La Habana, 2 may.- Desarrollar habilidades para el bienestar físico y emocional, prevenir violencias y fomentar una cultura de paz y cooperación en disímiles espacios fueron estímulos del desafío en línea al cual se sumó durante abril un grupo de cubanas y cubanos.

Respondió al reto global lanzado por Kidpower, una organización sin fines de lucro fundada en 1989 en Santa Cruz, en el estado norteamericano de California, que trabaja por incentivar culturas de cariño, respeto y seguridad para todas y todos.

De acuerdo con la entidad, su principal objetivo es enseñar a la gente de todas las edades, especialmente niñas y niños vulnerables, a usar su poder interior para mantenerse a salvo, actuar sabiamente y creer en sí mismos, mediante la superación de miedos, dudas y preocupaciones.

Reto diario

En el caso de Cuba fue creado un grupo en Whatsapp con alrededor de 40 personas que analizaron y compartieron ideas o experiencias personales sobre las consignas diarias del desafío.

Predicar con el ejemplo, respetar los límites, tomar los errores como parte del aprendizaje, pedir ayuda cuando se necesita, hacerse cargo de la seguridad emocional, pensar antes de hablar y proteger a las y los vulnerables fueron algunos de los incentivos a la reflexión, como guías para construir y ejercitar el liderazgo personal.

“El grupo acompañó el reto de Kidpower durante abril, mes para la prevención del abuso infantil. Se concibió como un espacio abierto y libre al que se invitó a las personas a explorar el liderazgo en seguridad”, explicó Gisela Morales, historiadora y especialista en trabajo comunitario, quien fungió de facilitadora del espacio.

Morales entró en contacto con la metodología de la organización internacional a través de María Gisella Gámez, instructora de Kidpower en Argentina y directora de ese centro desde 2012.

Gámez “me comentó sobre la posibilidad de crear este grupo. Leí la convocatoria para el desafío y acepté gustosa la oportunidad de lanzarme en una experiencia desconocida y que me resultó muy interesante”, subrayó la también activista social cubana.

El kidpower todavía es una forma de trabajar poco conocida en Cuba. Su socialización pudiera ser de mucha utilidad en el trabajo comunitario y para el autocuidado, debido a sus esencias.

¿Qué define a esta metodología? El kidpower –habilidades de seguridad interpersonal– puede definirse como una caja de herramientas cuya aplicación busca el bienestar, poner límites saludables y respetuosos en diferentes contextos, así como construir destrezas comunicativas, defender los derechos y obtener ayuda, entre otros aspectos. Además de mayor autoconfianza, esta metodología incentiva la construcción de interrelaciones más saludables y plenas para interactuar con respeto y seguridad en cualquier ámbito, incluidos los entornos virtuales.

“Como nación diversa que somos, creo que nos puede aportar aprendizajes profundos para comprendernos mejor como cubanas y cubanos, respetarnos más en nuestras diferencias y contribuir a sanar muchas heridas”, argumentó Morales.

Añadió que las herramientas de kidpower pueden ser útiles “para vivir y lidiar, buscar soluciones a las múltiples dificultades de cada día; además, facilitan llegar a todas las personas por la manera tan sencilla de abordar los procesos, con temas que apelan a nuestra humanidad”.

Referentes

Para María Gisella Gámez, Cuba siempre ha sido muy querida, “donde tengo amigos”. De su primera estancia en la isla, en 2012, socializó conocimientos relacionados con kidpower, además de donar libros e impartir talleres informales con personas allegadas y proyectos interesados en el aporte de dicha metodología.

En el evento de abril de 2021, al que se sumaron personas de todo el mundo hasta en siete idiomas, a través de la página en Facebook, Gámez propuso “reflexionar sobre el liderazgo referido a la seguridad, cómo de adultos somos referentes para otras personas a nuestro cuidado, en equipos y grupos de los cuales formamos parte, así como en las comunidades”.

Significó la especialista que las consignas diarias hicieron énfasis “en valores y prácticas útiles en cualquier cultura y ámbito, desde el plano personal hasta el familiar, profesional y comunitario. Me pareció que era una buena invitación para todos los amigos de Cuba”.

Educar para la seguridad

Marianela Torres y su esposo, ambos psicólogos residentes en La Habana, reconocen las oportunidades que aporta el kidpower para las terapias con menores, como una herramienta más de intervención.

“La sociedad cubana en general necesita programas como este. Se necesita una educación para nuestra seguridad física, emocional y psicológica. Esto no lo enseñan en la escuela”, opinó Torres.

A juicio de la psicóloga, la metodología que promueve la oenegé “puede ayudarnos a resolver nuestros problemas de la infancia. Creo que el secreto de kidpower es que evoca nuestra esencia, nuestra infancia”.

Respecto a su experiencia en el evento reciente destacó Morales la participación de las personas con testimonios muy valiosos. “Las consignas e imágenes a diario fueron evocadoras y una buena forma de conectar a la gente con su poder de seguridad”, acotó.

“Desde mi experiencia en la lucha por la equidad, conocer Kidpower me ha aportado algo que estuve buscando desde hace tiempo: cómo conciliar la dimensión teórica, desde lo individual y lo colectivo, al explorar en la dimensión emocional y encontrar herramientas para sanar”, reconoció la especialista.

“Siento que el hecho de trabajar desde el núcleo de la seguridad también crea en este sentido un nicho para la vida en armonía con nosotros mismos y con las personas que nos rodean”, resumió. (2021)