Robótica educativa llega a la población más joven de Cuba
Un proyecto nacional aplica la robótica educativa en talleres para niñas, niños, adolescentes y jóvenes de cada provincia de Cuba.

El proyecto de Robótica Educativa está dirigido por la Facultad de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas.
Enseñar robótica en Cuba a jóvenes, niñas y niños, más que incentivar esa especialización desde edades tempranas, busca prepararlos para un futuro altamente tecnificado. Es un camino para reducir un poco las brechas del conocimiento entre la isla caribeña y los países más desarrollados.
De eso trata el proyecto de Robótica Educativa dirigido por la Facultad de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, en alianza con el Joven Club de Computación y Electrónica (JCCE) de Villa Clara y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
«La idea es promover el uso de las tecnologías de robótica como parte de la transformación digital para tratar de llegar a los que en el futuro serán los especialistas y los encargados de manejar este tipo de tecnología”, dijo Robby Gustabello, coordinador del proyecto y vicedecano de Extensión Universitaria, Comunicación e Informatización de la FIE.
Según Gustabello, se enseña a los participantes los basamentos de la electrónica, la automática y la programación que pudieran ser empleados en la robótica.
“Dado el crecimiento de los dispositivos robóticos, la necesidad de incorporar el conocimiento de estos desde los primeros años escolares, y gracias a la adquisición de equipamiento como parte de proyectos internacionales, pudimos adentrarnos nuevamente en este apasionante mundo”, arguyó.
Dicha iniciativa volvió a hacerse eco en la última XIX Feria Internacional de Informática 2024. Incluso, en el municipio de Placetas de esa provincia del centro cubano, a finales de abril se abrió una segunda aula de robótica, además de la de la ciudad de Santa Clara.

Una pretensión nacional
La robótica no se imparte solamente en Villa Clara. El mencionado proyecto comunitario integra una iniciativa de escala nacional que, de acuerdo a Idelsys Cruz Veitía, directora nacional de informatización de los JCCE, comenzó sobre la base del Plan de Desarrollo Económico hasta el 2030.
Según la funcionaria, a través del financiamiento de la Unesco, se logró adquirir unos kits con componentes de robótica que se distribuyeron en las cabeceras provinciales de Cuba para que lleguen a los adolescentes e infantes de las comunidades, entre quienes se incluyen los de educación especial.
“Desde el 2019 venimos desarrollando la robótica en el país con los profesionales de los Joven Club y familiares de los niños. En enero del 2021, con la financiación para la robótica por parte de la Unesco, nuestros talleres se impulsaron”, explicó, por su parte, Daylin Pérez, directora de comunicación del Palacio de Computación en La Habana.
Los talleres de robótica, si bien comenzaron en La Habana, en breve tiempo ganaron popularidad en provincias como Villa Clara, Santiago de Cuba y Holguín.
Estos despiertan en los participantes el pensamiento computacional y los ayuda a resolver problemas elementales de la informática, acotó Cruz. “Antes era difícil que desarrollaran esas capacidades a través de la programación”, agregó.
Los principales contenidos en el programa son la introducción a la robótica, la electrónica y programación en la herramienta Scratch, cuyos códigos permiten, a un público joven e inexperto, el desarrollo de softwares, historietas, videojuegos y animaciones.
Hasta 2022, han participado en los talleres de robótica más de 3 000 niños, niñas y adolescentes.

Abrir la mente
Desde 2021, los jóvenes participantes de los talleres –y también los no vinculados– pueden participar en la Competencia Nacional de Robótica Educativa o en certámenes foráneos como la Copa International Kids Coding Competition IKCC.
En estos se presentan trabajos desarrollados por los estudiantes con la ayuda de sus profesores, los cuales se dividen en temáticas como Programación en bloque, Diseño de circuitos para aplicaciones de robótica en móviles y tablets con la herramienta APP Inventor 2.
“Tenemos niños talentos que han participado en competencias internacionales de robótica, con su desempeño alcanzaron reconocimiento y certificación internacional en la robótica”, afirmó Cruz.
En Santiago de Cuba, por ejemplo, los integrantes del proyecto Robotizando la Esperanza, similar al de Villa Clara, incluso han resultado premiados.
Mantener estos cursos y certámenes conlleva, sin dudas, esfuerzos y economía; sin embargo, Gustabello opinó que “lo fundamental es abrir la mente”.
“En la mayoría de los problemas, las barreras las imponen las personas”, argumentó. “Sí conlleva una cuestión económica de trasfondo, pero muchas veces tenemos los elementos y, al no saber cómo usarlos, tenemos miedo”
Y añadió: “Debemos romper esas barreras mentales y tratar de avanzar y buscar maneras desde las universidades en colaboración con las empresas y, desde esas empresas, también invertir en las universidades; y con esto, lograr una oportunidad de crecimiento a nivel de país que es lo que necesitamos”. (2024)
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