2003: Año complejo

Resumen económico anual

Los cubanos, casi acostumbrados a las penurias cotidianas, prestaron poca atención a los resultados dados a conocer en la última sesión del año del Parlamento. Los menos oyeron los informes, pero no vieron reflejada en ellos su realidad. “¿Cómo es que se creció en tantas cosas y la población no lo nota?”

Foto: Archivo IPS Cuba

Con las últimas campanadas del 31 de diciembre de 2003, concluyó para Cuba y sus más de 11 millones habitantes otro año difícil.

Una coyuntura externa compleja, amenazas de guerras y guerras, vaivenes en los precios internacionales del petróleo, inestabilidad política en Venezuela — suministrador del 45 por ciento del crudo que consume la isla—, y una pobre campaña azucarera, fueron algunos de los rasgos característicos del período.

Pero pese a de todos esos azares de considerable peso, las autoridades dieron a conocer que en la etapa se produjo un crecimiento del Producto Interno Bruto de 2,6 por ciento, por encima de los pronósticos oficiales lanzados al cierre de 2002, de 1,5 por ciento.

Para La Habana, ese indicador tiene una significación especial al compararlo con los resultados de la región. Luego de estancarse en 2001 y decrecer 0,6 por ciento en 2002, la economía latinoamericana sólo creció 1,5 por ciento, por lo que continúa mostrando un PIB por habitante inferior al que existía en 1997, indicaron los informes económicos cubanos de finales de año.

Por otra parte, apunta el análisis, la situación social de la población latinoamericana presenta elevados índices de desempleo, que aumentó al 10.7 por ciento, en tanto el pronóstico de pobres alcanza 227 millones de personas, el 44 por ciento de la población total.

Aunque coincidió con la postura cubana al indicar que la región creció sólo 1,5, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) consideró en general la situación mejor respecto al año precedente. Asimismo, reconoció que el modesto crecimiento del PIB produjo en América Latina altas tasas de desocupación, aumento de la pobreza y convulsiones políticas durante 2003.

Al analizar el caso cubano, CEPAL dijo en sus pronósticos que Cuba, la única economía comunista de la región, esperaba crecer más del 2 por ciento, por encima del estimado inicial de 1,5. Otros países tuvieron crecimientos superiores, Argentina (7 por ciento), Perú (4,1) Chile (3,5), pero en ellos siguieron aflorando grandes desigualdades, muy superiores a las que vive hoy la mayor de las Antillas.

CEPAL atribuyó los resultados cubanos al aumento del turismo internacional, las remesas familiares, las exportaciones de bienes y la reparación de los daños originados por tres huracanes que azotaron la isla en el bienio anterior.

El organismo internacional indicó además que durante 2003 en la isla la inflación “se redujo considerablemente al pasar de siete al cinco por ciento. En ello influyeron el aumento de la oferta de bienes y servicios, especialmente de rubros agropecuarios, y el descenso de la liquidez monetaria en poder del público”.

En el ámbito laboral, la comisión apuntó preliminarmente que en la nación caribeña “la ocupación mejoró, ya que el índice de desempleo descendió de 3,3 al tres por ciento”. Para el organismo, “hay un gran esfuerzo por parte del Estado cubano, y principalmente en el sector público, de mantener la plantilla de los trabajadores y esto repercute en sus bajas tasas de desempleo”.

Algunos expertos internacionales consideran sorprendentes estas cifras, sobre todo porque el gobierno del Estado caribeño trabaja por bajar las tasas de cesantía abierta hasta en años en que no hubo buenos resultados en su Producto Interno Bruto (PIB).

Tanto para analistas locales como para las autoridades, en el caso cubano el cálculo del PIB resulta inexacto y hasta injusto, al no contemplar la distribución equitativa de la riqueza y su retribución en el avance social, la salud y la educación, sectores en proceso de perfeccionamiento y modernización.

Al respecto, se realizaron nuevos cálculos para tener una visión más realista del Producto Interno Bruto en la isla. “En el informe presentado a la Asamblea Nacional el año pasado abordamos el tema vinculado con las críticas e insuficiencias del PIB para reflejar los resultados del desarrollo de un país”, señaló el Informe económico de 2003.

Las críticas, según el texto, están fundamentalmente relacionadas con la forma en que se calcula el aporte de los servicios sociales al PIB, medido por los gastos constituidos en lo esencial por el salario, a lo que se añade una ganancia en el caso de los servicios privados en las economías capitalistas. Al respecto, indica el informe, “considerados por el método tradicional, los servicios sociales en Cuba resultan subestimados. Por un lado, al ofrecerse gratuitamente, a estos servicios no se les imputa una ganancia o valor adicional alguno. Por otro lado, al existir en Cuba una serie de consumos que no se pagan o se venden a precios muy bajos, los salarios utilizados en el cálculo del gasto no reflejan el verdadero poder de compra de nuestros ciudadanos, ni toda la magnitud del valor que crean con su trabajo”.

La aplicación de esa nueva metodología permitió obtener un incremento del PIB de 3,8 por ciento, “lo que representa un incremento de 4.800 millones de pesos adicionales en el valor del PIB” de 2003.

Para las autoridades, el método “mejora la forma de medición y registro de los servicios sociales en el PIB, aunque no brinda respuesta a todas las insuficiencias de este indicador para medir el desarrollo, ya que el mismo está diseñado para funcionar en una economía de mercado”.

Los cálculos actuales, considerados perfeccionables, permiten compensar un grupo de subestimaciones y posibilita mostrar mejor cómo el valor del capital humano que se obtiene es superior al gasto en que se incurre para su formación y preservación.

Visto así, el panorama se presenta alentador. Los cubanos, casi acostumbrados a las penurias cotidianas, prestaron poca atención a los resultados dados a conocer en la última sesión del año del Parlamento. Los menos oyeron los informes, pero no vieron reflejada en ellos su realidad. “¿Cómo es que se creció en tantas cosas y la población no lo nota?”, se preguntó un habanero de 42 años, trabajador estatal, como un eco de lo que piensan y sienten no pocos de sus coterráneos.

CUBA SEGÚN CEPAL

Tras un período de tres años de desaceleración, la economía cubana registró un mayor dinamismo, de acuerdo con CEPAL. No obstante, la capacidad de maniobra de la política económica se mantuvo limitada por la relativa escasez de divisas ante el estancamiento en el flujo de inversiones extranjeras directas, el incremento en el servicio de la deuda externa -principalmente los intereses-, el pago en efectivo de las compras de alimentos y productos agropecuarios a los Estados Unidos y un nuevo deterioro de la relación de precios de intercambio.

La comisión consideró que:

– Siguieron creciendo las transferencias desde el exterior (915 millones de dólares), la brecha de cuenta corriente de la balanza de pagos aumentó discretamente (a 1,1 por ciento del PIB) como resultado del aumento del déficit comercial de bienes y servicios y del pago de servicios de factores. Esto último se debió tanto a los intereses del pasivo externo como a la repatriación de utilidades generadas por las inversiones extranjeras directas radicadas en la isla.

– El aumento de los gastos fiscales corrientes (8,9 por ciento) determinó una mayor brecha fiscal (3,4 por ciento del PIB frente a 3,2 por ciento el año anterior).

– Declina la liquidez monetaria en manos de la población (38,4 por ciento del PIB frente a 44,5 por ciento en 2002).

– Los precios al consumidor disminuyeron 1 por ciento (7 por ciento el año anterior)

– Los ingresos tributarios se elevaron 8,9 por ciento, en tanto los no tributarios declinaron 2,1 por ciento. En los impuestos directos destacó el crecimiento de los ingresos personales (8,7 por ciento), debido a los mayores aportes de los pequeños agricultores, ya que en el rubro de trabajo por cuenta propia se contrajeron.

– Los gastos corrientes crecieron 8,9 por ciento, al incrementarse las partidas presupuestadas de asistencia social (93,5 por ciento), ciencia y técnica (36,6 por ciento), cultura y arte (13,8 por ciento), deporte (9,4 por ciento), educación (9 por ciento), salud pública (6,6 por ciento), seguridad social (3,3 por ciento) y servicios comunales (2,4 por ciento), acorde con el elevado contenido social de la política fiscal.

– Se privilegió la construcción de viviendas para los damnificados de los huracanes Isidore y Lili, así como el programa de desarrollo turístico y otros destinos como la agroindustria azucarera, el desarrollo forestal, el fomento de pastos y tabaco tapado, el mejoramiento de suelos y obras hidráulicas; pero también la reparación de escuelas e instalaciones de salud pública.

– La liquidez monetaria en manos de la población descendió como consecuencia de la mayor venta de moneda convertible en la red de casas de cambio (CADECA), el aumento de las ventas en la circulación mercantil minorista y el incremento de los depósitos de ahorro a plazo fijo ante lo atractivo de las tasas de interés.

– Continuó el proceso de perfeccionamiento empresarial, extendiéndose a unas 600 empresas que representan casi el 20 por ciento del total y que aportan el 38 por ciento de la producción mercantil y el 40 por ciento de las utilidades. Se encuentran en este proceso las industrias del petróleo, el níquel y la electricidad. Su objetivo es aumentar la eficiencia financiera, material y humana, y sobre todo de divisas; y ampliar la autonomía de gestión y manejo descentralizado de parte de las utilidades.

 

MALA NOTA PARA ECONOMÍA CUBANA

La consultora Dunn and Bradstreet clasificó en julio a Cuba como una de las economías de mayor riesgo en el mundo, sólo aventajada por las de Angola, Congo, Sierra Leona, Zimbabwe e Iraq, según un informe divulgado por el Buró de Asuntos Hemisféricos del Departamento de Estado de Estados Unidos.

Una nota informativa de ese organismo estadounidense habló incluso de “caótica situación económica de Cuba”.

La deuda externa de la isla equivale a 3.000 dólares por habitante, superada sólo por la Argentina, que es de 3.517 y muy por encima de México, con 1.584 y de Brasil, con 1.503, indica el mencionado texto.

Al abordar el tema de las sanciones económicas al régimen cubano, en particular la que prohíbe el turismo estadounidense hacia la isla, el Departamento de Estado dijo que Estados Unidos estaría “enviando un mensaje equivocado” a sus enemigos si flexibiliza las sanciones contra La Habana.

Cifras aparte, la crisis persiste. Pese a que las cifras muestran un comportamiento superior a lo previsto —algunos analistas estiman el crecimiento en 1,9 por ciento—, la percepción generalizada es que la economía de la isla muestra un estancamiento crónico.

Ni las compras de productos alimenticios a Estados Unidos, destinados en buena medida a las ventas en divisa, han podido compensar el déficit de alimentos, el problema que más golpea cada día a los habitantes del archipiélago.

Las cifras oficiales indican que cada cubano consumió 3.193 kilocalorías y 82,8 gramos de proteína diarios, lo que rebasó con creces los ya considerados altos índices de 2002. Pero esas cifras distan de la realidad de muchas familias, además de omitir, en otros casos, lo que tuvieron que hacer o sacrificar para acercarse a esa cantidad promedio.

De acuerdo con datos oficiales, durante 2003 el país alcanzó una gradual recuperación de la producción agrícola, que en años anteriores estuvo seriamente perjudicada por fenómenos meteorológicos que ocasionaron daños calculados en millones de dólares.

Entre otros estuvo el 72 por ciento en los cítricos, así como aumentos en la producción de viandas, hortalizas, plátanos, frijoles, huevos, y la carne de cerdo, entre los rubros más destacados. En 2003 la agricultura urbana experimentó un considerable crecimiento, al alcanzar una producción de más de 3,7 millones de toneladas.

Dentro de las transformaciones de la educación, además de los programas dirigidos a incrementar el número de maestros y profesores y disminuir la cantidad de alumnos por educador a partir de la incorporación a la enseñanza de jóvenes desvinculados, se estableció la doble jornada en la secundaria básica. Esto último contempló la entrega gratuita de una merienda escolar diaria para miles de estudiantes, cifra que se incrementará en 2004.

Aunque las autoridades de la isla desarrollaron desde inicios de año una estrategia dirigida a reducir los altos precios que aún existen en los mercados agropecuarios de oferta y demanda, mediante la creación de mercados estatales que venden los productos a precios inferiores, analistas consideran que al cierre de 2003 los precios podrían haberse incrementado entre 7 y 9 por ciento.

Uno de los sectores con mayor incidencia en los resultados económicos es la otrora primera industria azucarera, que en la etapa obtuvo su peor resultado en los últimos 70 años. En un informe ante la Asamblea Nacional (parlamento unicameral), el ministro de Economía y Planificación, José Luis Rodríguez, confirmó que la producción azucarera fue de sólo 2.205 millones de toneladas. “En estos resultados productivos influyeron fuertes tensiones financieras para asegurar a tiempo los insumos necesarios para la cosecha, problemas organizativos y una temporada meteorológica adversa”, explicó.

No obstante, otras esferas sobrepasaron las cifras pronosticadas e impidieron un descenso del PIB. Las autoridades atribuyen el 2,6 por ciento de crecimiento obtenido al aumento de la producción petrolera, altos precios del níquel y la reactivación del turismo.

El informe económico presentado ante los parlamentarios cubanos indica que la producción de crudo nacional creció 2,9 por ciento, lo que, unido al gas, representó 4,3 millones de toneladas de petróleo equivalente, cifra superior en 4 por ciento a lo obtenido en 2002.

Mientras tanto, la generación eléctrica creció 2,1 por ciento, con 83,4 por ciento de consumo de crudo nacional como parte de una política dirigida a reducir la dependencia de las importaciones. En los últimos años ello ha llevado a inversiones por unos 1.000 millones de dólares.

La producción de níquel, con un importante peso en la cartera de exportaciones de la isla, fue 4,7 por ciento menor que la registrada en 2002, cuando la isla logró 75.600 toneladas. La compensación la aportó el incremento de los precios en el mercado externo, lo que propició ingresos superiores a lo previsto.

Cuba ocupa el cuarto lugar mundial en la producción de níquel y sus reservas están entre las tres mayores del orbe, pero, según especialistas, su capacidad actual mantiene un volumen bajo de producción.

Este año, los precios del níquel se movieron entre 11.000 y 13.000 dólares por tonelada, lo que unido a los buenos precios del tabaco torcido influyó en el crecimiento de 14,1 por ciento de las exportaciones.

A su vez, el turismo se recuperó notablemente luego de la contracción sufrida desde 2001, y alcanzó crecimientos de 12,7 por ciento en el número de visitantes y de 16 por ciento en los ingresos

Las autoridades aseguran que la industria no azucarera presentó durante 2003 un crecimiento del 2,1 por ciento, influida por la positiva evolución de diez de las 21 ramas que la componen, una menos que en el año precedente. Según revelaron, entre las más destacadas se encuentra la industria gráfica, con 23,2 por ciento de incremento, la alimentaria (4,8 por ciento) y la industria de bebidas y tabacos (3,4 por ciento). Estos datos revelan que los avances fueron discretos y esconden otras esferas que podrían estar creciendo o decreciendo.

Como en años anteriores, en el informe no se revelaron cifras oficiales sobre las inversiones extranjeras y la pesca. De acuerdo con observadores la explicación del silencio pudiera estar en resultados insatisfactorios en ambos sectores. La inversión extranjera, que concluyó 2002 con 403 empresas mixtas, al parecer se redujo, pues fuentes empresariales dijeron en noviembre que la isla contaba con cerca de 360 de esas asociaciones. En el caso de la pesca, estimados independientes indicaron que hasta el 10 de diciembre se esperaba un volumen de captura de langosta de unas 1.600 toneladas, para 21 millones de dólares, pero solo se habían capturado cerca de 700.

Según datos oficiales, corroborados por la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA), en 2003 fueron instaladas en todo el país más de 60.000 nuevas líneas telefónicas, de las cuales más de 47.000 beneficiaron al sector residencial. Actualmente, funcionan más de 715.000, lo que equivale al doble de las existentes en 1994, cuando se creó la compañía mixta que opera la telefonía cubana y ha contribuido a la modernización de ese servicio hasta lograr digitalizar el 80,5 por ciento del servicio telefónico a escala nacional

Según directivos de la entidad, 2003 fue su año de mayor aporte financiero en divisas al país, además de alcanzar un récord de facturación con más de 940 millones de unidades monetarias (incluye las monedas libremente convertibles y la nacional). En la etapa también mejoró la telefonía pública; sólo mediante los teléfonos monederos se realizaron 43 millones de llamadas más que en 2002.

A juicio de autoridades de la isla “las medidas adoptadas para asegurar un incremento de la oferta de productos posibilitaron un crecimiento del 12 por ciento en la circulación mercantil minorista, en la que tuvo un desempeño destacable la alimentación pública, que aumentó un 15,7 por ciento, contribuyendo además a satisfacer las necesidades nutricionales de la población”. Al respecto, algunos analistas consideran que la circulación mercantil no refleja en sí misma un incremento de la oferta y tras ella pudieran parapetarse los altos precios de algunas ofertas en la gastronomía emergente, que funciona con productos caros, entre ellos combinaciones de pollo y carne de cerdo, así como confituras, refrescos y cerveza, con precios muchas veces superiores a las antiguas propuestas estatales.

Por otra parte, se reconoce la presencia de limitaciones en los servicios a la población, entre ellos las reparaciones de efectos electrodomésticos y de calzado en moneda nacional, prácticamente ausentes, y el transporte de pasajeros. Al cierre de 2003 se reportaron decrecimientos en ambas esferas.

De acuerdo con los datos oficiales, en el año se logró una reducción de la liquidez en pesos cubanos en manos de la población, con lo que se revirtió la tendencia al aumento que se venía registrando desde 2001. Este comportamiento es atribuido al manejo acertado de la política monetaria. Al cierre de 2003 las autoridades reportaron que el volumen de liquidez fue 2,3 por ciento inferior a 2002. El hecho de que el 15 por ciento de esa liquidez esté depositado en los bancos en cuentas a plazos hasta de tres años es interpretado por La Habana como una muestra de la confianza de la población de la isla en el peso cubano.

Pese a ese optimismo, no pocos habitantes del archipiélago con cuentas en el banco reconocen que en sus hogares también guardan una cantidad similar o mayor a la depositada en la entidad bancaria. En el caso de la divisa, muchos confían más en el colchón para guardar los dólares que en las bóvedas de los bancos.

La tasa de cambio de pesos cubanos por pesos convertibles se mantuvo estable, promediando 27 al cierre de 2003, una cifra establecida en el último trimestre de 2001. El canje de dólares en pesos también está estable en 26 pesos por un dólar.

En el caso de las remesas, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe calculó que en 2003 Cuba recibió remesas que sumaron 915 millones de dólares, pero investigadores cubanos conjeturan que la cifra puede ser mayor. Según estas últimas fuentes, esos montos podrían sumar 1.200 millones de dólares, si se tiene en cuenta que la mayor parte de ese dinero es gastado en la red comercial en moneda extranjera, cuyas ventas este año habrían bordeado los 1.300 millones de dólares. [1]

Las tiendas de recuperación de divisas, también conocidas por sus siglas TRD y generalmente bien abastecidas, se crearon en 1993 junto al cese de las disposiciones que prohibían la libre circulación del dólar en el país. Ahora coexisten con el mercado interno en pesos. Las autoridades cubanas no revelaron cifras sobre las ventas en la red en dólares, ni siquiera aludieron a por cientos, pero si no fueron mayores se debe a la baja en la disponibilidad de productos. Esta carencia fue considerada por analistas como acentuada puntualmente en los últimos meses del año y no por la caída de las remesas, que más bien aumentaron, de acuerdo con declaraciones extraoficiales de funcionarios vinculados al sector.

Para investigadores cubanos, las remesas han contribuido a atenuar el empobrecimiento de una parte de la población de 11,2 millones, en tanto han representado una fuente importante de ingresos en divisas para el presupuesto estatal. Ese papel benefactor de las transferencias fue en cierto modo reconocido por medios oficiales cuando, en el primer semestre del año, se anunció que la Casa Blanca consideraba la posibilidad de suspender tales envíos desde Estados Unidos, el mayor receptor de emigrados cubanos. “Los castigados serían muchos núcleos familiares que han adaptado sus vidas al estándar económico y los considerables beneficios que, en las condiciones de Cuba, les propician pequeñas remesas”, advirtió el diario Granma ante esa eventualidad, que hasta ahora no se ha concretado.

Para Ángela Ferriols, subdirectora del gubernamental Instituto Nacional de Investigaciones Económicas, el principal factor de desigualdad en la sociedad cubana actual es poseer una fuente de ingreso en divisas.

“Ello responde a lo elevado del tipo de cambio vigente, junto al hecho de que la moneda dólar es imprescindible para satisfacer algunas de las necesidades esenciales de la familia”, advirtió la investigadora en su estudio “Ingresos y desigualdad en la sociedad cubana actual”.

