Limpieza de ríos llega a la periferia habanera

El Guardabosques convocó al voluntariado para sanear un segmento del río Luyanó y mantener el reto del #trashtagchallenge en Cuba.

Isbel Díaz, coordinador del proyecto Guardabosques (izq), y Jimmy Roque trabajan por deshacer las islas de pestilentes desechos acumulados del río Luyanó.

Foto: Archivo IPS Cuba

La Habana, 23 abr.- Con escasos y precarios medios, pero con mucha ingeniosidad y perseverancia, integrantes del colectivo independiente Guardabosques sanearon parte del contaminado río Luyanó, uno de los que tributan a la bahía habanera, en la iniciativa #RíoLuyanóLimpio.

Reconocido por su sostenido trabajo sin ánimo de lucro, en especial en lugares periféricos, Guardabosques se sumó, el 20 de abril, a la iniciativa global del #trashtagchallenge que invita a las personas de todo el mundo a limpiar un entorno natural y publicar fotos del antes y el después.

Envases plásticos, muchas bolsas de polietileno, escobas viejas, gomas de camiones, bases de ventiladores, cuadro de bicicleta y textiles putrefactos, fueron algunos de los objetos extraídos por las y los voluntarios del afluente, ubicado en el municipio habanero de Diez de Octubre.

El colectivo Guardabosques, fundado en 2007, realiza acciones de reforestación en la capital cubana y lugares cercanos.

En apenas unas horas, tras varios intentos fallidos por deshacer las islas de pestilentes desechos acumulados, ingeniosas maniobras para rescatar las herramientas atascadas y peligrosas incursiones en el río del ambientalista Jimmy Roque, lograron acopiar más de una docena de escombros y dejaron ese tramo de río con una imagen diferente.

“Cualquier cosa que hagamos por el medio ambiente, por mínima que sea y aun cuando sabemos que no vamos a lograr sanear, repoblar o reforestar del todo, beneficia de alguna manera al entorno y crea una conciencia en la gente”, declaró Arliz Plasencia, quien trabaja en Guardabosques desde hace tres años.

Lena, de seis años, hija de Arliz y Mario, otro activista, también se puso unos guantes, recogió basura y observó cómo, pese al mal estado del río y sus márgenes, la vida busca siempre su curso en forma de calabazas, cundiamores y campanillas.

“Siempre la traigo y me doy cuenta realmente que es muy sencillo que los niños se motiven con este tipo de acciones, participen y se vaya creando en ellos una conciencia ambiental”, indicó Plasencia.

A juicio de Ahmed Toledo, de 25 años y estudiante de Filosofía, Cuba y particularmente La Habana, tienen una situación ambiental crítica.

La limpieza de un río “al menos sí ayuda a crear conciencia para que las personas tiren menos basura”, opinó el joven, que promueve este tipo de actividades en las redes sociales de Internet y distribuye impresos en la comunidad.

Guardabosques por dentro

Esta iniciativa tiene alrededor de 20 activistas no solamente en La Habana, sino también en el centro y el oriente del país.

Unido a las acciones de saneamiento, Guardabosques edita el homónimo boletín informativo digital e impreso, que llega a todo el país, donde denuncia situaciones medioambientales en Cuba, en las que estén involucradas instituciones públicas, privadas o internacionales.

A su vez, propone alternativas para las más diversas temátivas, entre ellas la producción de alimentos y la permacultura, acerca de la cual desarrollan actualmente un curso.

De acuerdo con Arliz Plasencia, el grupo está abriendo una nueva línea, nombrada Argumento ambiental, para introducir una serie de reportajes y entrevistas a especialistas, acerca de problemas ambientales en Cuba, como por ejemplo, desechos sólidos, el caracol africano y la minería, con soluciones y argumentos sobre ellas.

La pequeña Lena, hija de dos activistas por el medio ambiente, dio su aporte al saneamiento del río Luyanó.

Activismo sin fronteras

El colectivo, fundado en 2007, realiza acciones de reforestación en la capital cubana y lugares cercanos, además de saneamiento ambiental. Otra parte de su trabajo consiste en la denuncia de violaciones ambientales, a través de su boletín y de quejas directas de activistas ante las autoridades pertinentes.

“Estamos haciendo lo que llevamos haciendo desde hace mucho tiempo. Hemos limpiado los ríos Quibú, Ariguanabo (en la provincia de Artemisa) y Almendares y trabajado también en el Malecón de La Habana. Las actividades, por lo general, tienen esta perspectiva de saneamiento y reforestación”, explicó el biólogo Isbel Díaz, coordinador del proyecto autónomo.

A su juicio, se ha producido un movimiento en Cuba alrededor de la convocatoria mundial #trashtagchallenge para recoger y limpiar los ríos. “Aunque para nosotros no es nuevo, en realidad nos entusiasma mucho, nos parece genial que nuevas personas se sumen y este es nuestro aporte”, continuó.

En esta primera acción en el río Luyanó, pese a haber distribuido en el vecindario materiales impresos para convocar a las personas, no lograron la participación de la comunidad.

Díaz no se amilana ante ese percance: “no es el río más contaminado, los niveles de contaminación, al menos en este sector, no son tan graves y pienso que podemos ir trabajando, si logramos involucrar a la comunidad y tener más fuerzas y recursos, podremos irlo transformando”.

Algunos de los comentarios de los transeúntes sobre la iniciativa fueron: “eso es por gusto, debería hacerlo el gobierno”, “a quien bote basura en el río deberían ponerles multas de 50.000 pesos, así no lo harán más”, “están locos… mañana estará igual”.

La cercanía de la sede del grupo, el Centro Social y Biblioteca Libertaria ABRA, motivó la selección de este lugar, pues “lo principal es lograr identificar ese problema que está ahí al lado tuyo, que ves todos los días y que puedes hacer algo al respecto y transformarlo”, indicó Díaz.

“No pedimos permiso para hacer lo que hacemos, porque sentimos que tenemos toda la legitimidad para hacerlo, pero sí nos gusta involucrar a todas las personas que quieran y puedan sumarse y si son instituciones, mejor”, destacó. (2019)

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