La Habana, 2 mar.- ¿Cómo llevar una crianza respetuosa que promueva el bienestar psicológico de niñas, niños y adolescentes? Para preparar a madres, padres y otros cuidadores en esta dirección un grupo de profesionales de la psicología inició un servicio de capacitación en la red social Telegram.

Este nuevo espacio forma parte de un proyecto de apoyo a la crianza que desarrollan de forma virtual el Centro de Orientación y Atención Psicológica Alfonso Bernal, de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana, y la Sociedad Cubana de Psicología, con el apoyo de la oficina del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia en Cuba.

Las primeras experiencias en este sentido se iniciaron tres años atrás, cuando la página de Facebook del centro comenzó a compartir recursos y consejos con un carácter de orientación popular. Luego llegó la covid-19 a Cuba y se necesitaron otras estrategias para acompañar a las familias.

“Los niños y las niñas son más sensibles a los cambios en sus rutinas de vida. Por tanto, enseguida comenzaron a parecer determinadas problemáticas de salud mental o conductas que afectaban las dinámicas familiares”, explica Roxanne Castellanos, Doctora en Ciencias Psicológicas y líder del proyecto de capacitación.

Por esta razón, varios de los Psicogrupos de WhatsApp –iniciativa de la Sociedad Cubana de Psicología– fueron dedicados a orientar a madres y padres sobre cómo manejar las afectaciones provocadas por el aislamiento.

El intercambio en esta plataforma no se ha detenido, aunque ahora se realiza con una frecuencia semanal ya que las emergencias fundamentales fueron resueltas. De esta experiencia surgió también un canal de información en la red social Telegram para compartir los recursos creados en las dinámicas grupales.

Por su parte, el nuevo servicio de capacitación para la crianza respetuosa tiene un enfoque que busca trascender la urgencia y necesidades puntuales del actual contexto.

“Digamos que los grupos en WhatsApp funcionan más como una consulta de cuerpo de guardia, donde las personas llegan con una diversidad de inquietudes que intentamos atender con herramientas y consejos, pero sin tiempo para profundizar.

“Ahora queremos enfocarnos en un trabajo de prevención, de preparación de cuidadores en temas psicológicos para evitar las crisis, saber qué hacer en cada momento y ser proactivos para una buena crianza”, detalla Castellanos.

Las sesiones tienen una frecuencia semanal y quienes asisten pueden interactuar con los especialistas en psicología infantojuvenil, luego de que las temáticas sean presentadas.

Por una crianza respetuosa

Para Castellanos, más allá de la excepcionalidad de la pandemia, se percibe la falta de información sobre la niñez y la adolescencia en sus diferentes etapas, lo cual incide en que a veces no se manejen bien determinadas situaciones y en que luego aparecen problemáticas y afectaciones.

“Muchas de las necesidades y dudas que se han presentado evidencian el escaso conocimiento sobre cómo llevar una crianza no violenta, democrática, que vea a niñas y niños como sujetos de derechos, no como un objeto que estamos llamados a proteger y por tanto no dialogamos con ellas y ellos”, añade la también profesora titular.

Para que ese cambio cultural ocurra se necesita preparación y acompañamiento sistemático a las madres y los padres. “Nadie nace con un manual”, asegura la doctora, quien también considera que se requiere más trabajo sobre estas temáticas en los medios de comunicación.

Durante los meses de pandemia ha sido recurrente la falta de herramientas en quienes cuidan para manejar las crisis propias de la edad o las incentivadas por la situación epidemiológica u otras manifestaciones de malestar como el sobreapego, los trastornos del sueño o el incremento de los miedos.

El grupo de cinco especialistas en atención clínica infantojuvenil que impulsa estos espacios de orientación, consulta y capacitación se motiva por una visión diferente de su profesión a la que quizás se tiene entre la ciudadanía.

“La atención clínica a veces se asocia solo a la aparición de trastornos, para nosotros las niñas y los niños son importantes porque todxs son vulnerables a padecer determinados trastornos si se manejan mal. Por eso trabajamos mucho la prevención y la promoción del bienestar”.

Hacer de la tecnología un aliado

Cuando comenzaron el proyecto –relata la especialista– lo hicieron con varias preocupaciones y recelos. Por una parte, iba contra lo que ha sido un principio de la psicología, la atención directa.

Asimismo se rompía con la noción de llevar dinámicas grupales con pequeños números de personas, en contraste con los 257 miembros que pueden coincidir en la red social WhatsApp.

“Sin embargo, la vida nos mostró que era posible y que incluso el espacio virtual ofrece otras posibilidades. Por ejemplo, todo queda recogido y las personas puedan regresar a los audios y los textos, y hacer una especie de repaso de la sesión”, asegura la doctora.

La cantidad de personas –761 miembros del grupo en Telegram hasta ahora– tampoco ha sido un problema, porque hay un grupo de usuarios en línea que interactúan en tiempo real, y otra parte, en una posición más pasiva, que se ha podido comprobar que está aplicando las herramientas con buenos resultados.

“También hay quien no pueden estar a la hora que establecimos para las sesiones porque tiene trabajo, o tareas que atender, o necesitan conectarse en la madrugada por el costo de los datos, pero en su tiempo regresan al chat y aprovechan los recursos que brindamos”.

Las plataformas digitales les han permitido a los especialistas y los participantes en los grupos tener un mayor alcance y no estar limitados al espacio físico, aunque siguen siendo las mujeres las que más acuden e interactúan, y hay una mayor presencia de residentes en La Habana.

El nuevo servicio de capacitación en línea plantea otro reto, especialmente en la interacción, pero Castellanos confía en que, como hasta ahora, puedan ir perfeccionándolo con el apoyo de la ciencia y considerando siempre la experiencia de quienes participan. (2021)