La electricidad en Cuba en los momentos actuales
Ningún país puede considerar una estrategia energética aisladamente. Esta es un elemento fundamental de la política de desarrollo general que promueve el mejoramiento socio económico y medioambiental.

Cuba entera estuvo varios días sin corriente eléctrica por el azote del huracán Ian.
Foto: Jorge Luis Baños_IPS
El 27 de septiembre de 2022 pasó el ciclón Ian por Pinar del Río y Cuba entera estuvo varios días sin electricidad.
O mejor dicho, casi Cuba entera, pues tuvimos corriente unos pocos que pudimos usar diferentes sistemas aislados de generación distribuida, como los utilizados en hospitales y en muchas panaderías de este país, con generación a base de diésel importado, así como otros que pudimos utilizar nuestros propios recursos energéticos locales tales como la radiación solar directa o el viento.
Hace pocos meses, en nuestras redes se publicaba que Cuba se ve beneficiada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con la donación de 342 paneles fotovoltaicos para familias afectadas por fenómenos climatológicos, con equipos de dos kilovatios de potencia distribuidos en las cuatro provincias del centro de Cuba (Camagüey, Ciego Ávila, Sancti Spíritus y Villa Clara), las cuales fueron afectadas por el huracán Irma, específicamente en los municipios del norte.
Además existen miles de sistemas solares fotovoltaicos instalados en casas consultorios del médico de la familia en lugares de difícil acceso, principalmente en las montañas de Cuba, así como en escuelas y salas de televisión que han podido subsistir al bloqueo. Estos sistemas han mantenido la electricidad, pues no dependen de la red nacional.
Obstáculos pendientes de solución

Desgraciadamente la gran mayoría de los parques fotovoltaicos instalados se han hecho sin estaciones hidroacumuladoras ni otros sistemas de acumulación tales como baterías eléctricas, sino que alimentan directamente a la red eléctrica nacional y, si la misma no trabaja, la energía eléctrica generada en esos parques se pierde, o sea, no es utilizada.
Sería bueno recordar que no solamente las fuentes renovables de energía, sino todas, absolutamente todas las fuentes de energía, aún las provenientes del petróleo como las de gasolina o diésel, llevan acumulación. Aunque en el caso de los combustibles, ya sean fósiles o renovables, lo que se acumula para cuando haga falta es el portador energético.
Si en algunos casos no se hace, como por ejemplo en los centrales azucareros, por lo menos se puede hacer. Me acuerdo que una vez hicimos pacas para almacenar el bagazo. También se han hecho briquetas y “pellets”, un combustible ecológico.
A principios de la revolución, lo primero que hizo Estados Unidos para intentar destruirnos fue quitarnos el petróleo, aunque la energía eléctrica llegaba solamente a menos de 56 % de sus habitantes, pero paralizaba el país, pues ya muchos, los que vivíamos principalmente en las grandes ciudades, estábamos acostumbrados a la electricidad.
Pero, además la falta de combustible nos dejaba sin industria y sin movilidad. Fíjense la gran importancia del petróleo ya desde aquella época. No solo en la producción de electricidad sino también en el transporte y en la industria.
Así fue que lo primero que hizo la Unión Soviética en aquel momento, fue darnos el petróleo que nos había quitado Estados Unidos.
En realidad, no tuvimos problema con la electricidad hasta el período especial, después de la caída del campo socialista europeo. En los años 90 llegamos a tener hasta 95% de electrificación. Esto no era pensable para un país agrícola subdesarrollado donde, gracias a la revolución, todo el mundo se tenía en cuenta, hasta el campesino que vivía en el lugar más recóndito del país.
Digo esto último porque en muchos países dicen que han llegado a 100% de electrificación cuando llegan a electrificar a todos los que pueden pagar. Los pobres que no pueden pagar, no cuentan, y mucho menos los que viven en lugares alejados de la red eléctrica. Si quieren electricidad, así dicen, que vayan a las ciudades que las tienen.
Apagones con triple bloqueo

