Cuba preserva el casabe como patrimonio cultural inmaterial

La Unesco declaró el casabe como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

Hace cinco años, en Cuba se fortalece y diversifica el movimiento de amigos del casabe, que reúne a emprendimientos, chefs, investigadores y familias productoras del alimento reconocido por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Foto: Jorge Luis Baños/ IPS Cuba

La Habana, 27 dic.- Con el reconocimiento del casabe, pan elaborado a partir de yuca amarga, como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Cuba reafirmó su compromiso de defender esa vieja tradición.

La propuesta, presentada por Cuba, República Dominicana, Haití, Honduras y Venezuela, fue aprobada en Paraguay, durante la decimonovena sesión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, del 2 al 7 de diciembre.

Entre los argumentos presentados para la inscripción del casabe se destacó su relevancia como símbolo de identidad, cohesión social y desarrollo sostenible en las comunidades del Caribe.

La Unesco resaltó que este alimento refleja un legado indígena y africano transmitido de manera informal en los hogares y formalmente en las escuelas, promueve valores como la tolerancia, el respeto mutuo y la unidad y contribuye a la seguridad alimentaria y el sustento económico de miles de familias.

A su vez, la organización del Sistema de Naciones Unidas, destacó el rol del casabe en la preservación de la paz y el diálogo entre comunidades, además de su importancia como referente identitario cultural en la región.

La imagen muestra porciones de Casabe rellenos con Moros y cristianos típica receta cubana, en la sede del proyecto La Moneda cubana, en el centro histórico de La Habana Vieja, Cuba. Entre los argumentos presentados para la inscripción del casabe se destacó su relevancia como símbolo de identidad, cohesión social y desarrollo sostenible en las comunidades del Caribe. (Foto: Jorge Luis Baños/ IPS Cuba)
Preservar la tradición

En la ceremonia de entrega se hizo énfasis en el paso dado por primera vez en la región por cinco naciones comprometidas con la preservación de los conocimientos y las prácticas tradicionales para la elaboración y el consumo del casabe, ahora considerado patrimonio cultural inmaterial.

 

La tradición del casabe en Cuba

“En Cuba, los campesinos son los principales portadores de esta tradición, actuando como productores locales y cooperativistas que salvaguardan el casabe, así como participan asociaciones culinarias y profesionales, maestros y estudiantes de cocina”, considera Anne Lemaistre, directora de la Oficina Regional de la Unesco en La Habana.

Según Lemaistre, el reconocimiento del casabe como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad “ayuda a proteger y promover estas tradiciones, asegurando su transmisión a las futuras generaciones”.

La ficha de la postulación indicó que el origen del casabe se ubica, según la arqueología, desde inicios de la Era Cristiana en la región venezolana del bajo Orinoco, pero fue trasladado por río y mar hasta las islas del Caribe.

“El casabe suele acompañar las comidas o consumirse solo y su producción en la actualidad sigue siendo esencial para los pueblos indígenas asentados entre los ríos Amazonas y Orinoco”, apuntó la fuente.

Según trascendió, tras la declaración, naciones como Brasil y Paraguay, expresaron intereses en ser agregados, lo que la inscripción permite, pero requiere que los países que presentaron la candidatura reconozcan a las comunidades indígenas que mantienen la tradición del casabe y su producción rudimentaria y laboriosa.

Los primeros pasos

Con una etapa previa de análisis y propuestas, la nominación comenzó su proceso en Cuba a principios de 2023, cuando se conformó un expediente que destacaba el valor cultural y social del casabe, tarea que implicó a expertos y autoridades culturales.

Michel Aliaga, del Consejo Nacional de Patrimonio de Cuba, quien trabajó en la coordinación técnica del expediente presentado a la Unesco, explicó que a los cinco países los unió “la voluntad de poner en valor patrimonial, algo que forma parte de una práctica viva, desde el punto de vista culinario y no como un reducto arqueológico de lo que fue en el pasado”.

Al respecto enfatizó: “El casabe, como producto y proceso de elaboración, no es arqueología, forma parte de un proceso vivo, que tiene un legado histórico e identidad de los cuales muchas personas son portadoras”.

Destacó que la aprobación del expediente incluye una larga lista de personas, desde familias elaboradoras de casabe, productores de la yuca, historiadores, emprendedores, una gran comunidad que contribuye a la visibilidad de esa tradición.

A su vez, aclaró que el expediente tuvo la voluntad de incluir todo el proceso de elaboración del casabe, desde la siembra de la yuca hasta la obtención de las tortas.

Por otra parte, dijo entonces, “toca ahora unir voluntades desde la responsabilidad del Estado cubano, de los depositarios de estos saberes y de la sociedad civil, para que se mantengan vivos y multipliquen estos conocimientos”.

En Cuba, la producción de casabe se concentra sobre todo en el oriente del país y el consumo se extiende hacia occidente, como una oferta destinada sobre todo al turismo. (2024)

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