Emprendimiento de cicloturismo podría iniciar pymes en Cuba

Cuba aprobó en agosto las normas jurídicas para la creación de cooperativas no agropecuarias y micro, pequeñas y medianas empresas.

- VeloCuba comparte conocimientos, criterios y experiencias para que la ley se aplique como corresponde al resto de los interesados en pasar a ser pequeñas empresas.

Foto: Tomada de VeloCuba

Creatividad, innovación, inclusión, responsabilidad social y alianzas con el sector estatal y negocios privados distinguen a Velo Cuba, un emprendimiento de reparación de bicicletas y cicloturismo, próximo a convertirse en una de las primeras pequeñas empresas privadas (pymes), a las que Cuba recién abre las puertas.

Conocidos entre quienes aman los ciclos, con dos talleres en La Habana y gestores del sistema de ciclos públicos de la Oficina del Historiador de la Ciudad, integra un selecto grupo que junto al Ministerio de Economía y Planificación analiza las disposiciones para la creación de micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes).

“Bautizados como los pioneros, compartimos nuestros conocimientos, criterios y experiencias para que la ley se aplique como corresponde al resto de los interesados en pasar a ser pequeñas empresas”, explica Nayvis Díaz, la única mujer en ese equipo y directora fundadora del proyecto Velo Cuba.

Recientemente, en visita del presidente cubano Miguel Díaz-Canel, la emprendedora compartió criterios sobre las potencialidades de esta forma de movilidad y los obstáculos materiales e infraestructura que impiden su auge. La avalan su experiencia como coordinadora de una alianza entre el sector público y privado, autónoma y ciclista.

Inclusión y respeto

“Hace siete años, surgió Velo Cuba. Mi primera trabajadora fue una mujer, ciclista profesional, con conocimientos de mecánica. El segundo, fue un hombre, pero siempre en el imaginario social primó la idea de que eran solo mujeres”, apunta Díaz, una de las más de 600.000 personas registradas para ejercer el trabajo independiente.

“Para nada. Velo Cuba siempre ha sido un proyecto inclusivo, casi mitad hombres y mitad, mujeres. Todos hacemos de todo y sí incentivamos que las mujeres se incorporen a esas actividades, tratando de romper paradigmas sociales”, aclara.

Hoy, el 53 por ciento de las cerca de 40 personas que integran el equipo es femenino. Lo mismo pueden verse en la dirección general y técnica y la administración, que haciendo mecánica. También tres muchachos han accedido a la dirección, como coordinadores de mensajería, de bicicletas públicas y de relaciones públicas.

“Cuando digo inclusivo es hombres trabajando la recepción, fregando, repartiendo el almuerzo, cosiéndose el pullover que se les rompió y una mujer haciendo soldaduras, mecánica o subida de un andamio para pintar, y viceversa”, sostiene.

Dos principios destacan la gestión de los recursos humanos: una dirección horizontal y “cero tolerancia ante cualquier discriminación: por raza, género, orientación sexual, estatus o edad. Tenemos mensajeros de 60 y más años, otros con algún tipo de discapacidad o una limitación motora, que trabajan en una estación y venden…”

Lo que los une, defiende, es la pasión por las bicicletas “y los valores de las personas que contratamos, lo cognitivo viene después”.

Desde 2018, la Oficina del Historiador de la Ciudad escogió al equipo de Velo Cuba para dirigir el proyecto Habici, el primero de bicicletas públicas de Cuba.

Alianza para bicicletas públicas

Desde 2018,  la Oficina del Historiador de la Ciudad escogió al equipo de Velo Cuba para dirigir el proyecto Habici, el primero de bicicletas públicas de Cuba, que persigue promover una movilidad diferente.

“Desde un inicio, la idea era rescatar la ciclo movilidad en la ciudad, con un medio de transporte público individual, activo, que mejorara la calidad de vida, contribuyera a eliminar la polución y, a su vez, cambiara “aquella falsa idea de que la bicicleta es sinónimo de escasez, crisis, falta de dinero y de otro tipo de transporte”, confiesa.