Claro, antes del 1959 no importaban los apagones, pues mucha gente del pueblo ni siquiera tenía electricidad. Los apagones empezaron en la década de los 90 del pasado siglo con el doble y después con el triple bloqueo. El primer bloqueo, el que ya teníamos, impuesto en 1962 por el gobierno más poderoso del mundo, los Estados Unidos de América.
El segundo, del extinto campo socialista y un tercero, destinado a la destrucción total de la revolución cubana, por la “posición común” que mantuvo la Unión Europea desde 1996 hasta 2016. Este fue a fines de siglo y milenio. Por suerte, estos dos últimos no duraron mucho, pero el estadounidense arreció en estos últimos años.
No fue fácil ese período especial, pues antes, me refiero a la década de los 80, con el campo socialista europeo no vivíamos mal, inclusive adquirimos varios vicios tales como el despilfarro de determinados recursos, algunos importados y otros de producción nacional. Llegamos inclusive a producir azúcar con petróleo, tanto que aún hoy dependemos del diésel para su producción.
¡Con tanta cantidad de energía que tiene la caña! Y quien no crea que dependemos del petróleo, que se lo pregunte a los tractoristas, a los operadores de combinadas y a los choferes del transporte necesario para la zafra.
Otro de los grandes vicios fue el de la dependencia del agua de la electricidad producida con petróleo. Si un tanque se agrietaba, no se arreglaba. Si había suficiente electricidad para bombearla, ¿para qué arreglar el tanque agrietado? Llegamos inclusive a bombear hacia abajo para vencer algunas presas donde podíamos utilizar sifones. Esto lo vi yo hacer en la década de los 80, cuando el petróleo era abundante y no sabíamos que perjudicaba al desarrollo sostenible.
Como es conocido, la energía es un factor fundamental tanto para la subsistencia como para el desarrollo. La dependencia energética es dependencia económica y, por consiguiente, deviene en dependencia política”.
Luis Bérriz
Me acuerdo que en Santiago de Cuba mandaron a bajar todos los tanques de agua de las azoteas, porque Raúl (Castro. Líder de la revolución cubana) había dicho que Santiago tenía que tener agua las 24 horas del día. El nunca planteó nada sobre quitar los tanques de agua de ningún lado. No se dieron cuenta de que quienes tenemos agua las 24 horas del día, somos precisamente los que tenemos tanques de reserva en las azoteas y no la botamos por los inodoros ni la despilfarramos.
En realidad, hoy nos damos cuenta de que hicimos barbaridades.
¡Imagínense un país sin electricidad y sin agua!
Como es conocido, la energía es un factor fundamental tanto para la subsistencia como para el desarrollo. La dependencia energética es dependencia económica y, por consiguiente, deviene en dependencia política.
La energía ha sido y sigue siendo, un instrumento de poder, causa de todas las guerras contemporáneas. La política energética mundial ha esclavizado a los pueblos y está exterminando la naturaleza y por lo tanto, al ser humano.
Eficencia y ahorro

Ya en 2005 con el inicio de la revolución energética, la eficiencia y el ahorro de energía constituyen el eje central de esta primera etapa del nuevo paradigma energético cubano, y por eso, su política se basó en los siguientes factores:
-Uso racional de la energía con el máximo ahorro en su uso final y la utilización de tecnologías de alta eficiencia.
-Proliferación de una cultura energética encaminada al logro de un desarrollo independiente, seguro, sostenible y en defensa del medio ambiente.
-Prospección, conocimiento, explotación y uso de las fuentes nacionales de energía, ya sean convencionales o no convencionales.
-Producción distribuida de la electricidad y cerca del lugar de consumo.
-Desarrollo de tecnologías para el uso generalizado de las fuentes renovables de energía, con un peso progresivo en el balance energético nacional.
-La política energética cubana ha estado encaminada, desde el triunfo de la revolución, a la satisfacción de las necesidades de absolutamente todos los cubanos, sin ninguna excepción.
-La televisión y la radio en Cuba, a diferencia de la gran mayoría del resto de los países del mundo, tienen un carácter eminentemente educativo y cultural; sin anuncios aberrantes que promueven el consumismo; sin noticias ni comentarios que tratan con mucha sutileza de engañar a los pueblos en contra de ellos mismos y a favor de las clases ricas dominantes y del imperialismo.
-La electrificación de la totalidad de las escuelas de Cuba, de ellas, más de 2300 por paneles fotovoltaicos en las montañas y lugares de difícil acceso, incluso más de veinte que tenían solo un niño estudiante, y el equipamiento de las mismas con televisores, equipos de vídeo y computadoras, fue un paso fundamental en la generalización de una enseñanza de alta calidad basada en los métodos pedagógicos más modernos.
-La construcción de cerca de 2000 salas de televisión y video, también electrificados con sistemas solares fotovoltaicos, acabó de llevar la televisión y por lo tanto la posibilidad de adquirir una cultura general integral hasta el último rincón de Cuba.
-Existe un plan acelerado para que la totalidad de la población cubana, independientemente de donde viva y por muy alejado e intrincado que esté, disfrute en sus hogares de la electrificación como una necesidad intrínseca del desarrollo social.
-Ya desde antes del triunfo revolucionario, en el Juicio por el asalto a Cuartel Moncada (1953), Fidel (Castro 1926-2016. Líder histórico de la revolución cubana) plantea: “llevar la corriente eléctrica hasta el último rincón de la Isla”.
-Actualmente, como ya dijimos, más de 95% de la población dispone de electricidad en sus hogares, contra 56% en el año 1959 (inicio del proceso revolucionario).
-El desarrollo de un país debe medirse por su desarrollo social y nunca por el consumismo y el despilfarro. El desarrollo social de Cuba ha llegado a un nivel tal que se considera, entre los derechos humanos básicos, no sólo el derecho a la vida, a la independencia, a la libertad, a la alimentación, a la salud, a la educación, a la vivienda, al trabajo, a la seguridad social, sino también, a una cultura general integral.
¿Cuál es nuestra situación energética actual?

