Mario Balmaseda: Adicto a los aplausos
El Premio Nacional de Cine 2021 fue entregado al actor Mario Balmaseda en una pequeña ceremonia que tuvo como escenario la casa del galardonado.

Según Senel Paz, Mario Balmaseda recibió el Premio Nacional de Cine con alegría, con brillo en los ojos, sin vanidad pero con la conciencia de que lo merecía.
Foto: Tomada de Cubacine
Según cuenta el presidente del jurado que otorgó el Premio Nacional de Cine al versátil actor cubano Mario Balmaseda, este esperaba a la pequeña comitiva del Instituto Cubano de Arte e Industrias Cinematográficos (ICAIC) muy elegante y muy espigado, interpretando el papel de sí mismo en su propio escenario: la intimidad de su casa junto a su esposa Rosa Elena.
Balmaseda confesó a La Esquina de Padura que el galardón significa para él un nuevo comienzo. Es un reconocimiento al trabajo realizado durante tantos años, es el gran premio que complementa a los de Teatro y Televisión, recibidos con anterioridad y ha constituido un orgullo muy grande pues hasta ahora soy el único actor cubano que ostenta estos tres premios nacionales.
Llegar a una conclusión fue para el Jurado un trabajo difícil y angustioso, según Senel Paz porque se trata de una tarea ingrata puesto que el cine es una manifestación en la que concurren muchas artes sin el conjunto de los cuales no es posible una película, los candidatos de primera línea son muchos y resulta casi imposible decidir entre una especialidad y otra.
Sin embargo la selección de Mario Balmaseda, al decir del guionista de Fresa y Chocolate, resulta incuestionable y ha sido muy alentadora la calurosa acogida que ha tenido desde casi todos los sitios en que haya cubanos.
Con él rendimos homenaje a ese grupo de actores, que resulta relevante e inolvidable, y que se nos marchó sin la distinción como Sergio Corrieri, Reynaldo Miravalles, José Antonio Rodríguez, Raúl Pomares, Salvador Word y otros, un fuerte elenco que dejó una huella estupenda en nuestro cine y se integró al imaginario de los cubanos.
Nadie le ha dado este Premio a Mario, él se lo ha ganado con una vida de trabajo y excelencia, añadió.

Balmaseda, quien también escribe poesía, obras teatrales y fue director del Teatro Bertold Brecht durante muchos años, afirma que entre todas las manifestaciones artísticas prefiere la de actor por la comunicación que se establece con el público pues soy adicto a los aplausos.
Entre los paradigmas que reconoce se encuentra el norteamericano Marlon Brando y el cubano José Antonio Rodríguez, y considera que la actuación es una forma de realización en todos los medios disponibles.
Recordemos que entre 1992 y 1995 el actor vivió en Venezuela donde trabajó en numerosas telenovelas. En Cuba se le recuerda en este género por su protagónico en Un bolero para Eduardo.
Sin embargo, quizás sea el cine el medio que lo inmortaliza. Dentro de él confiesa que siente preferencia por los siguientes personajes: el abuelo en La Obra del Siglo, el Mario en De cierta manera, el Maceo de Baraguá y Manolo en La inútil muerte de mi socio Manolo.
Pero añade que siempre ha valorado mucho todos sus trabajos ya sean protagónicos o papeles secundarios.
Al decir de Senel Paz, reconocer con el Premio Nacional de Cine a un actor como este es motivo de alegría y un honor para cualquier jurado.
Él es un artista de carrera brillante, sólida y que ha iluminado nuestro cine, teatro y el movimiento cultural cubano, en general, con su talento, su carisma, su figura y su voz inolvidable. Como Eslinda Nuñez y Daysi Granados en el campo femenino, Mario es uno de los rostros de la cubanía, afirmó.
Balmaseda irrumpió en los escenarios cubanos en la década de los sesenta. En alguna ocasión contó que nunca pensó en ser actor a pesar de que en su infancia su madre lo llevaba al cine, cosa que disfrutaba mucho.
Al triunfo revolucionario de 1959 su familia abandonó el país y él se quedó solo. En ese tiempo, recordaba, iba a leer mucho a la Biblioteca Nacional y conocí a Eugenio Hernández Espinosa. Hicimos empatía de inmediato. Cuando me llegó la autorización para la salida del país, Eugenio me convenció de no irme, me presentó a Mirta Aguirre y así entré yo en este mundo.
Según Senel Paz, Mario Balmaseda recibió el Premio Nacional de Cine con alegría, con brillo en los ojos, sin vanidad pero con la conciencia de que lo merecía, que lo tenía bien ganado.
Sus admiradores y la comunidad de actores cubanos han sentido esa misma alegría. Es el justo reconocimiento a un artista cuya estela de presentaciones memorables permanecerá por mucho tiempo en la historia de la cultura cubana. (2021)
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