CUBA: PRINCIPALES INDICADORES ECONÓMICOS

  2001 2002 2003 a
Tasas de variación anual
Producto interno bruto  2,9  1,2  2,6
Precios al consumidor -0,5  7,0  5,0 b
Porcentaje promedio anual
Tasa de desempleo urbano  4,1  3,3  3,0
Resultado fiscal del Estado / PIB -2,5 -3,2 -3,4
Millones de dólares c
Exportaciones de bienes fob y servicios  4 616  4 238  4 200
Importaciones de bienes fob y servicios -5 479 -4 785 -4 485
Saldo en cuenta corriente – 552  -327  -200
Cuenta de capital y financiera  595  300  270
Balanza global  43  -27  70

a Estimaciones preliminares.
b Se refiere a los mercados en moneda nacional.
c Calculados considerando la paridad oficial de 1,0 peso por dólar.

Fuente: Elaborado a partir del balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe 2003, Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Santiago de Chile, diciembre de 2003

¿AGOTADAS LAS REFORMAS?

En cuanto a las reformas económicas, los especialistas alertaron nuevamente sobre la necesidad de adoptar nuevas medidas y de los peligros que provocaría no tomarlas a tiempo. Si bien en la década de los 90s del pasado siglo algunas recomendaciones especializadas fueron tenidas en cuenta en el paquete de reformas de corte económico aplicadas a partir de 1993, entonces otras fueron desoídas, entre ellas las referidas a la pequeña empresa privada y la propiedad.

Según señaló Triana, director del Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC) de la Universidad de La Habana, en un análisis del comportamiento de la economía en 2003, el turismo, el sector energético, el mercado interno en divisas y la inversión extranjera directa, junto a la movilización del ahorro interno lograda tras la reforma del sistema bancario nacional, no están agotados en su totalidad, aunque si requieren de nuevas condiciones de funcionamiento. Los expertos consideran además que la única excepción en este proceso sería el sector energético, que mantiene un sostenido crecimiento. [2]

Entre las recomendaciones para la llamada industria sin chimeneas están la de hacer más atractivos al capital extranjero sectores como el inmobiliario, a partir de una ley que lograra conciliar los intereses de la nación y las necesidades del sector. A su juicio, esto propiciaría la entrada de capital fresco que impactaría positivamente en la construcción y el empleo, entre otros sectores productivos.

También en cuanto al turismo los especialistas proponen la creación de una agresiva red extrahotelera para aumentar la captación de dólares por turista, así como la disminución de precios de las habitaciones.

Como alternativa al trabajo por cuenta propia consideran que podría implementarse el fomento de un sector cooperativo en los servicios y en sectores productivos complementarios al sector industrial estatal. Ello, a la vez de contribuir a mejorar la eficiencia general del sistema, ayudaría a incrementar la demanda y el empleo, así como los ingresos de los trabajadores.

Una de las vías para captar ingresos en manos de la población, indican expertos, podría ser la disminución de los precios minoristas y también la incorporación de bienes que en la actualidad no se ofertan en la red de tiendas en divisas. En su opinión, una medida de esa índole permitiría financiar formas de distribución de esos mismos bienes a sectores sociales imposibilitados de acceder a los mismos y dinamizar una parte significativa del sector productivo estatal.

El conjunto de medidas económicas impulsadas por el gobierno de forma paulatina desde finales de 1993 pretendía frenar la crisis que desde 1990 había provocado una caída del 34,8 por ciento del producto interno bruto. Los signos de recuperación empezaron a sentirse ya en 1994.

Además de la legalización del dólar, las reformas incluyeron la apertura de mercados agropecuarios de libre concurrencia y la ampliación del trabajo por cuenta propia y de la iniciativa privada familiar en la esfera de la gastronomía y la renta de habitaciones y viviendas. También se aplicó un plan de saneamiento financiero interno, se sentaron las bases legales para una mayor apertura del país a la inversión extranjera y se impulsó una reforma bancaria y otra empresarial, esta última con el objetivo de hacer eficiente la empresa estatal socialista.

Nuevas medidas. Durante 2003, el gobierno cubano adoptó nuevas regulaciones de corte económico para controlar algunos procesos de la vida local. Sin embargo, analistas y seguidores del tema consideran agotadas las reformas aplicadas en los 90s y sostienen que las autoridades no deben aplazar por más tiempo decisiones que podrían darle un vuelco a la economía de la isla.

La más importante medida fue el control de cambio, aplicado a mediados de año. A juicio de economistas quizás sea esa la medida de política monetaria más trascendente desde la despenalización del dólar.

Con fecha del 16 de julio, el Banco Central de Cuba (BCC) emitió la Resolución No. 65 de 2003, mediante la cual dispuso que a partir del 21 de julio las transacciones en dólares americanos entre empresas cubanas se realizarían en pesos convertibles.

La nota aclaró que la medida sólo tocaba a las relaciones entre empresas cubanas y que los depósitos en dólares de la población, así como las operaciones en el mercado interno en divisas, se seguirán efectuando en la moneda estadounidense.

De esa forma la medida reforzaba considerablemente el papel del BCC como regulador de la circulación monetaria, garante de liquidez en divisas del país, así como su control del sistema bancario sobre el sistema empresarial cubano.

A la vez, ese paso obligaba al BCC Cuba a garantizar el canje de cien por ciento del peso convertible y a ejecutar las operaciones de venta de moneda extranjera al sistema empresarial con la máxima celeridad. Con ello se buscaba evitar posibles fricciones en el funcionamiento del sistema productivo cubano y el sentimiento de incertidumbre por parte de los socios comerciales y acreedores extranjeros que, de ocurrir, podría llevar a la elevación momentánea de las tasas de interés por percepción de incremento del riesgo. De hecho, el sistema fue concebido para ser operado de forma electrónica, lo que agilizaría las operaciones.

En la sesión de la Asamblea Nacional de marzo de 2003, el presidente cubano Fidel Castro llamó la atención sobre el manejo de las divisas por parte de las empresas cubanas y definió la necesidad de establecer disciplina en las empresas, que “cometen a veces errores que en definitiva gravitan sobre los recursos centrales del país”. Al respecto, Castro consideró que el rigor en la administración de los recursos debería incrementarse.

De acuerdo con investigadores, la adopción de la medida no constituye una situación fuera de lo común en comparación con otros países, donde todas las operaciones internas entre las empresas, e inclusive con la población, se efectúan a través de una única moneda nacional, oficialmente establecida. “Sin embargo, las características del funcionamiento económico interno y la situación actual por la que transita la economía cubana, propician algunas reflexiones.”

Para algunos, la medida resultó un paso hacia atrás en la descentralización de las empresas, muchas de ellas autorizadas en los 90s a operar cuentas en divisas, “luego de aceptarse la dualidad monetaria y el inicio de un proceso de dolarización de la economía que ha alcanzado magnitudes importantes”.

El derecho otorgado a las empresas para operar sus cuentas fue parte de un proceso de descentralización que debía contribuir a la reanimación económica. Por ello, la resolución sobre el control de cambio puso freno a ese avance debido a las necesarias solicitudes de divisas que para algunos especialistas podrían tener como consecuencia demoras en las operaciones y pérdidas de oportunidades ante ofertas beneficiosas, aun si se cumplen los plazos mínimos establecidos para esa gestión.

Además de estas consideraciones, los especialistas resaltaron el momento de la toma de esa decisión. Al respecto, atribuyeron la implantación de la norma a la “compleja situación financiera por la que está atravesando el país”. [3]

Valorando los resultados económicos hasta el séptimo mes del año, una zafra 2002-2003 con una producción muy inferior a la planificada —lo que influyó en la disponibilidad de azúcar para exportar—, y una baja en los ingresos totales y por visitante en turismo, los analistas resaltaron que la isla se encontró con poca reserva en divisas, lo que tuvo incidencia directa en la capacidad de compra y pago. [4]

No obstante, el informe económico anual indicó que la implantación del control de cambio y la circulación del peso cubano convertible en las transacciones entre empresas, “permitió concentrar en el Banco Central la divisa anteriormente descentralizada, dando mayor capacidad de maniobra al país para ordenar convenientemente sus pagos al exterior en función de las prioridades establecidas, al tiempo que se logra una mayor disciplina y un control mucho más estricto de los pagos en divisas, y de la política financiera y crediticia en general”.

Alquileres. Entre los cambios aprobados durante 2003 estuvieron también las nuevas regulaciones para alquilar habitaciones a turistas en Cuba, bajo la justificación de que en esa actividad habían surgido tendencias y conductas negativas que desvirtuaban la esencia del arrendamiento, según documentos oficiales. Entre las conductas negativas, las autoridades incluyeron el uso de viviendas como casas de cita u otras prácticas que favorecen la prostitución, el proxenetismo y el desmedido enriquecimiento.

Estimados indican que el alquiler de una habitación en casas de familia en la isla cuesta un promedio de 30 dólares al día, mientras que los precios en los hoteles recorren una amplia franja de 40 a 150 dólares, en correspondencia con la calidad y las prestaciones de los cuartos y hoteles.

La resolución gubernamental dispuso aranceles obligatorios por servicios de gastronomía, aunque el arrendatario particular alegue que no presta ese servicio a su huésped; el cobro por las áreas de uso común, es decir, aquellas que normalmente utilizan los ocupantes de la casa y por tanto los arrendatarios de la o las habitaciones en cuestión. Otra novedad es que no se concederá autorización para alquilar habitaciones, o se cancelará la vigente, a los propietarios de vivienda que viajen por más de tres meses fuera del país ni a los que adquirieron la vivienda por asignación estatal después del 1 de julio de 2001.

El gobierno cubano permitió el alquiler de habitaciones a propietarios de viviendas en mayo de 1997. Con esa medida se legalizó la situación de muchas personas que lo hacían por su cuenta. Entre los obstáculos para el ejercicio legal de esta actividad, arrendatarios clandestinos citan el hecho de tener que pagar permanentemente los impuestos mensuales aunque no tengan huéspedes.

Economistas aseguran que La Habana, a donde arriba el mayor número de viajeros del país, había registrado a mediados de año cerca de 2.700 personas que alquilan en dólares a extranjeros y 1.067 que lo hacen en moneda nacional a ciudadanos cubanos. Según estimaciones de investigadores, los arrendatarios privados de la capital cubana aportaron en 2000 unos seis millones de dólares al erario público. Pese a ello, se considera que este sector resta ingresos al Estado en el turismo internacional, al ofrecer habitaciones más baratas que las disponibles en la red hotelera.

Cifras oficiales indican que Cuba dispone en estos momentos de más de 41.000 habitaciones distribuidas en 266 hoteles dedicados al turismo internacional, 40 por ciento de los cuales son de categoría cuatro y cinco estrellas.

Al cierre de 2003 no fueron revelados nuevos datos sobre el trabajo por cuenta propia. La autorización del trabajo independiente, en cerca de 150 modalidades, fue una de las vías a las que tuvieron que recurrir las autoridades cuando la crisis obligó a cerrar industrias y miles de trabajadores quedaron sin empleo.

Sin embargo, las licencias para el trabajo por cuenta propia se han reducido en los últimos años, de acuerdo con estudiosos y fuentes no oficiales, aunque no decrece la cantidad de personas que ejercen algún oficio sin registrarse oficialmente. Las licencias otorgadas a este sector bajaron de 208.500 en 1995 a 153.800 en 2001 y unos 100.000 en la actualidad, según estiman especialistas. [5]

Una resolución del Ministerio de Finanzas y Precios, publicada en la Gaceta Oficial en septiembre del último año, estableció nuevas tarifas impositivas, tanto en moneda nacional como en pesos convertibles, sobre los ingresos personales de quienes ejercen alguno de los 150 oficios establecidos y que estarán vigentes a partir de enero de 2004.

AZÚCAR: LA PEOR DE TODAS

Caracterizada por el silencio, la zafra 2002-2003, la primera luego de iniciado el proceso de reestructuración del sector, confirmó las previsiones de fuentes independientes sobre un pobre desempeño tanto agrícola como industrial.

Aunque demoraron casi medio año desde la terminación de la contienda en junio, las autoridades dieron a conocer el 26 de diciembre que la producción había alcanzado 2.205.000 toneladas.

De acuerdo con especialistas, la campaña se ubicó como la más baja en la historia de los últimos sesenta y ocho años. Por su parte, las autoridades indicaron en el informe económico al parlamento que “en estos resultados productivos influyeron fuertes tensiones financieras para asegurar a tiempo los insumos necesarios para la cosecha, problemas organizativos y una temporada meteorológica adversa”. [6]

En la zafra anterior (2001-2002), la producción del otrora principal producto cubano de exportación fue 3,6 millones de toneladas.

Este resultado, obtenido además con bajos niveles de eficiencia debido a los elevados costos de producción, provocó una disminución en la exportación y, por consiguiente, una reducción en los ingresos de la antes primera industria. Aunque el ministro cubano de Economía, José Luis Rodríguez, no especificó ante los parlamentarios el monto de los ingresos que se perderían por ese concepto, expertos ubican entre 250 y 300 millones de dólares la cifra de dinero que dejó de ingresarse en el sector.

En medio de lo que parece ser el círculo vicioso de la postergada recuperación azucarera, la situación ha obligado a las autoridades de la isla en los últimos años a una situación que hasta hace un tiempo era impensable: la importación de azúcar. En un hecho apenas conocido por los habitantes de la isla, el azúcar que estos consumen durante algunos meses del año no proviene de las fábricas del dulce del país, como solía ser aun en los peores momentos de la crisis económica iniciada en los 90s. Cuba ha acudido a la importación de azúcar para el consumo interno ante la necesidad de cumplir sus compromisos internacionales con la producción nacional.

Exportaciones de azúcar, subproductos y derivados

(MM de pesos)

Azúcar y derivados 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
4.337,5 2.291,4 1.243,2 761,0 763,2 718,0 982,2 859,1 605,5 462,5 452,6 543, 3

Fuente: Anuario Estadístico de Cuba, ONE 1996, 2000 y 2001.

El silencio que rodeó a la campaña duró incluso después de su conclusión, cuando incluso la información oficial fue escasa en datos y valoraciones. “Con el cierre de las operaciones en la fábrica de azúcar Fernando de Dios, de la oriental provincia de Holguín, finalizó el día 23 de junio en Cuba la zafra azucarera 2002-03”, indicaron las noticias.

La contienda terminaba aproximadamente un mes después de lo previsto y sólo con un escueto comentario del ministro del Azúcar, Ulises Rosales: “Hubo falta de cohesión y de conciencia de los cambios que provocó la reestructuración del pasado año”. De acuerdo con los criterios expuestos por el doctor en Ciencias Juan Triana, en su trabajo El primer semestre del 2003: crecimiento económico y control de cambios, la campaña se inició en diciembre de 2002 y duró 180 días, por lo que resultó la más larga de los últimos ocho años.

Según el analista, en diciembre de 2002, al darse el pitazo de arrancada a la llamada “zafra chica”, todavía algunos dirigentes del Ministerio del Azúcar confiaban en la posibilidad de llegar a los cuatro millones de toneladas, cuando fuentes independientes vaticinaban sólo la mitad. La realidad demostró una vez más que la verdad se abre camino por sí sola, sobre todo cuando los elementos objetivos apuntan todos hacia una dirección.

Las causas del fracaso son múltiples. Medios oficiales indicaron que si bien la última zafra afrontó situaciones difíciles por el déficit de combustible y piezas, estos no constituyeron los motivos esenciales de los bajos resultados.

Sin que se haya hecho pública una valoración general del desempeño del sector en la pasada zafra, con un análisis serio y objetivo sobre las principales incidencias y consecuencias, funcionarios del organismo dijeron a mediados de año que desde mediados de 2002 la reestructuración de la economía azucarera cubana había ocupado mucho a los dirigentes del sector, en detrimento del tiempo dedicado a la contienda.

El programa de reestructuración, complejo por su magnitud, llevó a la paralización definitiva de 70 fábricas de azúcar. Con ello, quedaron activos sólo 71 destinados a la elaboración de crudos y 14 a la de mieles ricas en sacarosa. Esa decisión significó separar de sus puestos de trabajo a miles de trabajadores, cuyas familias dependían económicamente de un sector tradicional y decisivo en la isla y que durante años les había ofrecido cierta bonanza y estabilidad, lo mismo a través del sistema de estimulación como de la mejoría de las condiciones de vida en aquellos lugares donde la única fuente de ingresos era el azúcar.

A la par de conducir una zafra compleja bajo la mirada expectante de especialistas dentro y fuera del país, el organismo tuvo que centrar su atención también en garantizar que todos los obreros azucareros cubanos de las industrias cerradas tuvieran asegurado un trabajo. Durante 2003 cerca de 100.000 trabajadores se dedicaron a elevar su nivel cultural y aproximadamente la tercera parte de ellos están acogidos al programa de estudio como empleo, por lo que reciben el monto total de su salario.

Los poco alentadores resultados de la zafra son atribuidos además a la arrancada tardía de buena parte de las fábricas del dulce y a las tempranas lluvias que, objetivamente, incidieron en el desarrollo de la cosecha. Ambos aspectos añadieron deficiencias al manejo de las industrias.

Para Triana, “el más importante impedimento para alcanzar producciones mayores continúa siendo el pobre rendimiento de caña por hectárea”. Al respecto agrega que la reestructuración del sector contempla la disminución de las áreas sembradas de la gramínea y su compactación en aquellas zonas de mayores rendimientos, “sin embargo, ese propósito fue imposible de alcanzar” en la primera zafra después de comenzarse a implantar los cambios en el sector.

Según el especialista, el mayor rendimiento agrícola alcanzado corresponde a 1989, cuando el país obtuvo 64.1 toneladas por hectárea. Desde 1992, afirma, la producción cañera no rebasa las 40 toneladas por hectárea.

El asunto de los altos costos —no privativo del sector azucarero—, se manifestó como un obstáculo más en la contienda. Estos se estiman en alrededor de 400-450 pesos por cada tonelada métrica de azúcar, como promedio nacional. En esto habría que tener en cuenta un costo en divisa que pudo ascender entre 100 y 120 dólares por tonelada métrica de azúcar.

La excepción que confirma toda regla fue la fábrica Boris Luis Santa Coloma, en la provincia de La Habana, que consiguió el más bajo costo de producción por tonelada de azúcar en el país: 281,96 pesos. Esto lo logró en 130 días de zafra. [7]

ALGUNOS INDICADORES PRODUCTIVOS DE LA AGROINDUSTRIA AZUCARERA 1981-2002

Año Azúcar Producida (Mt.) Caña molida (MT.) Rendimiento Industrial (%) Superficie de caña cosechada (ha.) Rendimientos Agrícolas (T/ha.)
1981 6.805 61.714 11,0 1.231.900 50,1
1982 7.926 73.568 10,8 1.209.300 60,8
1983 8.039 74.136 10,8 1.327.300 55,9
1984 7.460 74.379 10,0 1.200.300 62,0
1985 7.783 73.925 10,5 1.349.500 54,8
1986 7.889 68.926 11,4 1.347.800 51,1
1987 7.467 72.921 10,2 1.328.600 54,9
1988 7.232 75.536  9,6 1.358.300 55,6
1989 8.119 83.138  9,8 1.297.300 64,1
1990 8.124 76.443  9,9 1.350.600 56,6
1991 7.623 76.230 11,1 1.350.000 56,5
1992 7.013 71.000 10,2 1.350.000 52,6
1993 4.248 58.000 12,4 1.550.000 37,4
1994 4.075 44.000  9,6 1.150.000 38,3
1995 3.259 39.000  9,3 1.100.000 35,5
1996 4.446 33.000 10,8  930.800 35,5
1997 4.318 41.300 10,9  877.330 38,9
1998 3.291 38.900  9,9  928.000 36,3
1999 3.874 34.000 11,1  995.800 34,1
2000 4.050 36.300 11,7 1.040.900 35,6
2001 3.550 33.587 11,0 1.007.000 31,4
2002 3.600
2003 2.205

FuenteAnuario Estadístico de Cuba 1985,1989, 1996, 2000,2001, ONE, otras fuentes. 2002. Informe Económico 2003

Los derivados. La baja producción del dulce, a su vez, incidió de forma negativa en otros renglones de esta industria.

El azúcar es aproximadamente el 10 por ciento del contenido de la caña. El resto de esa materia orgánica, subvalorada durante décadas en la isla, es mucho más valiosa que la sacarosa misma, en términos potenciales, aseguran expertos.

Entonces, entre los efectos dañinos de la contienda se cuentan una contracción en la menor disponibilidad de alimentos con destino animal directo o enriquecido, menos materia prima para la producción de alcoholes, con repercusiones directas en la industria de bebidas alcohólicas y la entrega a hospitales y la industria farmacéutica.

La menor disponibilidad de bagazo (residuo que queda de la gramínea al exprimirla para sacarle su jugo) provocó también una baja en la producción de energía eléctrica, la elaboración de alimento animal, papel y de furfural, entre otros renglones.

Datos del sector indican que la industria cubana de derivados del azúcar llegó a sumar producciones por valor de 100 millones de dólares anuales en su período de auge, en la segunda mitad de los 80s del pasado siglo. El avance de esta esfera sufrió un progresivo y prolongado estancamiento a raíz de la crisis económica de los 90s, tras la desaparición de la Unión Soviética y el campo socialista europeo.

