Cinco años capacitando para el emprendimiento en Cuba

La fundadora del proyecto Yo puedo emprender celebró su quinto aniversario con el lanzamiento de una mentoría para emprendedoras y emprendedores.

En la foto, Sara Ida Hernández (al centro), fundadora y líder de “Yo puedo emprender”, proyecto que celebró su aniversario con un encuentro con integrantes de la comunidad emprendedora y egresadas del curso.

Foto: Archivo IPS Cuba

La Habana, 7 oct.- Jessica de la Caridad Hernández tiene 19 años y un emprendimiento de dulcería. Para llegar a ese punto de su historia tuvo que vencer sus temores, con el impulso del proyecto “Yo puedo emprender”, que celebró recientemente su quinto aniversario y cuya líder inicia un nuevo capítulo: una mentoría.

Terminó el preuniversitario, hizo cursos de cocina y dulcería y se inclinó por esa última y hoy, desde L´Godoy Cakes, el pequeño negocio radicado en su casa, en el municipio Diez de Octubre, en La Habana, hornea tartaletas, pasteles, cabezotes, cakes y otros dulces.

Parte de esa evolución personal y profesional la agradece a una mentora, la fundadora y líder de Yo puedo emprender, Sara Ida Hernández.

“Mi miedo era la aceptación de las personas, pero la profe me dijo: tienes que empezar, porque si no crees en ti, ¿quién va a creer?”, recuerda la joven, quien ha visto crecer los pedidos, que elabora con equipos básicos de dulcería, todo a mano y personalmente.

Jessica de la Caridad es una de las cerca de 400 personas que se han beneficiado de Yo puedo emprender, una historia conmovedora y única.

Todo comenzó en…

“Yo puedo emprender” ha establecido alianzas con FLACSO, barrio Carraguao, la Articulación Afrofeminista de Cuba y Consultores y Abogados Internacionales (CONABI) del Ministerio de Justicia. (Foto: Archivo IPS Cuba)

Comenzó en la pandemia de la covid,  con un programa de capacitación para mujeres próximas a egresar en libertad condicional en la prisión de mujeres en La Habana.

“Entre las medidas adoptadas por el sistema penitenciario cubano estaba no salir a trabajar en las instituciones hospitalarias en las que trabajábamos las reclusas del régimen de mínima severidad. Una compañera mía y yo le propusimos a la jefatura del campamento desarrollar esa iniciativa”, recordó Hernández, abogada de profesión.

 

Por los cursos del proyecto Yo puedo emprender han pasado más de 400 personas, se han consolidado 173 emprendimientos y se han registrado ocho marcas y otras 11 están por registrarse.

Los temas incluyen ideas y planes de negocio, marketing y ventas, relaciones públicas, gestión de recursos materiales, humanos y financieros y la creación de negocios inclusivos con perspectiva de género.

 

La idea era ocupar el tiempo, “pero que esa ocupación tuviera una utilidad y constituyera una verdadera preparación para la reinserción social”, agregó.

Así, un martes 15 de septiembre, hace cinco años, comenzaron a compartir herramientas sobre emprendimiento en un proyecto que denominaron Mujeres emprendedoras. Sin aula, las clases se impartían tres veces por semana, bajo la sombra de un árbol.

La familia contribuía con materiales, útiles escolares, pizarra, una bandera, un escudo y un busto de José Martí. Al ver crecer el proyecto, les permitieron utilizar un viejo local abandonado de la prisión, que adaptaron, limpiaron, pintaron y convirtieron en aula.

Incluso, solicitaron a la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) del municipio La Lisa, donde está enclavada la prisión, que incluyera la iniciativa en sus programas de adiestramiento para la reinserción social que imparte en centros penitenciarios.

Hernández lideró allí el proyecto entre 2020 y 2022, año en que egresó de la prisión. Desde antes, había preparado a otra persona para darle continuidad, quien a su vez capacitó a una sucesora, además de llevar con frecuencia materiales y coordinar “para que no se pierda”.

¿Cómo lo hacen?

El proyecto es modular y lo integran seis módulos: del primero al quinto van desde la idea del negocio hasta la puesta en marcha, y el último, sobre negocios en Cuba “para que las personas que asisten conozcan cómo se deben hacer los trámites para crearlos”.

Según comentó Hernández, los temas incluyen ideas y planes de negocio, marketing y ventas, relaciones públicas, gestión de recursos materiales, humanos y financieros y la creación de negocios inclusivos con perspectiva de género.

El módulo de contabilidad y obligaciones tributarias, es considerado por talleristas como el más importante “porque les enseñamos cómo llevar las cuentas del negocio, calcular el retorno de la inversión, y sobre todo, calcular las obligaciones tributarias”.

Apoyos y saldos

De acuerdo con la líder de Yo puedo emprender, que celebró su aniversario con un encuentro con proyectos y emprendedoras, la FMC recibió la idea a partir de la participación de Hernández en la iniciativa Ellas emprenden, en abril de 2022.

La FMC ha sido la puerta abierta y ha facilitado la visibilidad, el conocimiento y, sobre todo, “el respaldo para que se pudiera realizar esta capacitación que de otra manera no habría sido posible, a pesar de mi categoría docente y mi grado científico, porque no se puede realizar esta acción de manera independiente”, señaló.

Con los años, el vínculo con la FMC se ha fortalecido y ya están presentes en cinco Casas de Orientación de la capital y prevén, para inicios de 2026, crear una plataforma que permita llegar a otras provincias, para lo cual captan facilitadoras y facilitadores.

Por los cursos, reveló, han pasado más de 400 personas, se han consolidado 173 emprendimientos y se han registrado ocho marcas y otras 11 están por registrarse.

Para Katia Pérez, coordinadora de la Red Cubana de Mujeres emprendedoras, han sido cinco años de mucho esfuerzo y de resultados palpables en las alumnas.

“Los cambios radican en la cantidad de mujeres emprendedoras que pasan de una idea a formalizar su emprendimiento, mayor conocimiento sobre normas jurídicas y elementos regulatorios para crear y gestionar sus negocios, estar en mejores condiciones para contratar y registrar sus marcas”, consideró.

Doydas

En el encuentro por el aniversario, Hernández lanzó su primer negocio personal, la mentoría Doydas para acompañar en cada paso a emprendedoras y emprendedores y ayudarles a tomar decisiones, con un elemento distintivo: la pedagogía de la pregunta.

Es “preguntarse siempre qué se quiere, por qué, para qué se quiere. Ahora mismo para mí es un enorme desafío crear una comunidad, clientes, personas que quieran acercarse, porque para nadie es un secreto que las cubanas y los cubanos siempre creemos que nos lo sabemos todo, pero confío, porque lo hermoso no siempre es fácil, pero vale la pena”. (2025)

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