Cooperación fortalece capacidades para producir semillas en Cuba

Organizado por el ministerio de agricultura de Cuba y la representación de FAO en la isla sesionó un curso sobre fundamentos y técnicas para la producción local de semillas.

productora siembra habichuelas

Cuba cuenta con un programa de mejoramiento genético de variedades de semillas, en tanto, agricultores especializados participan junto a las empresas estatales en la producción de semillas de calidad.

Foto: Jorge Luis Baños/ IPS

La Habana, 15 nov.- Productoras, productores, investigadores y autoridades de la agricultura urbana, suburbana y familiar en la isla dialogaron sobre tendencias modernas para la producción de semillas y su conservación artesanal durante un curso convocado por el ministerio de agricultura y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

El encuentro de capacitación, del 6 al 10 de noviembre, reunió en La Habana a representantes de fincas de varias regiones cubanas, especialistas gubernamentales y del Instituto de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical Alejandro de Humboldt (inifat) que intercambiaron con Nohelia Rodríguez, consultora en desarrollo organizativo de bancos locales de semillas de FAO en Venezuela.

Según refiere FAO en su sitio web, el curso permitió compartir saberes y experiencias sobre temas relacionados con el proceso de producción y cosecha. Además, se analizó el beneficio de las semillas en cultivos de lechuga,  acelga, rábano, habichuela, quimbombó y tomate, entre  otros.

Calidad y capacitación

Yanisbell Sánchez, directora de semillas y recursos fitogenéticos de ministerio de agricultura comentó aspectos relevantes de la política de producción de semillas en la nación insular caribeña.

Puntualizó al respecto que el Decreto-Ley 388, “De Recursos Fitogenéticos para la Alimentación, la Agricultura y las Semillas”, aprobado en 2019, regula y explica la conservación, comercialización y producción, así como el sistema de certificación de las semillas.

Esta norma incluye también las contravenciones de personas naturales o jurídicas, además del programa de mejoramiento genético que desarrollan las instituciones científicas cubanas.

Sánchez hizo énfasis en la necesidad de contar con semillas de calidad para garantizar en gran medida el rendimiento que se puede obtener.

“Por eso se da tanta importancia a las semillas y se trata de priorizar y mantener la capacitación de personas que continuamente pueden ir aprendiendo y mejorando, para que las semillas realmente tengan calidad”, resaltó.

Sobre la experiencia de la finca agroecológica La milagrosa en la formación vocacional de las nuevas generaciones conversó Gabriel Suárez, productor asociado a la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Manuel Fajardo, ubicada en el municipio San José de las Lajas, de la occidental provincia de Mayabeque.

El ingeniero agrónomo expuso sus aspiraciones de convertir el espacio productivo en una finca-escuela, con el propósito de socializar y transmitir sus conocimientos.

Experiencias

La productora María Luisa García, de la finca La Chivería, vinculada a la CCS Paco Cabrera, del referido municipio, compartió su amplia experiencia en la producción de semillas.

“Nosotros renovamos las semillas todos los años. Tenemos semillas de cultivos varios, hortalizas y granos y aquellas que no alcanzan para sembrar en las seis hectáreas que tiene la finca se las hacemos llegar a otros productores del municipio con los que también vamos intercambiando y renovando las variedades”, puntualizó.

Por su parte, la consultora de FAO en Venezuela mencionó experiencias de proyectos en ese país relacionados con el fortalecimiento de capacidades técnico-científicas sobre el manejo de los cultivos con disminución de insumos para la producción de semillas en cereales y leguminosas.

Rodríguez subrayó la importancia de la organización, el establecimiento y la producción de bancos locales como estrategia para la conservación de semillas.

Asimismo, destacó el valor del mejoramiento genético participativo, el incremento y consolidación de la biodiversidad local, la permanencia de la oferta durante el año y el balance nutricional de la población.

El taller forma parte de las acciones del Programa de Cooperación Técnica “Apoyo en la respuesta a la covid para mantener el funcionamiento de los sistemas alimentarios en Cuba”, que impulsa FAO con el objetivo de mitigar los impactos inmediatos de la pandemia y, al mismo tiempo, fortalecer la resiliencia a largo plazo de los sistemas alimentarios y los medios de vida.

Agricultura familiar y alimentos en Cuba

Cuba desarrolla desde 1997 el Programa de Agricultura Urbana y Suburbana, que promueve el funcionamiento de huertos organopónicos y pequeñas fincas en la periferia de ciudades y poblados, donde se produce un porcentaje significativo de las verduras y hortalizas consumidas en los hogares.

Estudios revelan que la agricultura familiar aporta 75 % de los alimentos producidos en el país, por lo general mediante usos más eficientes de la tierra y una mejor conservación de los suelos en comparación con los sistemas agrícolas convencionales. (2023)

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