Universidad cubana fomenta educación en salud sexual reproductiva

Estudiantes, docentes y otros especialistas vinculados a la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba promueven la educación integral de la sexualidad.

La juventud enfrenta hoy problemas con su salud sexual reproductiva, entre ellos, embarazos no deseados y adquisición de infecciones de transmisión sexual.

Foto: Archivo IPS

La Habana, 3 ago.- A fin de promover la preparación para la educación integral de la sexualidad en docentes y el personal en todos los niveles de enseñanza y atención en salud, la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba realizó un estudio acerca de las percepciones de estudiantes sobre la alfabetización en salud sexual reproductiva.

Durante un año, la pesquisa iniciada en febrero de 2018 recopiló opiniones de 45 estudiantes de primer año de medicina, quienes participaron en grupos focales para analizar problemas en la atención y el cuidado, la prevención de enfermedades y la promoción de la salud sexual reproductiva.

La investigación incluyó, además, entrevistas grupales con 12 profesionales de salud y directivos del programa de atención integral al adolescente en esa provincia oriental de esta nación insular caribeña.

Según reseña la Revista Cubana de Pediatría, en su más reciente edición, el estudio permitió identificar, entre otras dificultades, el acceso de jóvenes a sitios digitales no confiables y sus pocas habilidades para obtener “información segura y adecuada (en aras de) cubrir sus necesidades en el autocuidado”.

No obstante, consideraron “fácil” el acceso a la información sobre los tratamientos y mencionaron, como ejemplos, actividades educativas donde pudieron obtener información de los promotores de salud en las comunidades.

De acuerdo con las autoras Zaida Espino y Giselda Sanabria, jóvenes participantes en la investigación “subestiman sus potencialidades como individuos conscientes y autodeterminados y, también, el autocuidado, la autogestión y la responsabilidad en la solución de su propio problema de salud”.

Ganar cultura de atención y cuidado

Sostienen las docentes de la Universidad de Ciencias Médica de Santiago de Cuba que para los adolescentes, el prestador del servicio se debe convertir en un factor protector en el cuidado de la salud sexual reproductiva.

Como factores perjudiciales en tal sentido, universitarios reconocieron que no acuden a los servicios de salud “por falta de tiempo”, al interferir el horario docente en el tiempo de duración de las consultas médicas.

Asimismo, se evidenció que “las muchachas acuden más a consulta médica que los varones, y cuando hay urgencia de atención, no para acciones preventivas”.

Respecto a temas de autocuidado, las autoras indican que hubo valoraciones enfocadas en el género, al atribuir al hombre, en una mayor cuantía, la responsabilidad de protección y referir “la existencia de debilidades en la mujer, influenciadas por el estigma y la discriminación de sus derechos para su protección sexual y la planificación familiar”.

Parte del grupo de jóvenes planteó que “el hombre se cuida más ante las infecciones de transmisión sexual (ITS), es el que siempre lleva el condón o preservativo, no se tiene conciencia de las enfermedades, se ve mal que una mujer proponga o tenga la iniciativa de la protección con el condón”.

Además de señalar en los varones “el bajo nivel de apoyo a la pareja y ante los riesgos de un embarazo”, las investigadoras advierten que tanto ellos como las muchachas aprecian “los métodos anticonceptivos como única forma de protección en la sexualidad y no ven las barreras para prevenir infecciones”.

De ahí que recomienden realizar “modelos de intervención explicativos de la realidad, para que puedan generar un aprendizaje activo, una conciencia crítica y un discernimiento ético, con una cultura sobre los derechos sexuales”.

Promoción de derechos en salud

En torno a la promoción de los derechos en salud sexual reproductiva, Espino y Sanabria indican que, aunque tenía referentes, ese grupo de estudiantes no conocía sus derechos ni contaba con el apoyo para decidirse a recibir atención médica, información, ser favorecidos por el secreto profesional y la no divulgación del estado de salud.

Se refieren las especialistas a la necesidad de crear grupos de apoyo y autoayuda dentro de la universidad, en respuesta a las demandas de jóvenes que “reconocen situaciones de riesgos como la violencia, la prostitución, el sexo transaccional, el bullying o acoso”, entre otras, y sienten la necesidad de integrarse y desarrollar capacitaciones sobre estos temas.

A partir de la heterogeneidad de la información sobre salud sexual reproductiva entre los estudiantes, su enfoque de vulnerabilidad al riesgo y la baja percepción de la calidad de los servicios para la planificación familiar en función de la atención a adolescentes y jóvenes, las autoras proponen desarrollar programas educativos.

Recomiendan diseñar e implementar acciones para profundizar en temas como el acceso a la información sobre salud sexual reproductiva y a los servicios de planificación familiar, entender la situación epidemiológica de las ITS/VIH/sida y otros factores de riesgos, así como la comprensión de la importancia del autocuidado, los derechos de la juventud y las habilidades para la vida.

Con miras al futuro

Las autoras exhortan a trabajar en función de “la calidad en los servicios para la atención a los adolescentes y jóvenes, que posibilite el cumplimiento de los derechos en salud sexual reproductiva y el bienestar de las futuras generaciones en beneficio del desarrollo sostenible”.

Afirman que “una estrategia de alfabetización en salud sexual reproductiva puede contribuir al empoderamiento de este grupo etario, para fomentar un envejecimiento saludable y, por ende, evitar una carga financiera adicional sobre los sistemas de salud en el futuro”.

Cuba perfecciona sus estándares de calidad en la atención a la salud de adolescentes, aprobados en 2018, con énfasis en la salud sexual reproductiva. Con la iniciativa liderada por el Ministerio de Salud Pública colaboran la oficina del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en el país y el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA). (2022)

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