Proyecto sociocultural habanero festeja 15 años
El proyecto sociocultural Vida amplía sus actividades enfocadas en el bienestar de la comunidad
La Habana, 27 abr.- Incrementar las acciones “para transformar de forma positiva a la comunidad y acercarnos a la permacultura como filosofía de vida, la metodología de Mapa Verde para reducir peligros, vulnerabilidades y riesgos, aplicar la economía circular y la educación popular son objetivos actuales del proyecto sociocultural Vida”, declara su coordinadora general, Natalia Caridad Quintana.
Durante tres lustros, el proyecto familiar que surgió en el Reparto Vieja Linda, de la localidad Alturas de la Vibora, en el municipio habanero de Arroyo Naranjo, a partir de la idea de Natalia y su hija Estefani Peña, coordinadora ejecutiva, “ha logrado extenderse por toda la localidad: patios caseros, escuelas, barriadas”, comenta Quintana.
Al respecto, apunta que las actividades sistemáticas se enfocan en capacitar a la población sobre cómo producir alimentos sanos y lograr conservarlos en todas sus formas y variantes.
“Además de buscar el justo sentido de una vida en armonía con la naturaleza, se realizan actividades de limpieza y recogida de material reciclado en la comunidad”, comenta.
Sin contar aún con un espacio físico, resalta, el proyecto sociocultural suma a más personas y organizaciones a favor del medio ambiente y la educación popular, el mejoramiento de la calidad y las expectativas de vida.
Por otra parte, menciona como otro logro que la Asamblea Municipal del Poder Popular (gobierno local) aprobó hace cinco años la ampliación de las proyecciones de trabajo de Vida, para trascender las actividades artístico-culturales que hasta entonces desarrollaba con un grupo reducido de participantes.
Capacitación y crecimiento
“Fuera de la localidad hemos logrado organizar encuentros de capacitación con el apoyo de la Asociación Cubana de Producción Animal (Acpa) en La Habana, para fortalecer de manera sostenible nuestras producciones. Ha significado un modo de perfeccionarnos como criadores de ganado menor”, señala Quintana.
De ese modo, el grupo de activistas del proyecto sociocultural procura incorporar buenas prácticas y métodos agroecológicos “que nos permitan alimentarnos mejor, contribuir a la protección del medio ambiente y ser económicamente sostenibles”.
En tal sentido, agrega la coordinadora general: “También integramos el movimiento Slow Food a la comunidad Vida sostenible, en Vieja Linda, que fomenta la alimentación sana. Asimismo estrechamos vínculos con la Asociación Culinaria de Cuba, que pone a nuestra disposición a reconocidos chefs para compartir sus saberes sobre nutrición y alimentación saludables”.
Por otra parte, agradece la alianza con los centros Félix Varela y Martin Luther King, “pues significan una referencia en cuanto a incentivar la educación popular, que transversaliza todas las actividades que hacemos”, puntualiza.
De igual modo, el proyecto sociocultural integra la Red de mujeres emprendedoras, que le permite consolidar y ampliar vínculos con grupos de trabajadoras por cuenta propia, líderes de Proyectos de Desarrollo Local y de micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).
Asimismo, Vida mantiene un estrecho vínculo con la Articulación afrofeminista cubana, que contribuye a brindar una mejor atención a la población afrodescendiente en la comunidad Vieja Linda. Como ejemplos, Herrera menciona los encuentros para ponderar la autoestima en las mujeres, sobre todo afrodescendientes, y visibilizar las acciones por la no violencia.
Para Quintana, “ha sido vital la relación con la Federación de Mujeres Cubanas a la hora de abordar y asumir los temas de género desde diferentes aristas, siempre partiendo de las historias de vida, fundamentalmente de la población femenina de nuestra comunidad”.
Sin barreras
Al hacer un balance de 15 años del proyecto sociocultural Vida, Quintana destaca que las acciones responden a los intereses de grupos etarios, con énfasis en la participación popular de manera creativa y desde una posición de voluntariado.
“Para apoyar la educación de niños y niñas se incentiva el quehacer de los círculos de interés de permacultura. Se trabaja en la formación vocacional de jóvenes mediante la creación de talleres de oficios”, explica.
En particular, resalta las alianzas con las escuelas de la localidad donde estudian niños, niñas y adolescentes con discapacidad intelectual y con el Hospital Psiquiátrico 27 de noviembre. “A ese centro de salud entregamos 310 posturas de frutales de injertos”, acota.
Por último, refiere que habitantes de Vieja Linda integran las Cátedras Universitarias del Adulto Mayor, programa gubernamental encaminado a facilitar la adecuada reinserción familiar y social de personas con más de 60 años de edad. “Ya contamos con muchos graduados, así como con grupos de taichí”, destaca Quintana. (2024)
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