Proyecto femenino de ciudad cubana apuesta por infancia y alianzas
Una joven encontró la alegría en una profesión diferente a la que estudió, así contribuye a crear empleo y favorece el cuidado de la infancia.

La guardería Los cariñositos enfoca su labor en potenciar la salud emocional, la independencia y la seguridad de la niñez.
Foto: Cortesía de Jenny Lorenzo.
La Habana, 23 feb.- Cuando Jenny les comunicó a sus padres que cambiaría el rumbo de su vida y se dedicaría al trabajo por cuenta propia, no la entendieron. Hace siete años, con una niña pequeña, decidió crear una guardería en la occidental ciudad de Cárdenas.
En su casa, Yenisleydis Lorenzo, de 34 años, más conocida como Jenny, graduada de Contabilidad, creó condiciones para el cuidado de infantes: estudió necesidades y posibilidades, mandó a construir mesas y sillas pequeñas, las pintó de colores, buscó educadoras de círculos infantiles y escogió como nombre Los cariñositos.
“Empezamos con la guardería el 18 de agosto de 2014, en una casa de mi propiedad. Mi hija fue mi primera `cariñosita´, mi motor impulsor y, por ello, opté por la figura del corazón”, recuerda.
A partir de ahí, la iniciativa comenzó a crecer, “en tres meses ya teníamos 20 niños, en cuatro, llegamos a 60. Aunque es una casa bien grande, no estaba diseñada para eso y tuvimos que hacerle una planta alta”.
“Llegamos a tener 80 niños con 20 trabajadoras. Hasta diciembre, habían salido de Los Cariñositos 275 niñas y niños. Las escuelas de Cárdenas nos reconocen por la calidad, porque cada pequeño llega con un diagnóstico y una preparación”, apunta Jenny.
También destaca el apoyo de su esposo ante cada una de sus “locas ideas”.
Punto de giro
Todo marchaba viento en popa hasta que llegó la covid-19. “Tuvimos que cerrar. Éramos 12 educadoras en casa, con hijos y familia y, por ejercer un trabajo privado, no teníamos ninguna fuente de ingresos. Entonces, tuvimos que reinventarnos”.

Iniciaron en ese momento el proyecto Kriño. “Cada una fue buscando la habilidad que podía desarrollar o que ya tenía dentro, porque nos dimos cuenta que siempre la tuvimos, pero estaba dormida y la pandemia y la necesidad la despertaron”.
Empezaron haciendo juguetes, como los que confeccionaban para la guardería y Jenny tuvo una idea genial: acudió a varios carpinteros que, por sus posibilidades y equipos, no podían competir con ebanistas de la provincia, y los invitó a sumarse al emprendimiento, que cuenta con una tienda, un garaje que servía de almacén.
Algunos carpinteros más reticentes, pues solo querían hacer puertas y ventanas –mejor cotizados en el mercado–, y otros más dispuestos, decidieron intentarlo, como una posibilidad entre mil. Les resultó, sostiene Jenny, “entonces y ahora tuvieron los ingresos que hasta el momento no habían logrado e, incluso, pudieron mejorar sus talleres”.
Apunta la emprendedora que, si bien no trabajan con las mejores maderas, sino con algunas recicladas, los carpinteros ven la efectividad de su labor. “En ocasiones, les envío una foto de una sonrisa de un niño y les digo: qué precio tiene esa sonrisa, eso no tiene precio”, agrega.
Diseñan los juguetes en equipo, definen las edades para las que pudieran estar dirigidos, escogen colores brillantes o la madera en su tonalidad original. Así crean una diversidad de opciones que comercializan en la tienda Kriño, de marca registrada.
“Cada juguete tiene un fin, para que aprendan jugando. Todo lo que se produce se les pone primero a niñas y niños en la guardería y, si ellos no los miran, desechamos esa producción”, explica la muchacha.
Regresar, pero a su manera
Cárdenas fue una de las ciudades con las que la covid-19 se ensañó en 2021. Meses de cierre total, centenares de enfermos y decenas de fallecidos. Pacería que la crisis no terminaría, pero la medicina y el rigor lograron controlar la situación.

Aunque con menos niños por aula, para garantizar el debido distanciamiento, reabrió la guardería de Lorenzo, esta joven asistente para el cuidado de niños –como se denomina oficialmente la actividad de trabajo por cuenta propia que ejerce.
“Trabajamos mucho la salud emocional, y sobre todo ahora, después de la covid-19, porque nos hemos dado cuenta de que esto es lo que más se ha dañado, tenemos que enseñarlos a hacer amigos, porque estuvieron un tiempo distanciados”, advierte.
También se enfocan en la independencia y la seguridad de la niñez “porque si nosotros logramos ahora niñas y niños felices tendremos en el futuro personas de bien y hemos entendido que eso es muy importante”, subraya.
Asimismo, detalla que, al reinicio de las actividades de la guardería, todas sus trabajadoras quisieron regresar al cuidado de infantes.
“Entonces, creamos un espacio para que otras mujeres con hijas e hijos pequeños –algunas en cierta situación de desventaja económica–, tuvieran la posibilidad de tenerlos en la guardería mientras trabajan en la tienda y, si hay envíos grandes, incluso desde la capital del país, se quedan después de la jornada laboral”, apunta.
“Nos enamoramos de la creación de nuestras manos y desde nuestros corazones. Kriño es como un ciclo y tiene que ser ese espacio adonde podamos ir todos y todas y sentirnos como en casa, rodeados del cariño que necesitan todas las personas, mujeres y hombres, aunque ellos digan: eso es cosa de mujeres”, valora la joven.
Ante la falta de productos de belleza, el grupo liderado por Lorenzo creó una nueva línea de cosmética natural. Para ello, se asesoraron con expertos de la Unidad de Ciencia y Técnica de Base Indio Hatuey, del Instituto de Investigaciones de Pastos y Forrajes.
Construir entre todos un mejor lugar
Señala la emprendedora que, aunque no siempre es sencillo, se abren paso gracias a las alianzas. Al respecto, destaca el apoyo del Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo (CCRD) de Cárdenas. “Cuando estábamos mal por el encierro durante la pandemia, llevé a todas las mujeres allí, nos empoderamos y salimos con nuevas energías”, recuerda.
En tal sentido, considera que “no basta solo con capacitarlas, no podemos quedarnos ahí, hay que darles un empujón porque, en no pocos casos, tienen el conocimiento, la asesoría, el deseo y las ideas, pero no el apoyo. Esa es la realidad”.
Por su parte, el gobierno municipal les otorga espacios para que, como proyecto de desarrollo local, esas mujeres puedan reunir a diferentes actores económicos e impulsar la gestión de conjunto. Recientemente, pusieron en sus manos el parque de diversiones de la ciudad, que se proponen reparar junto a emprendimientos dedicados a la construcción.
“Deseo hacerlo como proyecto de desarrollo local, porque quiero que sea para mi comunidad, mi Cárdenas, la ciudad que me vio nacer”, afirma Lorenzo. (2022)
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