Permanencias y retos en FIC Gibara 2022

La cita del cine internacional en el oriente cubano regresa en 2022, tras dos años ausente por la covid-19. Sobre el peso del nuevo contexto económico en el Festival habla su director Sergio Benvenuto.

Los actores Benicio del Toro y Adela Legrá y el presidente de FIC Gibara, Jorge Perugorría, en la edición 15 de 2019

Foto: Todas las fotos son cortesía de Kevin Manuel Noya.

El Festival Internacional de Cine de Gibara (FICG), en la oriental provincia de Holguín, tiene un doble reto para la edición de 2022. Debe resurgir luego de dos ediciones perdidas por la situación epidemiológica creada por la covid-19, y encima hacerlo en un contexto económico para nada propicio.

El encuentro —que debe realizarse el próximo verano, seguramente en julio— se pospuso en 2020 por la pandemia; y en 2021, el aumento de casos positivos de Covid-19 en el país y en la región, obligó al Comité Organizador a cancelar una vez más su 16 edición. “Nunca tuvo tanto tiempo de pausa”, señala Sergio Benvenuto Solás, actual director y quien participara también de su fundación junto al importante realizador Humberto Solás (1941-2008).

Hoy concebido como un encuentro multicultural nucleado alrededor del cine, la cita nació en 2003 con la concepción de apostar por un cine pobre en recursos, pero rico en propuestas estéticas.

Nuevos retos para un Festival necesario

“De alguna manera estaremos conectándonos con los orígenes de lo que fue el evento dedicado al Cine Pobre, solo que posiblemente tengamos el más difícil de los festivales en la historia de Gibara”, asegura Benvenuto.

Como ocurre en la mayoría de los pequeños festivales, es importante convocar al máximo a los apoyos locales, porque este Festival, sin ninguna duda, ha sido un motor del desarrollo de la región”.

“Hay que lograr ese perfil multicultural en unas condiciones económicas diferentes y en un contexto pos-covid. FICG se caracteriza por grandes conciertos en las noches; será un desafío, incluso, al organizar un grupo más pequeño, con una serie de regulaciones, con las que vamos a tener que convivir… Lo fundamental es concentrarnos en que los eventos profesionales del ámbito del cine tengan la calidad de los últimos festivales”, señala.

Buscando el máximo nivel de calidad en las selecciones y al no realizar una convocatoria como en ediciones anteriores, el de 2022 será un Festival de curaduría, a partir de obras en las diferentes categorías que permitan configurar muestras internacionales competitivas.

“Para ello nos auxiliamos de festivales amigos, de profesionales de la programación y colegas que han trabajado con nosotros y que van a participar como programadores invitados. De esta manera, estamos seguros de que vamos a mostrar una muy buena selección audiovisual”, añade Benvenuto.

Visibilizando Gibara en el circuito internacional

En estos dos últimos años, el comité organizador de FICG se propuso visibilizar internacionalmente la cita audiovisual creada por el director de Lucía (1968), Cecilia (1981) y Barrio Cuba (2005).

Sergio Benvenuto Solás encabeza el Comité Organizador de FIC Gibara 2022

Aprovecharon este período para afianzar relaciones con eventos y plataformas internacionales que puedan programar las obras premiadas en ediciones anteriores, y realizar una curaduría conjunta para exhibir en Gibara.

Para ello se diseñó una estrategia de giras y posicionamientos en eventos similares de Portugal y España, donde se proyectaron cortos cubanos premiados en las ediciones de 2018 y 2019 de FICG.

El recorrido inició en el Festival Internacional de Cortometrajes de Évora (FIKE) en Portugal; siguió en el Festival Internacional de Cine Social de Castilla-La Mancha (Feciso) en Toledo, y finalizó en el Festival Internacional de Cortometrajes y Cine Alternativo de Benalmádena (Ficcab).

En esta última cita, el actor Jorge Perugorría, presidente de FICG desde 2016, recibió la distinción “La Niña de Benalmádena”, que ya fuera entregada  al cineasta de El Siglo de las Luces en una edición anterior y que prestigia la cita cubana.

Los paneles y encuentros teóricos caracterizan también la cita de Gibara

Sergio Benvenuto, sobrino de Solás y su acompañante en la aventura fundacional, añade que, en México, trabajaron en un proyecto de colaboración con el canal de televisión abierta propiedad de la Universidad Nacional Autónoma de México (TV UNAM), dirigido por Iván Trujillo, con quien habían tenido experiencias y colaboraciones anteriormente.

“Además, estamos trabajando para programar el VI Festival de Gibara en Barcelona, que será en octubre-noviembre de 2022, y donde exhibiremos obras premiadas en otras ediciones del evento”, señala.

Mantener la impronta original y abrir el espectro

Humberto Solás tuvo la “posibilidad de convertirse en promotor de alta envergadura, en un individuo capaz de irradiar más allá de lo que sus películas lograban, desde la acción y sus preocupaciones sociales y culturales, y sus deseos de incidir en los cambios de una comunidad, como ha sucedido en Gibara con el Festival”.

Con la XVI edición se recordará, especialmente, a Nelson Rodríguez (1938-2020), Premio Nacional de Cine 2007 y editor de la obra de Solás y de importantes filmes de la cinematografía cubana. “Es un homenaje que le debemos desde hace mucho tiempo y que concretaremos en Gibara en 2022”.

“La participación de los cineastas jóvenes cubanos y extranjeros permite el encuentro del cine alternativo, independiente, institucional. Hoy Gibara abrió su espectro, pero sigue teniendo una mirada hacia ese cine propositivo, alternativo, cine de autor”, pues la mayoría de los jóvenes realizadores se inician con obras así, luego de esfuerzos por consolidar presupuestos de producción.

El cine y la música son protagonistas de las noches gibareñas. En la foto, el músico español Santiago Auserón

“Gibara, desde su escala internacional, es una apuesta a la democratización del audiovisual a partir de la utilización de las nuevas tecnologías. Humberto sabía que tenía que poner su grano de arena para generar un cambio de mentalidad, y Gibara clarifica la visión y hace este Festival hoy más necesario que nunca”, asegura Benvenuto. “De estar ahora, él defendería su cine, sus películas, pero también este Festival”.

Reinventarse en la práctica con la ayuda de todos

Según Benvenuto, “el Festival está viviendo una situación sui generis. El Cine Pobre se funda y tiene gran impacto en un momento en que dispone de un apoyo importante del Ministerio de Cultura y del Icaic (Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográfica). Pero en el nuevo escenario las dificultades financieras impiden un volumen de apoyo tan alto como entonces ocurrió”.

“FIC Gibara se apoya para su realización en los gobiernos, las instituciones culturales, el sector privado, empresarial, entidades audiovisuales extranjeras y el apoyo de figuras internacionales que nos visitan y aportan parte de sus gastos. Esta vez estamos pidiendo a algunos amigos que se involucren, asistan, para crear foros, espacios”.

“Como ocurre en la mayoría de los pequeños festivales, es importante convocar al máximo a los apoyos locales, porque este Festival, sin ninguna duda, ha sido un motor del desarrollo de la región”.

Este aporte de gobiernos locales y las entidades turísticas de la región ha sido esencial en las últimas dos ediciones de FICG y “va a ser indispensable, añade Benvenuto, en la edición de 2022, para lograr la cita esperada por los gibareños como su acontecimiento sociocultural más importante y que, en un formato más pequeño, reunirá con el mismo entusiasmo de sus inicios a cineastas, actores, críticos, artistas plásticos, músicos en Gibara, la holguinera Villa Blanca que enamoró al cine” (2021).

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