Pero, pese a la crítica situación de la última zafra, las autoridades le conceden aún un papel destacado a la industria azucarera. De acuerdo con declaraciones del vicepresidente cubano Carlos Lage, el 9 de octubre de 2003, “la industria azucarera se mantiene como un sector importante para la economía cubana y se halla entre los principales renglones exportables y de ingreso de divisa convertible”.

Su importancia se revela en la decisión gubernamental de emprender, desde 2002, una profunda reestructuración de la industria azucarera. Según autoridades, la transformación de la agroindustria debe conllevar a su conversión “en una empresa moderna, diversificada, de mayor valor agregado”, lo que requiere de fuertes inversiones. Eso permitiría también lograr excedentes de energía eléctrica que puedan ser incorporados a la red nacional.

Según datos oficiales, Cuba dispone de tecnología adecuada para producir 21 tipos diferentes de azúcar, incluida la ecológica, además de alcoholes, ron y otras bebidas alcohólicas, así como decenas de otros derivados.

Sólo el bagazo es fuente de unos 65 productos y las mieles sirven de materia prima para fabricar alcoholes y alimentos para el ganado, entre otros derivados. “Estamos obligados a buscar posibilidades de financiamiento”, comentó el director del gubernamental Instituto Cubano de Investigaciones de Derivados de la Caña de Azúcar, Luis Gálvez.

Analistas recuerdan que hasta 2002 había en el país alrededor de una decena de empresas mixtas con capitales de España, México, Canadá, Italia y Francia, para explotar el área de los derivados, cuyo peso en la industria azucarera no pasa del ocho por ciento.

A juicio de Gálvez, un programa acelerado para desarrollar estas producciones mediante la introducción de modernas tecnologías —con la participación de capital extranjero—, permitiría elevar esa participación a 20 ó 25 por ciento.

Los planes incluyen rehabilitar casi una veintena de destilerías y construir algunas más para potenciar la producción de alcoholes y bebidas con destino a mercados de América Latina y Europa.

Uno de los proyectos previstos por el sector para este año era el inicio de la producción de alcohol combustible, a partir de tecnologías de Brasil y países europeos. Aunque las autoridades habían aseverado que para 2003 se esperaba la elaboración de las primeras mezclas para ese combustible automotor, no se han hecho anuncios al respecto. Expertos indican que el etanol o alcohol carburante es un alcohol libre de agua y de alto octanaje, producido por la fermentación del azúcar y que puede usarse solo o mezclado con gasolina, para producir un combustible de alta potencia.

Expertos en recursos renovables de energía señalan que el combustible automotor con 10 por ciento de etanol emite 30 por ciento menos de monóxido de carbono, entre otros beneficios para el ambiente.

Ante la actual situación de la industria azucarera cubana y la inestabilidad de los precios del dulce en el mercado internacional durante años, economistas consideran acertada la estrategia de potenciar la diversificación como una manera de salvar de la extinción la otrora floreciente primera industria cubana.

Otro de los caminos adoptados en medio de los cambios parece haber tenido buena aceptación inicial: el empleo de las locomotoras con fines turísticos. Ello podría generar ingresos, aunque no lo suficientes ante la persistente escasez de divisas en el país.

Algunos medios aseveran que los recorridos en viejas locomotoras de vapor todavía en activo y las visitas a fábricas de azúcar han despertado el interés de los visitantes extranjeros, en una oferta novedosa fomentada a raíz de la reestructuración. Según afirmaron a finales de noviembre directivos del Ministerio cubano del Azúcar, en la occidental provincia de Matanzas, en el período enero-octubre unos 6.000 visitantes fueron atendidos en industrias del territorio.

Para promover esta modalidad ante agentes de viaje y turoperadores, se celebró incluso el II Festival del vapor en el complejo José Smith Comas, ubicado en la localidad de Cárdenas, 150 kilómetros al este de La Habana y a sólo 20 minutos del balneario de Varadero. El evento atrajo una buena cantidad de turistas procedentes de Alemania, Bélgica, Francia, Inglaterra y Canadá, quienes pudieron apreciar de cerca las máquinas construidas en las primeras décadas de la centuria pasada, en excelente estado de conservación.

Datos del organismo rector del rubro señalan que la mayor de las Antillas dispone de un millar de locomotoras para el traslado de la materia prima desde las plantaciones cañeras hacia los ingenios. De esa cifra, cerca de 300 se mueven mediante vapor, muchas con más de un siglo de explotación, por lo que son consideradas como verdaderas reliquias históricas y constituyen un potente atractivo para los turistas foráneos.

De cara a 2004. Lo que para no pocos cubanos resulta sorprendente y una muestra clara de la situación real de la industria azucarera, es la decisión gubernamental de comprar azúcar a Estados Unidos, negocio que está a cargo de la empresa estatal Alimport. En un inicio se pensaba que el acuerdo se firmaría en noviembre durante la Feria Internacional de La Habana, pero entonces no prosperó. “Hay presiones políticas. Hay empresas con mucha influencia política que se oponen a esta venta,” dijo en la capital cubana durante la Feria Internacional de La Habana Wayne Carrick, ejecutivo de PS International de Carolina del Norte. “Estamos hablando de grandes productores de la Florida, como Domino Sugar, propiedad de los Fanjuls, los mayores productores de azúcar de Estados Unidos” añadió. Las motivaciones de este aplazamiento estarían, a juicio de Carrick, en que los hermanos Fanjuls, de una familia cubana dueña de centrales azucareros en Cuba antes de la revolución, probablemente teman la posible competencia desde Cuba si el actual comercio de productos agrícolas estadounidenses hacia la isla se torna bidireccional, de levantarse algún día el embargo.

Mientras tanto, el 10 de diciembre se inició la zafra 2003-2004, en tres fábricas de azúcar en las provincias de La Habana, Cienfuegos y Camaguey. Un reporte del Noticiero Nacional de Televisión dio a conocer ese día que fue escogido para la apertura el complejo Habana Libre, en La Habana, por ser este uno de los territorios con mejores resultados en la contienda precedente. Según la información ofrecida por el noticiario, en el último mes de 2003 se incorporarían 17 industrias y otras 65 lo harían en enero, tras una mejor preparación para la temporada en la cual el país garantizaría los recursos mínimo imprescindibles.

El titular del ramo, Ulises Rosales del Toro, dijo que hasta ese momento el plan de siembra se había cumplido al 100,7 por ciento, con un total de 40.241 hectáreas más plantadas que en igual etapa anterior.

Asimismo, explicó que se realizaron los aseguramientos requeridos para garantizar la calidad de las reparaciones en la industria, la mecanización y el transporte, además de crearse las condiciones de vida y laborales satisfactorias a los movilizados y trabajadores agroindustriales.

Por otra parte, citó palabras de Lage referentes a que “en la zafra, lo más importante es el costo de producción y cada decisión que se adopte tiene que pasar por ese filtro”. La estrategia busca acercarse a tres centavos la libra, a partir de los bajos precios del azúcar en el mercado mundial. Por tal motivo, la política de aseguramiento obedece a producir el dulce con eficiencia, la cosecha azucarera se enmarca en el período óptimo y hay que moler alto, recalcó.

De acuerdo con el ministro, las entidades involucradas en la zafra trabajaron en la preparación y la organización de la campaña, mejoró la eficiencia de los estimados, se adoptaron medidas para una mayor efectividad del corte, alza y tiro y se buscaron soluciones a los problemas negativos que incidieron en la pasada molienda.

Según las previsiones oficiales, en 2004 se aspira a un incremento de la producción a partir de una preparación más eficiente de la zafra azucarera, “aunque se esperan precios más bajos para las exportaciones”. Por otra parte, el proceso de reestructuración del sector continuará incrementándose un 15 por ciento en la producción agrícola no cañera en las tierras liberadas de caña, para también así contribuir al balance nacional de alimentos. [8]

INDICADORES SELECCIONADOS 1989-2003

AÑO PRODUCCIÓN EXPORTACIÓN
(en toneladas métricas)
1989 7.579.007 7.123.312
1990 8.444.702 7.171.762
1991 7.623.000 6.767.000
1992 7.013.000 6.086.000
1993 4.245.716 3.661.955
1994 4.000.000 2.503.476
1995 3.300.000 *
1996 4.450.000
1997 4.200.000
1998 3.100.000
1999 3.800.000
2000 4.059.000
2001 3.532.000
2002 3.605.000
2003 2.205.000

* No disponible

Fuente: Anuario Estadístico de Cuba y estimados de especialistas

TURISMO: COMIENZA LA RECUPERACIÓN

Generalmente, tras desastres naturales y ciclones, los países o regiones entran en una etapa de restañar daños y pérdidas. En una fase como esa se encuentra aún el turismo cubano, todavía golpeado por las secuelas del derrumbe de las torres gemelas, en septiembre de 2001, por la crisis económica mundial y las guerras que incidieron negativamente en el sector de los viajes a escala planetaria.

Entre crecimientos discretos pero sostenidos durante 2003 y desmentidos oficiales sobre supuestos casos de corrupción en empresas pertenecientes al Ministerio del Turismo, la llamada industria sin chimeneas confirmó su posición como el sector que mayores ingresos reporta a la isla caribeña, aun cuando los altos costos de operación no dejan todos los dividendos que urgentemente necesita el país.

Las cifras no han sido abundantes. El 2 de diciembre, durante la apertura de los vuelos inaugurales la línea bandera Air Canadá —que se mantendrán durante todo 2004—, se conoció que de enero a octubre visitaron el archipiélago caribeño un millón 545.505 veraneantes, de ellos 363.945 canadienses, 87.300 más que en igual etapa precedente.

Ello indicaba que para alcanzar la deseada cifra de 1.900.000 visitantes la isla debía acoger para cierre de año más de 354.000 viajeros, cuando sin huracanes ni desastres naturales la nación se adentra en la temporada alta (diciembre-marzo), durante la cual se producen los mayores arribos. Pero fuentes cercanas al organismo rector del turismo revelaron que hasta el 10 de diciembre no se reportaba el incremento previsto para la etapa de alza turística.

A inicios de diciembre, fuentes oficiales indicaron que la más dinámica rama de la economía de la isla reportaba crecimientos de 14 por ciento en el número de visitantes durante el año, los ingresos en 19,2 por ciento, al tiempo que entraron en explotación más de 1.700 nuevas habitaciones.

Durante 2002 viajaron a la isla un millón 686.162 vacacionistas. Los pronósticos para 2003 estimaban un crecimiento del 12,7 por ciento, para llegar a 1.900.000 visitantes, con una ocupación promedio del 61,7 por ciento, contra el 50,4 precedente.

Autoridades turísticas afirmaron a finales de junio que Cuba había recibido su primer millón de turistas en 2003 con un mes de antelación al año precedente. Fuentes del Ministerio del Turismo aseveran que el alza en los arribos de visitantes estuvo acompañada de incrementos en los ingresos y en las utilidades, resultado de una eficiente administración operacional, así como de una mejor comercialización, que ha permitido aprovechar la favorable coyuntura internacional.

En 2003 Cuba logró récord de visitantes foráneos en hoteles en un día, para la temporada de verano (julio y agosto), al llegar el 12 de ese último mes a 40.384 turistas. Ese indicador, valorado por la Organización Mundial del Turismo para determinar los mejores destinos del mundo, supera al récord anterior de 39.106, alcanzado en agosto de 2001.

En su informe a la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento) el diputado Osvaldo Martínez, presidente de la Comisión de Asuntos Económicos del órgano legislativo, señaló que si en 1993 el país daba sus primeros pasos en el turismo, recibiendo aquel año a 546.000 visitantes, en 2003 “recibiremos a no menos de un 1.900.000 con una industria turística que, aunque puede y debe reducir sus costos e integrarse más a la economía interna, cuenta con más de 41.600 habitaciones”.

Esa cifra representa un crecimiento cercano a 12,7 por ciento en el número de visitantes, dijo por su parte el ministro de Economía y Planificación, José Luis Rodríguez. Las autoridades cubanas reportan además que los ingresos turísticos aumentaron en el año 16 por ciento.

En los resultados de 2003 se incluyen polos como La Habana y Varadero, el más visitado de los balnearios cubanos. Lester Felipe Oliva, representante del Ministerio del Turismo en la occidental provincia de Matanzas, donde está ubicado el principal atractivo de playa de la nación caribeña, consideró a mediados de año que los meses finales de 2003 serían “muy favorables” y estimó en cerca de 800.000 las estancias de visitantes en la conocida playa.

A su juicio, “sólo una debacle, algo imprevisible, pudiera impedir esos resultados cuando finalice este año”. Ningún hecho imprevisto se produjo desde entonces y Varadero se mantuvo como una plaza competitiva en el área del Caribe, siempre ajustado a los parámetros de calidad de mercados como Canadá, Francia, Italia y España, entre otros.

Fuentes del sector aseguraron a finales de diciembre que en 2003 la cifra de visitantes extranjeros aumentó en 85.000 en las instalaciones hoteleras ese polo. Se estima que el balneario alcance un total de 735.000 turistas en esa etapa.

Los principales países emisores son Canadá, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y España, en tanto México se ubica a la cabeza de las naciones del continente latinoamericano.

El balneario, 140 kilómetros al este de La Habana, dispone en la actualidad de 14.000 habitaciones distribuidas en medio centenar de instalaciones, más del 70 por ciento de ellas con categoría de cuatro y cinco estrellas, como resultado de un programa perspectivo acometido a lo largo de toda la isla, cuyo propósito es diversificar las ofertas, una de las principales líneas de trabajo del sector durante 2003.

Especialistas indican que como modalidad líder continúa la opción de sol y playa, apetecida por el 70 por ciento de los turistas que llegan a la isla, por lo que el país proyecta complementarla con otras propuestas como el ecoturismo, de moda en el mundo.

En 2002 visitaron Cuba alrededor de 630.200 turistas con opcionales vinculados directamente con la naturaleza, más unos 160.000 visitantes directos en cuyos paquetes sí venía incluido el ecoturismo. Esto es visto por las autoridades del sector como una muestra de las posibilidades del país para dar un salto cualitativo en esta modalidad, con tan alta demanda entre los visitantes. En el territorio cubano se localizan 67 zonas preparadas para el turismo de naturaleza, en el sentido de que se encuentran señalizadas de manera adecuada, hay guías especializados, senderos bien demarcados y, sobre todo, un apoyo esencial hacia lo sostenible desde el punto de vista social, económico y de desarrollo permanente.

El motor de la economía. Diferentes estudios señalan que, en los últimos 10 años, el desarrollo turístico alcanzado por Cuba ha sido el más importante de Las Américas, fruto de la conjugación de factores decisivos en cualquier esfera: la voluntad política, la disponibilidad de recursos humanos preparados, niveles satisfactorios de seguridad ciudadana y de salubridad, a la par de la hospitalidad del pueblo.

El auge del turismo condujo, entre otros resultados, a que la isla pasara de la posición 23 a la nueve como destino receptor de turistas en Las Américas, y del lugar 21 al ocho por los flujos de ingresos generados por la llamada industria de la hospitalidad. Asimismo, ha tenido un creciente aporte a la balanza de pagos, que transitó de un cuatro por ciento en 1990 al 41 por ciento en 2001. En los 12 meses siguientes se captaron, gracias a este rubro, unos 2.000 millones de dólares. [9]

El efecto del sector turístico, como factor dinamizador, ha influido en la actividad de la construcción y de la industria ligera, al incrementarse el sector hotelero entre 1990-2002, de 12.900 a unas 40.000 habitaciones, consideran analistas.

Asimismo, indican que el modelo de desarrollo turístico aplicado en Cuba ha posibilitado inducir y potenciar un efecto multiplicador hacia la economía local. Muestra de ello es que la participación de los productos nacionales dentro del total de compras del sistema turístico fue del 68 por ciento en 2002, mientras que a inicios de la década ese indicador no superaba el 12 por ciento [10] . Al cierre de 2003, se reportó que el turismo recibió de fuentes nacionales el 69 por ciento de lo que consumió.

Por otra parte, en apoyo al turismo se multiplicó la infraestructura de aeropuertos, ya que la casi totalidad de los turistas internacionales arriban a Cuba por aire. Las 4/5 partes de los visitantes son transportados por 60 líneas extranjeras que operan en los 11 aeropuertos internacionales cubanos. La línea Cubana de Aviación transporta el 17 por ciento de los viajeros.

El turismo es, además, una importante fuente de ocupación para la población cubana: son más de 100.000 los puestos de trabajo directos y 200.000 los vinculados indirectamente al ramo.

Estudiosos indican que en los últimos doce años se han invertido más de 5.000 millones de dólares en el desarrollo del turismo. En ese lapso, los ingresos se multiplicaron ocho veces, mientras que el número anual de turistas se quintuplicó y se triplicó la capacidad hotelera. El empleo directo se duplicó en el sector, al tiempo que la ocupación laboral indirecta se multiplicó por seis.

El desarrollo del turismo en la isla es visto con buenos ojos por personalidades extranjeras. Una de las mayores promesas en ese sentido parece estar en la posible afluencia de turistas estadounidenses de eliminarse un día las actuales restricciones vigentes para ellos por la legislación de su país. Un ejecutivo de una importante empresa mundial del turismo aseveró el día 29 de septiembre en México que la infraestructura hotelera del primer mundo existente en Cuba y la diversidad de su producto permiten a la isla estar preparada para recibir el turismo estadounidense.

Según reportaron agencias de prensa, Bernd Rohde, presidente de Messe Frankfurt en México, dijo que por las potencialidades geográficas y de infraestructura turística en Cuba, algunos (países) de la región, incluso, ven con preocupación la apertura del mercado estadounidense hacia el país antillano. Rohde manifestó su confianza en que se resuelvan las restricciones del gobierno estadounidense que impiden a la isla recibir turismo del país norteño y reiteró que “Cuba está preparada para recibirlos a todos ellos”.

A juicio del ejecutivo de la empresa europea, la industria turística cubana es altamente competitiva en la región y un ejemplo a seguir por el empresariado mundial, que toma incluso como referencia a la isla. Rohde añadió que la isla es uno de los destinos turísticos más atractivos de Europa, fundamentalmente del segmento joven, deseoso de admirar los paisajes de su geografía y ávido de conocer la cultura local.

Turismo desde Estados Unidos. El tema de los futuros viajeros estadounidenses, para cuando se levanten las sanciones, ha estado como una constante en la agenda del turismo cubano. Vigentes desde 1963, las referidas restricciones limitan a cualquier ciudadano o persona extranjera con residencia en Estados Unidos, a excepción de los originarios de Cuba. Las consecuencias de violar la ley no son nada despreciables: hasta 10 años de cárcel y multas de entre 50.000 y 250.000 dólares.

Miguel Figueres, asesor del Ministerio cubano de Turismo dijo en octubre que Cuba espera una “avalancha” de personas, en caso de concretarse finalmente el levantamiento de la prohibición estadounidense. El estimado de esos posibles arribos podría rondar de 2,5 millones a tres millones de visitantes en cinco años. De ser así, los ingresos para la isla oscilarían entre 3.000 millones y 4.000 millones de dólares anuales.

Los beneficios tocarían también a las aerolíneas, el turismo de cruceros, los servicios vinculados a ambas industrias y, por ende, la creación de decenas de miles de nuevos empleos en Estados Unidos.

Empresarios estadounidenses como Robert Whitley, presidente de la Asociación de Operadores de Turismo de Estados Unidos, consideran que “la demanda acumulada es muy grande”, por lo que los pronósticos podrían superarse tras el levantamiento de las sanciones.

Estimados indican que del 1,9 millón de turistas esperados, algo más del 10 por ciento correspondería igualmente a estadounidenses. Cerca de la mitad de los 80.000 estadounidenses que viajaron a Cuba en 2002 lo hicieron sin licencia, por un tercer país. A esta cifra de arribos se suman otras 150.000 personas de origen cubano residentes en Estados Unidos.

Datos del Consejo Económico Comercial Estados Unidos-Cuba, con sede en Nueva York, aseveran que entre 1995 y 2000 los viajes no autorizados a la isla crecieron a un ritmo anual de 19 a 21 por ciento y los autorizados entre nueve y 11 por ciento.

En declaraciones durante la primera Conferencia de Viajes Cuba-Estados Unidos, celebrada en el balneario mexicano de Cancún, los días 17 y 18 de octubre, Figueres comentó que como consecuencia de la prohibición vigente desde hace cuatro décadas, unos 25 millones de turistas estadounidenses han dejado de visitar Cuba.

Asimismo, se calcula que por cada millón de turistas impedidos de viajar a la nación caribeña, las aerolíneas de Estados Unidos pierden 300 millones de dólares, sus agencias de viajes y operadores 160 millones y las importadoras de alimentos y bebidas alrededor de 45 millones de dólares.

