Servidores públicos en Cuba: retos para la gestión participativa local

Los municipios y sus servidores públicos están apremiados de avanzar en la autonomía municipal, dado el escenario actual poscovid y de recaída económica.

Servidores públicos en la gestión participativa local

Cada municipio tiene sus particularidades geográficas, económicas, productivas, sociales, políticas, culturales e institucionales y para planificar el desarrollo es imprescindible tomarlas en cuenta.

Foto: Jorge Luis Baños/ IPS

En el marco de las transformaciones del modelo económico y social cubano que se vienen implementando desde el 2011, la descentralización municipal constituye un desafío a la planificación e implementación del desarrollo local y para las personas que han de conducirlo: los servidores públicos.

Se requiere romper con las prácticas rutinarias de esperar por las orientaciones de las instancias superiores y la asignación de recursos y fondos centrales, a favor de la generación y el aprovechamiento de los existentes y de un mayor y más efectivo impulso a procesos participativos desde las comunidades.

A las limitaciones que impone el bloqueo de los Estados Unidos para desarrollar con más eficiencia y calidad los servicios, se suman las deficiencias inherentes a la actuación de los agentes responsables, con las lógicas consecuencias de insatisfacciones en la población. En este contexto, agravado por los impactos económicos de la pandemia por covid-19, la incertidumbre acerca del futuro económico y social del país y las evidencias de corrupción en actores públicos y privados; los municipios y sus servidores públicos están apremiados de avanzar en la autonomía municipal.

En este proceso urgen cambios culturales en la gestión del desarrollo local lo que implica modificar las mentalidades de los servidores públicos, quienes están llamados a ser proactivos y más creativos en la identificación y aprovechamiento de los recursos territoriales disponibles para el desarrollo municipal (naturales, patrimoniales, humanos, de infraestructura, entre otros), la gestión de fondos para el desarrollo, el aprovechamiento de las vías y canales de participación popular existentes (asambleas de rendición de cuentas, despachos con los delegados del poder popular, consultas populares, entre otros) y la creación de nuevos espacios en los que construyan de conjunto con la población el desarrollo local sostenible.

El servicio público
Servidores públicos
Servicio público de acceso a Internet en salas de navegación de la capital cubana.

Un servicio se considera público cuando su finalidad es atender una necesidad de la sociedad en su conjunto, por eso suele ser prestado por el Estado como entidad que organiza los recursos en provecho de la colectividad. En el caso de que, por razones de presupuesto o de otro tipo, el servicio público es ofrecido por el sector privado, las condiciones de dicho servicio se encuentran sujetas al control y la regulación de las autoridades estatales.

En el caso cubano, los municipios cuentan con una estructura de gobierno, representada por la Asamblea Municipal del Poder Popular (AMPP), órgano superior del poder del Estado en su demarcación, y su Consejo de la Administración (CAM), encargado de la dirección administrativa municipal. Si bien existen diferencias en su desempeño a partir del encargo estatal que asumen pues “el gobierno es el pensamiento que dirige; la administración es el brazo que ejecuta”, según el pensador francés Charles-Jean Baptiste Bonnin (1772-1846), en nuestra opinión los integrantes de ambas estructuras son servidores públicos pues trabajan en función de satisfacer demandas ciudadanas, de implementar políticas públicas nacionales y locales, de utilizar los recursos fiscales de manera eficiente a fin de lograr el bienestar de la sociedad local.

A continuación, enumeramos varios retos para la gestión participativa del desarrollo local.

Incorporar nuevos conocimientos, habilidades y herramientas para el desempeño de sus funciones como servidores públicos.

Transitar a un modelo de gestión descentralizada del desarrollo local requiere formar  capacidades, habilidades, actitudes y valores en los servidores públicos. Para ello han de diseñarse espacios formativos multi y transdisciplinares, centrados en el desarrollo de competencias, que aporte una concepción del desarrollo local multidimensional, sostenible, con enfoque de equidad y género y énfasis en la participación popular, que incorporen técnicas útiles para una gestión del desarrollo local participativa.

Diversas investigaciones realizadas por el estatal Centro de Desarrollo Local y Comunitario (Cedel) y el acompañamiento a gobiernos municipales para la elaboración de la Estrategia de Desarrollo Municipal (EDM) muestran necesidades de formación en los servidores para la gestión del desarrollo municipal.

Servidores públicos y gestión participativa local
Momento de un taller del proyecto «Contribución a la gestión municipal eficiente y sostenible en Cuba».

El proyecto “Contribución a la gestión municipal eficiente y sostenible en Cuba”, liderado por Cedel, intenciona una estrategia de gestión de conocimientos con la finalidad de fortalecer capacidades en formadores que contribuirán a la capacitación/formación de servidores/as públicos lo que generará cursos, programas de Diplomados, herramientas metodológicas y de gestión de la información y la comunicación.

