Centro cristiano cubano dedica atención a personas adultas mayores

Se atienden necesidades de alimentación, higiene y corte de cabello, junto con el acompañamiento psicológico y social.

El encuentro concluyó con un momento dedicado a la música y la actuación de niños y niñas.

Foto: Cortesía del CCRD-C

La Habana, 19 jun.-  ¿Cómo viven y se sienten quienes hace años dejaron de ser jóvenes, tal vez padezcan de alguna enfermedad o estén en situación de discapacidad? ¿Cuánto pueden estar golpeándolos la soledad o la violencia? Sobre eso versó un encuentro organizado por el Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo de Cárdenas.

El objetivo del encuentro fue promover la toma de conciencia en relación con la importancia del cuidado de las personas adultas mayores  y visibilizar acciones de protección en situaciones de maltrato o violencia.

El intercambio se propuso establecer un diálogo entre adultos mayores con niños y adolescentes desde diferentes enfoques: médico, psicológico y social, con grupos insertados en el Programa para la atención a personas con discapacidad, ancianos y ancianas y con necesidades especiales.

Los beneficiados de nuestro programa viven en situación de vulnerabilidad por estar solos, muchos presentan discapacidades (físico-motoras, visuales y sensoriales), con bajo poder adquisitivo para acceder a recursos, explicó Rita García, directora de esa institución de Cárdenas, en la occidental provincia de Matanzas.

A este encuentro acudieron también especialistas en geriatría, psicólogos de las áreas de salud y del Centro municipal de higiene y epidemiología, estudiantes de las enseñanzas primaria y secundaria junto a especialistas del CCRD.

De acuerdo con Yenia Pupo, coordinadora  del Programa académico del centro, “fue un espacio para que ancianas y ancianos visualizaran las distintas formas de maltrato, cómo enfrentarlos y las maneras para no victimizarse.

También, agregó Pupo, se les ofrecieron herramientas elementales y de fácil aplicación para su autocuidado.

“El encuentro con niñas y niños fue muy emotivo, les hicieron preguntas, devolvieron las bondades de vivir con abuelos en casa y ancianas y ancianos solicitaron volver a encontrarse en un espacio como este y que invitaran a otros adolescentes y jóvenes”, destacó Pupo.

El encuentro concluyó con un momento dedicado a la música de la época de ese grupo, que se incorporó para bailar al ritmo de la canción El buey cansa´o, de la agrupación musical cubana Van Van.

Parte del todo

Este tipo de intercambio forma parte de las acciones que desarrolla el CCRD con y  hacia este grupo etario, especialmente impactado por el actual contexto socioeconómico cubano, que incluye también servicios de podología, corte de pelo, afeitado, lavado de ropas y baño.

La totalidad de los beneficiados recibe almuerzo de lunes a viernes y en la comunidad rural “El Castillito” se les entrega desayuno como refuerzo para satisfacer sus necesidades nutricionales.

De igual forma, una enfermera y una asistente, parte del equipo de trabajo del CCRD,  se encargan de visitarles periódicamente para garantizar los servicios y velar por sus condiciones de salud y la higiene del hogar.

Otro de los beneficios que disfrutan es la atención de los especialistas del Programa de Atención Psico-comunitario, que incluye especialidades como otorrinolaringología, psiquiatría, sicología, oftalmología y medicina natural y tradicional.

Las evaluaciones arrojan que la atención ofrecida se aprecia en la mejora del aspecto personal e higiene, con un impacto favorable en el mejoramiento de su autoestima, a la vez que se ha logrado disminuir en la población incorporada al programa las afecciones de piel.

De acuerdo con García, la labor del centro ha servido como referencia a residentes que se forman en la especialidad de geriatría e instituciones cristianas, además de contar con el reconocimiento de la comunidad.

Del asistencialismo a la atención participativa

El CCRD entiende este tipo de actividad como un servicio diacónico no asistencialista, donde se tienen en cuenta las necesidades de estas personas, que viven en condiciones de pobreza y vulnerabilidad, para paliar sus carencias materiales y espirituales.

Con ese objetivo, se les propone insertarse en espacios de aprendizaje y/o recreación en función de sus capacidades. Sin embargo, aclaran, el actual contexto no posibilita transitar a una atención participativa, ni existen referentes en el territorio para su introducción.

Como mayores retos en el trabajo con este grupo poblacional figura el de crear un entorno amigable para adultos mayores y que tengan una mayor participación en los diseños de las  estrategias de Centro. (2023)

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