La Habana, 13 feb.- Ante un brote de influenza aviar en aves silvestres en el Jardín Zoológico de La Habana, las autoridades de sanidad animal actuaron con celeridad en su contención y sostienen que “está controlado y no compromete la situación zoosanitaria nacional”.

Especialistas del Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria (Censa) sostuvieron que permitió el control del brote “la aplicación rápida y eficiente de los protocolos, que incluyen el sacrificio de las aves en cautiverio infestadas, saneamiento del lugar, y en el caso específico del Zoológico, la puesta en cuarentena de especímenes aledaños a los focos de infección”.

Debido a que la transmisión se produjo en aves silvestres y no de corral, de acuerdo con los criterios de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), Cuba mantiene su estatus como libre de esta enfermedad.

En casos como este se procede a la eliminación de todas las aves cercanas, sin embargo, en esta ocasión se decidió preservarlas –en tanto no aparezcan síntomas–, debido a que son especies raras, en peligro o de baja o única presencia en el país.

En declaraciones a medios de prensa, Teresita Quesada, especialista del Centro Nacional de Sanidad Animal (Cenasa), indicó que la sanidad del país estuviese altamente comprometida si la enfermedad hubiese entrado al país y no se hubiera detectado hasta sufrir daños masivos.

Las consecuencias de propagación del virus en la avicultura cubana “serían desastrosas”, alertó Yolanda Capdevila, especialista en epidemiología del Cenasa.

Si bien en Cuba desde hace años no se crían aves masivamente para el consumo de carne, “si se hace para la producción de huevos. De extenderse el virus en un centro productor, esto implicaría el sacrificio de todas las aves del lugar, tengan síntomas o no”, así como desechar todas las posturas y alimentos.

Las fases del brote

El pasado 7 de febrero, el Cenasa, del Ministerio de la Agricultura, declaró oficialmente ante la OMSA la presencia de influenza aviar, dio a conocer en su página web el organismo rector de la agricultura en Cuba.

En la nota, el director de esa institución, Cristóbal A. Arredondo, indicó que ante la detección se implementaron las medidas sanitarias previstas para la contención, incluida la cuarentena y el cierre temporal del Jardín Zoológico, hasta que se concluyan las acciones.

A su vez, se recomendó a la población comunicar de inmediato al servicio veterinario oficial sobre cualquier mortalidad de aves de crianzas o aves silvestres. Por otra parte, se dio a conocer que los estudios realizados por laboratorios acreditados permitieron identificar el subtipo del virus detectado en el zoológico: el H5N1.

Según publicó el sitio, “el personal que trabaja en el zoológico se mantiene bajo vigilancia clínica-epidemiológica, cumpliendo con las normas de bioseguridad y hasta la fecha, presenta un buen estado de salud”.

Situación y prevención

Aunque el episodio está controlado, la amenaza permanece. Millones de aves sobrevuelan Cuba por dos corredores migratorios y suelen concentrarse en los espejos de agua de los humedales, atraídas por el clima y las condiciones naturales.

La influenza aviar es una enfermedad causada por los virus de la influenza (gripe) aviar tipo A, que se encuentran de forma natural entre las aves acuáticas salvajes del mundo, con capacidad también para infectar a las aves de corral y de traspatio. Además, algunas cepas provocan infecciones en los seres humanos.

Hasta la fecha, sostienen las autoridades sanitarias, el monitoreo del Sistema Nacional de Salud para las infecciones respiratorias agudas no detecta desviaciones en el comportamiento de su incidencia, ni la circulación de nuevos virus respiratorios.

Los puntuales casos en humanos no se diseminaron fácilmente; por lo que la Organización Mundial de la Salud considera bajo el riesgo de infección y sostiene que no se verifica transmisión sostenida de persona a persona.

Alerta temprana

En diciembre pasado, la Dirección de Epidemiología del Cenasa lanzó una alerta para elevar la vigilancia epidemiológica en prevención de la influenza aviar en el país, teniendo en cuenta la rápida diseminación en varios países; tanto en aves silvestres como domésticas, que incrementaba el riesgo de aparición en Cuba.

A su vez, enfatizaba que, de acuerdo con el patrón estacional, se esperaba un aumento del número de brotes en los países de la región, como sucedió luego.

Ante la amenaza potencial para la salud animal con impacto en la salud pública, para cuyo enfrentamiento es necesario el enfoque intersectorial, la OMSA recomendó reforzar la vigilancia epidemiológica para la detección temprana y la respuesta oportuna.

A propósito, el Cenasa orientó desde entonces a profesionales, técnicos, criadores y población extremar las medidas de bioseguridad para mitigar el impacto y evitar el contacto de aves silvestres con las crianzas avícolas y no trasladar aves enfermas. (2023)