Volvemos a tener grandes apagones, pero hoy lo sentimos más que antes, pues la inmensa mayoría ya estábamos acostumbrados a tener electricidad y además, lo pasado ya pasó, pero lo que estamos pasando ahora, no.
Hoy tenemos un alto envejecimiento del parque de generación térmica, así como los efectos de la utilización del crudo nacional. Tenemos altos costos de operación y mantenimiento, baja capacidad de aprovechamiento de la potencia instalada, altos índices de consumo, pérdidas en las redes del Sistema Eléctrico Nacional elevadas. Tenemos muchos hurtos y desvío de recursos.
En electricidad se hace conveniente referirse a la energía producida o a la energía consumida y no a la potencia de una instalación determinada, ya que en la mayoría de los casos, la potencia es condicionada a determinado valor y por lo tanto, no se debería poder sumar con otra potencia donde la condición tiene un valor diferente.
Por ejemplo, no se pueden sumar una potencia de un sistema fotovoltaico con una de un generador eólico, pues son diferentes. La potencia de un sistema fotovoltaico se llama potencia pico y es condicionada con un valor de iluminación de una intensidad de 1000 watts por metro cuadrado. La potencia de un generador eólico o su potencia nominal es como si tuviera un viento perpendicular al plano de ataque de 10 o 12 metros por segundo. Estas dos son unidades diferentes, por lo tanto, no se deben sumar.
La Unión Eléctrica (UNE) introduce el término de “factor de capacidad” que pudiera definirse como la relación entre la energía promedio diario generada por una instalación eléctrica determinada y la que pudiera generar si trabajara las 24 horas con su potencia nominal (o pico en el caso de una instalación fotovoltaica).
Por ejemplo, si un sistema fotovoltaico de 1 kilowatt-pico pudiera generar 24 kilowatt-hora en 24 horas y genera solamente 4,35, su factor de capacidad es 18,12 %. La Unión Eléctrica (UNE) descuenta 125 kWh mensuales por cada kWp que se le contrate, o sea, con un factor de capacidad de 17,36 %.
No es complicado entender que nuestra situación económica es muy difícil.
Hace tiempo sabíamos que el aprovechamiento de las fuentes renovables de energía no se lograría automáticamente, sino que sería el fruto de una sistemática y tenaz acción de todos, impulsada por un amplio movimiento científico, tecnológico y cultural, el cual creó las bases para su incremento progresivo y significativo en el balance energético del país y de cada territorio, colocándose Cuba en una situación muy ventajosa con relación al resto de los países en vías de desarrollo.
Factores a considerar

