La evolución y patrimonio de la bahía de La Habana en imágenes
La exposición es fruto de una exhaustiva investigación sobre la rada que cambia su perfil en la actualidad.

La bahía y su gente, una de las fotos en exposición.
Foto: IPS_Cuba
La Habana, 26 may.- Grabados de época, mapas antiguos y modernos e imágenes de barcos, muelles, construcciones industriales, mercancías tiradas por caballos y de personas en su cotidianidad pasada y presente, conforman la exposición Paisaje cultural de la bahía de La Habana.
Abierta al público hasta inicios de junio en la sede de la Sociedad Patrimonio, Comunidad y Medio Ambiente, de la Oficina del Historiador de La Habana, la muestra forma parte del XVI Encuentro Internacional sobre Gestión de Ciudades Patrimoniales, que fue realizado del 8 al 11 de mayo en el Centro Histórico de esta capital.
El arquitecto Kyovet Sánchez Álvarez, del Plan Maestro de la Oficina del Historiador, explicó que la exposición reúne 530 imágenes que tomaría una hora y 48 minutos mirar, de ser observadas durante cinco segundos y con igual cantidad de tiempo para la transición en las pantallas de los siete televisores de la Sala de la Diversidad.
La expo es solo un reflejo de algo mucho más abarcador: mostrar algunos resultados del proceso de investigación para la elaboración del Plan de Manejo del paisaje cultural de la bahía, que se desarrolla desde 2013.
“Hemos encontrado muchísimas imágenes y cartografía históricas, realizado varios recorridos durante los cuales hemos podido fotografiar ese patrimonio industrial y ese paisaje cultural, que aparece reflejado en siete temas importantes”, destacó el arquitecto.
La muestra está dividida en siete contenidos específicos, entre ellos, cartografía en alta resolución (unas 90 encontradas en archivos internacionales y más de 100 de construcción propia), la transformación del puerto, la infraestructura portuaria y el patrimonio industrial.
“Hay un espacio dedicado a la vida en la bahía. No basta mostrar los edificios, el patrimonio industrial y el paisaje, hay que mostrar también la gente, cómo vive en la bahía y se apodera del espacio, trabaja, disfruta, dónde se bañan, aunque las aguas están aún contaminadas”, dijo.

Punta de iceberg
El proyecto, abundó Sánchez, indaga en los bordes o límites de actuación del plan urbano de La Habana Vieja.
“En 1982, cuando se hace la declaratoria de Patrimonio de la Humanidad, no existía con claridad un concepto ahora aplicado a los sitios patrimoniales, las zonas de amortiguamiento, que son áreas alrededor de los lugares con declaratoria de patrimonio e influyen desde el punto de vista del paisaje histórico sobre ellas”, dijo.
“Tienes un lugar donde hay una alta concentración de patrimonio, con bordes bien definidos, y protegida por esa declaratoria. Pero, muy cerca de ella, existen sitios sin protección, donde cualquier tipo de actuación, modificación y construcción, entre otros, tiene incidencias directas sobre ese patrimonio o paisaje histórico”, precisó.
La investigación estableció un perímetro de 2.200 hectáreas, que en diciembre de 2014 el Consejo Nacional de Patrimonio estableció como Zona de protección de la República de Cuba.
“Cualquier tipo de intervención sobre ese territorio tiene que ser consultada con la CNM y el Consejo Nacional de Patrimonio, por la alta concentración de valores”, esclareció.
Los criterios valorados fueron sobre todo la concentración de monumentos, definiciones sobre el paisaje histórico cultural de la bahía, que ahora cambia su vocación portuaria, al trasladarse sus funciones al puerto de Mariel.
Instrumentos
“Al inicio, como no se sabía cómo hacer ese plan de manejo, hubo que investigar profundamente. Es primera vez que se hace un trabajo de esta envergadura en el país”, dijo Sánchez.
Se determinó entonces hacer un instrumento mixto, que estudiara el patrimonio cultural y permitiera establecer pautas de planeamiento urbano.
Así se elaboró el Atlas del patrimonio cultural, que recoge el material (estructuras portuarias, transformaciones de los espacios públicos, vías, arquitectura y el paisaje histórico militar) y el inmaterial.
“Nos interesa muchísimo la memoria histórica del lugar y qué ha representado: por ese lugar entraron muchas de las mercancías con las que se construyó la ciudad, hay una rica historia de la importancia que ha tenido un espacio como este en toda la construcción de la ciudad que es La Habana”, dijo.
El segundo instrumento elaborado fue el Plan de manejo, que pretende utilizar todos estos recursos paisajísticos y valores en función de un ordenamiento urbano, teniendo en cuenta que la bahía tiene su propio carácter y, cada zona, sus especificidades.
Según el arquitecto, todas van a formar del libro Plan de manejo paisaje cultural bahía de La Habana, que aparece en categoría de avance y por su extensión abarcaría varios volúmenes, para mostrar “lo que hemos logrado en materia de investigación y donde están mezclados los dos instrumentos”. (2018)
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