Cuba podría contar con iniciativas escalables en agroecología

La cartera del ramo promueve el desarrollo agrario inclusivo y justo, que beneficie la agricultura local, la economía, los ecosistemas y la salud.

Una trabajadora agrícola siembra hortalizas en las terrazas de Finca Marta, en la provincia de Artemisa, proyecto liderado por el ingeniero agrónomo, Fernando Funes, quien recomienda "fortalecer la agroecología con una visión de futuro, sostenible y como la alternativa más viable para hacer florecer nuestros campos".

Foto: Jorge Luis Baños/ IPS

La Habana, 1 ene.- Las fincas La Ofelia, en Guantánamo; Las Elena, en Santiago de Cuba, Martha, en Artemisa; San Cayetano, en Sancti Spíritus; y Jibacoa y La China, en La Habana, son diferentes entre sí, pero tienen algo en común: la defensa de la agroecología.

También comparten haber sido reconocidas en el concurso “10 Iniciativas y Evidencias Innovadoras de Agricultura Sostenible y Agroecología para el desarrollo rural, escalables a políticas públicas en Cuba”.

Este certamen lanzado en 2019 visibilizó los obstáculos que impuso la epidemia de covid-19, a partir de una convocatoria multilateral de los ministerios de la Agricultura y la Industria Alimentaria y la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños.

Asimismo contó con el respaldo de la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales, la Delegación de la Unión Europea en Cuba y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).

La iniciativa se propuso sistematizar las experiencias en agroecología y agricultura más innovadoras y con mejor potencial para el desarrollo rural sostenible, demostrado con pruebas de campo y evidencias. Los criterios y resultados del referido concurso podrían conformar una cartera de iniciativas escalables en agroecología.

De forma explícita, el certamen tuvo entre sus objetivos consolidar alianzas, articular esfuerzos y revitalizar soluciones para el desarrollo rural sostenible dentro de Cuba y desde la isla hacia la región de América Latina mediante procesos de cooperación Sur-Sur.

También el concurso se alinea con los propósitos del Plan de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, aprobado en julio de 2020 y que se considera plataforma para revertir la situación del campo cubano, donde no se producen alimentos suficientes, lo que obliga a importarlos por más de 2.000 millones de dólares.

Largo camino por andar

De las 251 propuestas –61 de mujeres– de todo el país presentadas en el concurso, considerando requisitos específicos por cada categoría, el comité técnico seleccionó 15 iniciativas: fincas agroecológicas (10), tecnologías apropiadas y metodologías de promoción y apoyo.

Las experiencias son diversas, innovadoras, consolidadas, revolucionarias y, sobre todo, posibles de replicar a lo largo de la geografía cubana, con las adecuaciones que demanda cada espacio productivo, consideraron los organizadores.

En esas iniciativas, refiere el documento resumen del concurso, se encuentran las bases para un desarrollo rural inclusivo y justo, que apuesta por el fomento de un modelo de agricultura asentado en lo local y aportaría beneficios a la economía, el ecosistema, la alimentación y la salud.

La lista incluye desde la producción de semillas con prácticas agroecológicas en la finca Villega, de la Cooperativa de Créditos y Servicios 1ro. de mayo, de Güira de Melena, hasta un fertilizante natural compuesto por harina de roca, carbón vegetal y microorganismos eficientes activados, de la finca Cayo Piedra, de Perico, Matanzas.

Otras experiencias están relacionadas con la diversificación del agroecosistema, como es el caso de la finca el Rincón de los Hondones, en Chambas, Ciego de Ávila; la Finca del Medio, en Taguasco, Sancti Spíritus. También sobresale la continuidad y la sostenibilidad en La Ofelia, en San Antonio del Sur, Guantánamo, en el extremo oriental de Cuba.

Retos

Pese a los avances de la agroecología en Cuba, alertan sobre los retos varias voces autorizadas, entre ellas, Fernando Funes, de la finca agroecológica Marta.

Para este reconocido experto existe un retroceso en la conexión con los movimientos agroecológicos internacionales, aun antes de la pandemia, lo que conspira contra la posición alcanzada en cierto momento por Cuba como “una inspiración para el resto del mundo”.

A su juicio, el momento actual puede ser “punto de inflexión importante para retomar lo que logramos y multiplicarlo en el futuro”. Para ello, recomienda desarrollar el mundo empresarial, reconectar a las personas en el campo, “fortalecer los elementos que nos hacen comunidad y aprender de otros, porque solos no vamos a poder progresar”.

También apunta la necesidad de “crecer, ser solventes económicamente, resolver tecnológicamente muchas cosas más, porque el contexto cambia y necesitamos crear nuevas tecnologías”.

Según Funes, se necesitan más recursos “que nos permitan fortalecer la agroecología con una visión de futuro con una visión sostenible, no como una alternativa, sino como la alternativa más viable para hacer florecer nuestros campos”, porque “es la base de la soberanía alimentaria y nutricional”.

De acuerdo con Marcelo Resende, representante de la FAO en Cuba, una necesidad de la agroecología es demostrar su viabilidad económica, más allá de los beneficios al medio ambiente y a la producción de alimentos sanos, que debe ser demostrada con evidencias técnicas y científicas. (2022)

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