Crece la responsabilidad social empresarial en sector privado cubano
Con apoyos financieros y acciones voluntarias, la comunidad emprendedora cubana fortalece y promueve la responsabilidad social empresarial.
Este producto periodístico forma parte de la cobertura especial Nuevos actores económicos y desarrollo local en Cuba (2023-2025). #DesarrolloLocalParaCrecer |
La Habana, 2 may.- Aunque aún no es una práctica asumida por la mayoría de los actores económicos, cada vez más integrantes de la comunidad emprendedora cubana promueven la responsabilidad social empresarial para el beneficio de barrios, grupos sociales específicos y el cuidado ambiental.
Estas iniciativas nacen de la voluntad de personas propietarias, socias y trabajadoras de emprendimientos, que destinan parte de sus ingresos a actividades con fines sociales y medioambientales, y establecen prácticas en ese sentido. Incluso se unen como colectivo.
Bajo ese principio surgió hace un año el grupo De Todo Un Team, integrado por representantes de emprendimientos muy diversos.
La historia la cuenta Ernesto López, de 36 años, miembro del negocio familiar Maya artesanía, quien se unió a otros 24 emprendedores, en abril del 2023, para celebrar el Día Mundial del Emprendedor en un hogar de niñas, niños y adolescentes sin amparo familiar, en el municipio La Lisa, de La Habana.
Pudieran ser más los emprendimientos responsables para contribuir en mayor medida al desarrollo sustentable de la nación”, señala William Bello, coordinador de la iniciativa Oasis, que promueve el enfoque de responsabilidad social empresarial en Cuba.
Según apunta, junto al grupo que conoció en los talleres de formación de CubaEmprende, un proyecto de capacitación que impulsa el Centro Cultural Padre Félix Varela, descubrió “la necesidad que teníamos de ayudar a otros, a rescatar valores y esa solidaridad que tanto caracterizó a la sociedad cubana”.
Nace De Todo Un Team
En ese momento surgió De Todo Un Team, “una comunidad de actores económicos que practican la responsabilidad social empresarial como un estilo de vida. Ya somos 60”, explica.
La integran iniciativas educativas, proyectos de desarrollo local (PDL), micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) de construcción, elaboración y venta de alimentos, confecciones y tecnológicas.
También conecta a fincas, trabajadores por cuenta propia (TCP), salones de belleza, empresas estatales y organizaciones religiosas como el Proyecto Sociocultural Cabildo Quisicuaba, “que fue guía de qué y cómo hacer y hacia quiénes dirigir las acciones”, puntualiza López.
A su juicio, “todos tienen en común líderes con un excelente corazón, con un sentido de humanidad y de liderazgo que creen y hacen realidad sus metas. Sin ellos, esta comunidad no existiría”, afirma.
Mejorar la calidad de vida
De Todo Un Team se enfoca hoy en varias líneas de acción, entre ellas, la atención a niñas, niños y adolescentes con larga estadía en instituciones de neurocirugía y oncopediatría, así como residentes en los hogares para menores sin amparo familiar.
A la vez, trabaja en colaboración con la Unidad de Asuntos Humanitarios de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, con sede en el Convento de Belén, donde se desarrolla un programa de atención a personas de la tercera edad.
El grupo brinda apoyo a esta franja etaria de La Habana Vieja, “para ayudar no solo a quienes viven en residencias sociales, sino también en la comunidad”, destaca López.
Además de actividades culturales y donaciones de sangre, el proyecto realiza reparaciones y mantenimientos menores, gracias al aporte de mipymes de construcción.
“Llegamos a hospitales, hogares de adultos mayores y de niños sin amparo familiar, arreglamos baños, instalaciones eléctricas, cocinas y carpinterías metálicas, instalamos motores de agua y tanques para minimizar las vulnerabilidades”, ejemplifica.
De acuerdo con López, aunque les resulta casi imposible resolverlo todo, pueden “llegar hasta facilitar un estado deseado o al menos elevar la calidad de vida”.
El Team es familia
William Bello, coordinador de la iniciativa Oasis, de CubaEmprende, que promueve el enfoque de responsabilidad social empresarial, reconoce la gran cantidad de acciones de impacto social del Team y el crecimiento de los actores involucrados.
“Hoy es una gran familia, que incluye no solo a actores económicos, pues tenemos 200 colaboradores, personas que no tienen ningún tipo de negocio pero aportan lo que tienen para compartir, desde una ropa hasta un jabón”, indica.
Asimismo expone que, como parte de su crecimiento y diversificación, el grupo crea líneas de formación. Por ejemplo, menciona que cada líder de emprendimiento realiza talleres en los hogares para niñas, niños y adolescentes sin amparo familiar y les enseñan oficios como forma de prepararlos para su vida adulta, fuera del sistema institucional.
El quehacer de la comunidad De Todo Un Team irradia hasta la provincia de Holguín, en el oriente cubano, con la participación de personas e instituciones “para hacer realidad la responsabilidad social empresarial y llegar a quienes más lo necesitan, a veces solo con el acompañamiento”, acota.
La historiadora Rosandra Echavarría, de 35 años, conoció la iniciativa en un viaje a La Habana, cuando una amiga la invitó a una de las actividades dedicadas a abuelas y abuelos.
“Quería hacer algo hacía mucho tiempo, pero en Holguín no había encontrado el espacio. Regresé a mi provincia con esa idea. Un tanto escéptica, pensé que nadie me apoyaría. Sin embargo, las instituciones fueron las primeras que recibieron la propuesta con agrado”, dice la también emprendedora.
Una bola de nieve
Se desconoce el alcance de la responsabilidad social empresarial entre las 10 962 mipymes, 71 cooperativas no agropecuarias y 1080 PDL que figuran en el registro del Ministerio de Economía y Planificación desde septiembre del 2021 hasta el 18 de abril del 2024. También pudieran hacerlo algunos de los 596 000 trabajadores por cuenta propia.
En ocasiones, mipymes, PDL o TCP apoyan a personas o grupos en situación de vulnerabilidad con alimentos, como sucedió durante la pandemia, cuando numerosos emprendedores se movilizaron para ayudar tanto a poblaciones en cuarentena como al personal médico en zona roja.
De igual modo, hacen donaciones periódicas a personas en situación de discapacidad, imparten cursos gratuitos sobre temas diversos, organizan pasantías para estudiantes universitarios o convocan a iniciativas medioambientales y de reciclaje.
A juicio de Bello, pudieran ser más los emprendimientos responsables para contribuir en mayor medida al desarrollo sustentable de la nación.
El economista y profesor cubano Fernando Díaz dijo en la televisión local que “la responsabilidad social empresarial no es un costo, es una inversión de retorno a mediano y largo plazo; tampoco resulta algo que se consigue de una vez para siempre. Es un itinerario, una conquista, un camino que hay que recorrer cada día”. (2024)
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