Académicos cubanos abogan por comunicación constructiva con LASA
La Carta Abierta al Secretariado del Latin American Studies Association (LASA) convoca a la continuidad del diálogo y el respeto mutuo.

Más de 220 representantes del campo docente, comunicativo e investigativo dentro y fuera de Cuba firmaron recientemente una Carta abierta al Secretariado de LASA, con motivo a recientes declaraciones del centro académico.
Foto: Tomada de Facebook
La Habana, 8 jun.- Como llamado a preservar “una colaboración que ha sido ejemplo de democracia y respeto mutuo”, más de 220 representantes del campo docente, comunicativo e investigativo dentro y fuera de Cuba firmaron una Carta abierta al Secretariado de LASA con motivo a recientes declaraciones del centro académico.
La misiva de los representantes de la intelectualidad cubana que circula desde el 5 de junio considera que el Pronunciamiento sobre la protección de los derechos humanos en Cuba no facilita “continuar este patrón de entendimiento, ni contribuye al diálogo que ha caracterizado nuestra colaboración”.
“Solo mediante la continuidad de ese diálogo, y de la aplicación de los conceptos que gobiernan a LASA como institución (…) podremos contribuir a la protección de nuestras libertades y prácticas de los derechos humanos en el campo de la educación y de la cultura, aquí y allá”, afirma la misiva.
De igual forma, el texto coloca en contexto la petición cuando recuerda que el “Pronunciamiento” surgió de un llamamiento inicial de una veintena de miembros y una mayoría de no miembros que instó a la organización a asumir una postura frente a lo que consideraron violaciones de derechos humanos en Cuba.
En ese sentido, aunque las personas signatarias reconocieron que el documento emitido por LASA no tiene categoría de resolución, “sí adopta una actitud unilateral, ajena al diálogo que ha caracterizado las relaciones”.
Visiones encontradas
A partir de ese análisis, se considera que el pronunciamiento de LASA adoptó un tono aleccionador y extraño cuando rechazó el bloqueo, pero sin ignorar que “su compromiso con los valores de la libertad de expresión, la libertad académica y el respeto por los derechos humanos en el contexto de la democracia, la soberanía y el Estado de derecho”.
“Si ese texto se hubiera discutido con los miembros de la Sección Cuba, podríamos haber debatido su contribución y eficacia reales para fomentar las libertades académicas y los derechos humanos”, indica la referida carta.
Para ello, según las y los firmantes, se podría explicar cómo se ha trabajado “para expandir el debate crítico de nuestros problemas, no solo en los medios académicos y culturales, sino en la sociedad civil y entre la ciudadanía cubana, en la isla y en Estados Unidos”.
De igual forma, se podría presentar “una mirada de nuestros problemas, como la que solemos llevar a los paneles de LASA, para nada satisfecha ni apologética, que comparte lecciones aprendidas sobre democracia y soberanía”, valoran además.
“Nada de lo anterior se sustituye por juicios unilaterales”, sentencia la misiva que tampoco deja de reconocer los aportes de LASA en el entorno investigativo y docente cubanos.
“Ninguna otra institución norteamericana ha contribuido tanto a abrir el camino de la cooperación y a desarrollar confianza mutua entre los dos lados”, se considera en el texto.
Por la continuidad del diálogo y el entendimiento
Para quienes suscribieron el documento de apoyo a Cuba, el mayor mérito de LASA, “al cabo de más de cuatro décadas, ha sido evitar que se cierre una ventana de diálogo y entendimiento entre las sociedades civiles y la cultura de ambas orillas, crear un clima de libertad académica y fomentar unas ciencias sociales y humanidades críticas y rigurosas”.
Por ello, quienes realizan el llamado abogan “por una comunicación constructiva, que evite malos precedentes y guerras de pronunciamientos, cuyo destape por cualquier eventual motivo surgido aquí o allá resultaría dañino para unos puentes ya de por sí expuestos a una hostilidad incesante”.
Aunque la carta fue emitida inicialmente por integrantes premiados de la Sección Cuba de LASA, como los Premios Nacionales de Literatura Miguel Barnet, Nancy Morejón y Ambrosio Fornet; los Premios Nacionales de Ciencias Sociales Pedro Pablo Rodríguez y Aurelio Alonso, y Rafael Hernández, director de la Revista Temas, se han sumado a ellos más de dos centenares de representantes de la intelectualidad cubana.
María del Carmen Barcia, Premio Nacional de Ciencias Sociales, las reconocidas académicas e investigadoras Clotilde Proveyer, Mildred de la Torre, Norma Vasallo y María Isabel Domínguez, el politólogo Esteban Morales, el analista político Carlos Alzugaray y el historiador Jesús Arboleya son otras personalidades que suscriben la misiva.
Otros pronunciamientos, otras voces
Al reciente intercambio de misivas y pronunciamientos alrededor de LASA se sumó también el artículo Un documento penoso, que el poeta y ensayista Victor Fowler publicó acerca de una declaración conjunta sobre Cuba elaborada por el Centro David Rockefeller de Estudios Latinoamericanos, el Centro Hutchins de Investigaciones Africanas y Afroamericanas y el Instituto de Investigaciones Afrolatinoamericanas de la Universidad de Harvard.
La declaratoria cuestiona las citadas violaciones de derechos humanos en Cuba, aunque en el texto realizan nombramientos explícitos al llamado Movimiento de San Isidro y algunos de sus representantes.
Desde dicho material Fowler critica que las mencionadas organizaciones no consideraron “algún lazo de causa-consecuencia entre financiación-proyección política”. A su vez, abunda en consideraciones sobre el polémico Decreto Ley 369, otro de los temas tratados en la declaratoria de la triada.
Fowler, quien fue becario de varias de las instituciones firmantes, señaló que junto con la “pobreza cubana innegable”, “como detonador de incomodidades sociales”, hay responsabilidad inmediata de la continuada política de embargo/bloqueo de los Estados Unidos contra Cuba durante 60 años.
Asimismo, califica el texto como “intervencionismo académico” sin precedentes. “Hasta donde conozco, no existen documentos que —emitidos por esta triada de instituciones harvardianas— se refieran con la misma urgencia e intensidad de preocupación (y nunca menos) a la situación de «derechos humanos» en ningún otro país del continente”, señala el intelectual cubano. (2021)
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