Mujeres protagonizan exposición sobre jardines verticales habaneros
La joven artista del lente Indiara Rivero es la creadora de la obra Ellas y la justicia climática en La Habana Vieja.

Maylet González es una de las participantes en el proyecto Jardines Verticales, que introdujo por primera vez esta técnica en espacios del Centro Histórico habanero.
Foto: Cortesía de Indiara Rivero.
La Habana, 7 jul.- La irrupción de los jardines verticales en la vida de mujeres cubanas y sus entornos, sus impactos y los aprendizajes sobre género son aristas que recoge la exposición de la joven artista del lente Indiara Rivero, Ellas y la justicia climática en La Habana Vieja.
Inaugurada en la Sala de la Diversidad de la Sociedad Civil Patrimonio, Comunidad y Medio Ambiente (SCPCMA), de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH), la muestra descubre a beneficiarias del proyecto Jardines Verticales, que introdujo por primera vez esta técnica en espacios del Centro Histórico habanero.
“La exposición refleja el deseo de mostrar la participación activa de las mujeres en este tipo de iniciativas, tanto en la gestión como el desarrollo del proyecto”, declaró Rivero, de 24 años.
A su vez, dijo, “queríamos dar a conocer el impacto positivo que tienen los jardines, tanto a nivel medioambiental como social, en la mejora del entorno con inclusión social y de la calidad de vida de los habitantes de La Habana Vieja”.
Los dos jardines verticales existentes, explicó la artista, se encuentran en la fachada de uno de los complejos de viviendas protegidas, en San Ignacio y Lamparilla, y en el Centro A + Espacios adolescentes, dedicado a la atención integral a este grupo etario, en Compostela, entre Teniente Rey y Muralla.
Muchas intenciones
Respaldada por la oenegé Care International, la expo se deriva del proyecto de creación de los jardines, que impulsó esa organización internacional con el apoyo de la Fundación Abbé Pierre, de Francia, acotó Karla Vitantonio, cooperante de Care.
La iniciativa “incluyó el proceso de involucrar a la población, que se benefició con capacitaciones sobre medio ambiente y la necesidad de aumentar el verde urbano, el liderazgo de mujeres y jóvenes empoderadas”, apuntó.

A su vez, destacó, el proyecto se vinculó con la Escuela taller Gaspar Melchor de Jovellanos pues se incluyó en el currículo de la especialidad de Jardinería la posibilidad de aprender cómo hacer un jardín vertical”,
“Decidimos que era un proyecto innovador no solo en Cuba, sino en otros espacios porque cuando hablamos de medio ambiente, usualmente nos referimos al campo, la economía circular y apenas pensamos en el verde urbano”, reflexionó Vitantonio.
Según Ana Delia Sánchez, especialista en organismos internacionales y colaboración bilateral de la Dirección de Cooperación Internacional de la OHCH, el proyecto se enfocó en tres líneas: regenerar el verde urbano, apoyar con insumos el oficio de la jardinería y la rehabilitación hidrosanitaria en viviendas protegidas y de tránsito del sistema de atención humanitaria de la OHCH.
¿Qué muestran las imágenes?
Para sistematizar la experiencia, fotografías y cortos audiovisuales muestran a mujeres de diferentes edades y ámbitos, quienes de una forma u otra estuvieron relacionadas con el proyecto.
Las cinco protagonistas fueron entrevistadas y fotografiadas. Ellas son Ana Delia Sánchez, 30 años; Adriana Gallup, 38 años, arquitecta de la Empresa de Arquitectura y Urbanismo Restaura y Yainet Hernández, 26 años, estudiante de la Escuela taller Gaspar Melchor de Jovellanos.
El quinteto lo integran también Maylet González, 18 años, estudiante de la Facultad de Filosofía de la Universidad de La Habana, y Maribel Pérez, 68 años, trabajadora del Centro para la Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba-Europa y beneficiaria directa de la rehabilitación hidrosanitaria de las viviendas protegidas para la tercera edad de la OHCH.
Las protagonistas cuentan sus vivencias, cómo se acercaron profesional y humanamente a la iniciativa, cuánto les aportó en su empoderamiento y las huellas que les deja la experiencia y el impacto de asumir un rol en la justicia climática, transformadora.
“Este proyecto me convenció, como mujer, de que podemos llegar a hacer este tipo de trabajo y avanzar juntos por un medio ambiente sostenible”, dijo ante las cámaras Hernández, mientras Pérez se refirió al beneficio de residir en una vivienda protegida, con una hermosa vista al jardín vertical.
De acuerdo con las entrevistadas, en un territorio con muchas construcciones y pocos espacios libres, los vecinos refieren beneficiarse de la vista y también del regreso de aves y mariposas.
En la exposición se vinculan las temáticas de género y ambientales, que la SCPCMA trabaja con mucha fuerza, indicó Marta Oneida Pérez, presidenta de la sociedad anfitriona. Asimismo, destacó que en los últimos tiempos estas dos categorías están recibiendo mayor visibilidad e importancia.
En espacios sin jardines tradicionales, los verticales contribuyen a mejorar el entorno y la biodiversidad.
De acuerdo con cooperantes de Care, es interés de la oenegé montar otros tres jardines verticales en La Habana, uno de ellos con un panel solar que suministre la energía necesaria para que circule el agua, para lo cual se trabaja con organizaciones de la cooperación internacional. (2022)
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