Facebook del grupo Habana Verde, con más de 2.000 miembros, para “salvar los árboles de La Habana y del resto de Cuba, donde se ha llevado a cabo un proceso de tala y poda indiscriminada”. Además de visibilizar las denuncias, esta plataforma persigue promover proyectos de reforestación de los espacios urbanos en el país.

El pasado 22 de abril, Día de la Tierra, Habana Verde hizo pública una carta dirigida al Servicio Estatal Forestal, a los ministerios de Agricultura y Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, a la Asamblea Nacional del Poder Popular y a los Consejos de Estado y de Ministros.

Suscrita en pocas jornadas por alrededor de 400 personas, la misiva enumera justificaciones para la tala: interferencia de los árboles en los servicios urbanos, la afectación en propiedades y en el tráfico de ciertos vehículos, en la limpieza o el ejercicio de derechos privados, o el comienzo de la temporada ciclónica y la protección de los cables eléctricos.

“Es comprensible que los árboles deban ser podados para evitar afectaciones y mantener el orden urbano. Sin embargo, consideramos que la poda debe hacerse de modo tal que tampoco afecte la salud del árbol ni aminore los beneficios que ofrece a la comunidad, como el proveer de sombra y oxígeno”, dice el documento.

Y agrega: “si consideramos en su integridad todos los argumentos expuestos para justificar la tala y la poda excesivas, pareciera que los árboles y la ciudad son incompatibles, lo cual no es cierto”, ante lo que argumenta que estos “ayudan a disminuir la temperatura, la erosión y la contaminación ambiental”.

Según posteó Alexandra Lleonart, una de las administradoras del grupo Habana Verde, la carta tuvo una respuesta del Instituto de Planificación Física, institución encargada de velar por el ordenamiento territorial y el urbanismo.

En proceso

La prensa local publicó en días recientes declaraciones de un funcionario del gobierno de La Habana, el cual apuntó: “en los últimos días se han publicado en las redes sociales algunas inquietudes por una supuesta tala indiscriminada, pero no existe tal cosa”.

Según dijo, lo que provocó ese estado de opinión fue “la tala indebida de un árbol en uno de los municipios céntricos”, por lo que fue sancionado el responsable.

En su perfil de Facebook, Alejandro Palmarola, presidente de la Sociedad Cubana de Botánica, reconoció las violaciones de regulaciones urbanas, a la vez que destacó: “no es cierto que nadie se esté ocupando de este tema. Hay múltiples instituciones en esta tarea, que lleva muchísimo tiempo y esfuerzo antes de ver sus frutos”.

En el programa televisivo Libre acceso, Alexander Zorrilla, director de la Empresa de Áreas Verdes, explicó que en los dos últimos años se trabajó en la organización del proceso, adquisición de equipamiento, siembra de posturas, y desde diciembre pasado se labora para dar respuesta a las más de 1.200 solicitudes de tala hechas por la población.

Aseguró el funcionario e ingeniero forestal que a partir de mayo corresponde eliminar los tocones y plantar las posturas de especies adecuadas para cada espacio.

Manos a los árboles

No satisfechos con la espera, algunos han pasado a la acción. Luego de intentar sin resultados obtener un permiso para la siembra, Nara Miranda, integrante de Habana Verde, sembró junto a varias amigas cuatro posturas –tres uvas caletas y un vomitel–, en el parque de calle 1ra, entre 6 y 8, en el Vedado.

Sobre la iniciativa, que recibió tanto apoyo como consejos de no sembrar, Miranda comentó: “las posturas son muy pequeñas y ya otras personas que saben de arbolado urbano me advirtieron que no es lo ideal… Sembramos estas cuatro para que vaya creciendo algo en el parque, y confiando en que con cuidados y riego diario puedan arraigar”. (2021)