AMÉRICA LATINA: Celebración evangélica por una iglesia inclusiva

Para forjar una Iglesia «más inclusiva» proponen mayor participación en los procesos latinoamericanos actuales.

Archivo IPS

LA HABANA, 27 jun (IPS) – Con el peso bien sentido de la actual crisis económica global, más de un centenar de líderes y teólogos de confesiones, organizaciones cristianas y movimientos ecuménicos de 19 países de América Latina y el Caribe apuestan por una Iglesia inclusiva y transformadora. Diversidad, otras voces y nuevos tiempos matizaron los análisis de un encuentro que, del 22 al 26 de este mes, conmemoró el 80 aniversario del Congreso Evangélico Hispanoamericano de La Habana de cara a la celebración el próximo año, en la ciudad escocesa de Edimburgo, del centenario de la Conferencia Misionera Mundial de 1910.

«Los rostros de las sociedades han cambiado mucho. Hay nuevas voces y el discurso no puede ser el mismo», dijo a IPS la pastora bautista Daylins Rufins, directora del Centro de Estudios del Consejo de Iglesias de Cuba, que valoró la importancia del encuentro por la «variedad generacional» y de denominaciones religiosas representadas.
«Muchas veces nuestras denominaciones han tenido posiciones imperialistas, entre comillas, a la hora de implementar la misión. Esa posición emerge siempre que invisibilizamos sujetos teológicos y vamos a la misión desde la posición de la persona que posee la verdad y tiene que enseñarle al otro», explicó.
«Esa no puede ser nuestra posición. Nuestra misión tiene que pasar por la participación y la acción reconciliadora, pero transformadora», añadió la reverenda, una de las cientos de personas que, en la noche del viernes, asistieron a una celebración evangélica en el cine-teatro Astral, en una zona céntrica de La Habana.
La noche sirvió para clausurar el encuentro de reflexión, realizado en la sede del Seminario Evangélico de Teología de la ciudad occidental cubana de Matanzas, e inaugurar el programa de actividades por el décimo aniversario de la Celebración Evangélica Cubana, realizada entre el 30 de mayo y el 20 de junio de 1999.
Asimismo, fue el momento oportuno para dejar constancia del respaldo de las máximas instancias del gobierno cubano, que estuvo representado por el vicepresidente Esteban Lazo, el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento), Ricardo Alarcón, y el ministro de Cultura, Abel Prieto.
Esos cinco días de debate fueron como «un regalo que Cuba se dio a sí misma y a ustedes», dijo Lazo tras recibir un cuadro con la imagen de un paisaje cubano para el ex presidente Fidel Castro y un ejemplar de la Biblia para el actual mandatario, el general de ejército Raúl Castro.
Alarcón agradeció el apoyo y la solidaridad de los representantes de iglesias, organizaciones cristianas y movimientos ecuménicos a la demanda de justicia en el caso de cinco agentes cubanos presos en Estados Unidos, sancionados por espionaje entre otros delitos.
En este camino, el reverendo Gerard Granados, de la Conferencia Cristiana del Caribe (CCC), propuso crear una comisión mediadora integrada, entre otros, por representantes del Consejo Nacional de Iglesias de Cristo de los Estados Unidos, el Consejo Latinoamericano de Iglesias y el Consejo Mundial de Iglesias. «Fue muy esperanzador ver que, pese a todas las dificultades que confrontamos como país, todavía tenemos una presencia e impacto importante en los países de la región a través de la participación de los médicos en la reconstrucción de comunidades, en los programas de salud y en la cuestión educativa», afirmó Rufins.
Aunque se trata de una presencia promovida desde el Estado, la reverenda aseguró que es «una participación cubana que tiene un impacto en las iglesias y las iglesias lo agradecen. Son un punto de contacto en la misión que fue el tema que estuvimos tratando en el evento».
Por su parte, el obispo anglicano Julio Murray, presidente del Consejo Latinoamericano de Iglesias, aseguró en conferencia de prensa el viernes, que el encuentro había transcurrido no sólo con el apoyo de las autoridades cubanas, sino en un ambiente de libertad de culto.
«Hemos recibido el aporte de todas las expresiones cristianas y vivido la emoción de saber que hay una libertad de culto en Cuba, no en abstracto sino en hechos concretos», añadió el obispo.
Entre 10.000 y 20.000 personas podrían acudir el próximo 11 de julio a un culto masivo previsto para el estadio deportivo Pedro Marrero, en la capital de la isla, al que está invitado «todo el espectro religioso», incluso «los no evangélicos», según el presidente del Consejo de Iglesias de Cuba, reverendo Marcial Miguel Hernández.
«Queremos que sea una celebración austera, acorde a los tiempos que corren en Cuba y en el mundo», dijo Hernández en rueda de prensa el lunes, para marcar la diferencia con las grandes concentraciones masivas que caracterizaron la jornada 10 años atrás.
«Las iglesias están llamadas a interpretar las señales de los tiempos», asegura un documento elaborado por los asistentes para su presentación como aporte latinoamericano y caribeño a la conferencia conmemorativa prevista para el próximo año en Edimburgo.
«América Latina vive hoy una transición democrática importante en la cual 13 de 16 países están profundizando en su democracia, poniendo en jaque a los poderes fácticos y a las fuerzas políticas de raigambre neoliberal. El contexto sociopolítico es otro y la Iglesia no puede desconocerlo en su misión evangelizadora», afirmó un comunicado de prensa. Se trata, según el texto presentado por Murray, de forjar una Iglesia «más inclusiva», que participe en los procesos de la integración regional y proponga «nuevos paradigmas ecuménicos», en un «escenario creciente» de marginalidad, violencia, pobreza e «intensas desigualdades».
Entre los desafíos aparece la necesidad de «priorizar acciones concretas» dirigidas a la infancia, la equidad de género, las poblaciones indígenas y afrodescendientes, y la respuesta a desastres naturales. «Vivir la misión en un mundo marcado por la injusticia es romper con la indiferencia y desarrollar junto con las iglesias la capacidad de impactarse, de moverse frente a la necesidad del otro. Es despertar la conciencia, el pensamiento y el actuar crítico que fortalece la solidaridad», afirma el documento que se llevará a Edimburgo. (FIN/09)

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