Hoy ningún país puede considerar una estrategia energética aisladamente. Esta es un elemento fundamental de la estrategia de desarrollo general, promoviendo el mejoramiento socio económico y medioambiental.
Por ello se debe tener presente que las llamadas tecnologías de avanzadas sólo han servido para conquistar mercado, desarrollar consumos y asustar a los países del sur. Estos deberían elegir y desarrollar las tecnologías apropiadas a sus necesidades, sus recursos, su medio ambiente, su crecimiento equilibrado y liberarse de toda dependencia económica y técnica, sin copiar esquemas neoliberales que nos importan hábitos de consumo ajenos a nuestras realidades.
Aún cuando hablamos de desarrollo sostenible, pensamos por lo menos implícitamente, en un crecimiento de bienes materiales, o sea en última instancia en análisis comerciales, mercancías, pero el mercado inevitablemente implica acumulación de capitales, control económico, explotación y despilfarro de recursos.
Hoy es necesario recuperar el concepto marxista de valor de uso. No podemos pensar en un desarrollo basado en un aumento del producto bruto. Por otra parte un verdadero desarrollo sostenible, no permitiría un aumento ilimitado del producto bruto. Necesariamente tiene que sustentarse en una economía planificada.
Por supuesto que los niveles de bienestar tienen que aumentar, pero según otros parámetros y valores morales, entre ellos el equilibrio y la armonía con la naturaleza y sus recursos naturales y humanos, lo que garantizaría una paz verdadera.
Mejor es usar el término de crecimiento armónico, donde cada país tiene que recuperar sus recursos naturales, valorizando sus tradiciones, para aumentar las riquezas de valores de uso, respetando la capacidad de repuesta de la naturaleza, el intercambio paritario, igualitario y solidario, de bienes que un país tiene y otro no, sin ningún espíritu de dominación, de colonización, ni de ganancia.
Enfoque del ecosistema

Las maneras más convenientes de trazar las relaciones que existen entre energía y desarrollo es recurrir al enfoque del ecosistema, donde este término se emplea para designar cualquier zona de la naturaleza que comprende organismos vivos y sustancias no vivas que ejercen una acción reciproca para producir un intercambio de materiales entre las partes vivas y las no vivas.
Las ventajas de este concepto son que en él se ponen de relieve los elementos que intervienen en el funcionamiento del mismo, sus interacciones, los flujos de materiales, nutrientes y energías y sobre todo las limitaciones ambientales de las actividades económicas, junto a los impactos de estas al medio ambiente.
Si no tenemos en cuenta todos estos aspectos, como ha ocurrido hasta ahora, seguiremos cometiendo el error de importar energía a los ecosistemas donde trabajamos, alterando los flujos de la naturaleza, acelerando sus ritmos de la historia, introduciendo procesos acíclicos y afectando los ciclos vitales de la naturaleza.
La posibilidad de evitar la catástrofe, reside en desarrollar un modelo que sea de crecimiento, pero de un tipo nuevo, armónico, de paz, socialmente justo y ambientalmente equilibrado, donde se potencien los procesos cíclicos, los que se identifican con el camino del sol, el cual solo puede establecerse por sociedades verdaderamente solidarias.
Emprender el camino de la reconversión energética con el uso de tecnologías más eficientes y limpias, sin duda presupone un desembolso inicial que no todas las economías pueden asimilar, a lo cual Cuba no es ajena, pero nadie duda de que existe una voluntad política en nuestro país, a diferencia del resto del mundo, para romper la dependencia económica y apostar por el desarrollo sostenible, fortalezas que son aprovechadas.
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Las medidas de eficiencia energética y el uso de las energías renovables pueden crear nuevas alternativas de vida y constituir un instrumento para cambiar el futuro en nuestro planeta, pero esta revolución tecnológica será inútil si no hacemos un análisis más crítico de la realidad económica y política que nos ha llevado a no saber coexistir con todos los seres vivos de la tierra.
No tenemos dinero para pagar el petróleo importado.
El gobierno norteamericano, con sus mentiras, ha logrado meternos en la lista de países terroristas. El mismo que cuando faltó el oxígeno en Cuba, no fue capaz ni siquiera de levantar el bloqueo para el oxígeno y quiso que se mueran personas que habían adquirido el coronavirus.
Sí, tenemos hoy apagones pero a pesar de todas las dificultades, las venceremos, como hemos vencido todas las anteriores, porque, cuando un pueblo está en el poder, es capaz de no dejarse engañar y vencer todas las dificultades que se presenten. (2022)
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