Polvo del Sahara embellece los atardeceres cubanos
Nubes de polvo saharianas llegan hasta el Caribe en esta época del año, un fenómeno que demanda más investigaciones en Cuba.

Entre 1998 y 2009, las provincias cubanas que registran mayores índices de afectación por la presencia de polvo del Sahara son Villa Clara y Guantánamo.
La Habana, 14 ago.- Una tonalidad rojiza engalana por estos días los amaneceres y atardeceres en Cuba, a causa de las nubes de polvo del desierto africano del Sahara, el mayor del planeta, que llegan hasta el Caribe, informan especialistas en Meteorología.
Este fenómeno, muy común en los meses de junio, julio y la primera quincena de agosto, trae aparejadas salidas y puestas del Sol bañadas de color rojo, debido a que los rayos solares en esos momentos refractan más esa tonalidad al atravesar las nubes saharianas.
Pero en esta ocasión, el polvo africano no será peligroso para Cuba, pues arriba con muy poca intensidad, dijo este mes a la prensa local José Rubiera, director del estatal Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología (Insmet).
«En el caso del archipiélago cubano, en su peculiaridad de isla de gran tamaño, se pueden seguir originando los procesos de lluvias, debido al calentamiento diario», amplió el meteorólogo sobre el suceso, que suele elevar el calor y disminuir las precipitaciones en el área caribeña.
Voces especializadas de diferentes países coinciden en que el polvo sahariano, cargado de hierro, sílice, sal y otros minerales, hongos y bacterias, puede incrementar la salinización de los suelos y favorecer la aparición en los océanos de las denominadas mareas rojas, concentraciones masivas de algas muy tóxicas que causan la muerte de múltiples organismos marinos.
En un trabajo entregado en junio pasado a la Redacción de IPS en Cuba, el meteorólogo Eugenio Mojena López sostuvo que dichas nubes «viajan miles de kilómetros e impactan el clima, el tiempo, el medioambiente y la salud de los seres humanos, así como los animales, las plantas y ecosistemas completos, marítimos y terrestres, de los territorios bajo su influencia, incluida Cuba, a la que afectan solamente de marzo a octubre».
El autor de la monografía «Polvo del Sahara en Cuba: Su impacto en el tiempo, el clima y la salud», caracterizó el efecto de este fenómeno en la nación caribeña en el período comprendido entre 1998 y 2009.
«Aunque el período de estudio es relativamente corto y no permite una caracterización rigurosa, el transporte de polvo parece estar representado por ciclos de aproximadamente cinco años, lo que pudiera establecer un comportamiento cíclico, tanto en la ocurrencia de las tormentas como en su transporte», acotó el especialista del Insmet.
Asimismo, estimó que «durante la primavera y el verano son frecuentes las afecciones» a los seres humanos y animales por la incidencia del fenómeno.
El polvo posee una «heterogénea carga de partículas minerales, compuestos biológicos, muchos de ellos patógenos y algunos suficientemente agresivos como para producir epidemias, epizootias y epifitas», amplió.
De ahí la posibilidad de que cause asma bronquial, las infecciones respiratorias agudas en los seres humanos o la diarrea en el ganado.
El evento repercute también en procesos como las tormentas eléctricas, sequías, los ecosistemas de arrecifes coralinos y espejos de aguas internos, continuó.
Según el científico, estudios recientes desarrollados en La Habana «confirman el efecto de estas nubes de polvo sobre las áreas de tormentas, en las cuales pueden estimular un gran aparato eléctrico, la disminución marcada de precipitaciones y contribuyendo así a la sequía».
Por otra parte, Mojena resaltó que «el proceso de interacción entre el polvo y el ciclón es complejo, pero el efecto final es el debilitamiento del organismo, que podría llegar a su destrucción total, según han planteado diferentes autores».
«Para un país como Cuba, situado en el Mar Caribe, a sotavento del Sahara -principal fuente de polvo del planeta-, y afectado frecuentemente por los ciclones tropicales, se hace absolutamente necesario el desarrollo de investigaciones encaminadas a esclarecer las afectaciones provocadas por las nubes de polvo del Sahara», advirtió el meteorólogo. (2013)
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