Especialistas entienden el emprendimiento como actitud de vida en Cuba

Académicos de la psicología y la economía en la nación caribeña recomiendan la búsqueda de soluciones en el país a partir del trabajo por cuenta propia.

“La resiliencia se construye con más fuerza cuando es colaborativa, y se intercambian acuerdos y experiencias. De esa forma hay más posibilidades de avanzar”, afirma el psicólogo cubano Manuel Calviño, creador del popular programa televisivo Vale la Pena.

Foto: Archivo IPS Cuba

La Habana, 30 mar.- Articular la colaboración entre personas emprendedoras y con diversos actores sociales, lograr la resiliencia de los negocios privados, compartir reestructuraciones y buenas prácticas son recomendaciones de académicos al trabajo por cuenta propia en Cuba, sector que aconsejan considerar aún más para el desarrollo del país.

Al análisis de las iniciativas privadas durante el enfrentamiento a la covid-19 en la nación caribeña se dedicaron dos conferencias en el Foro Virtual Buenas prácticas en tiempo de pandemia, celebrado bajo el auspicio de la British Embassy Havana (UK in Cuba) y la Red de Emprendimiento de la Universidad de La Habana.

A continuación se resumen las principales ideas expresadas por los profesores Manuel Calviño y Oscar Fernández en publicaciones compartidas por los organizadores del foro, como parte de un encuentro donde participaron también representantes del sector no estatal de la economía cubana.

Resiliencia y búsqueda de soluciones futuras

Para el psicólogo Manuel Calviño, “en el emprendimiento está el futuro del país, si se entiende como un modelo de actitud de vida fundamental para todas las personas”.

En un material audiovisual publicado en la página oficial de la Red de Emprendimiento de la Universidad de La Habana, el Doctor en Ciencias Psicológicas insistió en no limitar la comprensión del emprendimiento como una cualidad o modo de aproximación a las prácticas empresariales en las grandes, medianas o pequeñas empresas en un sector determinado.

“Ser emprendedor es una característica, un modelo de vida que ojalá pudiéramos fomentar en todas las esferas de trabajo del país”, apuntó el también máster en marketing.

El Foro Virtual Buenas prácticas en tiempo de pandemia posibilitó el intercambio entre especialistas de la Red de Emprendimiento e Innovación de la Universidad de La Habana y emprendedores cubanos.

Desde una aproximación psicológica, el académico explicó que el emprendimiento es un sueño. “Relaciona el logro interno de un proyecto. Es mayormente algo que se quiere hacer, que algo que se tiene que hacer”, recalcó.

Referido al complejo escenario actual, con una “economía en picada”, el especialista invitó a modificar comportamientos y construir nuevos procesos, en una época que denomina

“la Co-vid-a”. De igual forma, convocó a articular la resiliencia en los emprendimientos, pero no desde la adaptación, sino desde la búsqueda de soluciones para el futuro. Bajo esta mirada instó a pensar cada negocio desde todos los escenarios: favorables, medios o críticos.

“Es prever, para saber qué pudiera pasar en cualquier contexto. Es el instrumento de cambio necesario”, afirmó.

Según Calviño, en el panorama actual del país, las personas emprendedoras pueden aprovechar para prepararse, diseñar estrategias y tácticas, capacitar a su equipo de trabajo, construir escenarios y nuevos modelos de operación más estratégicos, efectivos, cercanos al cliente y mejor ajustados a las condiciones.

Encontrar y aprovechar espacios en el mercado nacional

Por su parte, Oscar Fernández, Doctor en Ciencias Económicas, explicó en otro video que para analizar el tema de los emprendimientos hoy es necesario profundizar en cinco variables claves: demanda agregada, aislamiento y movilidad, suministros, entornos monetarios y marcos regulatorios.

“El 2020 fue un tsunami; aunque algunos emprendedores vieron oportunidades de negocio en este periodo, este año afectó a la mayoría de ellos”, valoró el experto, para quien la reducción del turismo se concatenó una contracción del consumo y de ingresos en negocios asociados a esta esfera, que a su vez disminuyó las ventas de otros emprendimientos.

Aparte de los fenómenos que afectan al mundo entero, de acuerdo con Fernández, en el caso de los emprendimientos en Cuba se suma un reordenamiento monetario que conlleva reforma salarial y de precios, además de ajustes en la empleabilidad.

“Es un proceso complejo que difícilmente logre controlar centralmente todos los daños que ocasione, sobre todo en los precios”, resaltó el académico.

Asimismo, remarcó la influencia en los emprendimientos del escenario creciente de dolarización que limita adquirir provisiones y un marco regulatorio todavía restrictivo, a pesar de los recientes cambios como la apertura a posibilidades de exportación y la ampliación de opciones para el trabajo por cuenta propia.

Para Fernández no es un panorama que se ordene o se encamine a corto plazo, y esta es la principal amenaza para los pequeños emprendimientos, al generar mucha incertidumbre.

En tal sentido, el economista recomendó tres caminos: un negocio que pueda tener escala internacional, algo difícil, pero posible; una iniciativa exportadora que logre insertarse en ciertos mercados externos; o un emprendimiento a escala local, en lo que Fernández denominó “cualquier cosa”.

“En un mercado virgen como en Cuba con muy escasa variedad de ofertas, siempre alguna iniciativa se va a encontrar. Hay espacio para todo. Aunque algunos se inclinen más por los servicios, es bueno potenciar los bienes para lograr equilibrios”, agregó.

Advirtió Fernández que las personas emprendedoras se encuentran hoy ante “un escenario único y trascendente en la economía cubana. Pero las mayores posibilidades de crecer están en hacerlos juntos, no de manera aislada”.

Algunos datos al margen

La Red de Emprendimiento e Innovación de la Universidad de La Habana está integrada por un equipo docente que incluye a profesores de las facultades de Economía, Derecho, Contabilidad y Finanzas, Comunicación, Psicología y Turismo, así como a especialistas del Centro de Estudios de la Economía Cubana, del Centro de Técnicas de Dirección, del Colegio Universitario San Gerónimo y de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).

Entre los principales objetivos de la red está perfeccionar las funciones del sector no estatal como actor económico y social. Para ello se realiza un análisis crítico multifactorial de normativas, discursos y documentos económicos emitidas por la nación caribeña en torno a las políticas sobre esta forma de gestión.

Según informa la Red en su página oficial, los principales resultados de sus análisis revelan contradicciones entre los discursos y las prácticas, vacíos e imprecisiones jurídicas y el papel del Estado limitado a controlar, no a incentivar.

Estos estudios alertan sobre la necesidad del reconocimiento de pequeñas y medianas empresas, la redefinición del rol de algunas instituciones y métodos, así como la creación de otras. A esto se suma la revisión del sistema impositivo, de los mecanismos de control y de la participación e inclusión social de los cuentapropistas. (2021)

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