Vuelve el petróleo ruso a Cuba

Un contrato entre la petrolera rusa Rosneft y Cubametales amplía el abanico de aliados energéticos de Cuba.

Rusia promete convertirse en otro importante aliado energético para Cuba, a juzgar por el acuerdo intergubernamental que entra en vigor.

Foto: Sputnik

Rusia recupera el rol histórico de suministradora de petróleo a Cuba a partir de la presente semana, en cumplimiento de un acuerdo intergubernamental firmado el año pasado entre ambos países. La carga llegaría como alivio a las presiones energéticas que enfrenta la nación antillana por la contracción del abastecimiento de crudo desde Venezuela.

La petrolera rusa Rosneft informó, según la prensa de ese país, del envío a Cuba de un cargamento cercano a 250.000 toneladas de crudo y diesel, mediante contrato firmado en marzo pasado entre esa compañía y la importadora estatal Cubametales.

Fuentes navieras citadas por la agencia Reuters reportan que ese combustible, estimado en 249.000 toneladas, debía comenzar a arribar este 10 de mayo a la mayor de las Antillas, en lo que sería el primer envío. Sin embargo, ninguno de los gobiernos ha informado oficialmente del monto total acordado.

Rusia, que retoma el papel que cumplió en el pasado siglo la Unión Soviética, acude oportunamente para cubrir una reducción en el suministro de hidrocarburo de la estatal venezolana PDVSA, que se ha visto afectada por la caída internacional de precios de petróleo y conflictos políticos y económicos internos de Venezuela.

El gobierno cubano confirmó el año pasado una contracción del envío de combustibles desde el exterior entre las dificultades económicas que provocaron una baja del 0,9 por ciento del producto interno bruto (PIB) en 2016.

El economista cubano José Luis Rodríguez menciona una reducción sensible estimada en el suministro de petróleo venezolano a Cuba desde mediados del año pasado, de 88.000 barriles de petróleo por día en el primer semestre a 55.000 barriles diarios en el segundo semestre.

Antes de contar con el combustible ruso, Cuba compensó parcialmente la reducción energética con la compra a Argelia de 515.000 barriles de crudo. Pero todo indica que esta no es una fuente estable.

El gobierno se propuso reducir este año en un seis por ciento el consumo de electricidad.

La producción cubana de crudo y gas ha declinado ligeramente también en los años recientes por debajo del tope de 4 millones de toneladas que había alcanzado. Según estimados, Cuba necesita cubrir con importaciones la mitad de su gasto total de combustible.

Varios de los ajustes económicos programados por el gobierno cubano para el actual año giran en torno a la energía. El gasto planificado de combustible en 2017 se reduce en un 4,4 por ciento (de 8.221.600 a 7.862.070 toneladas), mientras el consumo previsto de electricidad se recorta en un 6 por ciento (de 15.310 a 14.523 Gwh), anticipó el ministro de Economía, Ricardo Cabrisas, al informar a la Asamblea Nacional del Poder Popular el Plan del actual año.

Aunque la diversificación de socios externos, en particular para el suministro energético, ofrece ventajas, es evidente que no han desaparecido aún las presiones para Cuba. Las limitaciones del gasto se hacen extensivas al año 2018, a juzgar por informes preliminares ofrecidos recientemente en una reunión del Consejo de Ministros. (2017)

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