Futuro cine cubano mirará con perspectiva de género

Algunos de los ejercicios de clases de estudiantes de audiovisuales ya tienen una mirada inclusiva.

Archivo IPS Cuba

El panel estuvo insertado en la edición 36 del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano.

La Habana, 8 dic.- Educar la mirada de quienes en el futuro dirigirán, editarán, harán el sonido, los guiones y la producción son pasos que se dan desde la academia para que dentro de un tiempo el cine cubano llegue a tener un enfoque de género.

Sobre este tema apenas explorado debatió un encuentro fruto de la campana ÚNETE que lleva adelante el Sistema de Naciones Unidas (SNU), la representación en Cuba de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Grupo de Género y Cultura “Mirar desde la sospecha”.

Con la profesora Danae Diéguez como moderadora en el panel insertado en la edición 36 del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano participaron estudiantes de diferentes cursos de la Facultad Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual (FAMCA), quienes han asistido al curso Género y audiovisual que se imparte en cuarto año, de forma facultativa.

En el encuentro fueron presentados cortos -ejercicios de clase-, realizados por equipos de la FAMCA entre ellos, Apocalipsis, de Rocío Pavón; Estado civil, unidas, de Carla Valdés; Ida y vuelta, de Jessica Franca; y Madrugada, de Yadiana Gibert, basado en una obra de la escritora cubana Aida Bahr.

Según Diéguez, algunos de estos materiales han trascendido las fronteras de la facultad y han participado en eventos y festivales nacionales e internacionales.
En los materiales, bien comprometidos, queda plasmada la violencia estructural, sexual, de género y el punto de vista, algo fundamental en el tema, no queda diluido ni en fase expositiva, señaló.

A su juicio, el punto de vista tiene que marcar la diferencia, lograr no hacer concesiones estéticas, mantener la ética del compromiso en un tema relacionado con una pandemia como lo es la violencia hacia las mujeres y las niñas.

Tras la presentación, muchachas y muchachos compartieron sus opiniones sobre si las herramientas de género permiten entender el mundo de otra manera y llevar esa comprensión al proceso creativo.

Para Carla Valdés, además de la sensibilidad hace falta tener los conocimientos que permiten sentir diferente, leer de otra manera el mundo que les rodea, para luego poderlo transmitir.

«Hay preguntas que uno generalmente no se hace, cosas que no ve, pero alguien te dice: mira, ahí está la brecha de desigualdad, tan cotidiana», reflexionó.
A su juicio, es preciso siempre escuchar los testimonios de mujeres y hombres y analizarlos desde la perspectiva de la igualdad.

Celia Suárez, editora, consideró que «aprender sobre género lleva mucho tiempo, lleva un proceso inicial de autorreconocerse y ajustarlo a nuestras vidas, solo luego de pensar en eso es que pueden utilizarse las herramientas. Además de muchos elementos técnicos deben tenerse en cuenta los relacionados con género».

También se refirió a la importancia de que todo el equipo que trabaje en un audiovisual participe desde el principio y reiteró el compromiso social que deben tener los audiovisuales por su posibilidad de llegar a muchas personas, influenciarlas, reforzar patrones o educarlas o no.

De acuerdo con la sonidista Glenda Martínez, cuando se define un compromiso con una causa que enamora, impacta todos los espacios de la vida y la creación y genera un estado de ánimo, del cual es preciso distanciarse y tener una mirada objetivo, por el bien del trabajo.

Martínez celebró la inclusión del tema de género en la FAMCA porque «uno tiene una idea de lo que significa y de la desigualdad, pero las herramientas para darte cuenta alguien tiene que ensenártelas y hay que estudiarlas», como mismo enseñan a leer de manera diferente las películas.

Según explicó Diéguez a la Redacción de IPS Cuba, el resultado más palpable de esta experiencia formativa es un mayor compromiso. «Aunque no trabajen directamente en el tema, buscar a personas que puedan valorarles su audiovisual, revisarles si están de algún modo revictimizando a las personas».

Además, dijo, existen proyectos concretos portadores de esa mirada de género, entre ellos un documental de Deymi Perdomo sobre mujeres fotógrafas, un audiovisual de Roberto Moreno titulado Ad-herencias, así como una propuesta sobre mujeres tatuadoras.

Diéguez consideró una virtud que la única universidad de medios audiovisuales tenga profesionalmente un semestre de género y cine, toda vez que expresarlo requiere tanto del dominio de la técnica del audiovisual y la dramaturgia, como del compromiso creador y el conocimiento.

La realizadora estadounidense Catherine Murphy, integrante del jurado que otorga el premio UNETE de la campana por la no violencia hacia las mujeres y las niñas, destacó la pertinencia de proyectar los audiovisuales en otros espacios de mayor audiencia. (2014)

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