El adiós de Roberto Pacheco
Duelo en la familia deportiva

El estilo narrativo de Roberto Pacheco era muy coloquial y florido, cargado de palabras y frases populares.
Foto: Tomada de El Artemiseño
La sección deportes del noticiero del mediodía de la televisión cubana comenzó con una noticia infausta el 15 de mayo: el fallecimiento del narrador y comentarista deportivo Roberto Pacheco, decano de ese arte en la radio, la voz más veterana y conocida de Radio Rebelde en esa disciplina.
Roberto Pacheco Martínez (Caimito, 1941-La Habana, 2023) estuvo en la cabina de radio durante más de medio siglo, narrando la Serie Nacional de Béisbol y múltiples eventos deportivos, nacionales e internacionales, como Juegos Olímpicos, Juegos Panamericanos, Juegos Centroamerricanos y del Caribe, Clásicos Mundiales de Béisbol, y otros.
Pacheco fue también el mayor impulsor de las peñas deportivas en la isla y conductor de un programa de Radio Rebelde que cumplirá treinta y seis años en el aire el 1ro de junio de 2023: Deportivamente.
Dos décadas atrás, las noches en que no había ningún partido de béisbol que escuchar, yo sintonizaba Deportivamente y lo alternaba con Tribuna deportiva, de la COCO, un espacio similar que era muy seguido en la capital.
La polémica es el plato fuerte del programa. Recuerdo cómo Roberto Pacheco y Ramón Pity Rivera (otro muy destacado narrador-comentarista ya desaparecido) pulsaban las opiniones de colegas, atletas, directivos y aficionados y las ofrecían en Deportivamente. Los comentarios llevaban a otros comentarios y se establecían candentes debates sobre juegos, jugadas, estrategias, estructuras, confección de equipos… Eran animadas cadenas de discusiones moderadas y conducidas con mucho tino por Pacheco y Rivera.
Visto en perspectiva, Deportivamente, aunque aún existe, para mí forma parte de la nostalgia, de una época en que todavía internet y las redes sociales no habían modificado tanto nuestros tiempos y espacios; cuando los grupos de WhatsApp, de Telegram, de Facebook, no habían sustituido a los clubes de oyentes de la radio.

El estilo narrativo de Roberto Pacheco era muy coloquial y florido, cargado de palabras y frases populares. De entre todas las que utilizaba, una trascendió más que ninguna, porque la usan, ocasionalmente, los narradores de béisbol más conocidos y célebres de los medios en español, los de la cadena ESPN: el dominicano Ernesto Jerez, los venezolanos Luis Álfredo Álvarez y Fernando Álvarez, y el mexicano Guillermo Celis, quienes, cuando quieren enfatizar la contundencia de un batazo, suelen decir: “¿Cómo le dio?” “¡Sabroso!”. Y así como la frase “No, no, no no, no, dígale que no a ese pelota”, tiene marca registrada de Ernesto Jerez, “sabroso” tiene la de Roberto Pacheco.
Como es sabido, el lenguaje deportivo bebe en el lenguaje popular, así como este último se alimenta del lenguaje deportivo. Así ha sido desde los inicios de la crónica deportiva en Cuba, desde el pionero, Wenceslao Gálvez, y el impar Víctor Muñoz.
La narración deportiva cubana tiene una insigne, ilustre representación en el Salón de la Fama del Béisbol, en Cooperstown, en la figura legendaria de Rafael Felo Ramírez (Bayamo, 1923-Miami, 2017); sin embargo, el más creativo y singular de todos los narradores-comentaristas cubanos fue Juan Antonio Boby Salamanca (La Habana, 1931-1987).

Bobby Salamanca, en el furor de la llamada Zafra de los Diez Millones (1970), creó una fraseología muy peculiar a partir de los términos azucareros. Él convirtió el terreno de béisbol en un cañaveral y partiendo de esa metáfora, en la que cada novena era “una brigada” y los bateadores “macheteros”, introdujo un arsenal de frases que iba colocando en cada situación de juego, en cada jugada: “la guardarraya está limpia” (nadie en base); “los tándemes están repletos” (bases llenas); “caña” (hit); “azúcar” (strike), y muchas más.
Luego, cuando la zafra de 1970 quedó atrás, acudió a otras metáforas, preparó otros “cultivos”, se fue “de pesca” e hizo célebre otras frases, como “el pez mordió el anzuelo” (el bateador tiene un strike), o “el pez cayó en la sartén” (está en dos strikes).[1]
Salamanca fue a la narración deportiva lo que Héctor Zumbado a la crónica y el artículo de costumbres. Ambos bebieron en la fuente del lenguaje popular y crearon un lenguaje propio, con el humor y la gracia del cubano. Ambos fueron genios en sus respectivos campos; por eso, irrepetibles.
Marcado ese territorio, y sin entrar en comparaciones ni paralelismos, digamos que Roberto Pacheco forjó su identidad narrativa con un estilo coloquial, desenfadado y jaranero que le facilitó la comunicación y le granjeó alta popularidad y empatía con los oyentes. A eso contribuyó su larga permanencia tras los micrófonos y sus constantes intercambios en las peñas deportivas por todo el país. (Fue presidente del Consejo Nacional de las Peñas Deportivas desde el año 2000).
Roberto Pacheco recibió, en 2018, el Premio Nacional de la Radio en Cuba, y en 2020 fue reconocido con el Premio Abelardo Raidi que otorga la Asociación de Periodistas Deportivos de América. (2023)
[1] Para ampliar en el tema, puede consultarse Rogelio A. Letusé La O: Béisbol Términos y anécdotas. Editorial Científico-Técnica, 2003, pp 187-190.
Su dirección email no será publicada. Los campos marcados * son obligatorios.
Normas para comentar:
- Los comentarios deben estar relacionados con el tema propuesto en el artículo.
- Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
- No se admitirán ofensas, frases vulgares ni palabras obscenas.
- Nos reservamos el derecho de no publicar los comentarios que incumplan con las normas de este sitio.