Verificadores de información, herramientas necesarias en Cuba

Cuba no cuenta con sitios especializados ni servicios de fact-cheking o verificadores de información, aunque medios alternativos desarrollan algunas iniciativas.

El fact-checking como práctica institucionalizada y accesible para la población aún es una asignatura pendiente en Cuba.

Foto: Tomada de Internet

Hoy el acceso a la información es más masivo, fácil y rápido que nunca,  pero trae consigo otros riesgos como la desinformación y las noticias falsas o fake news. Cuba también enfrenta esos retos en un panorama mediático muy regulado y sin fomento de los llamados verificadores de noticias.

En un entorno donde las fake news o noticias falsas pueden influir en la opinión pública y las decisiones personales, el fact-checking o verificación de información es una herramienta útil para la ciudanía.

Un ejemplo reciente fue la difusión, a través de las redes sociales, de rumores sobre una presunta rotura de la cortina de la presa Los Asientos, en San Antonio del Sur, Guantánamo, tras el paso del huracán Oscar.

La información, que resultó ser falsa y fue desmentida por las autoridades el pasado 25 de octubre, provocó pánico en una población afectada también psicológicamente por las inundaciones que ya habían sufrido por el fenómeno hidrometeorológico.

 ¿Qué es el fact-checking y por qué es importante?

El fact-checking consiste en comprobar la veracidad de una información mediante el uso de fuentes confiables.

Este proceso incluye identificar la fuente original de la información, contrastar con fuentes oficiales o especialistas en el tema, contextualizar los datos para evitar interpretaciones sesgadas, desmentir información falsa y ofrecer correcciones basadas en evidencias.

Cuba tiene un ecosistema mediático muy regulado.

Solo son legales los medios estatales con un alcance limitado por la crisis energética, las redes sociales y mensajería se usan como fuentes de información de actualidad y existen medios alternativos coordinados mayormente desde fuera del país con una red local cada vez más reducida y perseguida.

A pesar de ello, el auge de redes sociales y aplicaciones de mensajería como Facebook, WhatsApp y Telegram, transforman la manera en que la ciudadanía cubana consume y comparte información de actualidad.

Muchas personas confían en lo que se comparte en esos escenarios y los utilizan para mantenerse informados. Sin embargo, la rapidez con la que la información se difunde en esas plataformas puede ser un arma de doble filo,  porque rumores, noticias falsas y contenido manipulado circulan con la misma facilidad que los hechos verdaderos.

En este contexto, el fact-checking sería una herramienta clave para garantizar la veracidad de la información. Pero, ¿qué tan preparado está el usuario cubano promedio para realizar esta tarea?

 Obstáculos para el fact-checking en Cuba

Aunque la verificación de hechos es esencial, los usuarios cubanos enfrentan varios desafíos al intentarlo:

  • Acceso limitado a fuentes confiables: Muchos sitios web de organismos internacionales, medios independientes cubanos o plataformas de fact-checking están bloqueados o son de difícil acceso debido a restricciones gubernamentales, al bloqueo estadounidense o limitaciones tecnológicas de Cuba.
  • Alto costo de Internet: A pesar de que la cobertura de conectividad alcanza a más usuarios respecto a años anteriores, el costo de la conexión por datos móviles sigue siendo elevado para muchos, lo que limita el tiempo y la profundidad de la investigación que pueden realizar.
  • Falta de alfabetización mediática: No todos los usuarios están familiarizados con las herramientas y técnicas necesarias para contrastar información, lo que los hace más susceptibles a compartir noticias falsas.
  • Propagación de rumores: En plataformas como WhatsApp, las cadenas de mensajes suelen incluir contenidos alarmistas que se comparten muchísimas veces sin verificación previa.
  • Agendas limitadas de la prensa legal: los medios estatales llevan agendas específicas donde quedan fuera muchos temas de actualidad que son vitales para la ciudadanía.

 Herramientas de fact-checking para el usuario promedio

Aunque el acceso a recursos digitales en Cuba es limitado, existen herramientas que pueden ser útiles para las personas usuarias:

  • Buscar la fuente original: Antes de compartir algo, es importante identificar quién lo dijo o publicó primero. Los medios oficiales, aunque sesgados, pueden servir como punto de contraste inicial.
  • Búsqueda inversa de imágenes (Google Images): Muchas noticias falsas se acompañan de imágenes manipuladas o descontextualizadas. Usar esta herramienta para verificar el origen de una foto puede ayudar a identificar su autenticidad.
  • Consultas a través de Wikipedia: Aunque no es una fuente definitiva, puede proporcionar un punto de partida para verificar datos básicos.
  • Plataformas de verificación: Si bien en Cuba estas son escasas, plataformas internacionales como Google Fact Check Tools, org, Snopes o Reuters Fact Check pueden ayudar a contrastar información.
  • Buscar la noticia en varios medios: Consultar varias fuentes (estatales, independientes e internacionales) para un mismo hecho ayuda a detectar errores, rumores o noticias falsas.

 Regulaciones en Cuba relacionadas con la difusión de noticias falsas

Enseñar a la ciudadanía a verificar datos no es solo un desafío técnico, sino también cultural. Más allá del esfuerzo individual, es crucial que las instituciones y medios en Cuba promuevan la transparencia y la educación mediática.

La regulación sobre la información, la verificación de datos y la difusión de noticias falsas en Cuba está enmarcada en un contexto legal que abarca tanto la Constitución de la República como leyes específicas, resoluciones y decretos vinculados a los medios de comunicación, las redes sociales y el ámbito digital.

Aunque el término «fact-checking» no se menciona explícitamente en las leyes cubanas, sí existen disposiciones que abordan aspectos relacionados con la contrastación de información y las sanciones por difundir noticias falsas.

Por ejemplo, la reciente Ley de Comunicación Social de Cuba establece normativas específicas sobre la gestión de la información. La normativa pone énfasis en la necesidad de que los medios de comunicación gestionen la información de manera veraz, objetiva y en beneficio del interés público.

Aunque no utilice el término «noticias falsas», la ley establece sanciones para quienes utilicen los medios de comunicación o las plataformas digitales para difundir información falsa, manipulada o que atente contra los valores éticos de la sociedad cubana.

Asimismo, el Decreto ley 35/2021 del Ministerio de Comunicaciones, publicado en la Gaceta Oficial de la República, prohíbe el uso de las redes sociales para difundir noticias falsas, discursos de odio o contenidos que afecten la imagen del Estado cubano. También establece mecanismos para supervisar y, en algunos casos, restringir el acceso a plataformas que difunden contenido considerado dañino para la estabilidad social. (2024)

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