Teletrabajo en Cuba: ventajas, desventajas y marco legal
El teletrabajo es considerado en Cuba como una herramienta clave para incrementar la productividad y reducir costos. Sin embargo, su desarrollo tuvo poca prioridad en 2024.

Una estudiante universitaria emplea una laptop en el interior de un local, en la sede de la Universidad de Camagüey "Ignacio Agramonte Loynaz", Cuba. 19 de junio de 2015. Foto: Jorge Luis Baños/IPS
Foto: Jorge Luis Baños/ IPS Cuba
El teletrabajo gana protagonismo en todo el mundo como una modalidad laboral efectiva por la flexibilidad, el ahorro de recursos y el uso de la tecnología para optimizar procesos. Aunque se mantuvo en el debate público en Cuba, su prioridad ha descendido con respecto a años anteriores.
Tuvo un auge sin precedentes en 2020 impulsado por la pandemia de covid-19 y los intentos de las autoridades cubanas por modernizar las formas de trabajo.
Sin embargo, el teletrabajo en el país hoy enfrenta retos significativos y está condicionado por particularidades tecnológicas, formativas, legales y económicas, sobre todo por la crisis energética de prolongados apagones.
Algunas ventajas, desventajas y desafíos en Cuba
El teletrabajo permite reducir costos relacionados con transporte, alimentación, energía eléctrica y mantenimiento de oficinas. Esto es relevante en un país donde el transporte público, la escasez de combustible y alimentos, entre otras necesidades básicas, son desafíos cotidianos.
También las personas empleadas pueden organizar su tiempo de manera más eficiente, por la flexibilidad de horarios y la autogestión que proporciona esa modalidad de empleo, lo que contribuye a un mejor equilibrio entre la vida personal y laboral.
Otra ventaja radica en que el teletrabajo es inclusivo porque facilita la incorporación al mercado laboral de personas con movilidad reducida, madres y padres con hijos pequeños o cuidadores de adultos mayores.
Aunque el acceso a Internet ha crecido en los últimos años en Cuba, la conectividad sigue siendo un reto. Las altas tarifas y la mala calidad del servicio dificultan el trabajo remoto para muchas personas interesadas en esta modalidad.
Y no todos los trabajadores ni empleadores están familiarizados con herramientas tecnológicas que facilitan el teletrabajo como Google Drive, Trello, Zoom, entre otras. En algunos de estos casos es necesario utilizar VPN para acceder a servicios de plataformas restringidas para Cuba por el embargo estadounidense.

El marco legal del teletrabajo en Cuba
La legislación cubana comenzó a adaptarse a esta modalidad laboral. Ya desde 2013, en la Ley 116 Código de Trabajo, se estableció convenir entre las partes el lugar de trabajo, así como el horario, la duración de la jornada y el régimen de este.
En 2021, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social emitió la Resolución 71/2021, aún vigente, que regula el teletrabajo y el trabajo a distancia. Esta norma establece la posibilidad de implementar el teletrabajo en sectores que lo permitan, siempre y cuando se garantice el cumplimiento de las responsabilidades laborales.
Además, regula el derecho de las personas empleadas a recibir los recursos necesarios para desempeñar sus funciones desde casa, así como la obligación de las y los empleadores de respetar las jornadas laborales y garantizar la seguridad y salud ocupacional en el entorno remoto.
Según una información compartida por la cartera de trabajo, para elaborar dicha Resolución el grupo de investigadores de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana diseñó y aplicó una encuesta denominada Cuestionario sobre Teletrabajo/ Trabajo a distancia, versión directivos y versión trabajadores, para mejorar las condiciones y resultados de esa forma de empleo.
Los resultados validaron la pertinencia del teletrabajo y el trabajo a distancia como formas de organización del trabajo, y la necesidad de establecer una normativa específica que reglamentara su adecuada implementación.
En 2022, la ministra cubana de Trabajo y Seguridad Social indicó potenciar el teletrabajo, para disminuir el consumo eléctrico en el sector estatal de la economía, teniendo en cuenta la situación energética por la que atravesaba el país.
Dicha situación se ha agudizado y hoy muchas personas no cuentan con energía eléctrica en sus centros laborales ni en sus hogares por apagones que han sido hasta de tres días.
Según las últimas cifras del citado ministerio, en 2023 casi siete millones de personas estaban en edad laboral y más de 580 000 trabajadores estaban vinculados al teletrabajo o trabajo a distancia.
Esa cifra es superior a los 334 779 que laboraban a distancia en diciembre de 2020. Sin embargo, este número representa una pequeña fracción del total de la fuerza laboral del país.
Las autoridades identifican al teletrabajo como una herramienta clave para incrementar la productividad y reducir costos en el contexto de las reformas económicas. En varios discursos, funcionarios resaltan la importancia de esta modalidad como parte del proceso de informatización de la sociedad.
En el informe de Balance Anual del MTSS de 2023, entre una de las proyecciones estaba “consolidar el uso del trabajo a distancia y el teletrabajo, con la identificación de los cargos que por su naturaleza permiten utilizar esta modalidad, exigiendo su incorporación en el Convenio Colectivo de Trabajo”.
Sin embargo, durante 2024 no se hizo alusión con la misma fuerza al tema, ni como proyección ni con resultados de trabajo concretos. (2025)
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