A petición del no gubernamental Centro para la Política Internacional, la firma consultora The Brattle Group realizó un estudio que arrojó que la cifra anual puede estabilizarse en los tres millones a largo plazo, en caso que se libere el tráfico de personas hacia Cuba. En total, el grupo Brattle consideró que las ganancias por la apertura de ese destino caribeño al turismo estadounidense serían de hasta 1.600 millones al año y la creación de nuevos empleos oscilaría entre 16.888 y 23.020. [11]

Actualmente operan 15 firmas extranjeras en medio centenar de hoteles en la isla, que abrió sus puertas al turismo internacional en 1990. A inicios de 2002, revistas especializadas indicaban que entre las firmas foráneas con intereses en la mayor de las Antillas, la mejor ubicada es la francesa Accor, en la cuarta posición, seguida de la española Sol Meliá (12) y Club Mediterránea de Francia (21). El liderazgo de la clasificación estaba en manos de la estadounidense Cendant Corporation, con 6.624 establecimientos.

Aunque el sector experimentó un crecimiento en 2003, hubo noticias que ensombrecieron el panorama turístico de la isla muy cerca de terminarse al año. El Ministerio de Turismo de Cuba confirmó en una nota con fecha del 6 de diciembre que el presidente del grupo Cubanacán, Juan José Vega, y otros tres directivos de esa entidad habían sido destituidos por errores graves en su gestión, pero desmintió que se hubiera registrado algún tipo de desfalco o robo.

La nota oficial señaló que ni Vega ni los otras personas “en ningún caso han participado en robos o desfalcos, pero sí han cometido graves errores en su trabajo de dirección, asociados a falta de exigencia y control y otras violaciones.”

Cubanacán, empresa estatal que recibe al 40 por ciento de los turistas que visitan la isla, tuvo el año pasado ingresos por 331 millones de dólares y beneficios de más de 100 millones. La comunicación sostuvo que el gigante turístico, que abarca un centenar de hoteles y restaurantes, además de centros de salud, bares, cabarets, clubes náuticos, un servicio de taxis y alquiler de autos, así como una cadena de tiendas con más de 300 establecimientos y agencias de viajes, se mantenía “funcionando normalmente, prestando todos sus servicios y cumpliendo los compromisos contraídos” y que el ministro de Turismo se encontraba “temporalmente simultaneando sus funciones con la atención del Grupo Cubanacán”.

Aun cuando el turismo mantenga su espiral de recuperación, como vaticinan especialistas, el sector tiene necesariamente que reducir sus costos. Los gastos en 2002 fueron cercanos a los 70 centavos dólar, lo que representa bajos dividendos. Al respecto, las autoridades recalcaron al cierre del año que “es necesario continuar adoptando medidas para disminuir los gastos no imprescindibles y reducir los costos de los insumos nacionales y los servicios que se suministran al turismo”.

Por otra parte, los analistas indican que pudiera estar cercano el tope de turistas procedentes de Europa, calculado en 2.000.000, por lo que la isla tendrá necesariamente que “aumentar cuanto antes su efectividad económica, que le permita elevar su competitividad.” [12]

De acuerdo con estimaciones oficiales, en 2004 el número de turistas deberá incrementarse 10,5 por ciento, lo que representaría la llegada a la isla de 2,1 millones de visitantes, unos 100.000 por encima de la cota de los 2.000.000, sueño varias veces pospuesto. Las autoridades aspiran también a que se produzca un crecimiento en los ingresos que genera y recomiendan realizar “el máximo esfuerzo por alcanzar los niveles previstos con una eficiencia superior”.

INVERSIONES EFECTUADAS EN EL TURISMO

1991-2000 (MM de USD)

Objetivos Millones de USD
Hoteles 3.000
Infraestructura técnica 1.000
Infraestructura hotelera  300
Aeropuertos  500
Transporte turística  100
Resto de la economía  500
Total 5.400

Fuente: MINTUR 2001.

EVOLUCIÓN DE IMPORTANTES INDICADORES DE LOS SERVICIOS DE TURISMO

Indicadores 1990 2000 2001 2002 Crecimiento 1990-02
tasa anual (%)
Visitantes 340.000 1.774.000 1.775.000 1.686.000 14
Ingresos totales (MMUSD)  243  1.948  1.846  1.769 18
Habitaciones  12.900  35.293  37.225  39.553 10

Fuente: (Figueras M, 2001), (ONE, 2002) y cálculos de especialistas

VISITANTES, AÑO 2002

(Principales mercados emisores)

MERCADOS CUBA
Canadá  348.468
Alemania  152.662
Italia  147.750
España  138.609
Francia  129.907
Reino Unido  103.741
México  87.589

Fuente: Kit de Prensa, MINTUR Varadero, 2003.

NÚMERO DE HABITACIONES

DESTINOS 1996 2002
Ciudad de La Habana  8.675  10.129
Varadero  8.346  13.550
Jardines del Rey  1.521  3.612
Norte de Camagüey  1.296  1.373
Norte de Holguín  1.632  3.804
Santiago de Cuba  1.725  1.636
Costa Sur  1.049  1.605
Canarreos  682  914
Otros destinos  1.952  3.347
Total 26.878  39.970

Fuente: Figueras. M.A, Diplomado UH-Carleton-Formatur. Noviembre 2002.

PETRÓLEO: CUBANO, PERO AÚN INSUFICIENTE

Cuando llega el apagón, más de un cubano —no importa si es profesional u obrero—, se hace la siguiente pregunta, “si ahora la electricidad es con petróleo nacional, entonces qué pasa…?” Y no dejan de tener razón.

Ciertamente, las autoridades informaron durante el año que desde abril de 2003 toda la electricidad que genera el país es a partir del crudo nacional, tras incrementos progresivos de este indicador en los últimos años. Ese aumento es resultado de la voluntad del gobierno de la isla de independizar tan importante servicio, con una incidencia grande en la vida de los 11,2 millones de habitantes de la nación, de los vaivenes de los precios del crudo en el mercado internacional.

Investigadores indicaron al cierre del primer semestre que “Cuba produce el 92 por ciento de la energía total con mezcla de crudo y gas nacional y el 8 por ciento restante con fuel oil producido por las refinerías del país.” Sin embargo, el informe económico oficial apuntó que actualmente se alcanza un consumo de combustible de fuentes nacionales del 83,4 por ciento, superior a la etapa precedente.

Aunque en los últimos tres años el nivel de cortes eléctricos planificados ha descendido considerablemente, en los hogares cubanos todavía se sufren las molestias de los apagones, ocasionados por las salidas imprevistas de sus funciones de alguna planta generadora. El gobierno mantiene, además, un plan de ahorro severo que afecta a los establecimientos de servicios como es el caso de las tiendas de la red de ventas en divisas que se ven obligadas a desconectar los aires acondicionados varias horas al día.

De acuerdo con datos oficiales, en los pasados cinco años la demanda eléctrica se mantuvo por debajo del crecimiento económico del país, lo que es considerado una relación favorable entre ambos indicadores y supone mayor eficiencia en el consumo energético. Según fuentes del Ministerio de la Industria Básica, en ese lapso las necesidades aumentaron como promedio sólo en 50 megawatts, mientras el producto interno bruto se incrementó en 3,4 por ciento, lo que se traduce en producir más con menos gasto de energía eléctrica.

Estadísticas de la entidad revelan que tal proporción fue negativa hasta 1997. A partir de entonces, mejoró paulatinamente por la modernización tecnológica y ampliación en la generación, así como debido a las medidas de ahorro adoptadas en los sectores estatal y residencial, como parte del Programa de Ahorro de Electricidad y la contingencia energética que asumió el país.

La estrategia aplicada ha permitido un aprovechamiento más eficiente del petróleo local, cuya extracción se ha incrementado en los últimos tiempos a la par de las inversiones para optimizar su uso.

Según el Informe económico de 2003, “por el alto significado estratégico para su desarrollo, Cuba ha invertido cuantiosos recursos para asegurar la generación de electricidad y la producción nacional de hidrocarburos, lo que ha brindado significativos ahorros para la economía y garantiza la vitalidad necesaria para su crecimiento sostenido”.

El documento precisa que durante la etapa la producción de crudo nacional creció 2,9 por ciento, lo que, unido al gas, hace que se alcancen 4,3 millones de toneladas de petróleo equivalente, cifra superior en cuatro por ciento a lo alcanzado en 2002. Ese año la producción de gas natural fue de 585.000 millones de metros cúbicos.

Medios internacionales de prensa indican que Cuba produce actualmente unos 56.000 barriles al día en yacimientos costeros con perforación desde tierra y consume un mínimo de 150.000 barriles por día (bpd), según datos del gobierno.

De acuerdo con informaciones emitidas en la segunda decena de diciembre por el Ministerio de la Industria Básica, la producción de petróleo de Cuba sería de 260,4 millones de barriles (unos 71.000 barriles por día) en 2003, equivalente a un incremento del 2,5 por ciento frente a la producción del año pasado.

Asimismo, indica el texto aparecido en el diario oficial Granma, la nación caribeña refinaría 176,7 millones de barriles este año, frente a los 128 millones de barriles que refinó en 2002.

Una de las entidades petroleras del país, la Empresa de Perforación y Extracción de Petróleo del Centro (EPEP-C), alcanzó el 18 de noviembre 1.500.000 toneladas de crudo, el 98,68 por ciento de lo previsto para el período. Además, entregó 387 millones de metros cúbicos de gas, que se utiliza en la generación de electricidad mediante el proyecto Energás.

En diciembre, fuentes de esa entidad aseveraron que la producción crecería seis por ciento en 2003 respecto al año precedente. Versiones digitales de publicaciones cubanas indicaron que la entidad cumpliría el programa de extracción del hidrocarburo ascendente a 1.735.000 toneladas.

Fuentes oficiales dijeron que esos resultados denotaban un mejor aprovechamiento del yacimiento, el logro de superiores coeficientes de utilización e índices de explotación, y la reducción en las pérdidas diarias, resultantes de las medidas geólogo-técnicas adoptadas para incrementar los bombeos y el aprovechamiento de los pozos. Especialistas de la EPEPC aplicaron también una técnica consistente en la inyección a los pozos de polímeros mezclados, en forma de gelatina, método que posibilitó disminuir pérdidas y recobrar 10.000 toneladas del combustible fósil.

Datos estadísticos precisan que la entidad produjo por primera vez un millón de toneladas en 1995 y a partir de esa fecha ha mejorado sus índices productivos y de eficiencia, superiores al 98 por ciento de efectividad, en los más de 170 pozos en explotación.

La EPEPC está ubicada en la occidental provincia cubana de Matanzas, a 120 kilómetros de La Habana, donde se localiza uno de los mayores yacimientos del crudo de la isla. El hidrocarburo que se extrae de esta zona es conocido como pesado por su alto contenido de azufre y se emplea fundamentalmente para generar electricidad y en la fabricación de cemento.

Los yacimientos entregan considerables volúmenes de gas acompañante, que antes iba a la atmósfera y dañaba el entorno, con perjuicios notables a Varadero, el más conocido balneario de Cuba. De acuerdo con la empresa, el aprovechamiento de esas emanaciones significará este año 440 millones de metros cúbicos, que utiliza el programa Energás, empresa mixta cubano-canadiense inaugurada en diciembre de 2000 y concebida para producir energía eléctrica a bajo costo y con el mínimo daño posible al ambiente. Expertos del sector sitúan la sustitución de petróleo por gas para generar corriente como un avance tecnológico en el sistema de calderas con positivo impacto ecológico.

Durante 2003 se pusieron en marcha algunas nuevas instalaciones. De acuerdo con el investigador Juan Triana, especialista del Centro de Estudios de la Economía Cubana de la Universidad de La Habana, en el mes de mayo el vicepresidente Carlos Lage inauguró en la occidental provincia de Matanzas una planta de producción de vapor que facilitaría el trasiego del combustible cubano. El estudioso indicó que la inversión permitiría “ahorrar anualmente más de 1.400.000 dólares, de los cuales 120.000 corresponden a la disminución de costos por la agilización de las operaciones de cabotaje, y el resto al ahorro de nafta y otros recursos en el trasiego y beneficio del crudo cubano”.

Gas. El país desarrolló en los últimos años inversiones que permiten aprovechar el gas acompañante de los pozos de petróleo dentro de un ambicioso programa de gasificación que ha beneficiado a varios millones de personas.

En la capital de la isla, por ejemplo, de 120.000 núcleos familiares que contaban con suministro de este combustible en 1998, actualmente lo utilizan cerca de 600.000, aun cuando el proyecto para ampliar el número de beneficiados no ha concluido.

El programa inversionista en este sector comprendió la extensión y mejoramiento de las redes de gas manufacturado (por tuberías), la sustitución de este por el gas licuado (envasado) y la instalación de metrocontadores en las viviendas beneficiadas. De acuerdo con funcionarios de la empresa del gas, la entrega de estos equipos de medición generó un ahorro considerable que hizo posible la incorporación de unos 100.000 núcleos familiares más, con casi similar volumen del combustible.

Aunque las producciones de gas manufacturado en la capital registran incrementos mínimos, se ha podido extender el servicio mediante el ahorro, la instalación de nuevas redes, las mejoras tecnológicas en las plantas y el uso en ellas del gas natural acompañante del crudo nacional.

La medida ha permitido ahorros considerables. Fuentes oficiales sostienen que entre fines de 1998 y septiembre de 2003, únicamente por el uso del manufacturado, la provincia dejó de gastar 97,1 toneladas de kerosén y 14,8 de alcohol.

La entrega de ese combustible está subsidiada por el Estado cubano. Producir un metro cúbico de gas manufacturado, mediante nafta y gas natural, cuesta 12 centavos de dólar (anteriormente, cuando se usaba coque o nafta sola, era más caro); sin embargo, el precio de venta del metro cúbico a la población es de 11 centavos de peso cubano. Para el licuado los costos de producción resultan superiores y también su precio de venta a las familias está subsidiado.

Por otra aparte, en el caso del gas licuado el promedio anual de nuevos clientes residenciales durante el último lustro ha sido superior a los 30.000, y en estos momentos funcionan 302 puntos de expendio, en los cuales son vendidos como promedio diario unos 15.000 envases de 50 libras.

El programa, iniciado en 1998, deberá llegar todavía a 40.000 núcleos. Según directivos de las empresas del gas, diversas dificultades, incluidas las financieras, obligaron a establecer un ritmo más lento que el previsto en el plan original.

Asimismo, indican que el cambio hacia el gas manufacturado permite abaratar los costos del servicio, pues su producción dependerá cada vez más de materias primas nacionales.

Ante la imposibilidad de llevar este programa a provincias del oriente del país, se estudian otras variantes para facilitar la vida cotidiana y garantizar la elaboración de alimentos, de manera que se pueda ir dependiendo cada vez menos de la importación de kerosene, uno de los combustibles más costosos y de amplia utilización en la isla.

Nuevas exploraciones. Aunque el petróleo hallado hasta ahora en Cuba es pesado, con mucho azufre y gas, no se descarta que se encuentre crudo más ligero mar adentro.

Ante tal posibilidad, en 1999 las autoridades de la isla abrieron 112.000 kilómetros cuadrados de su zona de exclusión económica en aguas del Golfo de México, divididos en 51 bloques, para la exploración extranjera y posterior desarrollo.

Desde entonces, han firmado contratos para la prospección de bloques la española Repsol y la canadiense Sherrit International, que actualmente participa en la producción de crudo y gas en la isla.

A inicios de diciembre, el día 3, el gobierno cubano emitió una nota oficial que hacía aclaraciones sobre un artículo de la agencia Reuters titulado “Cuba hace apuesta millonaria al petróleo del Golfo de México”, que señalaba que en la nación caribeña cruzarían los dedos cuando comenzara a operar en agua profundas la mayor plataforma de perforación del mundo, con la esperanza de encontrar el crudo que ayude a la isla a salir de la crisis.

Al respecto, el texto oficial aclaró que los “planes de desarrollo económico (…) no se basan en lo más mínimo en hipótesis sobre la posibilidad o no de encontrar nuevas fuentes energéticas en el área mencionada, sino en nuestro actual desempeño económico, incluyendo el sostenido crecimiento de nuestra producción de petróleo y gas que se extraen desde tierra firme, con reservas probadas para decenas de años”.

Lo cierto es que la empresa española Repsol-YPF SA piensa poner a trabajar en los seis bloques que ha contratado frente a la costa noroccidental cubana la plataforma semisumergible Eirik Raude, de propiedad noruega, a un costo de 195.000 dólares por día, según la agencia de noticias inglesa. Esa operación es considerada de alto riesgo por consultoras petroleras, debido a que “es una nueva frontera inexplorada”, dijo a la agencia Michael Rodgers, director de PFC Energy, con base en Washington.

Expertos señalan que sólo el 10 por ciento de las nuevas áreas inexploradas terminan en yacimientos productivos.

La misma fuente citó un anuncio de octubre de la firma noruega Ocean Rig ASA, propietaria de las dos mayores plataformas de perforación semisumergibles del mundo, según la cual la empresa obtuvo una carta de intenciones de Repsol para perforar un pozo a 1.650 metros de profundidad, con una opción para un segundo pozo, posiblemente a partir de marzo, cuando la plataforma concluya una misión en Nueva Escocia, Canadá.

Aunque la isla no centra su desarrollo en esa posibilidad, un hallazgo de crudo ligero ayudaría muy bien a reducir su canasta petrolera, calculada en cerca de 1.000 millones de dólares, y siempre dependiente de las fluctuaciones del mercado mundial del crudo y de las escasas reservas en dinero verde constante y sonante que padece la nación.

Además, la mayor de las Antillas se liberaría en parte también de las importaciones de crudo venezolano -53.000 barriles diarios en condiciones muy favorables—, siempre bajo la amenaza de interrumpirse bajo las reiteradas acusaciones de los opositores al gobierno del presidente de ese país, Hugo Chávez Frías, quienes aseveran que de terminarse su mandato mediante un referendo revocatorio, el convenio acabaría de inmediato.

Para algunos observadores sólo un descubrimiento considerable o una muy inesperada y poco probable baja de los precios en el mercado mundial permitirían al país mejorar uno de los aspectos que más quejas genera entre los cubanos: el transporte público de pasajeros. Entre otras razones, por las carencias del crudo. Fuentes cercanas al gobierno indican que en ocasiones, por esa razón, se desconoce si los ómnibus saldrán a la calle. Esa opinión coincide con la de conductores de “guaguas” (ómnibus) en la capital cubana —donde todo es menos grave que en el resto de las provincias—, quienes no pocas veces afirman que los viajes dependen de la disponibilidad de combustible. Una situación similar se reporta en organismos estatales que han visto afectadas varias veces la asignación de gasolina en el curso de este año.

La falta de petróleo, incluso, ha retrasado en ocasiones la producción y distribución de los productos de la canasta básica alimenticia, una prioridad para las autoridades de la isla.

Los que hasta ahora son proyectos de futuras exploraciones han generado toda suerte de opiniones. Algunos expertos indican que el costo de exploración en aguas profundas podría oscilar entre 1.000 y 3.000 millones de dólares, por lo que no consideran viable la ulterior explotación si lo que se encuentra es petróleo pesado. Los cálculos especializados indican que las probabilidades de hallar un combustible de calidad son de una en 25.

Así y todo, de encontrarse una veta de petróleo ligero, deberán pasar cinco años para poder comenzar a producir y en un quinquenio puede ocurrir de todo.

Aunque las posibilidades se vislumbran inciertas, los interesados existen. Trascendidos indican que la brasileña Petrobras, con gran experiencia en perforación en aguas profundas, está realizando un estudio de factibilidad para decidir si vuelve a perforar en la isla, después de que en 2001 lo hiciera sin éxito en una zona más al este.

Para 2004, el país aspira a un crecimiento de la producción de petróleo y gas de 6,3 por ciento, para llegar a 4,6 millones de toneladas. En el caso de la generación total de electricidad, el pronóstico es de 1,6 por ciento de incremento, a partir de fuentes nacionales en su totalidad.

PRODUCCIÓN DE CRUDO CUBANO

AÑO Petróleo (millones de toneladas) Gas (millones de metros cúbicos)
2000 2,8 500
2001 2,9 584
2002 4,1*
2003 4,3 *

* Se refiere a saldo de producción equivalente de petróleo y gas.

Fuente: Elaborada a partir de Resumen Económico Anual, años 2000-2003

AGRICULTURA: CRECE, PERO NO TANTO

Aunque quizás no se note todavía en la mesa cubana, la agricultura podría ubicarse entre los sectores de mejor desempeño durante 2003.

Pese a que la papa, uno de los cultivos de mayor volumen de producción, defraudó tanto a las autoridades como a los consumidores por alta incidencia de plagas y menores rendimientos que en etapas precedentes, el agro cubano experimentó durante la etapa un crecimiento discreto tal vez en variedad de productos, pero sí notable en el fomento del sector, la electrificación del riego y el empleo de bioplaguicidas, entre otros.

De acuerdo con declaraciones del vicepresidente Carlos Lage a medios informativos cubanos, el sector agrícola experimentó un incremento, “que se ve en los mercados”. En este punto es donde no pocos tienden a discrepar, dado que los precios de los principales alimentos que proceden del campo se mantienen invariablemente altos.

