Zoológico Nacional muestra deterioro de sus espacios
El Parque Zoológico Nacional de Cuba enfrenta una crisis silenciosa que lo aleja de su misión educativa y recreativa.

El Parque Zoológico Nacional pertenece desde el año 2015 a la Empresa Cubana de Zoológicos, constituida por otros 10 establecimientos de su tipo a lo largo del país.
Foto: Archivo IPS_Cuba
La Habana, 24 jul.- En pleno verano el Parque Zoológico Nacional debería ser un lugar atractivo, lleno de familias, ofertas recreativas y mucha vida animal en su ambiente, como históricamente ha sido. Sin embargo, recorrer hoy sus caminos es constatar un deterioro que lleva tiempo gestándose, pero que se siente más profundo en la etapa estival.
En los últimos cinco años esta emblemática instalación se ha visto obligada a cerrar sus puertas al público en varias ocasiones, por la falta de combustible y la decadencia de sus diferentes espacios, entre otras razones.
El pasado 5 de julio el único zoológico de su tipo en La Habana, con una extensión de más de 340 hectáreas, le dio la bienvenida al verano con un aspecto renovado.
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Durante los meses previos, la administración del centro desarrolló labores de recuperación con el apoyo de las empresas del Grupo Empresarial Flra y Fauna. No obstante, a pesar de que las instalaciones envejecidas recibieron mantenimiento, apenas conservan la sombra de lo que un día fueron.
El cambio se resume en la apariencia: instalaciones administrativas y áreas destinadas al público recién pintadas, así como saneamiento de algunas áreas verdes. Pero, más allá de la programación habitual, el sitio no ha diseñado ofertas recreativas y educativas para los meses de verano, una etapa clave para atraer al público infantil y familiar.
Esencia desdibujada
Cuando un grupo planifica una visita al Parque Zoológico Nacional va en busca de conocer a los animales en su ambiente, disfrutar de la fauna en libertad e interactuar con ella. Estos son los principales motivos que justifican el viaje a este sitio, ubicado en las afueras de la ciudad, sin transporte público que facilite su acceso.
Durante un recorrido por el parque, cuya extensión abarca dos entradas por el periférico municipio de Boyeros, fue evidente la falta de planificación, de recursos y de propuestas que revitalicen el lugar. La realidad es cruda.
Los safaris están sujetos a la disponibilidad de combustible del centro. Es decir, no hay días fijos para aquellos paseos guiados en ómnibus por la pradera africana donde se puede conocer la vida silvestre.
La mayor atracción del Parque se ha convertido en una cuestión de “suerte y verdad”, haciendo que el lugar pierda su esencia y desarrollo.
Igualmente, las actividades y espectáculos planificados con animación y juegos de participación dependen del servicio eléctrico, pues la instalación también enfrenta apagones programados a causa de la crisis eléctrica, y no dispone de un grupo electrógeno independiente.
El zoológico mantiene ofertas para el público infanto-juvenil como el parque de diversiones y locales con opciones gastronómicas. Pero las mismas no son suficientes ni mucho menos relevantes porque se pueden encontrar comúnmente en establecimientos del centro de la ciudad.
Además, los visitantes han expresado en la página oficial del recinto en la plataforma digital Facebook, sus inconformidades por los altos precios de los servicios gastronómicos, mayormente ofrecidos por personas del sector privado.
En ese sentido, un usuario identificado como Aaron Yaimi García comentó: “…hay que ir con un cuarto de millón de pesos…”.

El Foso de los Leones
La situación en el Zoológico Nacional se agrava con la inactividad del Foso de los Leones, otra de las experiencias especiales del parque. Desde hace dos años esta área no funciona, tiene sus puertas cerradas al público y sus protagonistas han permanecido encerrados.
Según informó el grupo de comunicación del centro en una declaración a la televisión nacional, el lugar está siendo reparado y los felinos entrenados para que nuevamente puedan recibir visitas.
Se prevé reabrir el foso en el mes de agosto, en el marco de las actividades por el aniversario del natalicio del Comandante en Jefe Fidel Castro. Mientras tanto, la carencia de desarrollo y el vacío en este espacio, antes lleno de rugidos y emoción, es el símbolo más elocuente del abandono.
Con este panorama, es difícil encontrar atracciones en el Zoológico Nacional. Su situación actual genera preocupación en la población cubana. ¿Qué memoria quedará en las nuevas generaciones si desaparecen lugares como este? ¿Quién responde por el deterioro de un sitio que alguna vez fue orgullo y referencia por su flora y su fauna?
Más allá de una simple atracción turística, el establecimiento ha sido durante más de cuarenta años una herramienta para cultivar sensibilidad hacia la naturaleza y formar desde edades tempranas la ciudadanía ambiental. Una obra como esta no merece morir. (2025)
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