Dirige sus acciones a formadores y servidores públicos de Artemisa y Mayabeque, es financiado por la Agencia Sueca de Cooperación para el Desarrollo (ASDI) a través de la Asociación Sueca de Autoridades Locales y Regiones (Salar), en específico su división de cooperación SKL Internacional.

Participan en su implementación funcionarios de gobiernos provinciales y municipales, Universidades Provinciales y Municipales y Citma Provinciales y Municipales de ambos territorios cubanos.

Como parte del diagnóstico de capacidades municipales que se necesitan fortalecer para la gestión eficiente y sostenible del desarrollo local, se aplicaron cuestionarios y entrevistas a profesores/as y egresados/as de la formación en administración pública en las Universidades de Artemisa y Mayabeque y entre sus resultados se reportaron las siguientes necesidades de formación:

  • Sobre la gestión de la información y la comunicación: uso de las TICs en la gestión del desarrollo municipal, Gobierno en Línea, Comunicación para los jefes, Elaboración e implementación de Estrategias de Comunicación, Gestión de la Información en las organizaciones de gobiernos locales.
  • Sobre concepción y metodologías de trabajo para el desarrollo municipal: no se menciona la toma de decisiones como contenido esencial de la participación; Intencionar la perspectiva de género en la gestión del desarrollo municipal, Visualizar la gestión ambiental de manera transversal en la gestión del desarrollo, Procedimientos para la elaboración de políticas públicas y la gestión de proyectos, Diagnóstico participativo, Capacitación en el desarrollo de proyectos productivos.
  • Sobre la medición de la gestión del desarrollo municipal: indicadores para medir la calidad de los servicios, Indicadores para medir niveles de satisfacción, Elaboración, captación, procesamiento y análisis de indicadores sobre desarrollo municipal, Elaboración, implementación, monitoreo y evaluación de la Estrategia de Desarrollo Local.
  • Sobre el desarrollo de iniciativas económico productivas: Visualizar estrategias que a mediano plazo contribuyan a las exportaciones con las potencialidades que poseen el municipio y el encadenamiento productivo que puede devenir de ello, Fortalecer la relación Universidad-Empresas-Gobiernos.
Cambios en la cultura de planificación municipal: el desarrollo ha de planificarse como “traje a la medida”

El desarrollo local es un proceso esencialmente endógeno, participativo, innovador y de articulación de intereses entre actores, territorios y escalas (municipal, provincial y sectorial/nacional). Se sustenta en el liderazgo de los gobiernos municipales y provinciales para la gestión de sus estrategias de desarrollo dirigidas, desde la gestión del conocimiento y la innovación, al fomento de proyectos que generen transformaciones económico-productivas, socioculturales, ambientales e institucionales, con el objetivo de elevar la calidad de vida de la población.

Cada municipio tiene sus particularidades geográficas, económicas, productivas, sociales, políticas, culturales e institucionales y para planificar el desarrollo es imprescindible tomarlas en cuenta. Avanzar hacia la autonomía municipal implica que las políticas verticales, sectoriales, sujetas a decisiones centrales, han de complementarse con la construcción de políticas locales que suponen horizontalidad, participación popular en la toma de decisiones y atender la heterogeneidad de la población. Son los gobiernos locales los encargados de asumir en la gestión local, la perspectiva estratégica que articule lo vertical-sectorial con lo horizontal- territorial a partir de la implementación de una visión integral del desarrollo.

La estrategia de desarrollo municipal  es  un  instrumento integrador, que contribuye a orientar la gestión del gobierno municipal en función de las prioridades definidas a partir de los intereses nacionales y territoriales. Desde su diseño y gestión, articula los diagnósticos y proyecciones que se definan por otros instrumentos de planificación, fundamentalmente  por el plan de ordenamiento territorial y urbano.

Como resultado de la EDM se define la Visión del municipio que se quiere, con vistas a tener claras las metas e indicadores de cambio para un período de cinco años. Su construcción implica la identificación de intereses locales desde la perspectiva de actores de gobierno y otros actores institucionales, la identificación de intereses locales desde la perspectiva de la población, la definición de políticas públicas locales, la elaboración de programas y de proyectos de desarrollo local.

El diálogo ciudadano como propuesta de participación popular

Una interesante perspectiva de participación popular constituye el diálogo ciudadano, como  propuesta de incorporación de la participación ciudadana en la  gestión pública, basada en una reflexión sobre los problemas identificados. Es una nueva manera de pensar la participación, de organizar la administración en torno a ella y de planear el involucramiento de la ciudadanía en la toma de decisiones públicas.

Los debates que se produjeron en el país, antes del referendo que aprobó la Constitución de la República, constituyeron un ejemplo de diálogo ciudadano que dio como resultado numerosos cambios al proyecto presentado; sin embargo, no todos estos intercambios tienen que ser masivos; siempre que el contenido a tratar sea de competencia del municipio, la extensión y profundidad de la participación en el diálogo ciudadano se puede definir de acuerdo al tema y al nivel de involucramiento de la población o del grupo más interesado que puede dar opiniones.

