Festival de Cine Internacional trae desarrollo a Gibara

La cita cinematográfica que realiza su 16 edición del 2 al 6 de agosto, ha repercutido por años en el avance cultural y socioeconómico de la localidad oriental.

FICGibara ha despertado el interés de niños y jóvenes por la realización. Hace 10 años existe Cámara Chica Voces del Audiovisual, proyecto coordinado por Bárbara López

Foto: Cortesía del proyecto.

Surgido en 2003 por iniciativa del director cubano Humberto Solás (1941-2008), el Festival Internacional de Cine de Gibara (FICGibara) tributa a su comienzo como Festival de Cine Pobre con la promoción de un cine humilde, sin grandes presupuestos en su elaboración, pero actuante y movilizador, ético, ajeno al elitismo y facilitador de la interacción con la comunidad.

Este certamen, por sus casi veinte años de alianzas y complicidades, se ha convertido en un “mar de artes” y, a la vez, en un catalizador para el desarrollo cultural, espiritual y socioeconómico de Gibara.

En la inauguración de la edición de 2022, Sergio Benvenuto Solás, su director general, destacó esta experiencia de “interacción cultural formativa”, que “ha visibilizado internacionalmente las potencialidades de la hermosa Villa Blanca”.

“Ello ha contribuido —aseguró— a forjar desde la cultura un desarrollo local sostenible, que hoy muestra señales inalterables de progreso, a pesar de las circunstancias económicas del presente inmediato”.

El Festival se revierte en cultura e historia

Desde las primeras ediciones, las instituciones culturales de la urbe han articulado estrategias, como parte del objetivo integrador de Solás, para vincularse al programa artístico del Festival. Entre ellas, el Cine Jibá, protagonista de los encuentros cinematográficos; y el Museo de Historia Municipal, que acoge exposiciones de artistas visuales en sus espacios.

Idalmis Ricardo, la promotora del Jibá, asegura que “el cine ha sido la institución más importante del Festival. Cada año se repara la infraestructura del mismo, y se logra en sus espacios el mayor confort posible para los espectadores que asisten a las proyecciones”.

Los telones del Festival, alojados en el Museo de Historia Municipal, acrecientan el patrimonio de Gibara en las artes visuales. En la foto, pieza realizada por Eduardo Abela Torrás.

“Hay un antes y un después del evento. Antes Gibara era un pueblo muerto, y luego se convirtió en un mar de todas las artes, con exposiciones, conciertos, presentaciones escénicas. Eso ha sido el regalo de Humberto Solás para esta villa, y eso lo agradecemos”.

“Desde su concepción cultural, el certamen influye en el desarrollo económico de Gibara, pues se han abierto múltiples posibilidades a sus pobladores: trabajo, infraestructura, nuevos espacios de recreación, reconstrucción del patrimonio arquitectónico y la preservación de varias áreas de valor histórico y cultural”, añade Ricardo.

Cuando entró al Museo de Historia Municipal por primera vez, el director de Lucía (1968) ya quiso que se convirtiera en una gran galería y acompañara a las artes visuales en el Festival.

Martha Gauler León, directora de esta institución, cuenta que allí “se conservan todos los telones intervenidos por grandes pintores cubanos contemporáneos que han pasado por Gibara durante el Festival: Cuty, Osneldo García, Alicia Leal, Ernesto Rancaño… Hoy poseen un valor patrimonial para la Villa, lo cual le agrega interés a la colección”.

“El Festival se revierte en cultura e historia para Gibara”, asegura. “Este es un pueblo pequeño, y pocas cosas nos suceden, pero el Festival es el acontecimiento que cada año espera con júbilo el gibareño, convirtiéndose en el evento más importante durante 20 años”.

“Además, es una cita que lanza a Gibara al mundo, como ciudad de cine y de tradiciones culturales, donde se reúnen importantísimas figuras nacionales e internacionales del arte de manera general, no solo del mundo del cine”, cuenta Gauler.

Ecos del Festival en la creación audiovisual

Como semilla de la realización aficionada y con génesis en los talleres que se imparten durante el Festival, surgió el 19 de abril de 2010 el proyecto comunitario Cámara Chica Voces del Audiovisual, integrado por niños, adolescentes y jóvenes gibareños.

Durante la edición de 2022, el proyecto Malecón 663 es acogido por Casa Gitana, emprendimiento surgido en Gibara a partir del Festival

El Festival también ha irradiado en un amplio movimiento que involucra la realización del Festival Medioambiental Jibarama, la extensión de los cine-clubs en las comunidades, y en la realización este 2022 del XVI Festival de la Niñez y la Adolescencia en Gibara.

“17 niños y jóvenes integran hoy este grupo de creación cinematográfica, siendo protagonistas de sus propias historias y potenciando la no exclusión, el respeto al derecho de cada uno y los espacios que ofrecen las comunidades para su desenvolvimiento profesional”, asegura Bárbara López Hernández, coordinadora de Voces del Audiovisual.

Durante estos diez años han realizado obras en los diversos géneros del audiovisual: animación en stop motion, documentales, cortometrajes de ficción, noticieros de televisión, entre otros. Los materiales se visibilizan en las comunidades, en eventos nacionales e internacionales y a través de Gibaravisión. Este canal local existe también gracias a las potencialidades del territorio y el interés por el desarrollo del audiovisual.

