Jóvenes cubanos entregan donativos para niñas y niños sin amparo familiar
La iniciativa es la primera acción que realiza el proyecto Karuna, para ayuda social, recién formado por un trío juvenil.
La Habana, 13 ene.- Desde el día 7 de enero una convocatoria ha circulado por redes sociales: tres jóvenes solicitaban donativos de juguetes, ropas o cualquier otro artículo de utilidad para entregar a hogares para niños sin amparo familiar en La Habana.
La iniciativa es la primera acción que realiza el grupo Karuna, para ayuda social, que decidieron formar Ananda Fernández y Yurena Manfugás, estudiantes de la Universidad de las Artes y de la Universidad de La Habana, y Yasmani Flores, atleta de artes marciales.
Fernández primero tuvo la idea de crear un proyecto para enseñar a las mujeres técnicas que les permitieran defenderse en caso de agresión. Ahora han ampliado sus objetivos.
“Es un proyecto ambicioso en el sentido de que queremos ayudar a todas las personas que lo necesiten. Queremos abarcar todos los grupos posibles. Tenemos la fuerza y la voluntad para hacerlo, pero no podemos solos. Apelamos a la bondad de quienes quieran ayudar y les pedimos cooperación porque es un proyecto de todos”, comenta la joven de 22 años.
El propósito es que la entrega de donativos se convierta en una acción sistemática que beneficie también a otras instituciones como los centros para niños y niñas con discapacidad, los hogares para adultos mayores y las casas de atención a la mujer.
“Valoramos la labor que realiza el estado y estas instituciones por los niños y niñas, y sentimos que también es nuestra responsabilidad contribuir a su bienestar”, apuntó el grupo.
Manfugás, de 27 años, asegura que hasta el momento han recibido muchas respuestas y muestras de apoyo, en especial del grupo Afrodiverso, de la mano de Argelia Fellove, y de la congregación cristiana Santidad al Señor, a través de Karen Beovides.
Los donativos que lograron recolectar en la semana fueron entregados el 12 de enero, a dos hogares del municipio capitalino de Octubre.
Más allá de los donativos
La situación epidemiológica provocada por la covid-19 en la nación caribeña, con un ascenso de casos en los últimos días, limitó el alcance de la acción como la habían imaginado los organizadores.
“Lamentablemente, por el momento, debemos conformarnos con realizar las donaciones. Hubiéramos querido interactuar con los niños desde el juego y el diálogo. No sólo entregar una mochila llena de cosas materiales y marcharnos, queríamos crear vínculos, conocerlos, darles alegría”, explica Fernández.
Yurena tiene un deseo similar: “Más allá de las donaciones, nos gustaría crear talleres, o espacios de aprendizajes, hacer actividades donde ellos sean los protagonistas, y sobre todo dedicarles un tiempo”.
El grupo incluye en su preocupación a las cuidadoras. “La mayoría son mujeres y podemos ayudarlas en el trabajo que realizan en cosas tan simples como facilitarles algunos de los materiales de limpieza que necesitan, más ahora con la pandemia”, añade Manfugás, también activista feminista.
Para Ananda Fernández es importante tener constancia. “Esos niños no van a dejar de tener necesidades cuando nos vayamos. Por lo que esta debe convertirse en una práctica constante. Y para eso nosotros tres solos no podemos”, considera.
Los proyectos y acciones ciudadanas de apoyo a grupos vulnerables o durante situaciones excepcionales, han encontrado un mecanismo efectivo para articularse a través de las redes sociales, más accesibles desde la apertura en Cuba de la conexión por datos móviles, en diciembre de 2018.
Los hogares en Cuba
La red nacional de centros de asistencia social, para alojar y atender a menores de edad sin amparo familiar, fue creada mediante el Decreto Ley No 57 del año 1984.
Estos centros están integrados por hogares para las edades entre 6 y 17 años, y por los círculos infantiles mixtos, donde confluyen menores de 6 años.
La atención de los menores en los hogares cesa en caso de adopción o tutela, al terminar estudios de nivel medio, cuando arriben a la edad laboral (17 años y en casos excepcionales a los 15 o 16 años) y no estén estudiando, cuando sean llamados al Servicio Militar Activo o en caso de que contraigan matrimonio.
En el último caso, aunque la edad mínima establecida en el país para formalizar una unión legal es 18 años, el Código de Familia vigente también establece que de forma excepcional y justificada, puede autorizarse a menores de esta edad a contraer matrimonio con un límite de 14 años para el sexo femenino y de 16 años para el masculino.
Según estipula el decreto 57, cuando terminen los estudios de nivel medio, o arriben a la edad laboral y no estén estudiando, los órganos locales del Poder Popular deben asegurar, mediante la creación de casas colectivas, el alojamiento y alimentación de los jóvenes. Este servicio será gratuito hasta que perciban ingresos por su trabajo.
También se aplica este beneficio para los que hayan cumplido el Servicio Militar Activo (instituido de forma obligatoria para los varones, a partir de los 17 años de edad).
En su labor, los hogares pueden contar con la asistencia de familias sustitutas, que apoyarán en las tareas de alojar, cuidar y atender los fines de semana, las vacaciones y otros períodos a los niños, niñas y adolescentes. (2021)
Su dirección email no será publicada. Los campos marcados * son obligatorios.
Normas para comentar:
- Los comentarios deben estar relacionados con el tema propuesto en el artículo.
- Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
- No se admitirán ofensas, frases vulgares ni palabras obscenas.
- Nos reservamos el derecho de no publicar los comentarios que incumplan con las normas de este sitio.