En un inicio fueron apenas cinco estaciones y 60 ciclos, con la colaboración de la empresa Tecnalia, del País Vasco. Luego, la Agencia Suiza para la Cooperación y el Desarrollo (Cosude), aportó otros 230 ciclos de uso, que llegaron en 2020. En la actualidad, están en camino otras 200,  a través del Ayuntamiento de Barcelona.

“Ahora, cuando hemos tenido más bicicletas, no hay mucho mercado internacional, ni podíamos hacer muchas promociones hacia hoteles y receptivos como Cubatur y Gaviota. Pero, fundamentalmente, lo que se quería era que el mercado nacional tuviera los mayores beneficios y así ha sido”, afirma la emprendedora.

“El 93 por ciento de los clientes de la bicis públicas han sido nacionales. Solamente siete por ciento fueron extranjeros de visita en la ciudad”, explica y revela que Habici será uno de los nuevos proyectos locales que operarán en el Centro Histórico de La Habana, patrimonio de la humanidad desde 1982.

En tiempos de pandemia, el alquiler de bicicletas públicas  tuvo que cerrar en varias etapas, meses que aprovecharon para armar los ciclos recibidos y hacer reparación y cambios en la red de estaciones.

Sin embargo, dice, ahora se aprecia un alza del uso de la bicicleta. “Muchas personas, se han dado cuenta de que pueden rentarlas por dos, tres, cinco horas, posibles hoy por la cantidad de medios disponibles”.

“Vienen de otros municipios, es factible, económico,  les permite estar aislados, sin interacción con otras personas, y a la vez, estar al aire libre”, enfatiza Díaz, quien antes gestionó recursos humanos en varias entidades, como la marca española Sol Meliá.

Entre los principios en la gestión de recursos humanos de Velo Cuba destaca la cero tolerancia ante cualquier discriminación: por raza, género, orientación sexual, estatus o edad.

Múltiples facetas

Reparar ciclos “es un trabajo muy minucioso…tratamos de buscarle solución a los trabajos que hacemos, aunque no tengamos partes y piezas nuevas”, destaca y defiende los precios que les han permitido atender en los dos talleres, unos 4-5 clientes al día.

Junto a la reparación de ciclos, que en siete años benefició a unas 27.000 personas, realizan circuitos a nacionales y extranjeros no solo a lugares turísticos, sino también a cafeterías privadas y proyectos comunitarios.

Velo Cuba “es el único proyecto que tiene una escuela para preparar a mecánicos y mecánicas”, que aprenden también de mensajería, procesos administrativos,  renta, ventas y otras materias, que pueden a ser trabajadores de este negocio o iniciar otros.

“Ya van cinco graduaciones y hemos dialogado con el Ministerio de Educación sobre algo por lo que hemos abogado: ayudar al sistema educacional en la enseñanza”, dice.

En un alto en andar constante en bicicleta, colaboran con autoridades de varios municipios habaneros en la creación allí de talleres para bicicletas, dictan charlas en iniciativas de formación y asesoran a entidades nacionales, explica Díaz.

Según la directora del proyecto, existe interés en retomar el uso masivo de ciclo de los años 90, para lo cual deben recuperarse las ciclovías y ciclocarriles que se perdieron y tener otro concepto de movilidad inclusiva en la ciudad, sobre todo en la periferia.

Sin embargo, no son pocos los obstáculos, por lo que acuden a la innovación: ante la falta de piezas, dan mantenimiento e incluso, fabrican algunas que deben ser cambiadas. Otras trabas son los altos precios para importar ciclos nuevos y la nula práctica de traerlos al país de segunda mano.

Según Díaz, se requiere mayor protección vial a ciclistas, la venta de cascos y obligatoriedad de su uso, asuntos tratados en encuentros con la dirección del Ministerio de Transporte, a la vez que apoya la inédita posibilidad que les abren las nuevas regulaciones para importar piezas mediante empresas estatales autorizadas.

Paralelo a la práctica de precios justos para que los servicios sean asequibles, el equipo se involucra en acciones de responsabilidad social: enseñar a montar bicicletas de forma gratuita, limpiezas de playas, así como una reciente recuperación de plástico, junto a los proyectos Tercer Paraíso, Arte Corte, Entimbalao  y Estudio 50.

(2021)

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