Grupo de Reflexión y Solidaridad celebra sus 30 años

La institución, surgida en 1984, trabaja temas como violencia, género, masculinidades y equidad.

Jorge Luis Baños - IPS

OAR abandera el ecumenismo y acompaña a comunidades en su proceso de desarrollo.

La Habana, 16 may.- Con un análisis de los retos y urgencias de la sociedad cubana de hoy y la necesidad de que cada actor social contribuya a los cambios vividos en el país, el no gubernamental Grupo de Reflexión y Solidaridad «Oscar Arnulfo Romero» (OAR) celebró su aniversario 30 en esta capital.

El panel «Fe, revolución, cultura y desarrollo local» reunió a los académicos Aurelio Alonso, del centro cultural Casa de las Américas; Georgina Alfonso, del estatal Instituto de Filosofía; y Ana Cairo, de la Universidad de La Habana, que abordaron diferentes aristas del tema propuesto.

Alfonso profundizó sobre las mujeres, quienes como resultado de la Revolución Cubana de 1959, devinieron sujetos y experimentaron una revolución en sí mismas.

Mencionó varios de los aportes realizados por la población femenina e inequidades de género pendientes.

«No puede ser que la economía se conciba solo como un proceso de producción de recursos humanos. Es también producción y reproducción de la vida humana. Y si la vida humana no entra como elemento esencial del proceso productivo-reproductivo vamos a agotar las dos fuentes fundamentales de riqueza: el ser humano y la naturaleza», alertó.

Otros temas que han puesto sobre el tapete las cubanas son la dimensión de la vida cotidiana dentro de las relaciones sociales, que debe ser recuperada desde el pensamiento crítico, así como el respeto al cuerpo, el derecho a la salud sexual y reproductiva y de la maternidad social responsable en cuidados, formación de valores y preparación para la vida de las generaciones futuras.

El estudioso Aurelio Alonso se refirió a diferentes etapas de las relaciones entre la Iglesia Católica y la Revolución Cubana, la ausencia de la historia del país de los últimos 50 años en la enseñanza y las diferentes maneras de entender la religión y la religiosidad.

Sobre las urgencias de reconocer los errores, fundamentalmente en la educación, los valores, la continuidad y ruptura de los procesos culturales, conversó la profesora e investigadora Ana Cairo, para quien ese paso constituye una imperiosa necesidad.

A su juicio, no puede haber cambios si no se acepta que hay retrocesos, específicamente en el sector de la educación.

«Se debe realfabetizar, enseñar a la gente a leer y pensar, y deben asumirse los problemas en toda su crudeza porque el asunto es mucho más serio y están en juego muchas cosas», sostuvo.

Cairo calificó el trabajo de OAR de extraordinario proyecto cultural.

«La revolución cubana, con aciertos y desaciertos como cualquier obra humana, nos mostró una vida de dignidad y justicia y nos exhortó a la solidaridad», señaló Gabriel Coderch, coordinador general del grupo.

Al referirse a la historia de la iniciativa, agregó que el primer paso fue identificarse como actores sociales en medio de la sociedad cubana y seguidamente elaboraron un discurso teológico y, por tanto, político, que se complementaba con los pulsos de la realidad cubana.

Así surgió en 1984, engrosado por un grupo de católicos interesados y comprometidos con trabajar temas sociales.

Pese a etapas de incomprensiones tanto desde la Iglesia Católica como las autoridades locales, OAR continuó su camino e insertó en su visión al ecumenismo y el acompañamiento a las comunidades en problemas como violencia, género, masculinidades y equidad.

«Comenzamos a deconstruir los estereotipos de ser cristianos de templo para ser cristianos de calle. Y así respondimos a la realidad eclesial del momento», recordó. «Hablamos entonces que el amor del pueblo, de hombres y mujeres, todo lo puede, porque es un amor que no conoce fronteras y que trasciende las diferentes espiritualidades existentes en Cuba», apuntó Coderch.

El activista dijo a la Redacción IPS Cuba que el grupo tiene antes sí importante retos, entre ellos, estar preparados para responder a los cambios que se operan en la sociedad cubana y lograr tener finalmente una sede propia.

«Seguiremos defendiendo la justicia, la equidad, la inclusión, la no violencia, además de los valores que nos ha llamado a defender el presidente Raúl Castro, que son los valores que dignificarían a la Revolución Cubana como un proceso humano, justo y verdaderamente del pueblo y para el pueblo», añadió.

OAR reconoció por su colaboración y acompañamiento a personas e instituciones como el Consejo de Iglesias de Cuba, la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, la Federación de Mujeres Cubanas, el Centro Memorial Martin Luther King Jr., la Editorial de la Mujer, los Talleres de Transformación Integral del Barrio y el proyecto Palomas, entre otros.

Es una organización de inspiración cristiana, sin ánimo de lucro ni proselitismo religioso, que tiene como objetivo esencial contribuir al desarrollo social sostenible, propiciando acciones educativas dirigidas al fortalecimiento humano desde una perspectiva plural y participativa. (2014)

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