Sexóloga uruguaya deja sus huellas en Cuba
Stella Cerruti vivió en la isla durante años y trabajó intensamente por la introducción de educación sexual en América Latina.
La Habana, 24 ene.- Cuba y Uruguay, entre muchos otros países latinoamericanos, lamentan este mes la pérdida de Stella Cerruti, una figura imprescindible en la incorporación de la educación de la sexualidad en los sistemas educativos formales de la región, como un derecho humano imprescindible desde la infancia.
Fallecida el pasado 15 de enero en su país natal, Cerruti fue especialmente recordada en Cuba, donde vivió unos 10 años, dedicó no pocos esfuerzos al sistema de salud pública y, sobre todo, compartió los primeros momentos de lo que fuera el Grupo Nacional de Trabajo de Educación Sexual de la Federación de Mujeres Cubanas.
Antecedente directo del actual Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) y dirigido por el profesor Celestino Álvarez Lajonchere, el grupo promovió la inclusión de la educación de la sexualidad en los medios de comunicación nacionales y en el sistema educativo, e inició el camino de la atención integral a las personas transexuales.
“Era una profesional rigurosa, especializada en Ginecología, Sexología, Educación de la Sexualidad y Bioética. Su militancia comunista la trajo a Cuba en los terribles tiempos del Plan Cóndor y las dictaduras militares que cubrieron de luto a numerosos pueblos del continente americano”, recordó Mariela Castro, directora del Cenesex.
“La incorporación de la sexualidad humana en el proceso educativo legitima una dimensión de la persona que ha permanecido marginada, condenada al silencio académico”.
Stella Cerruti
“Durante su exilio político fue acogida como hija legítima de este pueblo en Revolución, y nunca nos defraudó. Fue siempre amiga, compañera, profesora, asesora, una mujer admirable, sincera y leal”, afirmó la también diputada al parlamento cubano en un post publicado en su página personal en la red social Facebook.
Reconocimiento necesario
En 2017, durante la sesión de clausura del 7mo. Congreso Cubano de Educación, Orientación y Terapia Sexual, el Cenesex entregó un reconocimiento “a la amiga uruguaya” por toda su trayectoria profesional y su gran aporte a lo que es hoy el Programa Nacional de Educación Sexual.
Nacida el 19 de abril de 1942 y graduada de medicina en 1974, Cerruti fue reconocida también con la Distinción Sindical al mérito gremial y en el ejercicio profesional, que entrega el Sindicato Médico del Uruguay, al que pertenecía desde 1965 y entre otros aportes, dirigió la Comisión de Género y Políticas de Salud desde 1997 hasta 2003.
Además de sus labores docentes en las facultades de medicina de Cuba y Uruguay, era profesora invitada en universidades de Argentina, Chile, Brasil, Bolivia, Venezuela, República Dominicana y México, así como fundadora del Foro Latinoamericano de Ética de la Investigación.
Al informar sobre el fallecimiento de Cerruti, la Sociedad Uruguaya de Sexología recordó su aporte como consultora en organismos internacionales, incluidos OPS, OMS, UNFPA, ONUSIDA, UNICEF, UNESCO. Su “valiosísima labor” permitió “operativizar la inclusión de la educación sexual en la educación pública”, añadió.
Derechos a debate
A propósito de la presentación en 2012 de un informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas, dedicado a los vínculos entre planificación familiar, derechos humanos y desarrollo, la médica uruguaya resaltó la necesidad de que “los Estados garanticen derechos sexuales y reproductivos desde edades tempranas”.
Pero es un proceso lento, lleno de polémicas entre especialistas, políticos y la población en general, afirmó a IPS durante un encuentro de especialistas de América Latina, convocado por el Cenesex para revisar estrategias y fortalecer alianzas en «educación integral de la sexualidad con enfoque de género, derechos humanos y diversidad».
A pesar de los programas nacionales o convenios regionales e internacionales, algunos grupos religiosos se oponen a la inclusión de estos contenidos en los planes de estudio; muchos padres y madres reclaman que sus hijos no cursen materias sobre sexualidad y los gobiernos no siempre priorizan estos asuntos en sus mandatos, describió Cerruti.
“Aparecen voces y visiones que cuestionan aspectos básicos y sustanciales referidos al derecho a la educación de la joven generación y la responsabilidad del Estado ante ello, versus el derecho exclusivo de los padres a impartirla”, afirmó en su artículo La educación sexual en el sistema educativo: ¿y ahora qué?, publicado en 2017.
Según Cerruti, “el sistema educativo constituye un espacio democrático privilegiado por la naturaleza de su alcance y sus características específicas en la formación de niños, niñas y adolescentes, en la construcción de la convivencia social, la ciudadanía y la participación en un ámbito de respeto y equidad”.
Asimismo, consideraba que las actividades que se desarrollan en el aula son “insustituibles pues se instalan en la cotidianidad” y debería incluir la reflexión sobre los estereotipos de género y el análisis de toda la diversidad humana, incluidos los procesos mediante los cuales una persona se identifica como “ser mujer o ser varón”.
Mujer excepcional
“Stella fue una mujer excepcional, inteligente, estudiosa, pero, sobre todo, tenía una calidez humana que nos acariciaba”, comentó la socióloga feminista argentina Teresa Herrera, quien trabajó con ella en programas de educación sexual y en un diplomado sobre violencia de género en el Centro Latinoamericano de Economía Humana.
“La Stella matutina que siempre me recibía en Montevideo, una médica sensacional, especialista en las artes de ser mujer, consultora en sexología para muchos organismos internacionales, maestra de bioética, madre, esposa, profunda cómplice de todos los asuntos del corazón”, relató la escritora nicaragüense Gioconda Belli en su página de Facebook.
Para la cubana Mariela Castro, Cerruti era “de una belleza integral y firme que inspiraba confianza absoluta” y, al mismo tiempo, “temblores y recelos en quiénes perciben la inteligencia y la coherencia como una amenaza”. (2021)
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