Este producto periodístico forma parte de la cobertura especial Nuevos actores económicos y desarrollo local en Cuba (2023-2025) #DesarrolloLocalParaCrecer

La Habana, 30 nov.- “En Cuba tenemos muy pocas mujeres líderes de negocios en general y muchísimas menos al frente de negocios de la construcción”, señala Yulieta Hernández, que es CEO fundadora en 2021 de la mipyme privada πlares Construcciones SRL.

La ingeniera civil, de 39 años, apunta al respecto: “En el sector público encontramos muchas ingenieras, arquitectas, profesionales mujeres, pero no directoras de empresas, lo mismo sucede en el sector privado”.

Según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información hasta el cierre de 2023, las mujeres cubanas representan cerca del 11 % de la fuerza laboral de la construcción, con unas 251 500 personas empleadas en todo el país.

Hernández, que desde 2018 (entonces con licencia de trabajo por cuenta propia) dirige su propio emprendimiento en un sector “tradicionalmente dominado por hombres”, asegura que “los rezagos del patriarcado” y la crisis económica y social en Cuba les “dificultan mucho a las mujeres obtener financiamiento para sus negocios”.

Como otros desafíos de género, señala “que ellas mantienen su trabajo en el sector público, atienden la casa y sus supuestas horas libres o de descanso las dedican a su emprendimiento”.

En tal sentido advierte: “a veces pasan muchos años para que puedan convertir ese emprendimiento en su sostén económico”.

La edición de 2023 del Anuario Estadístico de Cuba revela que el salario medio mensual en las entidades estatales y mixtas dedicadas a la construcción ronda los 6260 pesos cubanos (equivalentes a 52 dólares según la tasa de cambio oficial y a 19 dólares en el mercado informal de divisas).

En contraste, la remuneración de las empresas privadas como πlares Construcciones SRL puede superar los 15 000 pesos al mes, que representan 125 dólares, según la tasa de cambio oficial, o 46 dólares en el mercado informal de divisas.

 

Aportes femeninos vs. prejuicios

La arquitecta Diana Paula Hernández, de 27 años y especialista en preparación técnica de πlares Construcciones SRL, asegura que “cada vez se nota más el impacto de las mujeres cubanas en la construcción, realizando trabajos en obras. Hemos tenido mujeres albañiles, son pocas, pero existen”.

También menciona que las supervisoras de obras se encargan de otras funciones como la preparación técnica. “El caso de Yulieta, que dirige una empresa de construcción, me parece un avance grande para nuestra sociedad”, resalta.

Considera la joven que, muchas veces, las mujeres “enfrentan varios desafíos sobre todo a pie de obra pues se disminuye o se espera que sepan menos que los hombres. Se ponen en duda nuestros conocimientos y habilidades. Nos toca luchar un poquito más para demostrarlos”.

“También sucede con algunos clientes que cuando ven a una mujer joven piensan que no sabes mucho”, lamenta.

En Granma, provincia oriental de Cuba, la ingeniera geóloga Karina Milanés, de 39 años, más allá de “sobrellevar” el machismo en ese territorio, demuestra el valor de su preparación y experiencia en la construcción, que son la base para el crecimiento del Proyecto de Desarrollo Local (PDL) Pokarce.

Desde 2022, ella lidera y es la única mujer integrante de una pequeña industria dedicada a la fabricación de materiales de arcilla roja, que cuenta con 12 trabajadores, entre quienes se incluye su esposo Yunier Porto, de 40 años e ingeniero eléctrico.

“Si yo hubiera comenzado este negocio sin ella, hubiese desistido a los 10 primeros errores, pues no tengo ese conocimiento técnico”, confiesa Porto, quien aclara que Karina se encarga de analizar los planos y escoger los depósitos de arcilla de mayor calidad.

Asimismo, el cofundador de Pokarce, que busca alternativas para la producción local de materiales de la construcción ante la demanda de fabricación y reparación de inmuebles en Granma, reconoce el “talento de liderazgo” de su compañera de vida y de negocios.

 

Empoderar a las mujeres en la construcción

De acuerdo con el listado de nuevos actores económicos actualizado por el Ministerio de Economía y Planificación en mayo de 2024, en La Habana y Granma se concentra la mayoría de las mipymes privadas y estatales, los PDL y las cooperativas no agropecuarias (CNA) que se vinculan a la construcción.

De las 2499 mipymes privadas, 20 mipymes estatales y 22 CNA que incursionan en este sector, La Habana agrupa la mayor cantidad: 995 mipymes privadas (incluidos 23 PDL), seis mipymes estatales y siete CNA; mientras que en Granma se localizan 268 mipymes privadas (incluidos 4 PDL) y cuatro mipymes estatales.

En ambas provincias sobresalen mujeres que dirigen emprendimientos de la construcción.

Por ejemplo, María Cristina Pujalte, licenciada en Letras, lidera desde 2021 la mipyme Pujalte GC, de La Habana, la cual se especializa en trabajos con técnicas de cuerdas y posicionamiento y cuenta con una brigada de nueve mujeres alpinistas.

Y la ingeniera civil Yurisbel Ramírez preside la mipyme Constago, de Bayamo, en la oriental provincia de Granma. Junto a 62 empleados (de ellos, tres mujeres) apoya desde hace dos años la construcción de viviendas subsidiadas por el Estado, que se entregan a personas en situación de vulnerabilidad económica de ese territorio.

Entre las experiencias de capacitación para el empoderamiento de mujeres en la construcción se destaca el proyecto Mujeres albañilas, impulsado desde noviembre de 2022 por πlares Construcciones SRL, el cual facilita la formación de operarias de la construcción, en alianza con diferentes instituciones de La Habana.

Ahora en pausa, el proyecto “se enfoca a las mujeres en estado de vulnerabilidad, para insertarlas en el sector de la construcción. Ellas se capacitan en labores de terminación de obras, pintura, enchape y otras, con el fin de empoderarlas”, comenta la ingeniera Arlet Santiesteban, especialista en preparaciones técnicas de πlares Construcciones SRL.

Destaca la CEO de la mipyme que las albañilas no solo se forman y encuentran empleo en la empresa, sino que aprenden a ganarse la vida de manera independiente.

Además, observa que al tener las mujeres una mayor carga de labores de cuidado en la familia poseen mayor cultura del detalle. “En la construcción, esto se nota y se traduce en calidad. Con la participación femenina se ejecutan construcciones mucho más organizadas, lo que se refleja en costos, tiempos y buenos resultados”. (2024)