Campaña ecuménica aúna voces por un Código de las Familias inclusivo     

Se trata de “Hasta que el amor sea ley”, iniciativa de la plataforma colaborativa de inspiración religiosa Voces Ecuménicas Cubanas.

La iniciativa de Voces Ecuménicas Cubanas presenta testimonios que reflexionan sobre la inclusión y la familia desde una visión bíblica, teológica y pastoral.

Foto: Tomada de la página Voces Ecuménicas Cubanas en Facebook

La Habana, 12 jun.- “Lo importante en una familia son sus relaciones, sus lazos, como sean capaces de expresar la solidaridad, la reciprocidad, la contención”, aseguran la  psicóloga Patricia Ares y el teólogo Reinerio Arce desde su experiencia personal.

La opinión de esta familia es parte de la campaña “Hasta que el amor sea ley”, que realiza la plataforma colaborativa Voces Ecuménicas Cubanas, a favor de un Código de las Familias inclusivo.

Dicha norma jurídica está próxima a ser renovada mediante referendo popular. El anteproyecto que se someterá a consulta debe abarcar la diversidad de estructuras familiares y se espera incluya el reconocimiento del matrimonio igualitario.

La iniciativa de Voces Ecuménicas Cubanas se lanzó en redes sociales el pasado 23 de mayo, con la primera emisión de un podcast con personas que reflexionan sobre la inclusión y la familia desde una visión bíblica, teológica y pastoral.

En su tercer episodio, la pastora Kirenia Criado Pérez, de la Iglesia de los amigos cuáqueros, comenta: “La lucha por una experiencia social y religiosa de integración y respeto parece ser uno de los desafíos actuales. El evangelio nos invita a construir comunidades, familias abiertas al diálogo y la fraternidad humana”.

Testimonios que visibilicen la diversidad

Bajo el principio de “que somos muchas formas de ser familias”, la campaña difunde testimonios que pueden visibilizar esa diversidad.

Haydee Padrón Rodríguez, de 41 años, comparte el pastorado con su madre en la Iglesia Bautista Bethania, en Perico, municipio de la occidental provincia de Matanzas. Soy madre soltera, lo cual es todo un reto, especialmente en la iglesia”, comparte.

Sin embargo, al vivir en la casa pastoral la familia en ocasiones crece: “Los amigos y amigas que llegan, los que pasan a tomar café o a relajarse, quienes quieren orar”.

Una experiencia similar tiene Leo Jaramillo, quien creció en un hogar monoparental que fue ampliándose con otros lazos afectivos.

“El hogar también puede ser construido. Ciertamente, como todo en la vida, ser familia requiere algo de esfuerzo y dedicación, conlleva apoyo y respeto, se deleita en la unidad y se adorna de diversidades”, asegura este joven de 34 años, licenciado en Derecho y de fe cristiana.

También pueden encontrarse en las publicaciones testimonios de familias extendidas, separadas por la emigración de uno de sus miembros e interraciales, como la de Sarahi García y Alison Infante.

Ellas definen como desafíos sociales: “educar para reconocer, disfrutar y celebrar la diversidad que nos habita, en nuestra familia y más allá de ella”.

“Hay una diversidad grande de familias en La Biblia; no existe para mí un modelo único”, asegura el teólogo y psicólogo Reineiro Arce.

Activismo por los derechos de todas las familias

Estas voces ecuménicas se unen al activismo ciudadano que abogan por un Código de las Familias inclusivo en un contexto donde también gana visibilidad el discurso de grupos religiosos y conservadores con posiciones de antiderechos.

El apoyo a la diversidad familiar desde la fe se presenta asimismo en la campaña “+amor, +derechos”, del Movimiento Estudiantil Cristiano de Cuba, y “Cristo ama mis colores”, iniciativa conjunta de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana en Cuba y el colectivo Abriendo brechas de colores.

A pesar de la movilización ciudadana por el sí, la decisión de llevar a referendo el nuevo Código de las Familias ha sido cuestionada por parte del activismo LGBTQ+ alegando que “los derechos no se plebiscitan”.

La constitución vigente desde 2019 refrenda principios como la no discriminación y el derecho de cada persona a formar una familia, que deben guiar las transformaciones jurídicas del país.

También contempla el matrimonio como una institución social y jurídica basada en el libre consentimiento de los cónyuges, sin restricciones de género. Sin embargo, dispone que la forma en que este puede constituirse se establece en la ley que será sometida a consulta.

La reforma legislativa deberá atender, según han declarado especialistas y autoridades de la nación caribeña, cuestiones relativas a la filiación, las relaciones parentales, las instituciones de guarda y protección, e instituir las uniones de hecho. (2021)

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