Construcción de viviendas debería ser una prioridad para Cuba
La escasez y deterioro de las viviendas es uno de los problemas sociales más graves que aquejan a los cubanos. Y constituye además uno de los más difíciles de solucionar.
Los frecuentes derrumbes de viviendas en Cuba, especialmente en zonas como La Habana Vieja y Centro Habana, reflejan el grave deterioro de la infraestructura urbana y la falta de mantenimiento, poniendo en riesgo la vida de miles de familias que habitan edificaciones centenarias en condiciones críticas.
Foto: Archivo IPS Cuba
La Habana, 3 sep.- El gobierno cubano se propone aplicar “una mirada rigurosa” para encarar el programa nacional de la vivienda en esta isla caribeña donde la escasez y degradación de los inmuebles es una de las principales penurias sociales y económicas.
El envejecimiento del fondo de viviendas, el deterioro por falta de mantenimiento, continuos derrumbes, el efecto de los huracanes y la disminuida capacidad constructiva del Estado, exigen un ritmo constructivo inalcanzado hasta ahora.
Este panorama social ha acompañado a los isleños durante las últimas décadas y se reflejó en el censo poblacional de 2012. En la actualidad, coinciden expertos, la situación es más crítica. Se aguardan las estadísticas del nuevo censo, que debió realizarse en 2022.
Hace 13 años, Cuba tenía más del 60 % de su fondo habitacional (casi 2.3 millones de inmuebles) en regular o mal estado. Las estadísticas oficiales reconocieron entonces que en la isla el déficit de casas rondaba el medio millón de unidades.
Pero en 2020 el déficit ya ascendía a 862 879. En esa fecha la mayor isla de Las Antillas contaba con poco más de 11 millones de habitantes. Hoy la población descendió a unos 9.7 millones por envejecimiento poblacional, baja natalidad y continuas migraciones.

Complejo panorama
En la reunión más reciente de balance anual del Ministerio de la Construcción (Micons) se consideró muy compleja la situación del programa de la vivienda y la producción local de materiales de la construcción.
La capital cubana, antes famosa por su belleza, hoy se cae a pedazos. Es triste. Hay escombros por doquier, aguas negras y basura. Algunas áreas parecen haber sido bombardeadas”, escribió un usuario de las redes sociales.
Al cierre del pasado mes de marzo solo se habían concluido 1 344 de unas 10 795 viviendas que faltaban por terminarse, según el plan trazado en el año 2024, indicó un reporte de un medio oficial.
Las viviendas calificadas como regulares y malas aumentan, principalmente, debido a que las producciones locales de materiales no responden a la necesidad habitacional en cantidad y calidad.
Al déficit de casas se agregan las que no cuentan con los materiales adecuados en pisos, muros y techos, carentes de la sanidad deseable y servicios básicos de agua y drenaje.
Organismos internacionales subrayan que la baja calidad de las viviendas afecta la salud física y mental de millones de personas en el mundo, agravando las desigualdades sociales y económicas.
Agregan que la vivienda constituye la base de la estabilidad y la seguridad del individuo y la familia. Es el centro de la vida social, emocional y a veces económica de sus moradores.

Materiales de construcción
La producción de materiales de construcción es insuficiente para atender el déficit del fondo habitacional que se estima en casi un millón de nuevos inmuebles. Ni tampoco la reparación de las censadas como de regular y mal estado (unas 394 000).
Autoridades cubanas hacen llamados a ampliar la producción de materiales de la construcción en los territorios del país para sustituir importaciones y cumplir el Plan Nacional de la Vivienda.
Sin embargo, las industrias locales consisten en pequeños enclaves para producir bloques de hormigón, molinos de piedra de poca capacidad, carpinterías y vetustas fábricas de mosaicos.
Algunos críticos cuestionan las estrategias que se han venido aplicando para la construcción de inmuebles. Y demandan aprobar una nueva Ley de la Vivienda, la cual podría estar lista este 2025.
La edificación de viviendas mediante el “Esfuerzo Propio” acapara más de la mitad de las ejecuciones anuales desde 2019, cuando se invirtió la dinámica y el Estado dejó de construir más que los particulares.
