Investigadores hablan claro sobre acoso escolar en Cuba

Es una realidad que debería ser más visibilizada en ámbitos docentes cubanos y por la que apuesta la Jornada Cubana contra la Homofobia y la Transfobia.

Formar a los futuros maestros y profesores sobre los temas de orientación sexual e identidad de género es un imperativo para las transformaciones en la escuela cubana.

Foto: Archivo IPS Cuba

La Habana, 21 may.- El acoso escolar, conocido también internacionalmente como bullying, es un fenómeno social sobre el que poco de habla en Cuba, que deja profundas y lacerantes consecuencias en la personalidad de niñas y niños, adolescentes y jóvenes.

“El bullying crece en los espacios docentes y es imposible esconderlo”, señaló Yoanka Rodney, profesora de la Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona”, durante una actividad científica, en su sede en el capitalino municipio de Marianao.

Realizada el pasado 19 de mayo, como parte de la 10ma Jornada Cubana contra la Homofobia y la Transfobia, la cita reunió a especialistas de España, Puerto Rico, Argentina, Uruguay y Cuba.

Panel de investigadores que participaron en la Jornada científica. De izquierda a derecha: Karina Nazabal (Argentina), Cecilia rocha (Uruguay), Wilfred Labiosa (Puerto Rico), Rita María Pereira Alcides A. Roca y Yoanka Rodney (Cuba)

Rodney presentó “Acercamiento a los estudios sobre el acoso escolar por homofobia y transfobia en algunas escuelas de la capital cubana”, a partir de una investigación realizada a estudiantes de los municipios habaneros de Marianao y Boyeros.

El estudio arrojó que el bullying se manifiesta como un tipo de violencia ejercida por estudiantes de modo intencional, repetitivo y lascivo hacia sus compañeros (niñas, niños, adolescentes y jóvenes) por motivo de su homosexualidad o manierismo, y se lleva a cabo tanto en espacios docentes y extradocentes.

Desde otras geografías

Académicos, docentes y psicólogos de España, Puerto Rico, Argentina y Uruguay compartieron sus experiencias con profesores y estudiantes cubanos en la universidad pedagógica.

Entre ellos destacó la conferencia ofrecida por el profesor de la Universidad Complutense de Madrid José Ignacio Pichardo, quien expresó a la Redacción IPS Cuba que “el acoso escolar hay que comprenderlo en el ámbito de los cambios culturales que van produciéndose en cada sociedad”.

Reveló que, “en el caso de España, la aprobación en 2015 del matrimonio igualitario acarreó un cambio cultural inmenso en la manera en que chicas y chicos, que hoy estudian en las enseñanzas primaria, secundaria, bachillerato y hasta la universidad entienden el fenómeno”.

Estas generaciones, remarcó, “aceptan que existen parejas de un mismo sexo que son padres y madres de ellos mismos o de sus compañeros”. “El cambio no ocurrió en un día o por un plumazo, sino que fue transformando la mentalidad de las personas, poco a poco”, abundó.

Para la académica cubana, la escuela y la preparación del personal docente tienen un rol esencial para atenuar los riesgos y las consecuencias del acoso escolar, pero insistió en que “prevenirlo es lo más importante”.

“En lo personal, en estos días de la Jornada he tenido una experiencia muy positiva al leer las opiniones y discusiones generadas sobre el tema en las redes sociales y lo que se ha publicado en los medios de comunicación”, compartió.

Aunque para muchas personas tratar el tema en las aulas sigue siendo un tabú, otras se han sentido interesadas. “Hay que saber aprovechar todo lo que ayude a visibilizarlo”, apuntó.

Uno de los encargos sociales más importantes de la escuela cubana es contribuir a la formación de seres humanos libres, conscientes y emancipados, capaces de hacer suyos valores como la solidaridad, el amor, la confianza y el respeto a sus semejantes.

En tal sentido, desconocer el acoso implica dejar una brecha a comportamientos discriminatorios que lesionan los derechos humanos de quienes tienen una orientación sexual que no entra en los cánones heterosexuales.

“Es preciso trabajar de manera más coordinada los temas de la diversidad sexual y las identidades de género con nuestros docentes y con quienes se están formando en las universidades pedagógicas”, dijo Rodney.

“Aunque no queremos hacer generalizaciones, donde exista un maestro con una mala práctica educativa, tenemos la responsabilidad de seguir trabajando e influyendo para lograr que nuestros espacios docentes sean más inclusivos”, acotó.

Como también explicó la doctora y profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, Rita María Pereira, una de las consecuencias más graves del acoso es el abandono escolar, la falta de motivación y la mutilación de la autoestima de quienes lo sufren, que en muchos casos, llega hasta el suicidio.

En cuanto al acoso homo y transfóbico, no solo hay que trabajarlo en la familia y comunidad. “La escuela es un eslabón básico de la cadena de socialización”, señaló la académica cubana.

A veces “hay cierta falta de comprensión sobre estas realidades, se reproducen de manera acrítica los estereotipos y roles de género, y se siguen replicando no solo en la familia sino en los centros docentes”, abundó.

La Jornada científica también reunió a activistas y promotores de los derechos de la comunidad LGBTI en Cuba.

Precisó que “cualquier niña, niño o adolescente que se sale de los estereotipos tradicionales se convierte en sujeto de acoso”.

Pereira explicó que como parte de su trabajo profesional ha estado revisando, en los últimos años, las normativas jurídicas puestas en vigor sobre el tema en América Latina y los Estados Unidos, un país donde este fenómeno tiene una alta prevalencia y lamentables consecuencias familiares y sociales.

“En Cuba, dijo, donde existe voluntad política para que la escuela sea un espacio de aprendizaje y socialización sano y constructivo, duele ver cómo muchos jóvenes que sufren acoso carecen de apoyo social, incluso de su propia familia”.

“Hay niños que son acosados porque son gordos, los más inteligentes del aula o tienen alguna discapacidad física. Es muy doloroso que esto suceda y lo peor es que muchos no resisten este tipo de violencia y abandonan los estudios”, señaló.

Según la profesora cubana, naciones como Honduras, Guatemala, Perú y Chile cuentan con programas para prevenir el acoso escolar y con normativas jurídicas, e identifican a la homo y transfobia como una de las causas de este fenómeno.

En el caso de Estados Unidos, explicó que en algunos estados se aplica la normativa de “tolerancia cero” para las escuelas.

“Esto significa que a los adolescentes que acosan a sus compañeros los expulsan de las escuelas y, en muchos casos, pasan a ser considerados como transgresores de la ley, lo que deja fuera el abordaje educativo, de diálogo y resolución de conflictos, por tanto, se excluyen del análisis las verdaderas causas del acoso”, criticó. (2017)

Un comentario

  1. Jorge Casals Llano

    No estaría mal que en el texto se hiciera referencia a la incidencia del problema en nuestro país. Cierto que un solo caso es ya un problema, pero si no se dice de ninguna manera cuán difundido es el problema me huele a propaganda mal intencionada.

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