Cuba y Francia cooperan en la adaptación al cambio climático

El proyecto Resiliencia azul, impulsado por ambos países, apoya la adaptación al cambio climático en dos zonas costeras de Cuba

La iniciativa promueve el intercambio de experiencias para la adaptación al cambio climático, mediante encuentros entre gestores, comunidades y actores del turismo en la península de Guanahacabibes y Playa Santa Lucía.

Foto: Tomada de la página de Facebook del Centro Nacional de Áreas Protegidas de Cuba

La Habana, 21 dic.- Contribuir a la resistencia de los ecosistemas marinos y costeros, así como de sus habitantes humanos ante los impactos del cambio climático es el propósito de una nueva iniciativa de cooperación internacional entre Cuba y Francia: Resiliencia azul.

El proyecto se centra en la conservación y uso sostenible de los recursos en dos zonas costeras de Cuba: la península de Guanahacabibes, en la occidental provincia de Pinar del Río, y Playa Santa Lucía, en la provincia de Camagüey, al este del archipiélago.

La iniciativa, que tiene como socio financiero al Fondo Francés del Medio Ambiente Mundial, que aporta unos 4,7 millones de euros, posee una dimensión social y de integración de las comunidades, de acuerdo con el embajador de Francia en Cuba, Laurent Burin des Roziers.

El diplomático también asegura que esa mirada es compartida con el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba y parques naturales de Francia, para reforzar la cooperación regional en el Caribe.

A su juicio, otro elemento a destacar de Resiliencia azul, con una duración de cuatro años, es su impacto en la adaptación al cambio climático en los referidos ecosistemas, “sin olvidar a las mujeres y hombres que viven en estos territorios, la preservación de los océanos”.

Para Burin, “los desafíos vinculados requieren compromiso, recursos financieros y humanos”.

Razones

Especialistas indican que estas dos zonas presentan importantes retos en términos de desarrollo económico, sobre todo en el sector turístico, por lo que resulta relevante la salud de sus ecosistemas.

Sin embargo, están sometidas al impacto negativo de actividades económicas sobre los recursos naturales y el cambio climático.

En Cuba, el cambio climático se manifiesta en el aumento de la temperatura superficial, en la distribución de las precipitaciones, el aumento del nivel del mar y su temperatura superficial, además de la mayor frecuencia e intensidad de fenómenos hidrometeorológicos extremos como los huracanes.

A ello se suma la amenaza a los ecosistemas marinos y costeros (manglares, arrecifes de coral, pastos marinos y lugares de anidación, entre otros), las infraestructuras costeras (carreteras, viviendas, suministro de energía, acueducto y alcantarillado) y las actividades económicas (agricultura, silvicultura, pesca, industria, turismo, entre otras).

En Guanahacabibes, los huracanes, el aumento del nivel del mar y las sequías representan un alto riesgo para los ecosistemas naturales, las infraestructuras y las actividades económicas, en las condiciones actuales y futuras.

De igual modo se estima un elevado riesgo en playa Santa Lucía por inundaciones, sequías y el impacto de ciclones tropicales, especialmente en la costa, que provocan daños a las infraestructuras y las actividades económicas.

Resiliencia azul

Resiliencia Azul aspira a profundizar el conocimiento de los ecosistemas y su evolución, asi como a reforzar la cooperación nacional e internacional en materia de cambio climático.

A su vez, persigue establecer una gobernanza adecuada, inclusiva y con perspectiva de género para gestionar las actividades humanas y proteger los ecosistemas referidos.

En ambos casos, resulta esencial implicar a todas las partes interesadas del territorio en el proceso de adaptación al cambio climático y aplicar medidas con perspectiva de género en Playa Santa Lucía.

Además de 11 actividades, el proyecto abarca dos componentes. El primero: desarrollar la investigación científica para mejorar los conocimientos y contribuir al fortalecimiento del proceso de toma de decisiones.

El segundo componente se relaciona con la aplicación de soluciones y acciones concretas de adaptación al cambio climático.

En la ejecución del proyecto Resiliencia azul participan la Agencia de Medio Ambiente, el Centro de Investigación y Servicios Ambientales y el Centro de Investigaciones del Medio Ambiente de Camagüey. (2024)

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