En el primer semestre del año, el Ministerio de la Agricultura reportó incrementos en algunos de sus cultivos, no obstante las complejidades financieras del momento. Entre esos surtidos se encontraban el plátano, el boniato y la malanga, mientras que la yuca, a la par de la papa, sufrieron decrecimientos en la etapa.

En ese lapso, también hubo mayor producción de algunas especies de hortalizas, entre ellas el tomate, la cebolla, el ajo, el pimiento, el pepino y la calabaza.

En los datos finales de 2003, las autoridades anunciaron que si en el año anterior la producción agrícola sufrió los embates de fenómenos meteorológicos dañinos, en la etapa recién concluida hay incrementos de importancia en cítricos, viandas, hortalizas, plátanos, frijoles, huevos y carne de cerdo.

Al cierre del año se reportaban resultados favorables en los cítricos, en la empresa Héroes de Girón, ubicada al sur de la provincia de Matanzas, que sobrepasó sus proyecciones anuales con 270.000 toneladas de frutas molidas, 11.000 más que lo previsto. Directivos de la entidad indicaron que el elevado ritmo productivo logrado por ese combinado industrial le permitió también alcanzar las 18.000 toneladas previstas en jugos concentrados y el plan de aceites esenciales de toronjas y naranjas, así como las 4.000 de jugos simples, renglones todos de gran demanda en el mercado europeo. Por su parte, Cítricos Arimao, en la centro sureña provincia de Cienfuegos, prevé incrementos en la cosecha con más de 27.000 toneladas y la comercialización en el exterior de unas 100.000 cajas de naranjas.

También se reportan incrementos en el tabaco. Este año el país dedicó unos 35 millones de dólares para garantizar los recursos de la contienda, además de otros 45 millones que desembolsó para la reconstrucción de la infraestructura tabacalera en la occidental provincia de Pinar del Río, la mayor productora de la hoja en Cuba. Observadores indicaron que esa erogación contribuiría a incrementar los niveles de recolección y calidad de la materia prima destinada a los torcidos.

Pero estos discretos crecimientos, según analistas, no contribuyen ni al aumento del Producto Interno Bruto (PIB) ni a la disminución de los precios que, según sus estimados, podrían haberse incrementado en la etapa entre siete y nueve por ciento. [13]

Para las autoridades del sector, los resultados favorables fueron una consecuencia directa de programas como la producción de medios biológicos y de fertilizantes orgánicos, así como la electrificación del riego en cultivos varios y la extensión del empleo de la tracción animal.

Como otros sectores, este sufrió los obstáculos derivados de las carencias o limitaciones de combustible, aunque pudo darse solución al riego por lo menos en aquellos terrenos electrificados. La utilización de esos sistemas, favorables a los cultivos y con un uso controlado del agua, abarcaba a mediados de 2003 unas 54.000 hectáreas y el objetivo era cerrar el año con unas 70.000, equivalentes al 44 por ciento de las tierras agrícolas dedicadas a las viandas y hortalizas. Esta intención dependía de la entrada al país de todos los insumos contratados y de la agilidad para el montaje en las áreas designadas.

Cálculos de especialistas indican que la electrificación del 40 por ciento de los suelos dedicados a la agricultura representa un ahorro de 11 millones de dólares en combustible dejado de importar. Por su parte, Lage dijo en junio que en la década de los 90s del siglo XX, el país consumía 530.000 toneladas de diesel para el riego “y este año serán sólo 170.000 y eso con niveles de producción mayores, aunque todavía sin cubrir todas las necesidades”.

Para Alfredo Jordán, ministro de la Agricultura de la isla, la implementación de ese programa ha sido posible mediante el desarrollo de la producción energética nacional, que facilita emplear el riego eléctrico desde las 10 de la noche hasta el amanecer, en una medida conocida como acomodo de carga. Esta consiste en mover determinadas producciones y gastos en el horario nocturno, cuando hay menos demanda, y evitar así interrupciones a la población.

Fuentes oficiales indican que la agricultura ha reducido el consumo de fertilizantes de 890.400 toneladas en 1989 a 81.100 en 2003, mientras que en similares períodos el uso de productos químicos descendió de 21.100 toneladas a 1.900 toneladas.

Precios topados. Una de las prioridades de 2003 fue la extensión y consolidación de los mercados estatales para la venta de las producciones agrícolas, que deben regirse por precios acordados por los gobiernos provinciales, de mutuo acuerdo con productores y comercializadores. Esa media busca evitar los intermediarios y con ellos el incremento en hasta dos veces y medio de los precios, tal y como funcionan en la red de mercados agropecuarios de libre oferta y demanda.

La aplicación desde septiembre de 2003 de los llamados precios topados en los puntos de venta de la agricultura urbana provocó incertidumbre y malestar en la capital cubana, lo que se tradujo en desabastecimiento temporal y hasta cierre de algunos puntos de venta.

Según varias fuentes, existía conocimiento de las eventuales reacciones de los vendedores, y se calculaba que en la ciudad podrían ser cerrados cerca de 200 establecimientos. Pasadas las primeras dos semanas de aplicada la regulación, el orden se fue restableciendo progresivamente.

Pero sucede que la intención de llevar un precio máximo tope y de ampliar la red de estos mercados estatales choca siempre con la misma piedra: no hay alimentos suficientes para responder a la demanda, que desde hace años es superior a la oferta.

La idea de que en esas unidades la población pueda satisfacer sus necesidades básicas y que los mercados de libre oferta y demanda sean sólo un complemento, es buena, pero aún no está respaldada por los niveles de producción y las personas se ven urgidas a acudir a estos últimos donde la calidad es generalmente superior, aunque los precios son privativos para no pocos cubanos. [14]

Según el programa de mercados estatales, la red que abarcará todo el país debió quedar concluida antes de finales de año y del total, 117 serán en la capital.

El 17 de diciembre, el vicepresidente Lage elogió la labor de los Mercados Agropecuarios Estatales que cuentan con una red nacional de 932 centros de este tipo y 1. 270 puntos de ventas.

Durante el I Encuentro Nacional de esas entidades, el alto funcionario reiteró su optimismo en cuanto a las posibilidades de lograr mejores niveles de venta a la población y con la calidad necesaria, de manera que estos mercados sean centros organizados, con la higiene adecuada y cuenten con la consideración del pueblo.

Asimismo, se refirió a la experiencia de vinculación directa de los mercados a las unidades productivas y de acopio y en este sentido subrayó que no existe razón para que no se entregue toda la producción a esos establecimientos.

Para alcanzar los objetivos propuestos con esa red, Lage insistió en la necesidad de trabajar en la contratación de todos los productos y en lograr que lo que no esté destinado al consumo social se remita a los mercados estatales. En cuanto a los intermediarios, precisó que ellos no pueden existir, aunque vendan productos a mitad de precio, ya que estos insumos tienen que ser adquiridos en acopio o por el productor directamente.

Agricultura urbana. Otra de las prioridades del país en la producción agrícola fue en incremento de los niveles de vegetales y hortalizas cosechados en los organopónicos, que sobrepasó los resultados del año precedente con la contribución de las 14 provincias cubanas y el municipio especial de Isla de La Juventud.

Durante los primeros seis meses de 2003, la modalidad que abarca organopónicos, huertos intensivos y parcelas produjo 2.006.570 toneladas en hortalizas y alimentos frescos, para un 13 por ciento de crecimiento en relación con igual etapa precedente. En la temporada de mucho calor los rendimientos disminuyen, por lo que en el segundo semestre se esperaba obtener 1.000.000 de toneladas.

Al explicar a los parlamentarios cubanos el desempeño de la actividad durante la etapa, Adolfo Rodríguez, jefe del Grupo Nacional de la Agricultura Urbana, consideró como principales logros la cosecha de más de tres millones de toneladas de hortalizas y condimentos frescos. Ese sector brinda actualmente empleo a 326.000 personas, entre ellos muchas mujeres y jóvenes.

El informe económico oficial correspondiente a 2003 indicó que la agricultura urbana se ha consolidado como una experiencia de alto significado para la producción de alimentos sanos y la provisión de empleos productivos y socialmente muy útiles. Al hacer una comparación con 1993, se recordó ante los parlamentarios cubanos que en ese año esa modalidad apenas existía, y que durante 2003 alcanzó un total de 3.700.000 toneladas de alimentos.

De acuerdo con Rodríguez, ese plan beneficia al 75 por ciento de la población del país, residente en zonas urbanas o suburbanas, gracias a todo un movimiento político en el cual ha sido vital la integración y el apoyo de instituciones y organizaciones diversas. Asimismo, informó que existen más de 300.000 productores y 536.000 familias vinculadas a los llamados patios productivos.

Aunque en general este proyecto alimentario marcha favorablemente, las inspecciones periódicas que realiza el Grupo Nacional de Agricultura Urbana arrojan en algunos territorios pocas rotaciones de los cultivos, pobre utilización de los espacios libres cultivables, enyerbamiento y un insuficiente abastecimiento a escuelas y círculos infantiles, este último identificado como su objetivo primordial.

En los debates parlamentarios sobre el tema, el vicepresidente cubano explicó a los diputados que antes de fijar un precio a los alimentos del agro se deben analizar los costos de producción y llamó a velar para que no se cree un desestímulo a la producción de hortalizas y condimentos.

Lage precisó que los organopónicos no tienen intermediarios en la comercialización, pues venden directamente al pueblo, incluso en muchos lugares a precios 20 por ciento más barato, pero hay que lograr bajar los precios de la forma más adecuada, sin precipitarse, advirtió.

En el análisis de los principales resultados de la agricultura urbana en la última década, Alfredo Jordán, titular del ramo, reconoció que en materia de alimentos falta mucho por hacer, aunque en la totalidad de las localidades del país se ha mantenido y diversificado la oferta de alimentos en todos los meses del año, y de que hay avances en los 28 subprogramas de cultivos, pecuarios y de apoyo, que se desarrollan dentro de esta modalidad productiva.

Al hacer los pronósticos para 2004, el gobierno espera se logre un aumento en la producción agropecuaria no cañera de 3,7 por ciento. Esto responderá al programa de inversiones para extender las áreas bajo riego con empleo de la electricidad en sustitución del combustible diesel.

En tales condiciones, estiman, deberán crecer un buen número de producciones básicas entre las que se encuentran las viandas, las hortalizas, los frijoles, el café, el plátano y la carne de cerdo, así como la entrega de leche a la industria.

ÉPOCA DE CAMBIOS

La agricultura de la mayor de las Antillas evidencia una disminución en los productos de importación necesarios para su desarrollo, aseguran fuentes oficiales. Aunque fueron las circunstancias de la economía las que dictaron esa línea, esta fue aprovechada posteriormente en los intentos de hacerla sostenible y ecológica. Las cifras muestran los cambios experimentados en algunos renglones:

– De un consumo de diesel de 530.800 toneladas métricas en 1989, los pronósticos para 2003 apuntaban a 170.000 toneladas.

– De un consumo de fertilizantes de 890.400 toneladas métricas en 1989 a un estimado de 81.100 toneladas en 2003.

– La agricultura empleó en 1990 unas 21.000 toneladas de productos químicos, mientras se calculaba no sobrepasar las 1.900 en 2003.

COMERCIO EXTERIOR: PERSISTE EL DESBALANCE

Hace unos años, el comercio exterior cubano se veía reducido a los renglones tradicionales: azúcar, níquel, tabaco y ron, entre los más significativos. Pero, la necesidad de generar ingresos adicionales ante la baja de los precios en el mercado mundial y el desplome de la industria azucarera obligaron a las autoridades cubanas a buscar nuevas fuentes de ingresos.

Esa estrategia marchó, por ejemplo, a la par del desarrollo de la biotecnología y la industria médico-farmacéutica, cuyo potencial exportador pudiera reportarle a la isla cientos de millones, según analistas. [15]

Materiales de construcción, confecciones, combinadas para el corte mecanizado de la caña, entre otros, comenzaron a dar una luz, aunque pálida aún, de la diversificación de las exportaciones.

Todo ello tiene como fin disminuir el desbalance favorable a las importaciones en el comercio exterior. Fuentes oficiales previeron en noviembre concluir 2003 con niveles de intercambio externo similares a 2002, cuando el comercio exterior se movió en el orden de los 5.575 millones de dólares.

Durante 2002, las importaciones estuvieron alrededor de 3.000 millones de dólares por encima de las ventas, señalan las estadísticas.

Al cierre del año, los datos oficiales revelaron que durante 2003 las importaciones tuvieron nuevamente primacía en el intercambio comercial, pero “continuó realizándose bajo la premisa de lograr una mayor racionalidad”. Las compras fueron realizadas bajo el precepto de oportunidad y precios más favorables en múltiples casos, especialmente en alimentos.

El informe económico de cierre de año reveló que mientras las importaciones crecieron un 13,4 por ciento, las exportaciones lo hicieron en 14,1 por ciento. En estos incrementos destacan el níquel, con buenos precios en el último trimestre de 2003, y el tabaco torcido, cuyo mercado mundial se encuentra en proceso de recuperación tras una contracción de casi tres años.

Las autoridades señalaron que durante la etapa experimentaron un crecimiento las ventas al exterior de productos no tradicionales, aunque reconocieron que hasta el momento sólo ocupan el 23,6 por ciento del total de las exportaciones de la isla.

El titular de Comercio Exterior, Raúl de la Nuez, señaló en noviembre que su país tiene bien definidas sus prioridades para el intercambio comercial externo y enumeró las principales misiones de su cartera: producir más para exportar, diversificar la canasta exportable, aumentar la competitividad y alcanzar paulatinamente el equilibrio de la balanza comercial de Cuba con el exterior.

Según datos de noviembre, Cuba mantiene un intercambio comercial con unos 170 países. A diferencia de años anteriores, y en lo que pudiera considerarse el progreso más importante del comercio externo, han crecido las exportaciones de servicios, que actualmente representan más del 50 por ciento de los ingresos por ventas.

Productos exportables. En declaraciones a la prensa, el vicetitular del Ministerio del Comercio Exterior (MINCEX), Pedro Luis Padrón, señaló que el peso de las exportaciones recayó en 2002 aproximadamente en un 28 por ciento en el azúcar crudo y las mieles de caña, mientras que el níquel -que se exporta como sínter, óxido y sulfuro de níquel—, constituye cerca del 30 por ciento.

Le sigue en importancia el tabaco, en sus variedades en rama, torcido y cigarrillos, que a pesar de la contracción del mercado en los últimos tiempos se alza como el tercer producto en importancia. Ese rubro significa entre 10 y 16 por ciento de las exportaciones, en dependencia de la demanda y la producción de la isla, frecuentemente afectada por fenómenos climatológicos en la zona occidental, donde se concentra el grueso de las siembras.

La lista de rubros de exportación incluye también los productos de la industria pesquera, entre ellos los pescados y mariscos frescos, congelados y en conserva, con un peso de alrededor de cinco por ciento en el total

Fuentes oficiales indican que aunque últimamente se abren espacio en el mercado los productos agrícolas – frutas frescas a Europa, por ejemplo—, su papel es aún pequeño, con sólo dos por ciento en el monto general de las ventas externas.

Los cítricos, las conservas de frutas y vegetales, las bebidas alcohólicas, los productos medicinales y farmacéuticos, el hierro, el acero y el cemento, también incursionan ya en plazas internacionales, representando entre el 16 y el 19 por ciento del conjunto de las exportaciones.

Mercados. Las estadísticas del MINCEX indican que el principal mercado de los productos cubanos es Europa, con cerca del 41 por ciento en 2002 y gran peso en países de la Unión Europea (entre el 81 y el 34 por ciento del total), mientras que América sigue adquiriendo peso como destino desde 2001 y se esperaba que al cierre de 2003 su posición rondara el 40 por ciento.

Esa estructura podría tener un cambio radical de levantarse las prohibiciones vigentes en el comercio entre Cuba y Estados Unidos. Los empresarios estadounidenses estarían seguramente interesados en las compras de habanos, de gran demanda en ese mercado, así como de níquel. Sin embargo, ese paso está a todas luces muy lejano. La administración estadounidense obliga, por ejemplo, a Japón a certificar bajo juramento que el acero de los autos que vende a Estados Unidos no contiene níquel cubano, de acuerdo con fuentes del Ministerio cubano de Relaciones Exteriores.

De momento, Europa y América acaparan alrededor del 80 por ciento de las exportaciones de la isla, mientras que Asia, África y Oceanía, en ese orden, reciben el por ciento restante de las exportaciones cubanas.

El grueso mayor de las exportaciones cubanas va habitualmente a los mercados de Rusia, Holanda, Canadá, España y China, aunque el primer socio comercial de Cuba desde 2001 es Venezuela, que desplazó a un segundo lugar a España, seguida de China, Canadá, Rusia, Holanda, Francia, México, Italia y Brasil. Al cierre de 2003 España podría volver a ocupar el primer lugar como socio comercial de Cuba.

Importaciones. El peso de las importaciones se mantiene en los combustibles, los alimentos y los productos químicos. Dentro de los alimentos, la carne, la leche en polvo, el trigo, el arroz, la harina de trigo y los aceites refinados son los que más se adquieren. Los principales suministradores acostumbran a ser Venezuela, España, China, Canadá, Italia, México, Francia, Brasil, Alemania y Rusia.

Las autoridades de la isla le otorgan gran importancia a los vínculos económicos con América Latina y el Caribe, y han firmado doce acuerdos de preferencia comercial con naciones de Latinoamérica y uno de comercio y cooperación económica con la Comunidad del Caribe (CARICOM). Esos convenios incluyen a toda América del Sur, México y gran parte del Caribe. En cuanto a Centroamérica, hay un acuerdo rubricado con Guatemala y se negoció otro con Honduras.

Algunos cambios políticos en Latinoamérica pudieran tener repercusión inmediata en las relaciones comerciales con naciones de la región. Uno de ellos es el caso de Brasil, país con el cual Cuba firmó a finales de septiembre 12 acuerdos, durante la visita del presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva a la isla.

A raíz de ese viaje, observadores señalaron que los documentos, suscritos ante la presencia del presidente cubano Fidel Castro y su homólogo brasileño, facilitarán los negocios en diversas áreas de interés común, entre ellas la agricultura, el turismo, la pesca y la industria, así como la colaboración en investigaciones científico-técnicas, protección del medio ambiente, la salud y la educación.

Actualmente, empresarios brasileños están presentes en siete empresas en la isla, entre ellas una dedicada a la producción de cigarrillos, otra a la fabricación de autobuses, mientras una tercera, la Biocen Brasil, es una entidad mixta que elabora productos y equipos médicos y farmacéuticos. El saldo actual de la balanza comercial es favorable a Brasil, que exporta a la isla alimentos, carrocerías y chasis de autobuses, entre otros productos, mientras le compra a Cuba níquel, cemento, agentes inmunizantes, insecticidas y tabaco. [16]

La visita a la isla del canciller de Argentina, por otra parte, dio fe de una mejoría sustancial en las hasta hace poco muy deterioradas relaciones entre las dos naciones y también abrió un espacio para el comercio. La primera expresión de la nueva etapa en los vínculos fue la compra a esa nación sudamericana de 50.000 toneladas de trigo, durante la Feria Internacional de La Habana, en noviembre último.

En el caso de Venezuela, Cuba sigue adquiriendo una parte importante del petróleo que requiere en ese mercado – 53.000 barriles diarios—, lo que ubica a esa nación entre los primeros socios comerciales de la isla. [17]

Mención aparte merece China, en la zona de Asia. El 15 de diciembre se inició en Shangai la construcción de un hotel conjunto, el primero de un proyecto de dos que comprende la edificación de otro en La Habana. La ceremonia contó con la presencia del ministro de Gobierno cubano, Ricardo Cabrisas, quien asistió los días 23 y 24 a la XVI Sesión Intergubernamental para las Relaciones Económicas y Comerciales entre ambas naciones.

El Acta final, firmada por Cabrisas y la viceministra china Ma Xiuhong, señala que las dos partes realizaron un balance de los avances alcanzados durante 2003 en las relaciones económicas y comerciales bilaterales y coincidieron en que existe un potencial incalculable para el desarrollo de la cooperación económica mutua. Las partes precisaron que los dos países no sólo deben aspirar al incremento de los intercambios comerciales, sino también a la creación de sólidas asociaciones de producción en sectores clave para ambas economías, como existen ya en la electrónica, las telecomunicaciones, la biotecnología y el turismo.

Referido a este último sector, el 23 de julio de 2003 fue suscrito un memorando de entendimiento entre el Ministerio de Turismo de Cuba y la Administración Nacional de Turismo de China, sobre la concesión del Status de Destino Turístico del Gobierno (Approved Destination Status), que permitirá instrumentar los viajes de visitantes chinos al archipiélago caribeño. Con esa categoría, se esperaba que la cifra de visitantes chinos alcanzara los 20.000 en 2003 contra 6.000 en el año precedente. Sin embargo, analistas consideran que, dado el potencial de visitantes asiáticos, la cifra de 20.000 es baja para tener un efecto notable en la industria sin humo de la isla.

