En medio de las restricciones que impone la Covid-19, profesionales del Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC) de la Universidad de La Habana debatieron ampliamente aspectos neurálgicos de la coyuntura socioeconómica actual del país, durante los días 8 y 9 de diciembre, en el Hotel Habana Libre. Se trata del Seminario Anual que realiza esta institución, que en el presente 2020, arribó a su 31 aniversario.

El CEEC es una institución de prestigio dentro y fuera de Cuba, entre académicos y no académicos. Está integrado por un grupo de profesionales comprometidos con su país, que trabajan día a día en la formación de pre y posgrado y en la investigación sobre temas económicos y sociales. Se distingue por su actividad extensionista, impartiendo conferencias de actualización sobre la economía cubana en empresas y entidades que así lo solicitan.

En esta ocasión, como es habitual, invitados de varias áreas universitarias como la Facultad de Economía, la de Contabilidad, el Centro de Investigaciones de la Economía Internacional, y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, formaron parte de este encuentro.

Asistieron también miembros de la dirección universitaria, y profesionales de otras instituciones, colegas de años, provenientes del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas, del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial y del Instituto Nacional de Investigaciones Económicas.

Durante ambas jornadas, se convocó al diálogo y la construcción colectiva, para entre todas y todos aportar al logro de una mejor economía y de un socialismo, como se desea, próspero y sustentable.

Se presentaron dos paneles cada día, con profesionales del Centro e invitados:

 

Panel 1. Cuba: coyuntura socioeconómica

Panel 2. Política social y equidad en Cuba

Panel 3. Actores en la economía cubana

Panel 4. La nueva estrategia socioeconómica

Complejidad del entorno internacional

Una presentación a cargo del economista Antonio Romero, nos situó en la complejidad del entorno latinoamericano y caribeño, afectado grandemente por la incidencia de la pandemia.

El comercio internacional, hasta hace algunos años caracterizado por una organización en grandes cadenas globales de valor, ha mostrado su fragilidad e inoperatividad en estos momentos. Las naciones se enfocan más en los mercados domésticos y en las alianzas con los socios geográficamente cercanos. Los acuerdos regionales se muestran más factibles que los multilaterales.

La región del Caribe, no suficientemente explotada por nuestro país en términos de integración comercial, se avizora como uno de los potenciales más importantes en términos de comercio exterior en el corto plazo. Sin embargo, aprovechar estas oportunidades, precisa una estrategia de inserción intencionada y cambios estructurales en la economía doméstica.

En el panel sobre coyuntura socioeconómica, el economista Ricardo Torres reforzó la complejidad del entorno internacional a causa de la pandemia, con especial impacto en la industria turística. Se apuntó que el contexto previo a esta situación ya resultaba complejo para la economía cubana caracterizada por bajas tasas de crecimiento desde 2016.

Puede aseverarse, que la crisis a la que se asiste en estos momentos, es la más profunda en los últimos 30 años. El economista resaltó el significado de las sanciones de Estados Unidos a Cuba, especialmente para el sector turístico: restricciones de viajes de estadounidenses al país y de vuelos, suspensión de la actividad de cruceros, límite para el monto de las remesas, y la activación de los títulos III y IV de la Ley Helms-Burton.

 

Retos y consecuencias del ordenamiento monetario

Los economistas Ricardo Torres y Ricardo González señalaron los desafíos del anunciado proceso de ordenamiento monetario (cuya fecha de inicio fue oficialmente fijada dos días después para el primero de enero de 2021) en cuanto a inflación, afectaciones a familias y/o grupos vulnerables, y las consecuencias para el sector empresarial.

La necesidad de buscar resortes internos para salir de la actual crisis, también resultó un punto en común. Se precisa, entre otras acciones, lograr un mayor impacto de la inversión extranjera directa en la economía doméstica, apoyar la creación de pequeñas y medianas empresas, reducir la ineficiencia interna y que los precios jueguen el rol que les corresponde en la asignación de recursos, entre otras medidas.

Cerró, esta primera entrega, una presentación centrada en la coyuntura social a cargo la prestigiosa socióloga Mayra Espina. La académica resumió los desafíos y avances en curso en esta temática. Como desafíos apuntó una situación de crisis económica persistente en los últimos años, previa al impacto del coronavirus, una dinámica desfavorable (baja fecundidad, emigración de jóvenes), desigualdades sociales, entre otros.

Entre las posibilidades de cambio con las que cuenta el país, coincidió con Torres y González en la necesidad de acelerar las trasformaciones en curso en la economía cubana y la modernización de la política social. Se apuntaron como avances en curso, varias políticas en construcción para atender áreas como el empleo y el desarrollo territorial.

Se señaló como un elemento muy positivo el diálogo sostenido entre académicos y decisores, propósito que ha sido impulsado con fuerza por el presidente Miguel Díaz- Canel.

En sentido general, tanto el panorama externo como el interno se encuentran colmados de desafíos, que es preciso conocer para actuar en consecuencia. Cuba tendrá que agilizar su proceso de transformaciones y revisar sus prioridades para jerarquizarlas adecuadamente, a fin de poder acortar el necesario período de recuperación a partir del próximo año. (2020)