Redescubriendo la maravilla del viaje con María Belmonte
En la Fundación Nicolás Guillén y en el marco del Mes de la Cultura Española en Cuba, la autora de Peregrinos de la belleza comparte su credo personal sobre la utilidad de la literatura de viajes.
En la Fundación Nicolás Guillén, María Belmonte expone sobre literatura de viajes en una tertulia organizada por la Embajada de España para el Mes de la Cultura Española en Cuba.
Foto: Cortesía el autor
En una era donde las cámaras flashean y hacen videos en todo momento y todas partes, dejando cada milímetro del mundo diligentemente registrado y expuesto sobre las plataformas de Facebook, Instagram y Youtube, ¿quedará todavía espacio para la mirada íntima, una visión más personal y la tranquila reflexión de los libros sobre los avatares y descubrimientos de un viaje?
Esa es la pregunta que removía por dentro la mañana del 24 de abril a los reunidos en la sede de la Fundación Nicolás Guillén, en la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), para escuchar a la invitada española María Belmonte. Organizada por la Embajada de España en el marco del Mes de la Cultura Española en la isla, esta tertulia literaria llevaba por título “Viajar para escribir, leer para viajar: una mirada a la literatura de viajes”.
Nacida en 1953, de origen bilbaíno y asentada hoy en la región catalana del Penedès, Belmonte se presenta a sí misma como una “escritora tardía”. Con títulos en Historia y Antropología y dedicada al oficio inmóvil de traductora, aprovechó una crisis profesional en 2012 para emplear su sapiencia e interés por aquellos intelectuales aristócratas del siglo XVIII que emprendían el Grand Tour en la escritura de Peregrinos de la belleza. Viajeros por Italia y Grecia.
Tuvo la suerte de interesar a la prestigiosa Editorial Acantilado y el éxito de este volumen le ha garantizado ya 11 ediciones. Después, le echaría mano a sus propias vivencias de peregrina; y de la memoria extraería historias alumbradas entre las mareas del mar, los silencios de las ruinas y los rumores de las fuentes. Así brotaron los libros posteriores: Los senderos del mar. Un viaje a pie (2017), En tierra de Dioniso. Vagabundeos por el norte de Grecia (2021) y El murmullo del agua. Fuentes, jardines y divinidades acuáticas (2024).

En busca de la maravilla perdida
“La palabra que más se repite en los nueve libros de la Historia de Herodoto es maravilla”, asegura María Belmonte. El natural de Halicarnaso, que se paseó por Egipto y todo el mundo conocido de la Antigüedad, encontraba a cada instante un motivo de asombro y sobre el papiro vertía las impresiones propias y las versiones de los hechos que otros hombres le contaban.
Herodoto narró las llamadas “guerras médicas”, entre griegos y persas y se despegó de Homero, al dejar de prestar atención al mito y la trama celeste de los dioses para concentrarse en la realidad humana. Por tal razón, se considera padre de la Historia y del Periodismo a este vagabundo impenitente, que desafió a las bestias, los soldados, las bárbaras costumbres y demás colosales riesgos que implicaba viajar en su época.
Belmonte habla de ese viajero antiguo como “un héroe, porque viajar era muy peligroso y nadie quería abandonar la seguridad de su hogar”. El cuento del atrevido a la vuelta de la peripecia era esperado por todos en la comunidad y “ese relato de viaje fue el origen de la literatura”.
La autora española escribió en uno de sus libros: “La inteligencia humana ha sido capaz de aprender a leer en las rocas la historia de la vida y descubrir el alfabeto que yace oculto en ellas”. Luego, los libros de viaje recrean el pasado y, además, crean la realidad del país que se atraviesa, desde una perspectiva que pone en juego los prejuicios y deshace las fronteras y nacionalismos.
Conocedora de la obra de Alejo Carpentier, Belmonte no solo expone sino que también hace preguntas a los presentes y se entera de una tradición de literatura de viajes sobre Cuba o escrita por cubanos. De ese modo recoge información sobre las escenas costumbristas narradas por la sueca Fredrika Bremer cuando vino a la isla en 1851; y del Viaje a La Habana de la cubana Condesa de Merlin, publicado en 1844.
Pero ¿tiene sentido aún el apunte de viaje en los tiempos actuales donde cada rincón del planeta está atestado de turistas? A la cuestión que sigue en el aire, responde María Belmonte: “Depende de tu actitud. De la cultura y conocimientos que lleves en tu interior. De lo que tu mirada busque. Siempre habrá la posibilidad de una mirada nueva” (2025).
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