CUBA-EE.UU.: LOS ÚLTIMOS SERÁN LOS PRIMEROS

Nuevamente se confirman sabias las viejas escrituras. Aunque llegaron de últimos al pastel que es Cuba, tras haberse establecido en la isla firmas de muchos países, los empresarios estadounidenses ha pasado a ocupar un plano muy importante en el comercio exterior cubano, pese a que las leyes de su país sólo toleran el intercambio unidireccional hacia la mayor de las Antillas y por ningún motivo acepten que productos con sello Hecho en Cuba traspasen sus fronteras.

Las compras cubanas de productos agroalimentarios procedentes de Estados Unidos comenzaron a finales de 2001, cuando —tras el paso por la isla de un devastador huracán—, la Casa Blanca autorizó a compañías del país norteño a vender sus productos a Cuba.

Por si fuera poco, la mayor de las Antillas tampoco puede utilizar su propia flota mercante para transportar los productos comprados, además de que se deben cumplir complejos trámites burocráticos para la obtención de las licencias.

En reiteradas ocasiones La Habana se ha quejado de que al comercio les son impuestas condiciones desventajosas para su país, entre ellas que debe pagar al contado, sin derecho a crédito y a través de bancos de terceros países. [18]

Al cierre de 2003 el valor de los productos contratados asciende a 691 millones de dólares, de acuerdo con cifras reveladas por Pedro Álvarez, director de la empresa importadora Alimport, responsabilizada con las compras al vecino del norte.

En los 25 meses transcurridos desde el inicio de las compras, Cuba ha importado 2 millones 227.000 toneladas de productos y ha pagado en efectivo, y sin retraso, 527 millones de dólares subrayó el ejecutivo el 31 de diciembre.

Esas cifras indican que la isla, pese a los términos desfavorables —dado el precio y los montos de fletes— ha aprovechado el filón que le permite hacer un uso más racional de las escasas reservas de dinero en manos de las autoridades locales.

Aun así, el 30 de septiembre Álvarez afirmó que Cuba perdió cerca de 10 millones de dólares en los cambios de moneda a través de bancos europeos, para poder pagar a los productores estadounidenses. La causa de estas pérdidas, insiste Cuba, radica en que el embargo de Washington obliga a La Habana a pasar sus dólares a euros y luego a la primera moneda. El director de la compañía estatal importadora de alimentos de la isla indicó que esos 10 millones de dólares perdidos podrían haber beneficiado a los propios productores estadounidenses si se hubieran podido invertir en nuevas compras.

Analistas señalan que la posibilidad de adquirir productos en el mercado estadounidense, el más cercano y de mayor potencialidad, ha desplazado a tradicionales suministradores. Actualmente, Cuba compra a Estados Unidos el 30 por ciento de sus alimentos, un mercado de 1.000 millones de dólares según cálculos especializados y anuncios oficiales.

“Si las restricciones se levantaran e incluso se permite el turismo, se tendría más dinero para comprarle” a la nación norteña, pronosticó Álvarez. A su juicio, “la cifra (del intercambio) crecería como en un elevador”.

Según aseveró, Cuba podría llegar a adquirir en ese mercado hasta el 60 por ciento de los alimentos que necesita anualmente. [19]

El interés de los empresarios estadounidenses ha estado en evidencia durante todo el año, con el constante ir y venir de personas procedentes de esa nación.

Durante la firma de un acuerdo para la utilización del puerto de Mobile, en Alabama, para el traslado de los productos adquiridos por la isla en la nación norteña, María Conchita Méndez, funcionaria de la principal rada de ese estado norteamericano cuestionó la política de restricciones hacia la isla, cuando existe un comercio normal con países como China y Vietnam. “Estados Unidos tiene comercio con China y Vietnam, países en los que perdimos 57.000 vidas y hasta hace poco México tenía un sistema unipartidista. Cuba está a 90 millas. Ha llegado la hora de levantar las barreras, la guerra fría ya se acabó”, dijo.

La presencia de empresarios estadounidenses, fundamentalmente de productores agrícolas y suministradores de alimentos, fue notable en la Feria Internacional de La Habana, cuando otros tradicionales socios de la isla se ausentaron. Setenta y una compañías estadounidenses se dieron cita en la bolsa comercial, distribuidas en 26 stands de exhibición, con la participación total de 153 empresarios.

Los hombres de negocios de la nación norteamericana expresaron su satisfacción por las posibilidades de vender sus productos a Cuba. Marvin Lehrer, director para América Latina y el Caribe de la Federación de Arroceros de los Estados Unidos, expresó en conferencia de prensa que “ya es hora de que vengan otros colegas para que vean las posibilidades de invertir y hacer negocios en esta isla”. A su juicio, “hay que abrir definitivamente el mercado, hay que acabar con el bloqueo”.

Al inicio de las jornadas de la bolsa comercial, Pedro Álvarez, director de Alimport, indicó que se esperaban contratos de compra por “más de 100 millones de dólares” en la semana de exhibición y adelantó que, aun cuando se rubricarían con otras naciones, los estadounidenses se llevarían la mayor parte. [20]

Aunque la Feria Internacional de La Habana, en noviembre de 2003, marcó un momento importante en los vínculos con empresas de Estados Unidos, todo el año estuvo caracterizado por el constante ir y venir de hombres de negocios de esa procedencia. Se calcula que unas 300 delegaciones estadounidenses visitaron la isla en 2003.

Votos por la normalización. La mayoría de ellos, hace declaraciones favorables al incremento de los vínculos comerciales y la eliminación de las actuales restricciones que obstaculizan el intercambio y contradicen la postura oficial estadounidense sobre el libre comercio.

Durante agosto los visitantes de Alabama no fueron los únicos estadounidenses con intereses comerciales que viajaron a la isla. Ganaderos del estado de Florida dijeron el 14 de agosto en la capital cubana que quien intente entorpecer las promisorias e incipientes relaciones comerciales entre Estados Unidos y Cuba “estará pretendiendo ahogar de hambre a los pobladores” de la isla. [21]

Tales pronunciamientos salieron a la luz durante una conferencia de prensa a raíz del nuevo arribo de ganado en pie a la isla. Según trascendidos, el 24 de julio llegaron a Cuba 407 cabezas de ganado procedentes de Port Everglades y Jacksonville, en Florida.

En los encuentros celebrados por los representantes de ambos países, todos abogaron por el desarrollo de relaciones normales y por un futuro de paz y amistad entre Washington y La Habana. “Tengo la clara impresión, como hombre de negocios, que entre Cuba y Estados Unidos existen muchas más similitudes que diferencias”, afirmó en la rueda de prensa John Park Wright, presidente de la compañía proveedora de parte del ganado vendido a la isla.

Para Wright, bajo las leyes de su país le asiste todo el derecho para comerciar con la isla, pese a que ambas naciones no mantienen vínculos desde 1961. “Los hombres de negocios de Estados Unidos están tratando de hacer negocios con Cuba”, añadió Wright y aseguró que al regreso a su país hablaría con los congresistas para que “entiendan la necesidad de restablecer las relaciones políticas” y para hacerlos desistir de lo que consideró una “tontería”, en alusión al bloqueo.

Según sostuvo entonces Álvarez, los productores y agricultores estadounidenses podrían abastecer el 60 por ciento de las necesidades de la nación caribeña y reveló que su país se encuentra entre los primeros cinco importadores de productos agrícolas estadounidenses, pese a las restricciones que supone el bloqueo comercial que Washington mantiene sobre La Habana por más de 40 años y que, según la isla, ha causado pérdidas económicas por más de 72.000 millones de dólares.

En octubre, Cuba contrató la compra de 250 cabezas de ganado a criadores de la Florida, al sur de los Estados Unidos, en lo que constituye la primera transacción de ese tipo con ese estado norteamericano desde la imposición del bloqueo estadounidense en 1962. La transacción comercial acordada por Álvarez y Park Wright, presidente de la compañía homónima, garantizaba el embarque de 241 vacas y nueve toros.

En sus declaraciones, el funcionario precisó que con estas adquisiciones se intentaría determinar cuál híbrido bovino se adapta mejor al clima de la nación caribeña. Anunció, además, que “estamos preparando las condiciones para pasar, en el momento adecuado, a realizar compras importantes de este renglón en el mercado norteamericano”. Según dijo, de no existir las restricciones actuales, la isla estaría en capacidad de adquirir hasta 100.000 cabezas de ganado en Estados Unidos.

Por su parte, Parke Wright, primer empresario de la Florida que vende reses a Cuba desde el inicio del bloqueo económico de Washington a La Habana, calificó de momento histórico la reanudación del suministro ganadero desde la Florida al país antillano. Ese día, cuando se firmó también un convenio por ocho millones de dólares para maíz y frijol con la empresa F.C.Stone, los senadores Nancy Boettger y Matt McCoy convinieron en trabajar para que se levanten las restricciones al comercio con la isla.

Durante una conferencia de prensa los senadores respondieron a preguntas sobre la posición expresada por el republicano por Minnesota, Norm Coleman, quien afirmó tras una visita a la isla que no era el momento para levantar las sanciones a La Habana. “Yo represento a los productores, la política se la dejo a los políticos”, dijo Chris Aberle, representante de F.C.Stone. Teresa Wahlert, presidenta de la Cámara de Comercio de Des Moines, Iowa, indicó que las 1.700 compañías miembros de su organización estaban deseosas de buscar posibilidades en Cuba. Para Wahlert, “este puede ser el caso en que lo económico mueva a lo político”.

El 19 de noviembre de 2003, en un nuevo paso en los vínculos entre Cuba y Estados Unidos, fue firmado entre La Habana y el puerto norteamericano de Manatee, Tampa, un memorando de entendimiento para el establecimiento de una ruta marítima entre las dos naciones. Según trascendió, el primer paso de ese acuerdo sería el envío, a inicios de 2004, del primer lote de ganado comprado por la isla a la Florida en más de 40 años.

“El objetivo es incrementar el volumen de cargas a través de Manatee, por donde ya han entrado (a Cuba) importantes embarques de fertilizantes”, dijo Álvarez tras rubricar el documento junto a David McDonald, director ejecutivo de esa rada estadounidense.

Por su parte, Joe McClash, presidente de la Autoridad Portuaria de Manatee, abogó por nexos comerciales más frecuentes en un futuro cercano, gracias a las “relaciones de coexistencia pacífica” entre dos pueblos vecinos.

Según los datos revelados en agosto por el Consejo Económico y Comercial Estados Unidos-Cuba —entidad comercial sobre asuntos cubanos, con sede en Nueva Cork—, las operaciones comerciales entre enero y junio de 2003 representaron un incremento del 40 por ciento en relación con el mismo período del año pasado, lo que sitúa a la isla en el lugar 28 de los países con más volumen de adquisición de bienes alimentarios del mercado estadounidense.

La fuente indica que el aumento semestral se registró a pesar de que durante junio las ventas experimentaron un ligero descenso, con sólo 12.900.000 dólares contra 17.900.000 dólares en igual período de 2002. Según John S. Kavulich, presidente del Consejo, “hubo una ligera lentitud de operaciones en junio, pero el curso general de las operaciones se mantiene inalterable”.

El ejecutivo atribuyó el descenso de junio a “razones operativas y fluctuaciones de los precios de algunas mercancías”, y descartó que se tratara de alguna “interferencia política”. Para Kavulich, “este (2003) va a ser un año muy superior en ventas a todos los anteriores”.

La información ofrecida por el Consejo se vale de varias fuentes, incluidos los departamentos de Agricultura y Comercio de Estados Unidos. Aunque las cifras de los dos últimos meses son aún extraoficiales, el Consejo calcula que desde que comenzaron las ventas en 2001 el total de operaciones es de unos 250 millones.

Datos del consejo revelan que, hasta agosto, el mes de mayor intensidad de compras en esta breve historia comercial ha sido hasta ahora abril de 2003, con 24.570.000 dólares. El pasado año el gobierno cubano desembolsó 138.600.000 dólares para estas operaciones.

Nubes en el horizonte. Tanto como apoyo, las compras han despertado ojeriza en círculos políticos estadounidenses. La más poderosa organización del exilio opuesta al gobierno de Fidel Castro la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), sostiene que los esfuerzos comerciales de Cuba respecto a Estados Unidos no son más que “una operación política”.

Cuba “quiere comprar la conciencia del pueblo norteamericano”, declaró Joe García, director ejecutivo de la FNCA. A su juicio, “esta es una descarada maniobra para ganar los votos de congresistas opuestos al embargo, no un acto de beneficio del cubano de a pie… la mesa de la población cubana no ha mejorado en tres años a pesar de estas compras”.

Por su parte, La Habana dejó clara su postura al respecto en una nota oficial emitida el lunes 24 de noviembre. En ese texto las autoridades cubanas desautorizaron al viceministro de Relaciones Exteriores, Ángel Dalmau, quien en entrevista a la agencia France Presse dijo que las compras tenían un carácter político.

La nota señaló que el funcionario “aunque actuó de buena fe, no está autorizado para hacer declaraciones de este tipo sobre el tema en cuestión” y agregó que las palabras de Dalmau no interpretaban “correctamente los objetivos del gobierno de Cuba”.

En la entrevista, Dalmau aseveró que su país no iba a “realizar todas sus compras en un solo mercado. Eso sería un suicidio político. Ya tuvimos todos los huevos en la canasta de la economía estadounidense, antes de la revolución, y luego por voluntad propia los pusimos todos en la canasta del campo socialista. O sea que, en un siglo, perdimos los huevos dos veces”.

El texto oficial cubano concluyó con el argumento de que las compras a Estados Unidos, “surgieron de una situación imprevista y ante una posibilidad limitada y precaria. El objetivo de nuestra política, más allá del cese de un bloqueo cruel y absurdo que dura ya casi medio siglo y al cual se opone la inmensa mayoría de los países del mundo, es el establecimiento de relaciones tanto económicas como científicas y culturales mutuamente convenientes para ambos pueblos.

A la vez, Cuba persigue “el absoluto respeto a la independencia, la soberanía plena y la dignidad del pueblo cubano” por constituir un “derecho que ha sabido ganarse con su resistencia invencible y su heroísmo”.

Broche de oro. Para concluir 2003 por lo alto en los vínculos comerciales, representantes de la empresa cubana Alimport y firmas estadounidenses suscribieron nuevos acuerdos para la compra de alimentos.

En un encuentro de tres días convocado por La Habana para celebrar el segundo aniversario de la llegada de los primeros embarques de la nación norteña desde los años 60s, participaron más de 250 empresarios de Estados Unidos.

Sólo en el primer día de la cita, el 15 de diciembre, se firmaron contratos por un valor aproximado de seis millones de dólares. Al cierre del encuentro, el monto de los convenios ascendió a más de 80 millones. Importantes compañías presentes expresaron el interés de no sólo suministrar productos agrícolas y alimentos, sino de convertirse también en socios para invertir en la isla, algo que prohíben las legislaciones de su país.

Al intercambio asistieron los Comisionados de Agricultura de Alabama, Dakota del Norte y Virginia, la Secretaria de Agricultura de Iowa, altos ejecutivos de asociaciones de productores y exportadores agrícolas, compañías productoras, comercializadoras, navieras y de consultoría. [22]

CERO CAMBIOS

De acuerdo con el Consejo Económico y Comercial Estados Unidos-Cuba, organización sin fines de lucro radicada en Nueva York, una encuesta realizada entre enero de 2002 e igual mes de 2003 arrojó que el 94 por ciento de los ejecutivos de las empresas estadounidenses que ha realizado operaciones comerciales con la isla se declaró opuesto a los cambios en las bases actuales del comercio, que establecen el pago al contado y la prohibición de los créditos originados en Estados Unidos.

Igual criterio ofreció el 96 por ciento de quienes en el futuro pretenden comerciar con la mayor de las Antillas.

El hecho de que, desde septiembre de 2002, Cuba ha experimentado un sistemático déficit de divisas que ha provocado atrasos crónicos en los pagos e impagos de la deuda comercial, las compañías estadounidenses han pedido a miembros del Congreso de su país y representantes de organizaciones allí radicadas que cesen en sus esfuerzos por cambiar las actuales bases del comercio, indica el consejo.

Además de la ausencia de riesgo en los pagos, la República de Cuba se ha convertido en uno de los mercados más seguros del mundo para las compañías estadounidenses.

De acuerdo con John Kavulich, presidente del Consejo, la nación caribeña “es en la actualidad uno de los mercados de exportación más seguros del mundo para las empresas estadounidenses, porque la ley requiere que las transacciones sean exclusivamente en efectivo” por lo que “no hay riesgo en la exportación a Cuba. Ningún otro país del mundo que negocia con Cuba puede decir eso”.

ALGUNAS ESTADÍSTICAS SELECCIONADAS

COMPARACIÓN DE LAS VENTAS 2002-2003

(dólares estadounidenses)

Mes 2002 2003 Por ciento
Enero  9.923.921 16.839.261 +69,68
Febrero 13.731.785  9.036.865  -34,19
Marzo  7.889.428 17.508.552  +121

Fuente: Consejo Económico-Comercial Estados Unidos-Cuba.

CUBA EN EXPORTACIONES DE ESTADOS UNIDOS

Período Monto (dólares USA) Posición en exportaciones de EE.UU.
Marzo 2003  17.508.552 38 de 182 países
Enero 2003  16.839.261 40 de 197
Enero-marzo 2003  44.213.092 42 de 211
Total 2002 138.034.784 50 de 226
Total 2001  4.318.906 144 de 226

Fuente: Consejo Económico-Comercial Estados Unidos-Cuba.

CUBA-UNIÓN EUROPEA: DIFERENDO DAÑA COOPERACIÓN

Las decisiones internas de carácter político adoptadas a inicios de 2003 tuvieron una repercusión en los vínculos diplomáticos y comerciales de Cuba e hicieron retroceder programas de cooperación y ayuda que beneficiaban a la isla en los más disímiles sectores.

La detención y condena de 75 opositores y el fusilamiento de tres secuestradores de una embarcación que intentaban desviarla hacia Estados Unidos, en marzo-abril de 2003, desencadenaron un rechazo internacional, tanto de enemigos como de amigos, a tal punto que analistas consideraron que al tomarse las medidas no se pensó en la ola adversa que generarían.

Aunque el gobierno cubano dijo que sus decisiones, calificadas de extremas por políticos e intelectuales de diversas corrientes, respondían a la necesidad de defenderse de una agresión externa, no pudo evitar la crítica de personalidades de relevancia internacional.

El tema de los derechos humanos se convirtió en motivo de creciente discordia, sobre todo con Europa, para la cual no se vislumbra aún una salida. Esto incidió directamente en la ayuda internacional a la isla. En marzo de 2003, donantes y funcionarios señalaron que el cese de asistencia externa a programas de desarrollo económico y social de Cuba castigaría a la población y no al gobierno.

Según indicó entonces la prensa extranjera radicada en la isla, el italiano Bruno Moro, coordinador residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Cuba, dijo que los procesos de cooperación ya no se entienden dirigidos sólo a gobiernos, sino que se hacen para alcanzar objetivos que van a la gente, por lo que menos asistencia significa llegar a menos personas.

Moro consideró entonces deseable distinguir entre las diferencias de opinión de carácter político y la necesidad de mantener la cooperación internacional. “Esto lo hemos subrayado varias veces y lo reiteramos ahora también”, recalcó.

El ejemplo más notorio fue el de Italia, nación que anunció la suspensión de un paquete de ayuda cercano a los 40 millones, que comprendía varios proyectos conjuntos, entre ellos la reparación de viviendas en el Centro Histórico de La Habana, cuyas edificaciones presentan gran deterioro constructivo.

Durante algunos meses la idea que se rechazaría cualquier colaboración procedente de la vieja Europa estuvo en el ambiente, pero sólo fue confirmada a finales de julio, cuando el presidente cubano Fidel Castro anunció que el gobierno de Cuba renunciaba “por elemental sentido de dignidad” a cualquier ayuda o resto de ayuda humanitaria que pudieran ofrecer la comisión y los gobiernos de la Unión Europea (UE).

Las autoridades dejaron abierta al menos una puerta al anunciar el mandatario el 26 de julio, durante la celebración en Santiago de Cuba del aniversario 50 a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, que “sólo la aceptaría, por modesta que fuera, de autonomías regionales o locales, organizaciones no gubernamentales y movimientos de solidaridad que no imponen condicionamientos políticos”.

Estimados oficiales cubanos sitúan en cerca de 116 millones de dólares el total de recursos financieros canalizados por la UE hacia Cuba en la última década, 66 por ciento de los cuales fueron en ayuda de tipo humanitario.

Según afirmó Castro en su extenso discurso, en 2000 la llamada ayuda humanitaria recibida de la Unión Europea ascendió a 3,6 millones de dólares; en 2001 a 8,5 millones; en 2002 a 0,6 millones. Es decir; un promedio de 4,2 millones de dólares anuales, que en 2002 se redujo a menos de un millón.

