Si las cubanas avanzan se cumplirá la agenda 2030

“No puede haber un progreso significativo en la implementación” de los ODS, “si la igualdad de género es ignorada”, según Alicia Bárcena.

Cuba necesita más estadísticas desagregadas por sexo y servicios integrales para las víctimas y sobrevivientes de la violencia de género.

Foto: Jorge Luis Baños

La Habana, 27 sep.- Cuba debe lograr más avances en la población femenina, un grupo vulnerable pendiente a empoderar en América Latina para lograr en 2030 los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), aprobados la víspera en las Naciones Unidas.

“No puede haber un progreso significativo en la implementación” de los ODS, “si la igualdad de género es ignorada. Llegó la hora de la igualdad”, indicó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible celebrada en Nueva York.

Bárcena observó grandes progresos para incluir la perspectiva de género en la elaboración de los ODS, que señalan a la erradicación de la pobreza como el mayor desafío y sustituyen a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, revisados este año.

Cepal promueve hoy que la autonomía económica, política y social de las mujeres está en el centro de la agenda por la igualdad y el cambio estructural en la región latinoamericana y caribeña.

Dentro del panorama regional, la población femenina cubana sigue arrastrando con desventajas causadas por el machismo y la falta de más políticas públicas afirmativas, aunque el país ostenta grandes logros como salarios iguales para hombres y mujeres.

Agenda 2030

Los 193 Estados miembros de la ONU adoptaron hoy durante la Asamblea General la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que plantea 17 Objetivos con 169 metas de carácter integrado e indivisible que abarcan las esferas económica, social y ambiental.

El documento reitera que el mayor desafío del mundo actual es la erradicación de la pobreza.

La tercera evaluación del Plan Nacional de Acción de Seguimiento a Beijing, liderada por la no gubernamental Federación de Mujeres Cubanas (FMC) en 2013, identificó varios problemas en Cuba en ese sentido.

Entre ellos, figuró la reproducción de estereotipos sexistas en la escuela, medios de comunicación y productos culturales, junto a la falta de estadísticas desagregadas por sexo y de servicios integrales para las víctimas y sobrevivientes de la violencia de género.

Identificó la necesidad de disminuir los embarazos en adolescentes y revisar el impacto en la participación económica y derechos conquistados por las mujeres de las reformas que implementa desde 2008 el gobierno de Raúl Castro, para intentar salir de una crisis de más de 20 años.

Cuba es una prueba evidente de que los cambios a nivel de conciencia suceden más lento que la promulgación de leyes o planes nacionales a favor de la igualdad.

Así, la Ley de la Maternidad de la Trabajadora autoriza desde 2003 la licencia paterna para el cuidado del bebé una vez concluido el período de lactancia, pero muy pocos hombres han hecho uso de este derecho.

Y el Código de Familia, vigente desde 1975, espera por su necesaria actualización para reconocer, entre otros, el derecho de las mujeres solas y lesbianas a acceder a los servicios de la fecundidad asistida, entre otros relativos al cuidado de la descendencia.

Al tiempo se registran pasos de avance sobre todo en el ramo de la representación política.

Datos publicados por la FMC en ocasión de Beijing+20 revelan que, entre la IV Cumbre Internacional de la Mujer y la actualidad, el país pasó de dos a ocho ministras y de dos a ocho viceministras.

En ese período, las mujeres pasaron de ocupar 28 por ciento de los escaños del parlamento unicameral a llenar 49 por ciento.

Hoy la presencia femenina es de 53 por ciento en el sector de la ciencia y la tecnología, y superior a 65 por ciento entre quienes se gradúan del nivel superior.

Además, la federación muestra cifras llamativas como que del total de cubanas negras 15 por ciento son universitarias; de las blancas, 12,9 por ciento y de las mestizas, 12,1 por ciento. (2015)

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