El gobierno aplica varias estrategias, entre ellas la reconversión de inmuebles y locales estatales en viviendas, la construcción de las llamadas “casas de bajo costo” y las inversiones en las fábricas de cemento y acero.
Situación habitacional empeora
Hace un año un informe la Asamblea Nacional del Poder Popular admitió un déficit de 883.050 viviendas y calculó en 2,6 millones los cubanos que carece de vivienda, casi la cuarta parte de la población total.
Según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), más de la mitad de los 3,8 millones de viviendas del país están en mal estado.
Por otro lado, son frecuentes los derrumbes en La Habana, que han costado la vida a varias personas, incluidos niños. Tras intensas lluvias se desploman como promedio tres viviendas diarias, unas 1.000 al año, de acuerdo con la ONEI.
“La capital cubana, antes famosa por su belleza, hoy se cae a pedazos. Es triste. Hay escombros por doquier, aguas negras y basura. Algunas áreas parecen haber sido bombardeadas”, escribió un usuario de las redes sociales.
Un alto porcentaje de comentarios populares ponen en entredicho la forma en que se emplean los recursos estatales, al anteponer obras hoteleras a otras de carácter social.
Ignacio Rosales, albañil por cuenta propia, dijo que “parte de los recursos destinados a levantar nuevos hoteles se deberían destinar a más viviendas, hospitales y escuelas”.
El ministerio de Turismo ha apostado por la edificación de nuevos alojamientos en medio de una crisis económica que se agravó en 2020 tras la pandemia de covid , el recrudecimiento del embargo de Estados Unidos y fallidas reformas internas. (2025)
Materiales de construcción
La producción de materiales de construcción es insuficiente para atender el déficit del fondo habitacional que se estima en casi un millón de nuevos inmuebles. Ni tampoco la reparación de las censadas como de regular y mal estado (unas 394 000).
Autoridades cubanas hacen llamados a ampliar la producción de materiales de la construcción en los territorios del país para sustituir importaciones y cumplir el Plan Nacional de la Vivienda.
Sin embargo, las industrias locales consisten en pequeños enclaves para producir bloques de hormigón, molinos de piedra de poca capacidad, carpinterías y vetustas fábricas de mosaicos.
Algunos críticos cuestionan las estrategias que se han venido aplicando para la construcción de inmuebles. Y demandan aprobar una nueva Ley de la Vivienda, la cual podría estar lista este 2025.
La edificación de viviendas mediante el “Esfuerzo Propio” acapara más de la mitad de las ejecuciones anuales desde 2019, cuando se invirtió la dinámica y el Estado dejó de construir más que los particulares.
El gobierno aplica varias estrategias, entre ellas la reconversión de inmuebles y locales estatales en viviendas, la construcción de las llamadas “casas de bajo costo” y las inversiones en las fábricas de cemento y acero.
Situación habitacional empeora
Hace un año un informe la Asamblea Nacional del Poder Popular admitió un déficit de 883.050 viviendas y calculó en 2,6 millones los cubanos que carece de vivienda, casi la cuarta parte de la población total.
Según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), más de la mitad de los 3,8 millones de viviendas del país están en mal estado.
Por otro lado, son frecuentes los derrumbes en La Habana, que han costado la vida a varias personas, incluidos niños. Tras intensas lluvias se desploman como promedio tres viviendas diarias, unas 1.000 al año, de acuerdo con la ONEI.
“La capital cubana, antes famosa por su belleza, hoy se cae a pedazos. Es triste. Hay escombros por doquier, aguas negras y basura. Algunas áreas parecen haber sido bombardeadas”, escribió un usuario de las redes sociales.
Un alto porcentaje de comentarios populares ponen en entredicho la forma en que se emplean los recursos estatales, al anteponer obras hoteleras a otras de carácter social.
Ignacio Rosales, albañil por cuenta propia, dijo que “parte de los recursos destinados a levantar nuevos hoteles se deberían destinar a más viviendas, hospitales y escuelas”.
El ministerio de Turismo ha apostado por la edificación de nuevos alojamientos en medio de una crisis económica que se agravó en 2020 tras la pandemia de covid , el recrudecimiento del embargo de Estados Unidos y fallidas reformas internas. (2025)
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