A modo de comparación, el jefe de Estado aseguró por otra parte que los pagos de su país a las naciones de la UE, por concepto de importaciones de mercancías, alcanzaron en los últimos cinco años 7.500 millones de dólares, lo que representaría unos 1.500 millones anuales. El mandatario cubano aclaró que, mientras tanto, en igual período las naciones del grupo adquirieron productos por un valor promedio de 571 millones anuales.

La polémica dentro de la isla no se hizo esperar. Muchos consideraron que el destaque que se le daba a la ayuda hacía pensar en cifras muy altas, mientras otros consideraron que el país debía preservar cada dólar que pueda ayudar a mejorar la situación de los cubanos.

Frente a las tensiones políticas, analistas recordaron que España es el primer inversionista extranjero —por la cantidad de negocios en Cuba— con participación en un centenar de asociaciones mixtas. Italia, por su parte, es el tercer socio de Cuba después de Canadá, con cerca de 50 sociedades mixtas, mientras que 56 por ciento corresponde a países de la UE.

Aunque la isla no tiene gran relevancia en el comercio internacional, Castro exhortó a los gobernantes de las naciones europeas a no olvidar que Cuba es un mercado nada despreciable de 2.000 millones de dólares anuales.

La Habana envió el viernes 1 de agosto una comunicación a las embajadas europeas y a la oficina de la Comisión Europea (CE, órgano ejecutivo de la Unión Europea) en Cuba para dar a conocer su renuncia oficial a la ayuda de la UE, según fuentes europeas en la capital de la isla. Para analistas, esa renuncia oficial confirmaba la gravedad de la crisis política que ambas partes arrastraban desde junio. La comunicación indicaba que “las implicaciones prácticas de esta medida serán precisadas oportunamente por el Ministerio para la Inversión Extranjera”.

En octubre, el canciller cubano Felipe Pérez Roque descartó que el conflicto político hubiera afectado las relaciones económicas y sostuvo que durante 2003 el comercio se mantuvo en sus niveles habituales y el flujo de turistas europeos aumentó en siete por ciento, lo que atribuyó a la simpatía y al respeto por Cuba en Europa.

Sin embargo, la Feria Internacional de La Habana, a inicios de noviembre, evidenció una situación preocupante. De la bolsa se ausentaron varios pabellones de los Quince, entre ellos, Italia, comúnmente muy representada. Tampoco asistió la Unión Europea, mientras otras naciones del viejo continente como Alemania, Holanda, Bélgica, Francia y España sí acudieron a la cita habanera.

A pesar de la tirantez, la Comisión Europea dijo en octubre que la UE mantenía la cooperación en Cuba con fondos que se destinaban a través de organizaciones no gubernamentales (ONG) europeas.

Citando fuentes de la comisión, agencias de prensa revelaron que la financiación de estos 35 proyectos en curso estaba supeditada “a qué va a pasar con las posibilidades de monitoreo de estos”. La Comisión Europea cofinancia estos proyectos con una media de 500.000 euros a cada uno a través de varias ONGs europeas que trabajan con contrapartes cubanas.

Voluntad de diálogo. Aun en medio de la crisis actual entre Cuba y la Unión Europea, este bloque mantiene la voluntad de diálogo político y de cooperación, aseguró su encargado de negocios en el país caribeño, Sven Kühn von Burgsdorff. “Es una decisión soberana del estado cubano”, admitió el diplomático, quien sostuvo que, si bien Cuba rechazó los contactos directos con los funcionarios europeos, “hay posibilidades de cooperación, aunque a través de mecanismos diferentes”.

En declaraciones a la prensa, el funcionario europeo señaló que estaban “identificando las posibilidades, buscando medidas operacionales que nos permitan continuar la cooperación con Cuba”.

Fuentes europeas señalaron que el valor de los proyectos cancelados por decisión del gobierno cubano asciende a 16 millones de dólares. En tanto, proseguían 22 proyectos con organizaciones no gubernamentales por unos 15 millones de dólares.

Unas 20 ONGs europeas operan en Cuba en la actualidad, aunque algunas comenzaron en los últimos meses a reajustar su actividad, debido al parecer a presiones en sus países de origen por sectores descontentos con la situación en la isla. Las fundaciones HIVOS y Príncipe Claus, de Holanda, así como Afa, de Francia, por ejemplo, retiraron en conjunto más de 200.000 dólares comprometidos para la octava Bienal de Artes Plásticas, celebrada en noviembre y diciembre.

En tanto, Alemania desistió de participar, como país invitado, en la Feria del Libro de enero de 2004. “Cada país decide lo que quiere hacer con los fondos propios (…) Esas son decisiones individuales de los estados miembros”, afirmó Von Burgsdorff.

A su vez, las autoridades cubanas cancelaron un proyecto de la CE de 3,3 millones de dólares, destinado a apoyar la participación en ferias comerciales de empresarios cubanos y la promoción de inversiones, entre otros objetivos.

Aunque en los últimos dos años hay un incremento de las compras a Estados Unidos, a raíz del levantamiento de las prohibiciones en materia de alimentos y medicamentos, alrededor de 34 por ciento del intercambio comercial de Cuba con el mundo se concentra en países de la UE, que también es un importante inversionista en la isla y la región que más turistas emite hacia la mayor de las Antillas.

Trascendidos dijeron en diciembre que la Cancillería había sostenido en noviembre conversaciones con representantes europeos para buscar una forma de limar las asperezas actuales. Para ello, Cuba enumeró algunas de las condiciones que se le piden y que estaría dispuesta a cumplir. Las versiones aseguran que el canciller cubano Felipe Pérez Roque sugirió que si la UE “rectifica su posición de invitar a disidentes, aunque sea de forma no oficial, Cuba podría proponer alguna apertura”. Esa postura contemplaría “restablecer el diálogo político, incluido el de derechos humanos”, así como cumplir una “moratoria indefinida de la pena de muerte hacia una eventual abolición” de esta.

Además, contemplaría la “disposición de firmar una convención de la ONU sobre los derechos económicos y sociales”, y la “disposición de permitir a los enviados europeos visitar prisiones, incluso aquellas donde hay prisioneros políticos”, habría dicho el ministro, según las fuentes.

Adiós a Cotonou. Otra de las consecuencias de las medidas de La Habana relacionada con la UE fue la decisión adoptada el 30 de abril por la Comisión Europea de posponer indefinidamente la petición de ingreso al Acuerdo de Cotonou para la cooperación entre la Unión Europea y el Grupo de Países de África, Caribe y Pacífico (ACP). A su vez, Cuba retiró otra vez en mayo la solicitud de adhesión a ese convenio.

Al respecto, la Cancillería de la isla indicó que la decisión de la comisión “había dejado en un limbo la solicitud de Cuba y pretendía ejercer presión sobre nuestro país, estableciendo condicionamientos inaceptables y adoptando una posición injerencista en los asuntos internos” de la mayor de las Antillas.

El canciller cubano aseguró que su país había pedido el acceso al Acuerdo de Cotonou “a solicitud de los países caribeños” del Grupo ACP y no pensando “en la ayuda ni en el dinero europeo”.

La Habana había presentado en enero de 2003 su nuevo pedido de adhesión al convenio, por el cual la UE prevé transferir 13.500 millones de euros (unos 15.600 millones de dólares) desde 2003 hasta 2008 a sus 77 ex colonias que integran el Grupo ACP. Cuba es miembro de ACP y observador de las negociaciones iniciadas en septiembre pasado para llegar a acuerdos de liberalización comercial que sustituyan progresivamente los fondos de cooperación que la UE destina a los países más pobres del mundo.

El gobierno de Fidel Castro había retirado en abril de 2000 una solicitud de incorporación a ese Acuerdo de Cotonou, firmado ese año en la meridional ciudad de Benín de la cual tomó el nombre y por medio del cual la UE otorga preferencias comerciales, financieras y asistenciales a todo el Grupo de ACP, excepto Cuba.

Según trascendió, analistas consideraron que la isla pudo optar por una respuesta menos drástica y evitar un segundo portazo a las posibilidades del Acuerdo de Cotonou. “Hubiera sido preferible mantener el aplazamiento también de parte de acá, en vez de retirar una solicitud que de todas maneras tiene el respaldo del Grupo ACP”, indicó una de esas fuentes.

El gobierno cubano aclaró que deseaba “relaciones cada vez más amplias” con el bloque europeo, con el cual comparte profundos lazos históricos y culturales y de donde recibe casi un millón de turistas anualmente, pero reclamó respeto mutuo y el reconocimiento al derecho de cada parte a escoger libremente su sistema económico y social, sus instituciones y sus leyes.

Fuentes académicas indicaron que las naciones del Grupo ACP podrían sentirse frustradas por la decisión cubana de desistir por segunda ocasión de su intento de adherirse al acuerdo y opinaron que Cotonou constituye la alternativa de mayores perspectivas para institucionalizar las relaciones entre el bloque europeo y el gobierno de Castro.

INVERSIÓN EXTRANJERA: EN BUSCA DE NUEVOS HORIZONTES

Pasada la euforia inicial, cuando las autoridades cubanas dieron luz verde a la entrada de capitales foráneos, la inversión extranjera en la isla experimentó una evidente pérdida de ritmo y hasta un retroceso, al disminuir en 2003 la cifra de negocios conjuntos, comparada con la etapa precedente.

En noviembre pasado, durante el III Encuentro de Agencias de Promoción de Inversiones Cuba-Caribe celebrado en el contexto de la Feria Internacional de La Habana, el viceministro primero de Inversión Extranjera y Colaboración Económica, Ernesto Sentí, dijo que la mayor de las Antillas contaba con 360 asociaciones con capital extranjero y 231 contratos de producción o servicios cooperados y tenía suscritos 11 contratos de administración productiva y unos 50 de administración hotelera. Al cierre de 2002, se reportaban 403 empresas mixtas.

De acuerdo con otras fuentes, durante 2003 fueron aprobados solamente seis negocios conjuntos contra 24 en el año anterior. Las autorizaciones de 2002 comprendieron a capital extranjero de empresas de 13 países, fundamentalmente en los sectores de la construcción y la industria básica. El incremento en un 66 por ciento correspondió a la modalidad de los contratos de producción cooperada, según informes del Ministerio de Inversión Extranjera y Colaboración Económica.

Sentí explicó que actualmente Cuba tiene inversión extranjera en 32 actividades y el 52 por ciento de las empresas son de países europeos. La prioridad la tienen los sectores de la biotecnología, derivados de la caña de azúcar, turismo, energía y tecnología de la información, además de que se continuarán las inversiones en la pesca y las industrias alimenticia y ligera.

Actualmente los principales inversionistas en Cuba son España, Canadá e Italia, además de Francia, Reino Unido y México, entre otros. La Habana brinda amplias garantías legales y el gobierno ha firmado 62 acuerdos para la protección y promoción de las inversiones que abarcan 71 naciones, mientras con 11 acuerdos evita la doble tributación fiscal.

A inicios de 2003 se informó que desde la apertura a la inversión extranjera al cierre de 2002 habían sido autorizados 578 negocios y disueltos 175 por vencimiento de los plazos acordados contractualmente y otras causas, por lo que sumaban 5.930 millones de dólares los recursos externos comprometidos.

Durante ese año las ventas de bienes y servicios de estas asociaciones alcanzaron los 1.943.4 millones de dólares, las exportaciones, 674.6 millones y los ingresos al país, 331.5 millones. Con ello se consolidó el objetivo de reducir el tiempo promedio empleado en las etapas de negociación y aprobación de los proyectos, al concluir en 10,9 meses la primera y 38,9 días la segunda, inferiores a los registrados en el 2001. [23]

Las causas de la desaceleración de las inversiones foráneas en Cuba pudieran hallarse en las regulaciones vigentes, en el limitado mercado de la isla y en la política de embargo de Estados Unidos hacia la nación caribeña.

El 31 de diciembre de 2003, el viceministro del MINVEC, Eduardo Santos, dijo que Cuba había cerrado el año con una cartera cercana a los 700 proyectos de colaboración con instituciones foráneas, por un monto de 230 millones de dólares. Santos explicó que con ellos se benefician principalmente los sectores de la educación y la salud y a los gobiernos municipales.

Según reveló, el 46 por ciento de esos proyectos están concentrados en las provincias orientales, como política de las autoridades cubanas de favorecer el desarrollo social y económico a lo largo de toda la nación caribeña. En otras regiones de la isla, explicó, se desarrollan importantes programas, entre ellos uno valorado en 10 millones de dólares, para la electrificación de sistemas riego en los territorios de Matanzas (occidente), y Ciego de Ávila (centro).

El vicetitular recordó que su país goza de confianza en el orbe, por la forma en que emplea los recursos que se les asigna, lo que ha sido reconocido en intercambios bilaterales y foros internacionales. Al respecto, destacó que China, ha mantenido importantes créditos de ayuda al desarrollo, establecidos con un período de cinco años de gracia y con bajos intereses, una modalidad no usual en el mundo actualmente.

En marzo de 2003, el diario alemán Berliner Zeitung destacó que, pese a que muchas empresas alemanas invierten de forma activa en varios países latinoamericanos, son muy pocas las que deciden hacerlo en Cuba.

Los hombres de negocios de esa nacionalidad se muestran cautelosos en el mercado cubano, a diferencia de los de otros países europeos. Esa actitud es atribuida a que los costos por salarios son más altos que en otras naciones latinoamericanas, debido a que las empresas extranjeras pagan en dólares los salarios de sus empleados al Estado y este los retribuye en pesos cubanos. Esto lleva a los empresarios a hacer erogaciones extra en dólares para los trabajadores.

Para el presidente de la Cámara Alemana-Cubana de la Industria y Comercio, Johannes Hauser, las posibilidades de desarrollo de una empresa son limitadas en un mercado pequeño de 11,2 millones de habitantes y sometido a reglamentaciones estatales.

Hauser dijo al diario, además, que el embargo impuesto a Cuba por parte de Estados Unidos ahuyenta a las firmas alemanas, que no desean dañar sus negocios con sus socios estadounidenses.

Hasta ese momento, había en la isla ocho compañías alemano-cubanas. Entre los mayores inversionistas se encuentran el consorcio automotriz Mercedes Benz, una filial de la firma turística LTU y el fabricante de gases industriales Messer Griesheim.

Cuba invierte. Observadores destacan el hecho de que, ante la ausencia de nuevas inversiones que traigan a la isla dinero fresco, tecnología y mercado —las tres premisas fundamentales para obtener el visto bueno oficial—, las autoridades cubanas han buscado alternativas para su desarrollo. Medios de prensa refieren que Cuba está promoviendo agresivamente sus inversiones que incluyen desde complejos hoteleros en Shangai y franquicias de La Bodeguita del Medio en Dubai, París y Varsovia, hasta fábricas de guayaberas en Namibia y la producción del famoso helado Coppelia en Malasia.

Al respecto, el viceministro reveló que Cuba tiene inversiones en más de 50 países y prevé ampliar sus negocios con el Caribe. De las 24 inversiones conjuntas autorizadas por La Habana el pasado año, diez fueron en otros países.

Un estudio del Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos (ICCAS) de la Universidad de Miami (UM) atribuye esa salida al exterior a las dificultades de la economía cubana para atraer y retener la inversión extranjera en los últimos años.

El profesor Jaime Suchlicki, director del ICCAS, considera que “la inversión extranjera ha caído vertiginosamente” y La Habana “está buscando opciones más rentables, seguras y atractivas. Para Cuba va siendo más ganancioso invertir fuera de la isla”, dijo el diario El Nuevo Herald.

La investigación concluye que “actualmente con más del 20 por ciento de la inversión extranjera directa buscando negocios o asociándose fuera de Cuba, y un escaso capital foráneo ingresando a la isla, las empresas administradas por el Estado se han percatado que ellas también pueden obtener mejores dividendos de su inversión en cualquier otro lugar”.

Entre las inversiones extranjeras de la isla, avaladas por la Ley 77 de 1995, están la participación del grupo turístico Cubanacán en los hoteles Paradisus Riviera, en Cancún, y el Cozumel & Resort, en la isla mexicana de Cozumel. Ese holding cubano y la firma china Suntine International Economic Trading, iniciaron en diciembre la construcción de una instalación hotelera de cinco estrellas, con 700 habitaciones, en Shangai, prevista para comenzar a operar en 2006.

Los restaurantes de la isla tiene amplia presencia en varios mercados a partir de las franquicias de La Bodeguita del Medio, La Gloria Cubana y Tocororo que ya funcionan en México, Panamá, Portugal, Italia, España, Polonia y Emiratos Árabes.

Inmobiliarias. Una de las modalidades que entró en la isla de la mano de la inversión extranjera fueron las inmobiliarias, que tuvieron su período de esplendor con la constitución de varias empresas para la construcción de edificios de viviendas y apartamentos. Luego, presuntas decisiones relacionadas con la necesidad de dar prioridad a otras regiones del país y a la periferia de la capital cubana pusieron fin a lo que en un inicio se consideró un prometedor negocio.

Si bien la incursión extranjera en esa actividad duró poco, esa etapa sirvió a la capital cubana para tener edificios modernos y confortables, y por lo general adecuados arquitectónicamente, en contraste con el desarrollo hotelero que, según expertos, no se insertó felizmente en la arquitectura urbana de La Habana.

Según especialistas, la política de restricciones se amplió en abril de 2003, con la implementación de nuevas decisiones para reducir más aún la participación y atribuciones de la parte extranjera en las empresas mixtas inmobiliarias, así como los gastos de esas empresas que, en buena parte, son cubanas. [24]

Invitación a empresarios estadounidenses. La búsqueda de nichos de mercado en el exterior no es la única salida para las autoridades cubanas. Las tácitas invitaciones a empresarios estadounidenses a la inversión, a mediados de diciembre, marcaron el camino de lo que pudiera ser una ventajosa solución, de no ser las restricciones vigentes en Estados Unidos para los vínculos con la isla.

Durante un encuentro con más de 200 hombres de negocios estadounidenses que viajaron a la Habana para asistir a un foro conmemorativo del segundo aniversario de las ventas directas a la isla, Pedro Álvarez, director de la empresa importadora cubana Alimport, declaró que “ojalá en un futuro se pueda convertir en un socio con participación en el proceso inversionista cubano”.

Según trascendió, el funcionario anfitrión comentó frente a sus invitados que era una lástima que los asistentes se alojaran en hoteles administrados por firmas europeas.

Al parecer, la eventualidad de inversiones estadounidenses fue bien acogida por los empresarios de esa nación norteña.

En declaraciones a medios internacionales de prensa, el gerente comercial de la elaboradora de granos Cargill, Thomas Rahn, consideró a la isla “un lugar bastante valioso para invertir. Hay espacio para el crecimiento. Hay un mercado sofisticado que busca alta calidad.”

Para Antonio Martínez, un consultor de una firma de Washington, el atractivo de la isla para los inversionistas estadounidenses resulta “obvio” y entre las ventajas mencionó “la cercanía geográfica, el potencial del turismo que expande el consumo y la necesidad de capital”.

Por otra parte, una nota emitida por las autoridades cubanas a inicio de diciembre indicó que las empresas petroleras estadounidenses serían bienvenidas si quisieran participar en la exploración mar adentro en sus aguas del Golfo de México.

“El gobierno de Cuba desea expresar que no existe objeción alguna a que empresas petroleras norteamericanas puedan participar en la exploración y participación de nuestra zona económica exclusiva sobre bases de beneficio mutuo”, dijo el texto el día 4 de diciembre.

Por lo pronto, todos esos deseos tendrán que esperar mientras se mantengan en pie las prohibiciones legislativas de Estados Unidos.

LA DEUDA: PEQUEÑOS MOVIMIENTOS

El tema de la deuda externa cubana, calculada en casi 11.000 millones de dólares, emitió algunas señales de salir de su habitual estancamiento, a partir de negociaciones sostenidas por las autoridades cubanas con algunos de sus principales acreedores.

Un informe de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), citado por medios internacionales de prensa, indica que los adeudos externos de la nación caribeña se mantuvieron en 2002 en un monto  similar a 2001, cuando ascendió a poco más de 10.800 millones de dólares.

De acuerdo con analistas, después de Japón, Argentina es el segundo mayor acreedor de Cuba y el primero de América Latina, seguido de México. Los restantes son España, Francia, Gran Bretaña, Italia y Alemania, naciones con las cuales desde marzo y al terminar 2003 La Habana mantenía tensas relaciones, debido a desavenencias de carácter político que estudiosos prevén impacten negativamente sobre el intercambio económico y comercial.

El 20 por ciento de la deuda total cubana se concentra en Japón, con un total que en cifras oficiales de 1999 ascendía a 2.282 millones de dólares. Le siguen España, con 10,6 por ciento de la deuda, Francia con 10,5, Gran Bretaña con 9,9, Italia con 4,3 y Alemania con dos por ciento.