Convocar al diálogo requiere los siguientes momentos:

  • Organizar la arrancada: definir roles de los servidores públicos, proyectar los recursos disponibles (materiales y humanos), propiciar una nueva cultura: “La ciudadanía no es un obstáculo: es un recurso y una oportunidad para el desarrollo local”.
  • Preguntar a la ciudadanía: definir bien el tema sobre el que se quiere dialogar y hasta donde se involucrará a la ciudadanía, el alcance que tendrá la participación de la población. La siguiente escalera ilustra el alcance.

  • Implementar, evaluar y comunicar los resultados del diálogo ciudadano: es un modo de gestión pública que facilita ganar cada vez más legitimidad y confianza, por ese motivo puede dialogarse todas las veces que los temas municipales lo requieran. Es importante devolver a la población los resultados del intercambio y sus contribuciones a la solución del tema que se debatió lo que fortalecerá su confianza en los servidores públicos.
La participación en el control popular

La información veraz y oportuna acerca de los fondos disponibles para el desarrollo en el municipio y de las posibles fuentes para obtenerlos, es indispensable para el ejercicio del control popular. En la medida que avanza la informatización de la sociedad, pueden aprovecharse vías de interlocución con el gobierno local donde la población pueda ofrecer su valoración sobre la gestión de los servidores públicos y/o hacer sugerencias para mejorarla.

Sin dudas, incrementar y diversificar las vías y canales de participación de la población en las decisiones del desarrollo local es estratégico, no solo para que los servidores públicos entiendan las percepciones de los ciudadanos, que sus aportes contribuyan a la planificación e implementen de las políticas, programas y proyectos locales que respondan a necesidades e impulsen equidad y, sobre todo, se ejerza control social sobre la gestión pública.

Fomentar el desarrollo de Sistemas de Innovación Local

Un  sistema de innovación es un tejido que articula variados actores que apoyados en instituciones, políticas, sistemas regulatorios que lo permiten, interactúan entre sí para producir, difundir y usar el conocimiento. Los sistemas articulan el conocimiento, la innovación y el aprendizaje interactivo en un país, región, territorio, localidad, de ahí que puedan ser nacionales, regionales, territoriales y locales, sin embargo, su particularidad consiste en la articulación de actores en función del desarrollo.

El ámbito local es idóneo para la innovación. Colocar la ciencia al servicio del desarrollo de los municipios cubanos requiere socializar el conocimiento científico-tecnológico, promover y consolidar una cultura en la que los diversos actores locales lo valoren y lo usen para resolver problemas de su cotidianidad. Para ello son imprescindibles las articulaciones entre los centros de gestión del conocimiento, los sectores productivos estatales y no estatales, los actores sociales, políticos y culturales que coexisten en el territorio, incluyendo a las comunidades que aportan saberes populares (productivos, socioculturales, entre otros) al desarrollo de las innovaciones.

Los sistemas de innovación locales favorecen la emergencia de innovaciones tecnológicas y sociales. Estas últimas –menos reconocidas– tienen la particularidad de satisfacer una necesidad, aprovechar una oportunidad o resolver un problema social o ambiental de forma más eficiente o eficaz que las soluciones existentes. Además generan valor social e incluyen el trabajo colaborativo entre los diversos actores del desarrollo en el nivel local a su vez puede involucrar a otros tales como la cooperación internacional y otros actores de interés en el nivel provincial o nacional.

Los sistemas se sustentan en el diálogo entre el saber científico tecnológico y el saber popular presente en los barrios y consejos populares. Se caracterizan por la horizontalidad, potencian el funcionamiento en redes, son multi y transdisciplinares en coherencia con la concepción multidimensional del desarrollo. Favorecen que germine el potencial creativo de las localidades fomentando espacios y modalidades de socialización del conocimiento científico y de los saberes populares, entre ellos, oficios y tradiciones productivas, todo lo cual abre el camino para formular y realizar proyectos de desarrollo viables y sostenibles.

Conclusiones

Sin dudas los cambios culturales requieren de la formación de capacidades de los diversos actores que gestionan el desarrollo, y esos procesos hay que planificarlos a partir de sus necesidades y centrados en la formación de competencias, de modo que puedan llevar a la práctica de los contenidos recibidos.

Los servidores públicos municipales resultan un público prioritario pues han de desempeñar sus funciones en un contexto de descentralización y autonomía municipal cuyo objetivo es la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales de la población. Planificar el desarrollo a partir de las particularidades de los municipios favorece ese propósito.

La participación popular real –no formal– posibilita que la población no solo demande sino que aporte al proceso de desarrollo municipal, todo lo cual contribuirá a una sociedad más democrática.

Fomentar Sistemas de Innovación Local contribuye a la articulación entre lo vertical-sectorial y lo horizontal-territorial a partir de la implementación de una visión integral del desarrollo. De igual modo promueven la articulación de actores diversos que colocan sus conocimientos y creatividad en función de las cadenas productivas y del desarrollo de la localidad. (2020)

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