La Habana, 20 mar.- Desde sus casas, tijeras y alicates en mano, dedican horas a moldear sus creaciones y darles las formas que les dicta la imaginación, ejercicio que ayuda más en tiempos de covid-19. Así funciona hace un año el Club Cuba Bonsái, que ha ideado iniciativas virtuales para mantener los lazos que unen a sus integrantes.

“A raíz del brote pandémico, hemos limitado nuestras actividades físicas a cero. En el 2020 fueron cancelados los proyectos y este 2021 aún está sin aviso de reinicio de las actividades normales del club. Actualmente estamos movilizados solo a través de nuestras redes sociales”, explicó Yusniel Humberto Fernández, presidente del club.

Además de sus perfiles en Instagram, Facebook, WhatsApp y YouTube, todas con el mismo sello y calidad de distribución de contenidos, Club Cuba Bonsái tiene en Telegram el primer canal gratuito para la distribución de información nacional e internacional actualizada, de libros, artículos, imágenes, consultas, etc.

“Hemos impartido más de cinco cursos en Telegram. Otras actividades y proyectos sociales virtuales no han cesado, incluyendo rifas y sorteos para incrementar el público objetivo que necesitamos aprenda a reconocer el bonsái y el arte que conlleva elaborarlo”, añadió Fernández.

Fundado el 10 de noviembre de 2013, el club tuvo en un inicio la idea fundamental de ser una organización que agrupara a artistas del bonsái en Cuba, y principalmente aquellos que ya tuvieran alguna experiencia y aportaran a esa organización.

Detalla Fernández que el grupo funcionó primero como una asociación para exponer el trabajo de los cultores cubanos del arte del bonsái; luego se incorporaron a las actividades del grupo cursos, talleres, exposiciones nacionales e invitaciones a bonsaistas foráneos para extender la iniciativa a proyectos sociales.

“Actualmente funcionamos online y seguiremos así. Hemos obtenido muy buenos resultados empleando esta vía para superar barreras regionales e internacionales, incluyendo públicos más variados y amplios escenarios de libertad de conocimientos”, destacó.

Beneficios en confinamiento

“El arte del bonsái tiene sin dudas un impacto extremadamente positivo en estos tiempos, pues ha sido muy saludable y relajante la sensación de tener un trozo de naturaleza en casa. Además, he mantenido mi mente ocupada, estudiando, investigando y aprendiendo de este mundo infinito”, afirma Lisette González, de 32 años, trabajadora por cuenta propia.

“Y las acciones virtuales de nuestro club, ¡han sido lo mejor, un espacio de puro conocimiento, pero también de risas, de amigos y de maravillosas personas!”, agrega.

Sostiene el chef Eliezer Orihuela, del hostal Casa Abela, que este arte lo ha ayudado no solo a él, sino también a su esposa, sus hijos y amigos más allegados.

“Son momentos de subir a la terraza y estar un rato con los enanos es un momento crucial. Gracias a la organización del club no se ha dejado ni un solo día de interactuar, ni de crear on line, algo muy satisfactorio”, subraya.

Pilares

Para Fernández, el cultivo del bonsái “ennoblece el alma y genera una paz incomparable. El bienestar emocional que provoca en sus miembros es reconocible en su actuar cotidiano y sus posteriores acciones. Muchos de nuestros miembros han encontrado en nuestro club un escape a la monotonía y una vía de desarrollo personal con un compromiso único con el propio ser”, afirmó.

El club agrupa a personas de todas las edades, etnias y clases sociales, que concuerdan en los principales aspectos y en el amor a una cultura diferente, pero humana y social.

Los requerimientos para integrarse al grupo son muy básicos y fundamentales: haber vencido el curso básico de Bonsái de Cero o ser un artista independiente de bonsái reconocido y con piezas en su aval.

“Creemos y estamos convencidos que la clave principal de ser un buen cultor de bonsái es el aprendizaje continuo, el interactuar en equipo, el estudio constante, el talento y el amor por este arte y la dedicación abnegada, dijo Fernández.

Adelantó el presidente del Club Cuba Bonsái que, cuando pase la pandemia, retomarán el trabajo en el Museo de Artes Decorativas, en el Vedado habanero, “donde continuaremos impartiendo cursos y talleres, motivando a nuevos talentos a participar en nuestras exposiciones también.

Para toda Cuba

“Nuestro club tiene su sede en la Habana, pero reunimos personas de todas partes del país, pues no pretendemos ser excluyentes por cuestiones regionales. El crecimiento en las redes sociales nos da la cobertura de llegar a muchas más personas”, explicó.

Además, el club ha estrechado vínculos con muchos bonsaistas y otras organizaciones homólogas a lo largo de los años. “Hemos establecido relaciones con clubes y artistas extranjeros que ya nos tienen como referencia caribeña de bonsái latinoamericano”, acotó.

El Club Cuba Bonsái pertenece a la Federación Latinoamericana de Bonsái, la comunidad Tijeras Negras –un movimiento cultural mundial del bonsái inclusivo–, y durante la epidemia de covid-19 ha elaborado videos especiales para la World Bonsai Friendship Federation (WBFF, por sus siglas en inglés). (2021)