Mientras tanto, en la isla el asunto está rodeado de mutismo. Algunos medios atribuyen el silencio del Banco Central de Cuba (BCC) a la difícil coyuntura del país, caracterizada por un fuerte déficit financiero. Ante esa situación, las autoridades han reiterado a sus acreedores la “voluntad política” de pagar e insisten en que se deben tener en cuenta las “presiones externas” en que se desenvuelve la economía cubana.

De acuerdo con declaraciones hechas en octubre a la prensa por Jorge Barrera, vicepresidente primero del BCC, “nosotros cumplimos con nuestros compromisos, obviamente como país pobre, en ciertos momentos tenemos dificultades”. Barrera recordó que las deudas de las entidades cubanas, incluidas las financieras, “no se borran de un día para otro”.

El embargo de cuatro décadas aplicado por Estados Unidos priva a la isla socialista de acceder al financiamiento de organismos multilaterales y regionales, como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.

“Una forma muy simple de anular una deuda de una empresa es declararse en quiebra y sencillamente sus acreedores pierden el dinero. En Cuba hasta ahora no ha habido situaciones de ese tipo”, indicó.

Entre las conversaciones efectuadas durante 2003 para tratar el asunto de la deuda estuvieron las efectuadas con Argentina, poco después del acuerdo marco firmado a fines de septiembre en La Habana con el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva.

El convenio con Brasil dejó abierta la posibilidad de ampliar la amortización de una deuda de 40 millones de dólares mediante el pago con un porcentaje de los ingresos por exportaciones cubanas a ese país.

Según fuentes diplomáticas, Cuba le debe a Argentina unos 2.000 millones de dólares. Ese monto, explicaron, data de la década de los setenta, cuando el gobierno peronista de Héctor Cámpora reabrió relaciones con Cuba y se vendieron a la isla varios lotes de autos, entre ellos Ford Falcon, Chevy, Peugeot y hasta unos Torinos.

Tras la llegada al poder del presidente Néstor Kirchner, que restableció relaciones con La Habana a nivel de embajador, el tema de la vieja deuda se puso nuevamente en movimiento. Las partes esperan resolver en un futuro cercano su diferendo en relación con el monto exacto.

Trascendidos indican que Cuba ha pedido una reducción del 75 por ciento, la misma que Argentina le solicita a sus acreedores privados. Pero fuentes diplomáticas revelaron que esa propuesta no fue recibida con buenos ojos en Buenos Aires.

En una de sus primeras declaraciones como nuevo embajador argentino en La Habana, Raúl Abraham Taleb expresó la esperanza de que la compra de trigo argentino en efectivo por parte de Cuba contribuya a despejar el camino. En declaraciones a agencias internacionales de prensa, Taleb dijo que ese era “el primer gesto de Cuba hacia la Argentina en el reinicio pleno de las relaciones diplomáticas. Espero que sea correspondido por parte de mi país”, indicó.

El diplomático afirmó que “para nosotros el intercambio comercial hoy es prácticamente inexistente. Se empieza a transitar un camino que me parece será muy bueno y que de hecho tiene un condimento muy fuerte de corte político. Hoy a Cuba le interesa el comercio”.

Sobre la deuda, Taleb dijo que a los 1.200 millones hay que sumarle los intereses, por lo que ascendería a casi 2.000 millones.

“Ellos (los cubanos) interpretan que esa deuda por ahora no se puede pagar, que eso sería pagarla a costa del sacrificio del pueblo cubano”, agregó.

El ex diputado de la provincia de Entre Ríos señaló que no hay crédito de los bancos privados ni del Estado para prefinanciar exportaciones a Cuba. Taleb explicó que “lo que sí hay son grupos económicos privados no bancarios, unos de los cuales estuvo intentando invertir en el área del turismo, y que también están dispuestos a prefinanciar exportaciones argentinas”.

La mejoría en las relaciones bilaterales se aceleró tras la visita en octubre a La Habana del canciller de ese país sudamericano, Rafael Bielsa, pero el tema sigue sin tener una reacción oficial por parte de Cuba. Tampoco hubo trascendidos sobre una visita de representantes australes del Ministerio de Economía en noviembre para tratar el tema con sus pares del Banco Central de Cuba, anunciada antes por Taleb.

Por otra parte, la renegociación de la deuda de unos 380 millones con México, concluida en marzo de 2002, se complicó posteriormente y el caso es actualmente motivo de un litigio judicial internacional, según revelaron medios de prensa mexicanos.

Según fuentes del país azteca, ese país recurrió a tribunales europeos luego de que el gobierno cubano retiró, “unilateralmente”, las garantías de pago que habían sido acordadas para amortizar los adeudos.

Asimismo trascendió que paralelo al conflicto judicial, se llevan a cabo negociaciones privadas entre autoridades bancarias de Cuba y del Banco Nacional de Comercio Exterior de México (Bancomext) para la búsqueda de una solución al problema.

En julio de 2003, el subsecretario para América Latina y el Caribe, Miguel Hakim, señaló que se estaba intentando coordinar una reunión entre el canciller Luis Ernesto Derbez y el presidente Fidel Castro, durante la cumbre de la Comunidad del Caribe (CARICOM), a la que el dignatario cubano finalmente no asistió. El objetivo del encuentro era “retomar las relaciones” bilaterales y discutir el tema de la deuda que tiene Cuba con el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext). Según Hakim, ese “proceso se encuentra en manos de abogados, pero nosotros quisiéramos cambiarlo y llegar a un nuevo arreglo para que quedara solucionada la deuda del gobierno de Cuba con Bancomext”. Originalmente el préstamo fue concedido por el Estado mexicano, pero luego los pasivos fueron traspasados a Bancomext para su administración.

De acuerdo con analistas, la aclaración de ese controvertido tópico deberá formar parte, obligatoriamente, de la agenda para discutir en el escenario de una eventual recomposición de relaciones y sostienen que toda reposición del intercambio comercial exigirá la reapertura de líneas de crédito canceladas hasta la fecha como resultado del no cumplimiento de los compromisos de pago, firmados en marzo de 2002 por los representantes del gobierno cubano.

Observadores en la nación azteca indican que si bien las acciones legales para recuperar los recursos citados por parte de Bancomext se mantienen vigentes, ello no ha implicado hasta el momento una ruptura de relaciones entre las partes, como lo evidencia el viaje que a principios de año hizo a la isla caribeña, aunque con escasos resultados, el director general adjunto de Finanzas, Salvador Rojas.

La Habana renegoció su deuda en la década de los ochenta en tres ocasiones y luego de fracasar su solicitud para un cuarto reajuste suspendió los pagos en julio de 1986. También se frustraron varias rondas de conversaciones técnicas que en el primer cuatrimestre de 2001 sostuvieron autoridades cubanas con sus acreedores, reunidos en el llamado Club de París.

Cuba había incumplido con el pago de su deuda con Japón y con otros países desde 1987. Algunos observadores señalaron en 2002 que el acuerdo de 1998 con compañías japonesas generó esperanzas de que La Habana pudiera estar lista para resolver el resto de sus obligaciones, lo que no sucedió, con la excepción de un acuerdo de 110 millones de dólares firmado con Alemania en 2000, y el pacto con México de 2003, ahora en manos de la justicia.

El pasado año, medios internacionales de prensa dijeron que La Habana se encontraba atrasada en el pago de su deuda con países como España y Canadá, que le daban garantías comerciales a corto plazo, lo que incrementó su ya alto estatus de riesgo crediticio, que la compañía calificadora Moody’s sitúa entre los peores.

Hasta el momento, lo más nuevo del tema es una información aparecida en el diario El Nuevo Herald, de Miami, según la cual el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES), aprobó el 28 de noviembre último un crédito de 12.2 millones de dólares para financiar exportaciones de sus empresas a Cuba.

El acuerdo para el préstamo, indicó la publicación, fue firmado entre el BNDES y la Casa Financiera Fintur, una empresa perteneciente al Ministerio de Turismo de Cuba, tras varios meses de negociación, durante los cuales la parte brasileña “se mostró muy cautelosa de los términos de pago y otras consideraciones del convenio”.

El diario sostiene que, aunque importante para la economía de la isla, “esta primera línea de crédito brasileño es muy inferior a los 200 millones a que aspiraba Cuba, y que en un principio se consideró sería anunciado por el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva”, cuando visitó La Habana en septiembre.

El acuerdo establece el financiamiento a la exportación a Cuba de piezas y partes de autobuses de las empresas Marcopolo, Busscar y Volvo de Brasil -utilizados en el turismo y en el transporte urbano—, así como de automóviles de la marca Volskwagen. El Nuevo Herald agregó que los beneficiarios del crédito serían la empresa mixta Tranbuss Industria (una firma estatal cubana y con capital brasileño) y la Importadora del Turismo y Hotelería de Cuba, más conocida entre las personas vinculadas al sector turístico cubano como ITH.

El nuevo convenio garantiza un respaldo estatal a las firmas brasileñas Marcopolo y Busscar, que exportarán a Cuba carrocerías, mientras que Agrale y Volvo do Brasil enviarán chasis para autobuses. Por otra parte, la comercializadora Suplextrade llevaría a la isla un total de 500 autos Volkswagen, que serían utilizados para renovar la flota estatal de estos equipos usados para alquiler y explotados fundamentalmente con fines turísticos en Cuba.

2004: DE NUEVO EL RETO DE SOBREVIVIR

Cuando apenas concluyó otro año difícil para las autoridades y habitantes de la isla, el país se enfrenta al reto de seguir funcionando y tratando de sobrevivir a la coyuntura internacional y la política de restricciones de Estados Unidos.

Aunque el panorama internacional no es de los más favorecedores, las autoridades de la isla miran el futuro con buenos ojos, sin dejar de reconocer los tropiezos que pueden enfrentar en los próximos 365 días y pronostican un crecimiento de 2,6 por ciento, similar al obtenido en 2003.

En su informe al parlamento, el ministro de Economía y Planificación dijo que, aun cuando las estimaciones para 2004 son poco halagüeñas, debido a los altos precios del petróleo y alimentos que el país importa y la caída de los precios del azúcar, La Habana continuará elevando los principios de equidad y justicia social que caracterizan al gobierno socialista.

“El país no sólo puede enfrentar con éxito los desafíos del 2004, sino que tiene todas las condiciones para seguir avanzando y crecer en una cifra similar a lo logrado en el 2003”, dijo el documento.

El titular de Economía situó entre las prioridades del nuevo año, elevar la capacidad defensiva del país, ante una eventual agresión; aumentar la producción de alimentos para mejorar la calidad de la canasta básica normada; cubrir las necesidades mínimas de combustible; asegurar los medicamentos y garantizar el apoyo a los programas de política social, especialmente en salud y educación.

Por sectores, en 2004 se esperan resultados positivos por el programa de reestructuración de la industria azucarera, iniciado en 2002, con la obtención de una producción superior a las 2.205.000 toneladas de 2003. Aunque los volúmenes de azúcar crezcan, —y no puede esperarse en ningún caso un crecimiento muy alto— y se obtengan buenos costos por tonelada, la isla siempre dependerá de los precios del dulce en el mercado mundial, deprimidos actualmente y con similar tendencia para la próxima temporada, según estimados de especialistas y de organismos internacionales.

Para 2004, las autoridades vaticinan que continuará la reanimación del sector que más ingresos aporta actualmente al país, el turismo. Se espera que el arribo de visitantes internacionales experimente un aumento de 10.5 por ciento, lo que representaría llegar a 2.1 millones de visitantes, una cifra nunca obtenida hasta ahora por la llamada locomotora de la economía cubana. Por otra parte, dijo Rodríguez, es previsible un crecimiento del 7.5 por ciento en las exportaciones, al tiempo que se espera una reducción del nivel de las importaciones.

Partiendo de los resultados obtenidos en 2003, las autoridades cubanas confían en un incremento de la producción de petróleo y gas para alcanzar en conjunto 4.6 millones de toneladas. A la par, los estimados ubican en 1.6 por ciento el aumento en la generación total de electricidad, totalmente a partir de fuentes nacionales.

Según se informó, para la ulterior recuperación de la economía de la isla recibirán alta prioridad los proyectos energéticos que aseguren la perforación de nuevos pozos petroleros, el desarrollo del programa de gasificación, la modernización de redes y centrales termoeléctricas y utilización del crudo nacional y el gas para generar electricidad.

Aunque en 2003 el níquel tuvo un descenso productivo, para 2004 se prevé un incremento de 7.4 por ciento. Esto representaría llegar a las 77.000 toneladas en medio de una tendencia a la alza de los precios del mineral en el mercado internacional, lo que proporcionaría ingresos adicionales por ese concepto.

De acuerdo con fuentes oficiales, la industria cubana del níquel se somete hoy a un proceso de ampliación de sus niveles productivos. La proyección es sobrepasar las 100.000 toneladas anuales con las tres empresas en explotación al norte de la provincia de Holguín. Según directivos de la industria, esta estrategia le permitiría al país ubicarse en una posición ventajosa entre los principales productores.

Después del azúcar y el turismo, ese representa uno de los principales rubros que más divisas aportan a las afectadas arcas del Estado cubano, indican expertos.

La isla se propone en 2004 impulsar la promoción de exportaciones que, unido a un proceso racional de sustitución de importaciones, debe crear nuevas fuentes de ingreso en divisa al país. Asimismo, recomienda evaluar las iniciativas económicas que a nivel local y con recursos propios, puedan movilizar un potencial que está presente en muchos municipios del país, “para lo cual será necesario también avanzar en el perfeccionamiento de nuestras regulaciones y mecanismos de planificación”.

Durante 2004, las autoridades continuarán los programas de generación de nuevos puestos de trabajo, sobre todo en el sector agrícola, lo que posibilitará mantener los niveles de desempleo reportados el último año, de menos del tres por ciento de la población económicamente activa de la isla.

Otro de los objetivos de los lineamientos económicos de La Habana para 2004 es proseguir con la política de austeridad, búsqueda de eficiencia, reducción de gastos, incrementar los ingresos y centralizar recursos y decisiones económicas.

Al respecto, el informe económico de 2003 señala que “deberá recibir el máximo de prioridad elevar la disciplina de las empresas en el cumplimiento de las decisiones y políticas trazadas por el país, erradicando las deficiencias señaladas a su trabajo e incrementando el control interno en el uso de los recursos, a fin de cerrar el paso al despilfarro, el delito y la corrupción.

Presupuesto. Al informar ante el Parlamento el proyecto de Ley para el presupuesto de 2004, la ministra de Finanzas y Precios, Georgina Barreiro, destacó que se destinarán a gastos sociales más de 12.000 millones de pesos (igual al dólar al cambio oficial). Esto, especificó la ministra nombrada este año en sustitución de Manuel Miyares, representa 37 por ciento del PIB de la isla. Barreiro enfatizó que esta cifra es casi tres veces la media de lo que dedican a ese capítulo los gobiernos de América Latina.

Como es tradicional, el país aplicará volúmenes considerables a los sectores considerados pilares de la sociedad cubana. Entre los más beneficiados están la educación, salud, seguridad y asistencia social, cultura, reparación de viviendas, deportes y servicios comunales.

A los programas educacionales, el presupuesto destina 3.825 millones de pesos, cerca del doble de lo ejecutado en 2000, mientras a la salud pública se asignarán 2.550 millones de pesos, que representa el 12 por ciento del total de erogaciones del monto presupuestario. Según cálculos independientes y tomando como tasa la vigente en las Casas de Cambio (26 pesos por un dólar), estos renglones recibirán el equivalente a 147 millones de dólares el primero y 98 millones 77 mil dólares el segundo, para un total de 245 millones de dólares.

El desarrollo de algunos de los programas especiales del país, la municipalización de la Educación Superior, el incremento de la matrícula universitaria y el crecimiento de la Universidad de Ciencias Informáticas dispondrán de un fondo adicional de 725 millones de pesos (casi 28 millones de dólares).

La asistencia social contará con 2.159 millones para garantizar las prestaciones a más de 1.450.226 jubilados y pensionados. La titular de Finanzas y Precios explicó además que se prevén ingresos por concepto de Contribución a la Seguridad Social de 1.500 millones de pesos (más de 57 millones de dólares), cifra que cubre los gastos en un 69 por ciento.

A la Asistencia Social, en tanto, se le asigna un presupuesto de 580 millones de pesos (más de 22 millones de dólares), considerados suficientes para cubrir los diferentes programas de ayuda, que beneficiarán a 358.769 personas.

Para el financiamiento de la cultura y el arte, el país destina 552 millones de pesos (más de 21 millones de dólares). Ese monto representa un crecimiento del 15 por ciento con respecto al estimado inicial. Mientras tanto, la ciencia, tecnología y ambiente experimentarán un crecimiento del 11 por ciento en relación con el estimado de 2003, al recibir 241 millones de pesos (nueve millones 270.000 dólares).

El deporte masivo, la educación física y el deporte de alto rendimiento contarán en 2004 con 253 millones de pesos (nueve millones 730 mil dólares), para un crecimiento de un ocho por ciento respecto a 2003.

Unos 800 millones de pesos serán destinados a subsidios para mantener los precios de la canasta básica de productos alimentarios a la población.

Al mismo tiempo, la titular destacó que el presupuesto consideró los recursos necesarios para mantener y desarrollar la capacidad combativa y las reservas materiales que garantizarán la defensa del país y la preservación del orden interior, pero se abstuvo de revelar cifras.

El presupuesto del 2004 fijó un total de gastos de 20.661 millones de pesos, 13 por ciento más que el año precedente y con un déficit previsto de alrededor del 3,5 por ciento del PIB, es decir, 1.149 millones de pesos (44 millones 193 mil dólares).

Notas
[1] Ver “Reflexión: Cuba y las remesas”, en Economics Press Service, No. 22, 2003, IPS-Corresponsalía Cuba.
[2] Para más información consultar “La voz de los expertos”, en Economics Press Service, No. 11, 2003, IPS-Corresponsalía Cuba.
[3] “El peso convertible en la empresa cubana”, en Economics Press Service, No. 14, 2003, IPS-Corresponsalía Cuba.
[4] Más información en “Peso cubano convertible en proceso de acomodo”, en Economics Press Service, No. 22, 2003, IPS-Corresponsalía Cuba.
[5] Ver “Ocaso del trabajo independiente”, en Economics Press Service, No 14, 2003, IPS-Corresponsalía Cuba.
[6] Ver “Finaliza la zafra azucarera”, en Economics Press Service, No. 10, 2003, IPS-Corresponsalía Cuba.
[7] Para más información consultar “Inician preparativos para la zafra 2003-2004”, en Economics Press Service, No. 19, 2003, IPS-Corresponsalía Cuba.
[8] “Zafra pasada y futura, su efecto en el crecimiento económico”, en Economics Press Service, No.21, 2003, IPS-Corresponsalía Cuba.
[9] Ver “Por los caminos del dinamismo”, en Economics Press Service, No.22, 2003, IPS-Corresponsalía Cuba.
[10] Para más información ver “¿Modelo terciarizado?”, en Economics Press Service, No.20, 2003, IPS-Corresponsalía Cuba.
[11] Más datos en “Cuba-EE.UU. La bola de cristal”, en Economics Press Service, No.21, 2003, IPS-Corresponsalía Cuba.
[12] Ver “El producto interno bruto de la economía cubana en 2003 y algunas consideraciones sobre 2004”, Economics Press Service, No.24, 2003, IPS-Corresponsalía Cuba.
[13] Ibídem.
[14] Para ampliar información consultar “Mercado agropecuario, veinte años después”, en Economics Press Service, No. 19, 2003, IPS-Corresponsalía Cuba.
[15] Ver “Visa para un sueño médico-farmacéutico”, en Economics Press Service, No 13, 2003, IPS-Corresponsalía Cuba.
[16] Más información sobre estos acuerdos la puede encontrar en “Lazos entre un grande y un pequeño”, en Economics Press Service, No 19, 2003, IPS-Corresponsalía Cuba.
[17] Ver “Refinancian petróleo a Cuba”, en Noticortas, en Economics Press Service, No 8, 2003, IPS-Corresponsalía Cuba.
[18] “La carga del embargo”, en Economics Press Service, No18, 2003, IPS-Corresponsalía Cuba.
[19] Para ampliar información sobre el tema puede remitirse a “La bola de cristal”, en Economics Press Service, No. 21, 2003, IPS-Corresponsalía Cuba.
[20] Ver “Feria de La Habana, menos pero más”, en Economic Press Service, No 21, 2003, IPS-Corresponsalía Cuba.
[21] Consultar “Nuevo capítulo en vínculos comerciales”, en Economics Press Service, No16, 2003, IPS-Corresponsalía Cuba.
[22] Ver “Compras de fin de año”, en Economics Press Service, No 24, 2003, IPS-Corresponsalía Cuba.
[23] Ver “Asociaciones económicas internacionales y empresas mixtas”, en Economics Press Service”, No. 17, 2003, IPS-Corresponsalía Cuba.
[24] Para ampliar esta información consultar “Negocios inmobiliarios mixtos: auge y declinación”, en Economics Press Service”, No. 11, 2003, IPS-Corresponsalía Cuba.

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