Única marca independiente de lencería en Cuba cumple dos décadas

La diseñadora alemana Christiane Krämer conversa sobre los 21 años de la marca Cris-Cris, especializada en lencería y trajes de baño, y su recorrido de Berlín a La Habana.

La diseñadora alemana Christiane Krämer en el pequeño Atelier donde se confeccionan las piezas de Cris-Cris Habana, en el barrio El Vedado donde reside.

Foto: Jorge Luis Baños/IPS

La Habana, 20 ene.- Casi a diario la diseñadora alemana Christiane Krämer recorre en bicicleta los más de cuatro kilómetros que existen entre el pequeño atelier ubicado en su vivienda en el barrio El Vedado y La Habana Vieja, donde se encuentra la tienda, para entregar las confecciones de Cris-Cris Habana, única marca independiente de lencería en Cuba.

Antes de mudarse a la isla en el año 2007, la marca- surgida a inicios del milenio- ya contaba con reconocimiento internacional. Desde el estudio de Sophiensäle en Berlín, se lanzaban colecciones propias que eran presentadas en exhibiciones y ferias de moda en ciudades europeas como París, Lyon, y Dusseldorf.

Por varios años tras su llegada al país caribeño, Krämer trabajó como diseñadora de vestuario y escenografía para teatro y danza moderna, por lo que en 2014 la Unión de Escritores y Artistas de Cuba le otorgó el premio de diseño escénico Rubén Vigón.

Cris- Cris Habana se inauguró en 2017 y desde entonces sus diseños se comercializan de forma exclusiva en la capital cubana.

Para celebrar los 20 años de la marca, la también emprendedora, con el apoyo de la Embajada de Alemania en La Habana y el Instituto Goethe, tiene previsto realizar un espectáculo de moda, pospuesto desde 2020 a causa de la covid-19.

Ahora con el nombre 2020 Plus, el evento debe realizarse en el Museo de Artes Decorativas cuando la situación epidemiológica del país, que desde principios de año vive un repunte de casos, lo permita.

“No es un show de venta, la intención es mostrar la historia de la marca, con la primera mitad dedicada a la lencería y la segunda a trajes de baño”, comenta.

Piezas que serán parte de la colección que se exhibirá en el espectáculo de modas 2020 Plus, por las dos décadas de la marca.

De Berlín a La Habana

Para la diseñadora, adaptarse a las necesidades del mercado cubano no ha sido un problema: “Mi estilo, desde que inicié en Berlín, siempre fue un poco extravagante o atrevido (se caracteriza por la «elegancia Frou Frou» y el estilo tropical). Por los colores y los cortes, tenía clientes muy específicos. Aquí se ha ajustado mejor”.

Aunque gran parte de los clientes de la tienda, ubicada en uno de los ejes turísticos de la ciudad, siguen siendo foráneos, Krämer asegura que ha percibido un incremento de compradores nacionales que ya ocupan la mitad de las ventas.

En los últimos años, en la isla ha crecido el número de emprendimientos en el área de la moda, en su mayoría guiados por mujeres, como alternativa a la importación de ropas y calzados que prevalece en el mercado oficial e informal.

“Veo que está la intención de ofrecer un producto diferente, con un buen diseño y calidad, y la posibilidad de que las personas no tengan que comprar lo que viene de fuera”, añade.

Desde el principio, el negocio ha mantenido un formato pequeño con no más de cuatro trabajadores ya formados en las exigencias de la marca, algo que su propietaria piensa preservar.

“No tengo la intención por ahora de hacer grandes producciones, ese fue mi pasado. En Berlín hacíamos 500 piezas de un mismo diseño. Estás en un mecanismo muy profesional, y con mayores ganancias, pero donde también hay mucha concurrencia, grandes empresas que están en la competencia.

“Estoy feliz con esta manera, con hacer colecciones pequeñas, creo que como artista tengo más libertad. Miro las tendencias porque eso también es necesario para satisfacer a los clientes, pero Cris- Cris es un clásico, el estilo se mantiene”.

Aunque la única presencia permanente de la marca es la de la tienda, Cris asegura que se siente muy internacional: “Por La Habana, cuando está abierta, pasan personas de todos los países, de Australia, África…”

Durante los primeros meses de confinamiento por la pandemia, asumieron la estrategia de aumentar su presencia en redes sociales y quizás en un futuro pudiera pensarse en una tienda online, aunque esto implicaría un aumento de las producciones.

La modelo cubana Yadira Pérez posa para la foto en el Atelier Cris Cris, única marca independiente de lencería en la isla, ubicada en el barrio del Vedado, en La Habana.

Costos y Sostenibilidad

En el mercado nacional, los mayores inconvenientes para ganar clientes suelen estar asociados a los precios de las producciones, mientras para quienes emprenden es una limitante recurrente las dificultades para adquirir las materias primas que necesitan.

“Siempre intento tener distintos rangos de precios, sobre todo pensando en los clientes cubanos, pero lo que define la calidad de las prendas son los materiales (los elásticos, los cierres) que son traídos de otros países, y eso es lo que también marca el costo”, explica.

Garantizar la calidad es una premisa de la marca. A esto se suma que artículos como el corsé llevan mucho más trabajo manual y más elementos: encerradores, elástico, encaje, lazos, anillos, arregladores, de ahí que tengan un precio más alto.

“Hay muchas cosas que no las encuentro aquí, pero tampoco en México o Panamá. Son los italianos, los alemanes, los franceses quienes las producen”.

El aseguramiento logístico de Cris- Cris depende en buena parte, como en muchos emprendimientos, de las redes de apoyo que conforman familiares y amigos que se encuentran fuera del país.

“Muchas personas me traen elásticos, telas. Viene una amiga de una amiga y me deja una bolsa de telas, es una vía muy exótica que ahora con la pandemia está cerrada”.

El actual proceso de ordenamiento económico que inició la nación caribeña a principios de este año, también ha tenido un impacto en el pequeño negocio.

“El salario de las vendedoras, la costurera, por ejemplo, tiene que aumentar porque ahora no les alcanza, por lo que el costo de las piezas ha subido en alrededor de un 25 por ciento”, dice.

A pesar de estas dificultades, Krämer asegura que su experiencia en Cuba le ha dado muchas satisfacciones y espera que sea un incentivo para que otros creadores consideren la isla como una oportunidad.

“Me siento respetada por mi trabajo aquí, con el que realicé en teatro y por el que gané un premio nacional. Son cosas que me han hecho sentir muy orgullosa”, concluye. (2021)

Un comentario

  1. Calanni Giuseppe

    Buenos Dias
    ¿Vendes ropa interior femenina?

    Gracias

    Vendes ropa interior femeninas ?

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