Creados en 1988, los talleres son instancias de trabajo social en barrios vulnerables de la capital, subordinadas administrativamente al gobierno municipal. Nacieron inicialmente en los barrios de Atarés, Cayo Hueso y La Güinera, a los cuales se sumaron luego Pogolotti, Los Pocitos, Zamora, Santa Felicia, Los Ángeles y Alamar. Lo integran pequeños equipos interdisciplinarios de trabajo de entre cinco y 12 personas integrados por arquitectos, sociólogos, trabajadores sociales e ingenieros, incluyendo un líder natural, que trabajan y en su mayoría viven en el propio barrio. Intentan reforzar el papel de la comunidad como sujeto de la transformación integral que se pretende conseguir, partiendo de un reconocimiento de las necesidades y las demandas populares.
Para ello tratan de mejorar las condiciones materiales de existencia e influir en el ambiente socio cultural de esas comunidades a partir de conservar los valores existentes; y de crear nuevos valores, adecuados al desarrollo de la sociedad cubana actual. Como proyectos pilotos, los talleres de transformación han reflejado lo más avanzado en la teoría y la técnica mundial en intervención comunitaria, potenciando las capacidades de participación de la población y de las instituciones de base.