“El objetivo fundamental es que sus integrantes tomen empoderamiento profesional y que realicen sus propios productos”, explica López Hernández. Como proyecto comunitario han transitado por espacios socioculturales de conjunto con instituciones, como las direcciones municipales de Educación y Cultura, el Centro Memorial Martin Luther King y la red de Educadores Populares.

El hotel Ordoño es una muestra del crecimiento turístico manifestado en Gibara en los años de existencia del Festival que Humberto Solás fundó en 2003.

También se han insertado en la Federación Nacional de Cineclubes, la red Cámara Chica y la red Unial (Universo Latinoamericano para la Infancia y la Adolescencia), patrocinados por el Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello.

Para Ada María Bruceta, integrante de Voces, “gracias al Festival hemos crecido todos los que lo integramos, no solo como profesionales. Este proyecto se nutre del arte y nos prepara para crecer desde la cultura. Influye además en la formación vocacional de sus integrantes y, en mi caso, fue el impulso para estudiar la carrera de Periodismo”.

“Pienso que Solás, como fundador, ahora estaría muy orgulloso al ver cuánto su Festival ha fructificado y ha aportado al desarrollo de los gibareños más jóvenes”, reafirma Bruceta.

La creación de cine-clubes en las comunidades ha reforzado el trabajo cultural y creativo en los barrios, especialmente con los públicos más jóvenes. Edier Ortega, miembro del movimiento cine-clubista, subraya:

“Ha sido una experiencia muy bonita. Me permite vincular mi profesión de maestro con el acto de enseñar y contribuir en los procesos de la realización audiovisual, a la par que repercute en la formación vocacional de estos niños y jóvenes”.

Puertas abiertas al emprendimiento

FICGibara también es una oportunidad para impulsar emprendimientos y negocios locales que contribuyen al desarrollo económico de la ciudad. Uno de ellos es Casa Gitana, participante en el evento desde 2018, en que realizó una bienvenida a los invitados.

El proyecto está inspirado en la leyenda de la gitana que llegó a este pueblo pidiendo agua y le fue negada. Partiendo de esa historia, el cubano-americano Geo Darder creó en Gibara una casa que arropa las buenas vibras, las artesanías y, sobre todo, la cultura cubana.

“No solamente ofrecemos agua, como líquido sanador, sino vino, música, comida y una gran fiesta. Todo está fusionado como un gran experimento que posibilite desarrollar culturalmente la comunidad, especialmente abierto a niños, adolescentes y jóvenes”, explica Darder.

“Tocamos las puertas de cada gibareño y le invitamos a que sea parte de esta gran fiesta. Gibara, como otros tantos lugares, merece estos espacios, ofrecidos con amor y arte”, amplía el cubano-americano.

A partir de 2019, Casa Gitana se convirtió oficialmente en parte de las celebraciones y los espacios del Festival. En 2022 se ha unido con el proyecto Malecón 663, dirigido por la francesa Sandra Expósito, para proponer un variado programa que involucra a la comunidad, a partir de clases de yoga, opening sunset con Djs, así como un bazar de variados emprendimiento, masajes y cartomántica.

Casa Gitana, patrocinado por la fundación Copperbridge, que promueve la cultura cubana en varias partes del mundo, realiza también acciones medioambientales en la playa, con el fin de concientizar a los locales y al turismo en el cuidado de las riquezas naturales.

“El Festival de Gibara se apoya para su realización en los gobiernos, las instituciones culturales, el sector privado, empresarial, entidades audiovisuales extranjeras… Es muy importante, como ocurre en la mayoría de los pequeños festivales, convocar al máximo los apoyos locales. Este Festival, sin ninguna duda, ha sido un motor del desarrollo local de la región y a su vez requiere la contribución de los soportes provinciales”, argumenta Benvenuto.

Destino turístico también desde el cine

Lanzada al mundo como destino turístico en 2017, la Villa Blanca de los Cangrejos es promocionada por su arquitectura de estilo colonial, la belleza natural y las instalaciones hoteleras.

Pero además se resalta el marcado carácter cultural de la ciudad costera, con énfasis en el Festival Internacional de Cine. Esto ha posibilitado varias oportunidades de infraestructura, empleos y renovación de los espacios emblemáticos.

El Complejo Turístico de Gibara, operado por la cadena hotelera española Iberostar, pretende convertir a la Villa en un destino turístico completo, donde confluyan el turismo de ciudad, de eventos, el recreativo y el ecológico, junto al disfrute de la gastronomía local.

Varios restaurantes privados y otros negocios, como los hostales y las casas de renta, han surgido en la localidad a partir precisamente del incentivo turístico, vinculándose también al Festival.

Yuliannis Hidalgo González, subdirectora comercial de este Complejo Turístico, precisa: “Por su importancia como momento cultural de Gibara, el Festival ha generado una extensa red de hoteles de ciudad, y los consiguientes empleos. FICGibara aumenta la demanda y el flujo de clientes, es una manera de atraer turismo”.

“Todas las ofertas que lanzamos en la fecha del Festival han sido aceptadas y bienvenidas. Asimismo es un privilegio que nuestras instalaciones puedan hospedar tantas personalidades de la cultura cubana e internacional cada año con la llegada del Festival”.

El Ordoño, el Arsenita, El Almirante y el Plaza Colón son algunos de esos hoteles, cuyo incentivo turístico contribuye al desarrollo local de la ciudad que entre el 2 y el 6 de agosto acoge la 16 edición de un festival cinematográfico internacional. Este FICGibara es cita con el cine y también las otras artes, donde los gibareños son sus principales protagonistas (2022).

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